“Los de la calle”, los llamábamos. Como si la dignidad humana pudiera digerir el hecho de que un niño o niña, hombre o mujer pudieran ser, pertenecer, elegir, decidir “ser de la calle”.
* Por Ana Romero, Frente Salvador Herrera
«Prenden fuego a dos hombres en situación de calle»
“Los de la calle”, los llamábamos. Como si la dignidad humana pudiera digerir el hecho de que un niño o niña, hombre o mujer pudieran ser, pertenecer, elegir, decidir “ser de la calle”.
Nos metieron la naturalización por los ojos.
En la Ciudad más rica del país que lxs niega e invisibiliza, posibilitando así la extrema inseguridad de vivir al descubierto de la violencia.
La violencia de una sociedad cada vez más encarnizada en el odio visceral hacia el supuesto débil. Aquel “débil” que no sería capaz, según los argumentos de la meritocracia de turno, de sobrevivir por sus propios medios. De estar alerta en medio de la noche, debajo de una autopista, en el cruel invierno.
De estar alerta, si, de que nadie venga a prenderte fuego. De que los salvajes no te devoren la humanidad.
Nos da estupor. Vergüenza. Dolor. Se nos retuercen en el estómago las palabras de un Jefe de gobierno que livianamente dice que “vienen a pasar el día”. Palabras que representan el absurdo de un gobierno cada vez más alejado de la realidad cotidiana de miles.
Pero ahí están, aun por detrás de la categoría de explotación de clase, como resultado del despojo capitalista. Mirándonos mientras caminamos por la vereda, diciéndonos que el neoliberalismo no es un eufemismo teórico. Que se come las entrañas de lxs pibes que ves ahí, jugando al borde de la calle. Jugando a pedir una moneda. Jugando a intentar sobrevivir en las condiciones más deplorables que podamos imaginar.
Hoy son noticia porque la deshumanización se hizo carne y los prendió fuego.
Son noticia. Si. Por hoy. Pero no te pierdas el dato duro: Según el Ministerio de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, las personas en situación de calle en la Ciudad hoy alcanza a 1.091. Los números no nos cerraban y el Censo Popular de Personas en Situación de calle que se realizó del 8 al 15 de mayo de este año (en la cual participaron más de treinta organizaciones junto con el apoyo del Ministerio Publico de la Defensa, el consejo de Organizaciones Sociales de la Defensoría del Pueblo, y la Presidencia de la Auditoria General, todos organismos de la Ciudad), arrojó el número de personas en situación de calle EFECTIVA es de 4394 personas.
Cuatro mil trescientos noventa y cuatro. Personas.
Los números no cierran.
Casi 5 lucas de gente, che; que no son noticia todos los días, ni siquiera para el Estado. Y es el Estado quien debe tomar responsabilidad ante situaciones de vulnerabilidad. Si no, ¿para quién gobiernan? ¿Para qué o quiénes recaudan? Si el hilo más frágil y vital de una vida digna no está garantizada en, repetimos, la Ciudad más rica el país. Un techo, un plato caliente en el invierno, un lugar donde dormir.
En medio de este tumulto de despojos a las que fuimos sometidxs, en medio de esta violencia estructural organizada, una cosa nos queda: no resignarnos.
No naturalizar.
Para que ni lxs pibes, ni nadie, tenga «que hacerse solo o sola». Para que la crueldad no sea impune. Para no naturalizar el despojo. Para construir un piso de dignidad hasta que cumplamos todos nuestros sueños. Hasta que la dignidad se haga costumbre.
Ilustración: Walter Leonel Piedras Taverna