Con ayuda del equipo de organización y gremial y el Departamento Jurídico de la CTA Capital, Leandro Rodriguez Reina pudo ser reincorporado a su puesto de trabajo en la empresa La Mantovana, la cual ofrece sus servicios en la Administración Federal de Ingresos Públicos.
El compañero había sido despedido en septiembre del año pasado luego de que intentara organizarse sindicalmente en su sector de trabajo.
Un grupo de alrededor de 50 compañeros comenzó a organizarse en junio de 2011 para exigir el pase a planta permanente, debido a que hay trabajadores que ya llevan más de 10 años desempeñando tareas como tercerizados en la AFIP. Comienzan a reunirse en la CTA Capital junto con Eduardo Otero, Dora Martínez y Pablo Kleiman, de la Mesa Ejecutiva, y Hernán Luengo del Equipo jurídico y ahí empiezan a interiorizarse de cuáles son sus derechos.
“Sabíamos que lo teníamos que hacer de a poco y ver a quién le decíamos, porque lamentablemente siempre hay alguno que es familiar o algo y la información llega a quien no le tiene que llegar. Entonces, de a poco fuimos sumando gente, seguíamos haciendo reuniones en la CTA Capital, planteando lo que queríamos hacer y que teníamos que estar unidos”, empieza a contar Leandro Rodríguez Reina, de 21 años, trabajador recientemente reincorporado por La Mantovana en la AFIP, luego de una larga lucha.
Leandro comenzó a trabajar en la AFIP (en la sede de Hipólito Yrigoyen 370) a través de La Mantovana en julio de 2009, en el sector Movimiento de Bultos, que es el que se encarga de la mudanza de oficinas, aunque muchas veces terminaba haciendo trabajos administrativos para la Administración Federal.
¿Qué tipo de tareas desempeñan en la AFIP?
Supuestamente Movimiento de Bultos, que se trata de hacer las mudanzas, mover muebles, llevar archivos a otras dependencias. Pero la gran mayoría de nosotros, alrededor de 80 compañeros, estamos en oficinas de la Administración Federal haciendo trabajos administrativos y manejando sistemas que son pertinentes totalmente a la AFIP.
Lo que nosotros buscábamos era el ingreso de todos al organismo, porque había otros 30 compañeros que realizaban tareas de movimiento de bultos, que es una tarea que está en el convenio colectivo de la AFIP. Osea, en un momento la hacían empleados de la AFIP, pero fueron tercerizando funciones.
¿Cuáles son las razones por las cuales ustedes deciden empezar a organizarse?
Lo que nosotros decimos es que si la AFIP necesita gente, que nos tome como empleados de planta permanente; que se valore el trabajo que venimos cumpliendo desde hace un montón, porque hay gente que está hace 10 años ahí adentro. Además, nosotros en la empresa no tenemos los mismos beneficios que tienen los empleados de la Administración.
¿Cuál es la diferencia entre ser un empleado tercerizado y un empleado de planta permanente en la AFIP?
Siendo un empleado tercerizado, en cualquier momento te pueden echar, a diferencia de los de planta permanente, que tiene estabilidad laboral. Segundo y capaz lo más importante, es que los sueldos no se asemejan, nosotros cobramos el mínimo, lo menos que se puede cobrar por ley y en la AFIP tienen un sueldo bueno. Y pasa que capaz un trabajador de la AFIP se va de vacaciones y un tercerizado queda a cargo de todo y eso no se valora en ningún momento. Y tercero, siendo de planta permanente al trabajar bien se puede ascender, en cambio en una empresa tercerizada no tenés posibilidad de crecer.
¿Qué pasó cuando empezaron a organizarse?
Nosotros decidimos elegir a cinco compañeros para que nos representen, uno por cada función que cumplíamos: administrativos; mozos; taller mecánico, que son los que les arreglan los autos a los funcionarios; movimiento de bultos y elegimos uno más.
Esos cinco fuimos a hablar con la jefatura y al día siguiente trasladaron a dos. Al otro día hicimos una asamblea en la oficina de La Mantovana que está adentro de la AFIP, para mostrar la disconformidad, entonces empezaron a venir los jefes a ver qué pasaba y nosotros les dijimos que habíamos ido de buena manera a plantearles qué era lo que queríamos y nos contestaron con esos traslados.
Desde la empresa nos dijeron que los dos compañeros trasladados eran malas personas y que no sumaban al grupo, pero nosotros les respondimos que habían sido votados por los trabajadores y que íbamos a seguir con la misma postura.
Ese mismo día me vino a buscar el dueño de la empresa, me llevó a una oficina y me empezó a decir: “¿Quién te crees que sos?, la ideología política que tenés no me importa, al igual que todos los gremios”.
Y a partir de eso, ¿Qué pasó?
Ahí se difundió miedo por toda la AFIP. A mi no me habían terminado de echar, no me había llegado la carta documento y en la Administración de Fondos ya me habían bloqueado todas las entradas.
Ante esta situación, algunos compañeros propusieron de quedarnos a dormir ahí, pero de los 50 que éramos quedamos 25. Entonces tomamos la decisión de no exponer a los compañeros y buscar por otro lado y fue ahí que al otro día me llegó la carta documento. Con los compañeros que habían quedado adentro empezamos a pegar afiches que hacían alusión a lo que había pasado y a mandar mails. Nos seguíamos reuniendo en la CTA y Hernán Luengo, abogado del Equipo jurídico de la Central porteña, tomó el caso. Se hizo cargo de todo lo judicial y mientras tanto nosotros seguíamos adentro tratando de pegar papeles para que vuelvan los compañeros que habían sido trasladados.
¿A dónde los habían trasladado?
A uno a la empresa, al sector de Movimiento de Bultos y al otro a un organismo del Estado, al sector de limpieza. A todo esto al gremio que está en la AFIP -AEFIP (Asociación de Empleados Fiscales e Ingresos Públicos)- no le importó nada. Ellos se hicieron los boludos, al principio estaba todo bien y después cuando se puso medio podrida la cosa se abrieron bastante de gambas.
Al poco tiempo tuvimos una reunión con Logística, que es la dirección que está a cargo de esta jefatura, que es la que contrata las licitaciones. En esa reunión pudimos hacer que a estos dos compañeros que habían sido trasladados los devuelvan a su lugar. Pero hay un tercer compañero, del grupo de los 5 delegados, que fue trasladado tiempo después y todavía no pudimos reincorporarlo.
En paralelo seguimos con lo mio, con Hernán, llevando testigos, yendo al juzgado. A principios de diciembre, la cautelar me la habían rechazado.
Ahí fue cuando lo mandaron a la cámara, pudimos juntar un par de pruebas. Adjuntamos una nota de la comisión de derechos humanos, como prueba y eso se ve que también nos sirvió. Y ahí es cuando a principios de diciembre la cámara rechaza lo que dijo la fiscalía y saca la cautelar a favor nuestro.
La reincorporación finalmente se hará efectiva el lunes 5 de marzo, después de la pelea legal, porque querían incorporar al compañero a La Mantovana en vez de reinstalarlo en su puesto de trabajo en la AFIP.
¿Vos cómo te sentís con todo esto que pasó?
Con muchos compañeros me sigo viendo y tengo contacto, pero hay que ver cómo los demás compañeros toman que vuelva. Porque los tipos les han llenado la cabeza de que pelear por lo de ellos está mal, y entonces capaz me ven a mi y creen que empieza el quilombo de nuevo porque estoy yo. Y la realidad es que nosotros lo primero que decíamos era que si esto se podía arreglar sin hacer quilombo era mejor.