El pasado miércoles 18 de diciembre por la tarde, se realizó en la sede de la Central porteña la inauguración de una muestra gráfica basada en la investigación de Ester Kandel sobre la Ley 5291, que reguló por primera vez en el país el trabajo de las mujeres, niñas y niños. Además, bajo la coordinación de Graciela Córcico, se llevó a cabo una charla en la que expusieron la autora de la investigación; Omar Giuliani, coordinador del Hogar Escuela Ruca Hueney e integrante de la Mesa Provincial de la CTA de Buenos Aires; Jorgelina Sosa, secretaria de Género de CTA Capital y Natalia Cilis del Colectivo de Trabajadores y Trabajadoras de Niñez de la CTA Capital.
Graciela Córsico, Directora de la Biblioteca Digital de la Central fue la encargada de abrir la muestra y presentar a los panelistas. “La muestra está basada en un trabajo respecto a los 100 años de la Ley que se sancionara en 1907 por el Diputado Alfredo Palacio, pero fundamentalmente por el trabajo del Movimiento Obrero Organizado y las presiones y una gran mujer, pensadora, trabajadora, que desde la práctica fue aportando elementos que iban a ser la base para este proyecto de ley, que finalmente se sancionó. Esta investigación es un trabajo inédito, donde hoy trabajamos con elementos del contexto de lo que estaba ocurriendo en esa etapa.”, explicó Córsico en la apertura de la actividad.
Por su parte, Carlos Chile, secretario General de la CTA Capital, dirigió unas palabras para los compañeros y compañeras presentes: “simplemente quiero saludarlos, agradecerles que estén acá, agradecerle la iniciativa a las compañeras de la biblioteca; a Ester, por brindarnos su trabajo; y un saludo grande de fin de año para todo y para todas. Sigamos trabajando, mañana todos a la marcha a pelear por lo nuestro, por el bono de fin de año, a pelear contra la ley Antiterrorista, a pelear contra la condena de los compañeros de Las Heras, por la libertad de los presos de Corral de Bustos, por la liberad de Fernando Esteche, por la libertad de Raúl Lezcano y para que podamos construir un país donde la felicidad llegue a todo nuestro pueblo”.
A su turno, Ester Kandel, realizó un breve resumen sobre su investigación. Hizo referencia a los orígenes del trabajo infantil en el sistema capitalista. “Cómo ustedes podrán ver en la muestra, la mayoría de las infracciones eran a los niños. Los chicos trabajaban a pesar de la prohibición. El trabajo infantil tiene sus orígenes en la transformación de la manufactura en la industria textil. Se incorporaba a los chicos para instaurar una proporción justa entre el Capital y la fuerza de trabajo.”
Kandel citó a Friender, quien analizó varias ciudades de Inglaterra a principios del siglo paso y observó que “las maquinarias recién inventadas fueron empleada en grandes fábricas, construidas junto a ríos capaces de mover la rueda hidráulica, en esos centros, lejos de las ciudades, se necesitaron miles de brazos, se requisaban principalmente las manos, dedos finos y ligeros, inmediatamente se impuso la costumbre de traer a los aprendices de los diferentes asilos parroquiales.”
Omar Giuliani, por su parte expresó: “el tema de la Ley del inicio de siglo es algo que nos moviliza mucho, no tan solo por las cuestiones que no se han modificado y no tan solo por este capitalismo que sigue explotando a los trabajadores, porque en realidad es una etapa en donde se construye gran parte de la legislación y de la construcción de políticas públicas represivas, sobre todo porque existía una etapa de convulsión social donde nuestra clase trabajadora se venía organizando. La historia del tratamiento de nuestros pibes en la Argentina va hermanada a la historia de la capacidad del Movimiento Obrero de organizarse. No es casual que la Ley represiva para nuestros pibes -que fue la Ley Agote- se da después de la semana trágica: su discurso en la cámara de diputados habla de que hay que ‘tutelar, encerrar, encausar y educar a esas hordas de jóvenes a manos de los anarquistas’. Quiere decir que nuevamente aparece la figura del pibe asociada a la figura del Movimiento Obrero. A la capacidad organizativa del movimiento obrero”.
