El primero de marzo de 2007 Gabriel Blanco, el joven de 21 años que fue apresado en la Matanza por la policía de San Carlos, apareció ahorcado en el calabozo. La policía dijo que se había suicidado pero la familia siempre sostuvo que lo habían matado. Una segunda autopsia determinó que fue golpeado.
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Seis años después, en ocasión del inicio del juicio contra cinco policías bonaerenses imputados por tortura seguida de muerte, ACTA dialogó con Pablo Pimentel, Presidente de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) La Matanza.
-¿Cómo se está desarrollando el juicio?
El juicio empezó el miércoles 16, nosotros habíamos anunciado que estábamos preocupados por unas decisiones que había tomado el Tribunal 5 que nos daban la impresión de que no iba a haber objetividad. El abogado lo recusó, el Tribunal rechazó la recusación y arrancó el juicio.
Ahora podemos decir que por lo menos durante las cuatro primeras jornadas (faltan dos) hemos visto un desempeño acorde. El tribunal se mostró interesado en buscar justicia, interrogando y respetando los testimonios, sobre todo cuando de parte de la defensa de los imputados hubo algún tipo de estrategia para confundir; el tribunal se encargó de poner equilibrio y sobre todo respeto a quienes venían a dar testimonio.
Cabe recordar que estamos acompañados por varias organizaciones dentro y fuera del tribunal. Alberto Santillán (el papá de Darío) nos acompañó en unas jornadas, en la primer jornada estuvo Nora Cortiñas (de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora) y es muy posible que en la última jornada nos acompañe Adolfo Pérez Esquivel. Afuera hay una radio abierta permanente, militantes de distintas organizaciones sociales, políticas, religiosas, varios curas de la iglesia católica nos acompañaron también junto a familiares y amigos de Luciano Arruga. Estuvo Vanesa Orieta (hermana de Luciano) mucho tiempo, hoy creo que entraba al tribunal. La familia de Blanco está acompañada y nosotros estamos expectantes a que se pueda llegar a una sentencia justa.
-¿Son optimistas?
El desarrollo nos devolvió un poco el optimismo, vimos el desempeño del presidente del tribunal y de otro miembro nuevo, un juez muy joven que ha venido de Morón en reemplazo de un juez que se jubiló y realmente hasta ahora vimos el compromiso que debe tener un tribunal oral; como así también la imparcialidad y la objetividad para buscar entre todos los elementos que se trabajaron durante nueve años y así determinar ¿qué pasó con Gabriel? y ¿quiénes son los responsables? y, de acuerdo al código penal actuar en consecuencia. Creemos que si sigue en esa tónica y el comportamiento del tribunal ha sido sincero la sentencia tiene que ir acorde al desarrollo de todos los debates orales que se han hecho.
– Abogados de los policías acusados del crimen habían presentado una denuncia de extorsión en su contra. ¿En qué estado se encuentra esa acusación?
Está archivada y justamente en el fundamento del archivo dice que si en el debate oral de la causa que va a averiguar la tortura seguida de muerte de Gabriel Blanco surgiera algún elemento nuevo, el fiscal se guarda la atribución de des-archivarla y continuar con la investigación. Esa es la situación actual de la causa.
– En cuanto a la labor de APDH de todos los días ¿Qué nos podrías contar?
En estos días que se cumplen 40 años de ese golpe nefasto, como siempre, esta vez con más fuerza, con más ahínco estamos yendo a los colegios, estamos tratando de plantear que para que esto no pase nunca más y sobre todo no se instale totalmente un modelo económico como el que se está instalando se debe reactivar la memoria.
Estamos tomando como punto de partida estos 40 años para hacer ver y poner en discusión en todos los lugares donde nos invitan que evidentemente algo nos falló de la memoria, porque el 51% eligió esta opción sin leer que atrás de esto venía nuevamente el neoliberalismo con una política de endeudamiento que fue lo que hizo la dictadura militar en el ’76 justamente. Atrás de las desapariciones y las torturas venía el condicionamiento de los países centrales a los países periféricos como nosotros para condicionarnos económicamente y eso se repite a cuarenta años. Algo ha fallado de la militancia, de las organizaciones que no hemos reactivado la memoria y ahí es donde tenemos que poner el acento.
En APDH aparte de las tareas que hacemos habitualmente, atendemos todo hecho de violación de Derechos Humanos y violencia institucional acompañando la urbanización de villas. Esta semana particularmente la hemos tomado con este carácter. Reactivar la memoria en base a la verdad, en base a la justicia y sobre todo con estos últimos acontecimientos que estamos viviendo con los acuerdos con los fondos buitres y el futuro endeudamiento que va devuelta a hipotecar a varias generaciones.