“El 32,2% de la población se encuentra en la pobreza, mientras que el 6,3% está en la indigencia”, informó este miércoles el Instituto Nacional de Estadística y Censos, en base a los resultados de la Encuesta Permanente de Hogares del Indec. Dialogamos con Cynthia Pok, Secretaria de Formación de la Central y responsable del sector del organismo que produjo el informe.
Detrás de las estadísticas están las personas: uno de cada tres habitantes en Argentina es pobre. El relevamiento del organismo, que corresponde al segundo trimestre del año y cubre 27.200.000 personas en 31 centros urbanos de todo el país, mostró que 8,77 millones de personas están en la pobreza, lo que equivale al 32,2 por ciento de la población, y, entre ellas 1,7 millones de personas son indigentes, lo que representa el 6,3 por ciento.
Se consideran pobres los hogares que no logran cubrir con sus ingresos la Canasta Básica Total, que deberían poder cubrir, considerando la cantidad de miembros del hogar, edad y sexo de sus componentes. Dicha canasta incluye un conjunto de bienes y servicios alimentarios y no alimentarios. Los hogares que no cuentan con los ingresos mínimos como para poder comprar ni siquiera los alimentos indispensables para la subsistencia, comprendidos en la Canasta Básica Alimentaria, se consideran indigentes.
La región del Noroeste, con el 40,1 por ciento, es la que tiene mayor tasa de pobreza, seguida por la del Noreste con el 35,8 por ciento y Cuyo 35,6 por ciento. La indigencia golpea con más fuerza en la región Pampeana, donde alcanza 7,7 por ciento, y el Noroeste con el 7,6 por ciento. La Patagonia es la zona menos afectada, ya que la pobreza tuvo allí un registro de 24,7 por ciento, y la indigencia llegó a 3,3 por ciento.
Nuestra compañera Cynthia Pok, Secretaria de Formación de la Central participó de la conferencia de prensa en que se presentaron estos datos, como responsable del sector que los produjo en el INDEC.
Allí señaló, además de ampliar los datos generales, algunos aspectos críticos. Por un lado informó que el 47,4% de los niños y niñas de hasta 14 años son pobres. Por otro, remarcó la gravedad de la cuestión generacional, ya que además de que casi la mitad de nuestros niños y niñas están en la pobreza, los y las jóvenes están también muy fuertemente afectados/as por la misma.
Advirtió también sobre los riesgos de las caracterizaciones “Ni Ni” (Ni trabajan ni estudian) que tan frecuentemente se desliza hacia los discursos “delincuenciales”. Sobre esto señaló que los/las jóvenes no sólo están afectados por una mayor incidencia de la pobreza sino que tienen, al mismo tiempo, una muy alta tasa de desocupación, la cual más que triplica la del conjunto de la población. En otros términos, no es que “no trabajan” es que no tienen trabajo y lo buscan activamente, que no es lo mismo.
Entrevistada por ACTA, nuestra compañera reseñó estos contenidos y señaló la importancia de la cuestión salarial en este contexto. “Si consideramos que para este segundo trimestre del año, la Canasta Básica Total que se usa en esta metodología cuesta12.200 pesos, (en junio como ejemplo para un “hogar tipo”) la estructura salarial está muy lejos de este valor en la gran mayoría de los trabajadores/as, Y la diferencia es abismal con el Salario Mínimo Vital y Móvil, que llegó, con su magro aumento de junio a 6.810 pesos”.
También afirmó: “En el marco de la lucha en defensa de las estadísticas públicas llevada a cabo durante un largo –y dificultoso- tiempo, a través de nuestras organizaciones ATE y CTA, hemos ratificado el compromiso de los trabajadores/as con el rol indelegable del estado, más allá de los gobiernos, -de antes, de ahora, de después- de brindar estas herramientas. Son para dar visibilidad a la situación de millones de personas, resultante del modelo de depredación y explotación imperante, y para que la sociedad en su conjunto y el campo popular en particular, se apropien de ellas como parte de sus herramientas de lucha”.