En una entrevista exhaustiva con ACTA, Ricardo Peidro, secretario Adjunto de la CTA Autónoma, se refirió a la convocatoria del 24 de marzo, a 40 años del golpe de Estado que se llevó la vida de 30 mil compañeras y compañeros. Además, el dirigente habló sobre la importancia de su testimonio en la causa que investiga el Plan Cóndor: «Fue la interacción de las fuerzas represivas de las dictaduras del Cono Sur, la coordinación en las políticas sociales-económicas y de los grupos económicos que nos gobernaban», destacó.
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-La CTA Autónoma está convocando el 24 de marzo a marchar en la Ciudad de Buenos Aires y en todas las plazas del país.
Si, es lo que hacemos todos los años, siempre con un esfuerzo muy grande. Es casi como algo natural para nosotros, el tema de los derechos humanos va en nuestro ADN. Este 24 de marzo vamos a estar en todos los lugares como para reafirmar nuestra consigna de memoria, verdad y justicia; y, por supuesto, defendiendo los derechos humanos de los trabajadores para que no se olviden los Derechos Humanos.
-Es un contexto particular porque viene Obama, y además se están desmantelando todos los organismos de Derechos Humanos.
Exactamente, estamos acompañando todas las gestiones, acciones, denuncias que se están haciendo a través del servicio espacio justicia, Nora Cortiñas, Madres de plaza de mayo. Está muy arraigado el tema de la dictadura militar, el tema del terror y el tema de que no se vuelva, de que solamente con la memoria no van a poder repetir estas cosas, por eso me parece que no es tan fácil volver para atrás en este tema. No es un trámite administrativo volver atrás con los juicios, cambiarle la cabeza a los argentinos y establecer otro «relato» de lo que fue la dictadura militar. Creo que eso ya está asumido independientemente de las diferencias que puede haber en el campo popular. Esto no está metido sólo en las discusiones partidarias y políticas. El tema de la desaparición, la tortura, la muerte, el genocidio y las consecuencias sociales que trajo la dictadura, está muy metida en las cabezas y en los corazones de este pueblo. Así que por más que intenten, por más que desmantelen, no va a ser fácil, se les va a hacer imposible y este 24 de marzo en las calles de todo el país va a quedar demostrado.
-¿Qué características crees que va a tener este 24 en particular?
El 24 va a haber expresiones de todo tipo -previo y posterior por los 40 años-, va a ser multitudinario y va a haber un mensaje muy claro si es que a alguien se le pasó por la cabeza que pueden «rebobinar». Defender los juicios, que continúen los juicios, que continúen presos, reclamando cárcel común para los genocidas, que se abran los archivos, que se responsabilice a los culpables económicos (una de las mayores trabas va a ser esa). El tema ahora es que la justicia los pueda investigar porque si uno hace una línea, ellos son los que gobiernan.
-Están más protegidos ahora por el propio Estado.
En realidad nunca estuvieron tan desprotegidos, porque nos gobernaron en mayor o menor medida. Si no es un grupo económico, tiene mayor influencia el otro, y en mayor o menor medida son el poder real. Siempre ahí es más difícil. Nosotros históricamente los denunciamos desde la CTA. La Central viajó a España cuando estaban las leyes de impunidad, cuando se declaró ante Baltasar Garzón denunciando el genocidio en Argentina y la responsabilidad de los grupos económicos en ese genocidio. Claramente se denunciaron grupos económicos. No fue un día que los militares se levantaron y decidieron hacer el golpe. Fue algo perfectamente estudiado desde años anteriores para cambiar una matriz productiva. Ya había empezado antes del golpe del 76 con el gobierno anterior, todos los sabemos, la represión, la Triple A y todas estas cuestiones. Creo que quedó muy claro en qué consistió el golpe del 24 de marzo. Pero de ahí a sentar a los acusados responsables económicos… vimos en este tiempo lo difícil que es.
Algunos hechos ocurrieron, como el caso de Blaquier que igual salió en libertad. Se hace difícil, pero también lo era pensar que en algún momento íbamos a juzgar a los genocidas, que iban a caer las leyes de obediencia debida y punto final.
-Y son conquistas que si no hubiese habido un pueblo organizado, nunca se hubiesen alcanzado.
Yo me acuerdo cuando se habían establecido los juicios de la verdad, pero que no habían caído las leyes. Por eso no eran juzgados y nosotros planteábamos que no estábamos de acuerdo, que había que derogar las leyes de obediencia debida y punto final, y por supuesto como siempre nos decían que nosotros éramos utópicos, que no podíamos plantear esas cosas que solo hacíamos el juego. Resulta que después se podía. Y en ese sentido la CTA tiene una posición histórica que nadie puede desconocer, fuimos muy coherentes y por supuesto también el tema de ¿por qué fue el golpe de Estado? ¿Por qué cayeron los compañeros? ¿Por qué están desaparecidos los compañeros? si vos tenés claro eso, te lleva indefectiblemente a tener una actitud de militancia a lo largo del tiempo, y para hacer eso indudablemente hay que cambiar la sociedad.
-Ahora la pregunta que deben hacerse las organizaciones del campo popular es “cuál es la justicia que queremos” ¿No?
