El escenario laboral presentaba, a finales del año 2013 y comienzos del 2014, perspectivas mucho más que desalentadoras. La altísima conflictividad laboral que se había venido desarrollando durante los últimos meses del año 2013, principalmente en el sector público, se mantuvo vigente durante los primeros meses del año. A su vez, la devaluación del peso en enero y el consiguiente incremento de la inflación hasta los niveles más altos desde el año 2002, preanunciaba un año extremadamente complejo para la evolución del mercado de trabajo, la negociación salarial y la conflictividad laboral.
Estos presagios se cumplieron sólo parcialmente. Por un lado, la conflictividad laboral se mantuvo en niveles muy altos en comparación con los años anteriores, pero con una tendencia declinante a lo largo del año. En muchos casos, los trabajadores y las organizaciones sindicales postergaron reclamos reivindicativos para concentrar sus fuerzas en medidas de tipo defensivas. Por otra parte, la ronda de negociación salarial culminó con acuerdos en todas las actividades, reconociendo los incrementos nominales más altos al menos desde el año 1991, pero que aun así se mantuvieron muy por debajo del incremento de los precios. De esta manera, el salario real de los trabajadores experimentó, durante el año 2014, la mayor caída desde el año 2002.
El comportamiento de estas dimensiones es analizado en detalle en el Informe Anual 2014 del Observatorio del Derecho Social de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA-A).