Así lo afirmó el secretario General de Luz y Fuerza de Mar del Plata y Adjunto de la CTA Nacional. El miércoles, en una reunión de secretarios generales de todo el país, la Central decidió convocar a una Jornada Nacional de Lucha para el martes 26 de agosto.
Fue la primera vez, desde las elecciones del 29 de mayo y la asunción de las nuevas autoridades el 17 de julio, que se reunieron todos los secretarios generales del país. En esta reunión, la Conducción Nacional de la CTA definió convocar a una Jornada Nacional de Lucha para el martes 26 de agosto con paros, movilizaciones y cortes, además de una gran marcha de Plaza de Mayo al Congreso de la Nación, para exigir el cese de los despidos por un año.
“La reunión fue para analizar la situación conflictiva de Argentina, el deterioro que se evidencia en términos económicos y sociales y, particularmente, la situación laboral. Porque avanzan las suspensiones, los despidos y los cierres de empresas y hasta pareciera que en algunos casos se trata de una decisión política de lock out por parte de la patronal”, afirmó José Rigane, Secretario Adjunto de la CTA Nacional.
Consultado sobre las políticas que el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner adoptó en esta etapa, Rigane fue contundente: “El Gobierno adopta algunas decisiones políticas contradictorias. Por un lado, se sigue descontando el mal llamado Impuesto a las Ganancias -porque es un impuesto al trabajo y es inconstitucional- a los trabajadores que superan los $ 15.000 de salario. Lo que parecería que pone un techo. Nadie puede ganar más de eso porque entras en el sistema de descuento. El máximo funciona de esta manera, pero el mínimo no existe porque el Salario Mínimo, Vital y Móvil está todavía en $3600 y no alcanza para nada”.
“Por otro lado, el Gobierno propuso pagar a todas las empresas, por los trabajadores nuevos que ingresen, el 50% del salario. ¿Eso qué significa en la práctica? Que las empresas rápidamente se desprenden de los trabajadores más antiguos, porque les resulta mucho más económico tomar trabajadores nuevos. Esta decisión del Gobierno, también ayuda a que se profundice la crisis. ¿Por qué? Porque en el medio de eso, existe una Ley en la que cualquier patrón puede echar a un trabajador sin causa. O sea que esto demuestra también no sólo las contradicciones, no sólo la profundidad de la crisis, sino que las medidas no son certeras para resolver un tema que se generaliza”, explicó el también Secretario General del Sindicato de Luz y Fuerza de Mar del Plata.
-¿En ese contexto es en el que la CTA adopta la decisión de convocar a la Jornada Nacional?
Tenemos que confrontar con estas políticas. No es un problema de ser oposición, como se dice muy fácilmente. No. Nosotros somos trabajadores. Defendemos los derechos y las reivindicaciones de los trabajadores en términos profesionales. Por lo tanto, vamos a un Paro que ya tendría que haberse realizado. Que no se ha realizado porque, lamentablemente, no hay unificación a la hora de la definición de llevar a la práctica esta iniciativa. Lo cierto es que acá hay muchos trabajadores que están en negro, que no tienen representación, que si faltan al trabajo los echan. También hay Organizaciones Sindicales que están esperando que les digan desde el Gobierno, lo que tienen que hacer. Y esto es lamentable.
La decisión de la Central es convocar a una Jornada Nacional de lucha con paros, movilizaciones, cortes. Y, por supuesto, se ha puesto como fecha el 26 de agosto pero tratando de acordar con el resto de las Centrales que estén dispuestas a llevar adelante esta iniciativa y con el resto de las organizaciones.
En nuestro caso, además, venimos trabajando en una multisectorial desde hace bastante tiempo, integrada por organizaciones sociales y estudiantiles con la idea de que en esta oportunidad realicemos una movilización de Plaza de Mayo al Congreso, porque creemos que el Congreso tiene que intervenir y lo primero que pedimos es que por lo menos por un año se suspendan los despidos. Si hay que tomar medidas, la medida tiene que ser que todo el mundo tenga garantizado su trabajo. No se le puede poner precio al despido o a la suspensión.
También esta iniciativa tiene otras reivindicaciones: 82% Móvil, Derogación de la Ley Antiterrorista, oponernos a la ley que pretende regular la protesta.
– ¿Qué opinión le merece las expresiones del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, sobre las comisiones internas y los trabajadores que sostienen conflictos en fábricas como Lear?
Es la expresión más grosera de la persecución a las organizaciones de izquierda y las comisiones internas que no responden a la burocracia sindical. En realidad, aquellos que hemos vivido la década del ’70 no nos sorprenden este tipo de expresiones porque ya las vivimos, escuchamos y sabemos lo que significan. En la práctica, es la persecución de lo que no pueden someter. De hecho, hay un desarrollo de comisiones internas que no responden a la burocracia sindical y que, por supuesto, tratan de supeditarla. Es lamentable que desde el Gobierno se aliente este tipo de persecución.
Acá se está cerrando una iniciativa política: por un lado perseguir, responsabilizar y reprimir a las comisiones internas que no se someten; por el otro lado desarrollar un proyecto de ley para que no pueda haber manifestaciones con absoluta libertad como lo establece nuestra Constitución Nacional. Al mismo tiempo, el ejercicio de facilitar a las empresas el poder tomar nuevo personal haciéndose cargo el Gobierno del 50% de esos costos, con las consecuencias que trae con los más antiguos.
Habría que preguntarse si parte de las suspensiones y cierres de algunas empresas no tienen que ver con algún acuerdo político entre estos sectores que están decididos a hacer desaparecer las comisiones internas.
-¿La decisión de la CTA es avanzar en una medida de fuerza con la CGT?
Sectores de la CGT que encabeza Hugo Moyano están diciendo que el paro, ellos lo estarían convocando entre el 26, 27 o 28 de agosto. O sea que hay muchas posibilidades de convocar en una fecha única. Hoy Pablo Micheli está trabajando, de acuerdo al mandato de la reunión, para que avancemos en coordinación con el resto de las fuerzas.