Volviendo el tiempo para atrás, para los que militábamos en los ´70, el golpe del 55 había sido el acto terrorista más grande de la historia argentina, el bombardeo a Plaza de Mayo, una plaza con civiles, los fusilamientos de Valle y de los basurales de José León Suárez, las persecuciones, las proscripciones. Todo eso está cuestionado ahora, pero los que militábamos por supuesto que queríamos justicia, pero la justicia que nosotros pensábamos era construir la sociedad que habían soñado aquellos que dieron la vida en esa plaza. No era: «El día que juzguen a los responsables del bombardeo…», nuestros sueños no se cumplen cuando se termine de juzgar al último genocida o se muera el último genocida o el último responsable. Eso es una parte, una parte importante porque hace a la fuerza que te da para adelante. Pero el verdadero sentido de la militancia, incluso la militancia por los derechos humanos es construir una sociedad donde se respeten todos los derechos que, por supuesto, la mayoría de son Derechos Humanos básicos.
-Que a la mayoría se los tienen negados.
Claro, se los tienen negado, exactamente.
Plan Cóndor: una investigación clave para entender la interacción entra las dictaduras de todo el Cono Sur
-Vos sos declarante en la causa por el Plan Cóndor. ¿Cómo está esa causa?
No sé exactamente cómo está la situación, todavía no hablé con los abogados. Soy declarante porque soy testigo, incluso tenía que viajar al juicio que se está haciendo en Italia, lo que pasa es que se murió el acusado principal. Sí declaré en muchos otros juicios, declaré inclusive en el de ABO (Atlético-Banco-Olimpo) donde se condenó a cadena perpetua a muchos represores. Y en el de Operación Cóndor vengo declarando desde Conadep. Yo estuve detenido en El Atlético con Gustavo Insaurralde, que era un compañero del Partido para la Victoria del Pueblo, que había estado en la Argentina. Cuando acá comenzaron a perseguir a los compañeros en la dictadura, él estaba también clandestino y viajó a Paraguay donde lo secuestran cuando estaba a punto de salir a Suecia (porque estaba la esposa embarazada allí). Lo secuestraron en Paraguay, estuvo en una cárcel de Paraguay, lo trajeron a la Argentina y ahí se había perdido el rastro. Soy el único que lo vio acá en la Argentina, en El Atlético.
-¿De qué se trató el Plan Cóndor?
El Plan Cóndor es ese acuerdo de las dictaduras del Cono Sur para la represión, eso está muy claro y se ve reflejado en esto. Un compañero uruguayo secuestrado en Paraguay, llevado a la Argentina y él mismo me decía que le habían dicho que estaban esperando que llegaran los militares uruguayos para interrogarlo. El compañero continúa desaparecido y esa es fundamentalmente mi declaración en la causa de Operación Cóndor. Fue la interacción de las dictaduras del Cono Sur de represión que también iba acorde, como decíamos antes, a la interacción de sus políticas sociales-económicas y de los grupos económicos que nos gobernaban. Se hacía indispensable para ellos una represión unificada, tratar de centralizar la información, y fueron especialistas en el tema descripto tan claramente en la Operación Cóndor.
-Una experiencia límite.
Una de las cosas que más me impactó por el tiempo que estuve con el compañero en el Campo de Concentración, que habrá sido un día, pero pudimos hablar, me explicó cómo era la situación. Se trataba de un compañero -yo tenía en ese momento 21 años- de unos 34 años, de mucha experiencia, nosotros lo veíamos como un viejo ahí, y con una entereza muy grande. Pero en este caso era muy impresionante como lo fueron persiguiendo al compañero hasta llegar a Paraguay y lo secuestraron, como te decía, cuando estaba por salir.
-Qué claves resultan estos testimonios para reconstruir toda esta red. Es hacer el trabajo inverso que hacía la dictadura, tratar de perderlos.
Exactamente, es una tarea en la que hay compañeros comprometidos con eso a lo largo del tiempo, cuando se descubrieron los archivos del terror en Paraguay donde está muy descripta toda esta cuestión de la interacción de las dictaduras. Uniendo todos estos puntos uno llega a comprender el grado de lo que fue la represión, la complicidad civil en la represión (los grupos concentrados de poder) por supuesto de Estados Unidos
-De un enemigo mucho mayor.
Claro, entonces vos me preguntabas sobre la visita de Obama, llegar justo el 24 de marzo creo que es insostenible, establecer una agenda que el 24 de marzo esté acá creo que es un cachetazo para todos, sea cual fuera el presidente de los Estados Unidos. Son todas cuestiones que creo que, lejos de crear incertidumbre, desazón en los compañeros y compañeras y en la población en general, van a querer salir a repudiar, se hayan expresado como se hayan expresado en las elecciones, es un tema que sobrepasa lo partidario, sobrepasa lo coyuntural porque es un pasado de terror que también nos marcó para el futuro. Claramente para el futuro.
El 24 de marzo va a ser una de las jornadas creo más importantes e históricas, tuvimos movilizaciones muy importantes por los 30 años, donde la CTA jugó un rol muy importante para tratar de hacer una marcha unificada. Formamos parte en aquel momento de lo que fue el nacimiento de Memoria, Verdad y Justicia, generalmente en los aniversarios, las marchas contra el indulto, por la derogación de las leyes. Acá hubo jornadas históricas, creo que como en ningún lugar del mundo hubo movilizaciones de este tipo, lo que permitió que en este país pudiéramos sentar a los genocidas en el banquillo de los acusados. Eso fue por la participación popular, cosa que tal vez en otros países no se pudo tener la fuerza suficiente, o la relación de fuerza suficiente como para poder lograrlo.