Por segunda vez consecutiva se realizó un encuentro de vecinos y vecinas, comerciantes e integrantes de asambleas del barrio de San Telmo en la Casa Cultural Pepa Noia de la CTAA Capital, donde se acordó una gran movilización en defensa del Casco Histórico a realizarse el jueves 23 de junio a las 17 horas en Independencia y Bolívar.
Con la participación de alrededor de 100 vecinos y vecinas de San Telmo en los distintos encuentros llevados adelante, se elaboró un documento fundamentando el rechazo a la intervención que propone el gobierno porteño en su “Plan de Renovación del Casco Histórico”, con propuestas alternativas y la opción de recurrir a la justicia para detener la destrucción en ciernes al no contar con ningún estudio de impacto ambiental acumulativo ni instancias de participación ciudadana en el proyecto.
En dicho texto, se puede leer que “En el marco de “La Transformación No Para”, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires avanzó en el Casco Histórico en un sector de la Ciudad de Buenos Aires que por definición no debería transformarse sino preservarse y protegerse. Sin embargo, a través de intervenciones en el espacio público y el transporte, se está acelerando el proceso de expulsión de residentes y de pequeños comercios del Casco Histórico para convertirlo en un gran polo gastronómico y de entretenimiento a cielo abierto, destinado principalmente al turismo y a residentes temporarios”.
El proyecto de Horacio Rodriguez Larreta consiste en intervenir el espacio público de 72 cuadras delimitadas por Avenida de Mayo, Avenida Juan de Garay, Paseo Colón y Tacuarí, con obras como el re-adoquinamiento de calles que el propio gobierno había des-adoquinado y asfaltado años atrás, nivelar la calle con la vereda e instalar bolardos: unos elementos metálicos similares a balas incrustados en las veredas, que han causado varios accidentes a peatones y ciclistas en otros sectores de la ciudad. Algo que desde las organizaciones perciben como una lógica de avanzar en la destrucción de la historia, la identidad y la morfología de los barrios porteños que hace cada vez más difícil el reconocimiento de los barrios, transformados por la irrupción de torres, grandes cadenas comerciales o por la uniformidad del espacio público como ya sucede en Palermo, Boedo o Microcentro. Sin importar que, en este caso en particular, está de por medio el valor histórico de la zona, el valor patrimonial de sus edificios antiguos, pero también las dinámicas sociales y económicas de su población que le dan vitalidad al barrio.
Para María Eva Koutsovitis, integrante del Frente de Organizaciones Salvador Herrera de la CTAA Capital, “La pandemia profundizó la disputa por el uso del espacio público entre la gastronomía y la posibilidad de habitar los hogares: En San Telmo el uso del espacio público por parte de la actividad gastronómica se lleva a cabo sin ningún tipo de control o regulación del gobierno porteño, al punto que hoy es imposible transitar las veredas, la contaminación sonora es permanente y todo esto ha generado que muchas familias se mudaran o vean muy deteriorada su calidad de vida”.
“En el mismo sentido, el Gobierno anunció un Plan de Reordenamiento de Colectivos que implica que las líneas que hoy recorren San Telmo (22, 24, 28 y 126) van a ser derivadas al Metrobus 9 Julio y del Bajo. Es decir, que para acceder al transporte público los y las vecinas de San Telmo vamos a tener que caminar en algunos casos más de 7 cuadras. El GCBA elabora la política de transporte pensando que todos los habitantes del Barrio Histórico son personas sin problemas de movilidad o que pueden usar bicicleta”, finalizó Koutsovitis .
De esta manera, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, justifica entre otras cosas los $2500 millones de pesos para la Etapa II del Metrobus del Bajo: una obra innecesaria para la cual ya se demolió el edificio de la Escuela Taller del Casco Histórico, todo un símbolo de la historia del barrio y la ciudad, y se mutilaron 70 árboles añosos de la Avenida Paseo Colón.
Mariel Arandia, vecina de San Telmo y co-fundadora de BARRIOS HISTÓRICOS VIVOS (San Telmo y Montserrat) aseguró que «hemos consensuado en la primera asamblea este nombre por dos razones principales: “Históricos” porque aquí se encuentra el Casco Histórico de la ciudad, somos los primeros Barrios de Buenos Aires y por tantos sucesos que aquí acontecieron, por ejemplo: sobre estas calles caminaron los vecinos en mayo de 1810 gestando el nacimiento de la patria. Y “Vivos”, en alusión a las palabras del Arquitecto Peña: “Un barrio, una plaza sin habitantes, es un barrio muerto”.
«Este proyecto de convertir en un polo gastronómico a cielo abierto las calles de San Telmo, atenta contra los vecinos y comercios tradicionales del barrio e impulsa la expulsión de los residentes permanentes: No tienen ningún derecho a hacer esto, es nuestro lugar en el mundo, que amamos y que vamos a defender», sintetizó Arandia.
Cabe destacar que de las reuniones mencionadas surgió la realización de una campaña en la vía pública en distintos barrios, con la colocación de mesas para la difusión de la problemática y la recolección de firmas contra este proyecto. Mismas que continuarán desarrollándose cada fin de semana.