Nora Cortiñas, presidenta de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, continua luchando por el esclarecimiento de la desaparición de su hijo Gustavo. Luego de casi tres años de haber iniciado el último recurso de hábeas corpus con sus abogados de la Gremial de Abogados, la Cámara de Casación Penal hizo lugar al recurso. Esto implicaba que el Teniente general Milani y el Ministro Agustín Rossi debían presentarse a la audiencia obligatoria para dar explicaciones. Para hablar de este tema se comunicaron desde Estación Central (Radio Sur, FM 88.3) con Eduardo Soares, abogado de Cortiñas.
– ¿Quiénes asistieron a la audiencia en representación de Milani y Rossi?
– Estaban citados Milani, Rossi y Monseñor Arancedo, Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, porque se consideró también pedirle a la Iglesia que abra los archivos que tiene respecto a los desaparecidos durante la dictadura.
Monseñor Arancedo concurrió personalmente con su abogado. En lugar del Teniente General Milani concurrió el General de División Gustavo Motta, segundo comandante del Estado Mayor General del Ejército, con todos sus abogados y con el Coronel Walter Faneco, que es el responsable del Archivo General del Ejército. Y por el Ministerio de Defensa estuvo la conocida abogada de ellos, Graciana Peñafort y la directora nacional de DDHH del Ministerio, Stella Maris Segado
– Y ¿Qué excusa dieron por no haber asistido?
– Los representantes se presentaron con poder suficiente, nosotros produjimos dos incidentes de impugnación durante la audiencia, planteando que tanto la Cámara de Casación como el propio Juez que estaba presente habían ordenado la comparecencia de Milani y de Rossi. Y el Juez esta vez cambió de posición, entendió que el poder que tenían tenía alcance suficiente como para representarlos en la audiencia y por lo tanto hizo lugar a la presentación y permitió que estuvieran presentes Milani y Rossi por medio de sus abogados.
Nosotros ahí tuvimos que consultar con Nora, porque teníamos dos alternativas: nos levantábamos, nos íbamos y seguíamos la línea de apelación; o subsidiariamente lo que hicimos, dejamos planteada nuestra protesta y nuestra reserva de concurrir a casación en caso penal -que es eventualmente lo que haremos ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos- pero nos quedamos a la audiencia.
Y ahí estuvimos por lo menos tres horas, en una audiencia muy dura. Básicamente las dos cuestiones más importantes que plantearon fueron, primero sobre la incidencia de la presentación de Milani y Rossi y posteriormente sobre el fondo del asunto, que básicamente el planteo de Nora es ‘quiero saber dónde está mi hijo’, ‘Ustedes son el Estado, el Estado es el que se lo llevó. El que produjo la acción es el Ejército, por lo tanto acá está sentado el Estado y el Ejército.’
Bueno, ellos primero estuvieron una hora dándonos una clase de la historia de los Derechos Humanos en la Argentina, nosotros los quisimos interrumpir, pero el Juez se los permitió. Así que después de habernos ilustrado sobre cómo se defienden los Derechos Humanos, Peñaflor en nombre del Ejército y del Ministerio de Defensa nos planteó específicamente que ellos no tienen ningún dato. Es más, te digo, aportó más datos la Iglesia que ellos, porque la Iglesia por lo menos trajo unas cartas que en su momento Monseñor Galán le habría mandado a la propia Conferencia Episcopal, a pedido de Monseñor Laguna, que en aquel momento era el Obispo de Morón.
Lo único que trajo el Ministerio de Defensa es una carta, que ya la habían publicado en Página/12, que la inteligencia militar le había capturado a Nora. En 1977 ella le había mandado una carta a una madre exiliada, para que inicie una campaña por los desaparecidos y particularmente por Gustavo. Nora se lo dijo en la cara al General Motta, ‘ustedes me pueden secuestrar esta carta y no me pueden decir dónde está mi hijo’.
Así que bueno, salimos decepcionados, pero fue grande nuestra sorpresa cuando el Juez nos hizo lugar a todo. Hizo lugar al recurso e intimó al Estado Nacional a que siga actuando, pese a que le dijo que no tenía elementos y que informe cada tres meses qué es lo que está haciendo para averiguar el paradero de Gustavo.
Ellos plantearon dos cosas importantes, primero que dicen que están agotadas las gestiones. Y la segunda cuestión que plantearon es que, como nosotros les dijimos ‘ustedes son el Estado Nacional’, ellos nos dijeron ‘no, nosotros somos el Ejército y el Ministerio de Defensa’. Así que bueno, si ellos reconocen que no lo son, tendríamos que preguntarle al Estado Nacional, que sería el resto de los Ministerios y la propia Presidencia de la Nación. Ese va a ser nuestro planteo a la Corte Interamericana.
– Si un hábeas corpus no es el camino para buscar a un desaparecido, según ellos ¿Cómo se busca a un desaparecido?
– Ellos lo que dicen es ‘vayan a los Juicios de Lesa Humanidad, reclamen ahí’. Pero nosotros les explicamos ‘mirá, los juicios de Lesa Humanidad están investigando responsabilidades concretas. Nosotros les estamos preguntando dónde está Gustavo. El Estado se lo llevó y ustedes son el Estado’. Yo le decía al General Motta, “si a mi me nombraran hoy Presidente del Correo y me libra un oficio un Juez que me dice ‘diganme un telegrama que se envió en 1977’. Yo busco en el archivo y tengo el telegrama. Ustedes tienen registros de la Batalla de San Lorenzo en el Archivo del Ejército y del Cruce de los Andes, pero no tienen registro de una operación de la inteligencia militar del ejército”.
– ¿Qué evaluación hace que justo en este momento Milani presentó la renuncia?
– Por ahí hay de todo un poco. Yo no quiero atribuirle eso a la perseverancia de Nora, pero por ahí un poquito debe haber. Nosotros no tenemos ni idea, probablemente para cuando se fijó la audiencia y el General Milani no se presentó, por ahí ya tenía resuelta la renuncia.