Este jueves, Paula Becerra Dúo, secretaria General del Sindicato de la Salud (SIDESA-CTA), volvió a su lugar de trabajo luego de 4 años de lucha gremial y legal por su reincorporación al Sanatorio Mitre-Galeno. Otro logro de la organización de los trabajadores y trabajadoras de la CTA.
-¿Por qué te despidieron?
Por organizar el sindicato. La excusa fue que incumplía mis tareas pero era por mi actividad sindical, yo era delegada y cumplía con mi representación gremial. Nosotros el 26 de marzo de 2009 fundamos nuestra nueva organización gremial, hartos de que ATSA traicionara. Inmediatamente empezaron las persecuciones, despidos de compañeros, provocaciones, etc. Pero dimos respuesta y logramos las reincorporaciones. Hicimos elecciones dentro de los establecimientos, donde no había comisiones internas o donde estaba la burocracia, así por ejemplo nos organizamos en Clínica La Esperanza, en el Centro Gallego, en el Sanatorio San José, en los CEMIC, entre otros. Donde no nos dejaban hacíamos las elecciones en la puerta y así los compañeros eligieron sus delegados. A partir de ahí tuvimos muchos logros, mejoramos las condiciones de trabajo en muchos lados, logramos que se liquiden bien los haberes, etc. A la par hicimos los trámites de Inscripción Gremial en el Ministerio de Trabajo.
-¿Cómo era el vínculo con la patronal, fueron reconocidos?
Sí, de hecho, lo hacían. Eramos y somos los interlocutores de los reclamos de los compañeros. Negociamos y éramos escuchados porque estábamos en los lugares de trabajo y poníamos el cuerpo en la lucha. Participamos incluso de las inspecciones que se hacían en los establecimientos por denuncias que nosotros mismos hacíamos por irregularidades y falta de insumo para la protección de los compañeros por tareas riesgosas.
-¿Qué valor le das al fallo que ordenó reincorporarte?
Mirá, ya teníamos la medida cautelar, luego, el fallo en primera instancia y ahora por fin el fallo de la Cámara. Todo esto lo logramos por el esfuerzo de los compañeros, con el apoyo de la Central y las convicciones de una. No podía dejar que la empresa triunfara sobre el interés de los compañeros y compañeras. A mí me decían de la empresa cuánto querés, pero en todo este tiempo yo quería mi reincorporación.