Desde esta Central porteña se repudia el violento desalojo a las familias, en su gran mayoría mujeres con sus niñes, que el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires realizó en el día de ayer en la toma “Fuerza de mujeres”, en el barrio Padre Carlos Mugica; y no acepta que la represión sea la única respuesta ante la crisis habitacional en la Ciudad.
La crisis habitacional se profundiza para las jefas de hogar, en este caso además, víctimas de violencia de género y responsables del cuidado de sus hijos e hijas, que en su mayoría perdieron sus trabajos a causa de la pandemia y se organizaron en esta toma buscando un lugar donde vivir lejos de sus agresores, sin esperar ser desalojadas con tanta violencia por parte del Estado.
La toma “Fuerza de Mujeres” da cuenta de que la falta de acceso a la vivienda y la pobreza tienen género, son las mujeres con sus hijos e hijas quienes no cuentan con ingresos suficientes, trabajo registrado y con derechos, que garanticen el acceso a la vivienda.
La crisis habitacional de la Ciudad más rica del país es la contracara del negocio inmobiliario: mientras que en la Legislatura porteña aprobaban convenios urbanísticos para construir 200 mil metros cuadrados en torres a cambio de 36 millones de dólares, la solución para las familias trabajadoras que no acceden al techo fue la violencia, el desalojo y la represión.
Es necesario y urgente que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires implemente políticas habitacionales que resuelvan este problema, incorporando la perspectiva de género y garantizando los derechos de niños y niñas.