Desde el programa Estación Central (Radio Sur, FM 88.3) se comunicaron este miércoles con Pablo Silvestri, trabajador de Coca Cola, para hablar sobre la falta de Libertad y Democracia Sindical y la jornada de protesta que llevarán a cabo el próximo lunes 14 de septiembre para exigir la reincorporación de veinte trabajadores que fueron despedidos por esa empresa.
– ¿Podés describirnos qué es lo que está pasando en la empresa?
– El conflicto nace producto de una ataque por parte de la empresa, en principio a los trabajadores de la Planta de Monte Grande, donde han avanzado en despedir a un grupo de activistas, incluido el conjunto de la Comisión Interna, que fue votada democráticamente. Esa planta ahora está intervenida directamente por la Federación.
Luego de eso continuaron con un ataque en la planta de Pompeya, que es la más importante en cuanto a niveles de producción y a cantidades de trabajadores, y lamentablemente ahí también hemos sufrido el despido de aproximandamente unos 20 compañeros y otros 9 que se sumaron al retiro voluntario, que para nosotros no es más que un despido encubierto.
– ¿Cuando vos decís ataque, a qué te referís?
– Mirá, estos despidos obedecen -según nuestro análisis- a un intento por parte de la empresa de implementar un nuevo sistema productivo, que implica obtener mayores niveles de producción con menos costos y como en la fábrica hay una organización democrática y anti patronal, en la cual están agrupados casi el 30 por ciento de los trabajadores, necesitaron un ataque para atemorizar al resto de los compañeros. No es casual que de los 20 despidos que hubo, cinco compañeros pertenecen a la Agrupación Marrón.
– ¿Hoy cómo es la lucha por los despedidos?
– Los compañeros despedidos, tanto de la planta de Monte Grande como de la planta de Pompeya, empezaron a relacionarse y a organizarse en común. Ayer (por el martes) convocaron a una reunión de solidaridad, donde estuvo presente su organización y tantas otras, fue una jornada de solidaridad y de debate entre todos los compañeros presentes y ahí los compañeros despedidos contaron la situación y le propusieron al conjunto de los presentes sumarse a una acción que van a realizar el próximo lunes 14 de septiembre a las 7 de la mañana en la esquina de Corrientes y Callao y el mismo día al finalizar el corte se van a dirigir al Ministerio de Trabajo de Callao, donde se va a presentar una denuncia a la empresa y un pedido para que el Ministerio de Trabajo intervenga de hecho.
Hasta el momento los compañeros despedidos no están contando con el apoyo de su representante sindical, que es el Sindicato Unido de Trabajadores de Aguas y Gaseosas, que está alineado a la CGT de Hugo Moyano. Los compañeros le han solicitado en varias oportunidades que intervengan para por un lado reincorporar a los compañeros despedidos y por otra parte para frenar futuros despidos. Lamentablemente, el Sindicato les dijo que no iban a intervenir porque en todos los casos ellos miraron los legajos, como si fuese la oficina de Recursos Humanos, y le dijeron que no podían hacer nada.
– Cuando hablamos de Coca Cola en la Argentina, ¿De qué empresa estamos hablando?
– La empresa se llama Femsa, es de Capital Mexicano y tiene la concesión no solo de la producción si no también de la distribución en casi toda la Argentina y también en casi toda Latinoamérica. El único país donde esta empresa no tiene la concesión es en Chile, que la tienen capitales chilenos.
Nosotros estamos al tanto de denuncias que se vienen haciendo, sobre todo en Colombia, desde el Sindicato de la Alimentación. Es una empresa que está acusada de atentar contra las libertades democráticas y contra la organización gremial, pero no con despidos, sino directamente con contratos de sicariato, donde, según denuncian los compañeros de Colombia, se han secuestrado y asesinado a varios dirigentes sindicales y a sus familias.
Esa es la empresa a la que nosotros estamos enfrentando acá en la Argentina, es la empresa que para imponer nuevos ritmos de productividad atemoriza a sus trabajadores despidiendo, atacando a los que se organizan para defender sus derechos. Y entonces, esta es la pelea que está abierta. Los trabajadores tienen en claro que la van a pelear hasta donde se puede, tienen en claro que su único objetivo es la reincorporación, pero a su vez también, no lo hacen por ellos mismos sino también por el resto de los compañeros que aún están trabajando en la fábrica, porque opinan de que esto no se va a detener y de que vamos a estar frente a nuevos despidos, si es que no se les da una respuesta a la altura de la situación.
Entonces, la jornada de protesta que yo les comentaba antes tiene como objetivos frenar los despidos y que la empresa también tenga su costo; que la sociedad y el conjunto de los trabajadores se enteren de que hay una empresa que está despidiendo a los trabajadores, está apretando, esta queriendo imponer nueva productividad a costa de despidos. Esa es la pelea que está planteada y la que vamos a dar.
– ¿Por qué crees que es importante que quienes somos trabajadores nos organicemos para pelear por nuestros derechos?
– Nosotros fuimos parte de ese 80 por ciento de trabajadores que no tenían representación sindical. Tuvimos que organizarnos y salir a la lucha para tener nuestra representación sindical de base, porque estuvimos 15 años sin tener delegados. Eso que hoy tenemos, que es una gran conquista para nosotros, que es la conformación de un cuerpo de delegados, lo logramos haciendo muchísima política, donde dimos una pelea dentro de una de las empresas más anti sindicales que hay. A los trabajadores, por ejemplo, nos hicieron firmar la renuncia al Sindicato y era una condición sine qua non para poder ingresar a la compañía y eso está denunciado en el Ministerio de Trabajo.
Lo más importante de todo es saber que los empresarios se organizan para mejorar su negocio y siempre eso es en detrimento de las conquistas y de los derechos de los trabajadores. Entonces, así como se organizan los patrones, tienen que organizarse los trabajadores en defensa de sus intereses, porque es la única manera de poder avanzar en nuestros derechos y nuestros reclamos. Pero no solo organizarse dentro de cada fábrica, sino que a partir de ahí hay que buscar un tejido y una unidad porque somos todos trabajadores y tenemos que estar todos unidos.