“Yo hago este juego de palabras ‘hermanadas’, ‘movimiento obrero’, ‘pibes’, ‘hijos de la clase trabajadora’ y empiezo a discutir el concepto de trabajo infantil. Aquello que nos identifica como clase, aquello que nos da identidad a los trabajadores y aquello que nos hace ganar nuestra vida, nos socializa, nos fraterniza, que es el trabajo, no puede ser malo. Y claro, cuando se nombra nuestra tarea de trabajador en manos del modelo y el pensamiento único capitalista, el trabajo está asociado a la explotación; por lo tanto creo que hay que empezar a debatir y a discutir profundamente que no es problema que el pibe trabaje, de lo que debemos estar en contra es de la explotación infantil y de cualquier edad. Ahora, aquello que nos da identidad como clase, aquello que nos identifica como hombres y mujeres con capacidad de transformar nuestra realidad, es el trabajo y no puede ser malo”, opinó Omar.
“La OIT como asocia el trabajo infantil con la explotación, y en el sistema capitalista el trabajo está pensado como modelo de explotación y como acumulación de capital, como concepto de plusvalía y no como desarrollo de la vida y crecimiento de nuestra comunidad y sociedad, obviamente que desde la mirada del sistema capitalista, nos quieren hacer creer que cuando el pibe participa de nuestra actividad cotidiana está mal. De la misma manera que nos quieren hacer creer que cuando el pibe sale a la calle a reclamar, también está mal. Trabajar para nosotros significa transformar la vida. Ahora, es peligroso pensar que aquello que nos identifica sea malo para nuestros pibes. Hoy nuestros pibes son parte de un sistema perverso que nada tiene que ver con tansformar la vida, que tiene que ver con la falopa el narco estado que hoy estamos viviendo y claro que nosotros estamos en contra de eso, pero eso no es trabajo, eso es explotación”, argumentó el coordinador del Hogar Escuela Ruca Hueney.
A su turno, Jorgelina Sosa, secretaria de Género de la CTA Capital, habló sobre la historia del movimiento de feministas que vienen construyendo el cambio social para las mujeres. “Nosotras desde la secretaría hace 4 años que venimos trabajando los temas del trabajo remunerado de las compañeras, el trabajo precarizado de las compañeras, venimos trabajando la Formación y la importancia de los Jardines Maternales que necesitamos todos y todas para poder conseguir trabajo. Este es un país que tiene muchas leyes y son divinas, se escribe muy lindo con las manos pero es muy fácil después borrarlo con el codo, porque no se implementan, no se les pone presupuesto y las mujeres seguimos en las mismas condiciones desde hace muchos años atrás. “Con los talleres de formación estamos repartiendo herramientas a las compañeras, nosotras sentimos que tenemos que formarnos para poder reclamar. Cuando hablamos de formación y herramientas no solamente lo decimos para nuestras compañeras que están adentro de los sindicatos, sino para nuestras compañeras trabajadores y desocupadas de los movimientos sociales. Cómo trabajamos, cómo articulamos en conjunto y podemos decirle basta al capitalismo, al patriarcado que sufrimos las mujeres todos los días. Queremos a igual trabajo igual salario, que nos reconozcan todas las horas que trabajamos, incluido el trabajo doméstico, que es el invisible.”, concluyó Jorgelina.
Para cerrar, Natalia Cilis, del Colectivo de Trabajadores y Trabajadoras de Niñez de la CTA Capital hizo una exposición de un diagnóstico hecho sobre la situación de los chicos y chicas en la Ciudad de Buenos Aires. “Nosotros lo que sentimos es que lo que le pasa a las chicas, chicos y adolescentes es un espejo de cómo estamos. Intentamos mostrar un espejo de la Ciudad de Buenos Aires. Con respecto al trabajo infantil encontramos un dato muy interesante a nivel nacional, se trata de unos datos subidos a la página web del ministerio de Trabajo de la Nación, se trata de una información de 2012, una encuesta para trabajadores urbanos, y dice que el 40 por ciento de los adolescentes que trabajan lo hacen ayudando en establecimientos familiares. Ahí les preguntan si se cansan, si se aburren, si les sirve para aprender y entre el 80 y 90 por ciento de los chicos contestaron que no se cansan, no se aburren, les sirve para aprender y les gusta hacerlo.”
La muestra gráfica continuará en exposición en la planta baja de la sede de la CTA Capital -Avenida Independencia 766- hasta el lunes 30 de diciembre.