A pesar de la prohibición de los despidos y de haber sido declaradas como esenciales las tareas en que se desempeñan las y los trabajadores de correos, el Juez Pablo Tejada habilitó a la empresa OCA a prescindir de parte de sus empleados jerárquicos.
La Asociación de Empleados de Correos
Privados de la República Argentina (AECPRA-CTAA), quien nuclea a
trabajadores jerárquicos de correos privados y logística, entró en
estado de alerta permanente con la posibilidad de iniciar acciones
gremiales en el corto plazo contra la empresa OCA, quebrada hace más
de un año, debido a la emisión de un pliego de venta que pone en
riesgo a 800 familias trabajadoras.
Daniel Palladino, secretario
General de AECPRA-CTAA, aseguró que el Juez que entiende en la causa
expuso a los trabajadores que el sindicato representa al hacer una
equívoca interpretación de su voluntad, expresada oportunamente
junto a los créditos laborales presentados por pedido del letrado.
“Cuando la empresa quebró- explicó
Palladino – todos los trabajadores jerárquicos presentamos los
créditos laborales a pedido del Juez que lleva la causa. Meses
después, el mismo Juez los desestimó, y ahora habilitó a la
empresa o al posible nuevo comprador de la firma, a despedir al cinco
por ciento del personal jerárquico. ¿Qué trabajador, después de
aguantar dos años de quiebra, concurso y cobro de haberes en cuotas,
se iría a su casa sin más?”.
Por su parte, Hebe Nelli,
secretaria Gremial de CTAA Capital, agregó: “En este marco de
pandemia y habiendo sido declarados como trabajadores que desarrollan
tareas esenciales, no se entiende como un juez plantea semejante
violación de la normativa vigente, que claramente prohibe los
despidos, sobre todo en áreas esenciales como el correo”.
Ante la situación descripta,
AECPRA declaró el estado de alerta para que la situación no se
replique en otros ámbitos de trabajo, llamó a la unidad en acción
de todo el personal jerárquico de correos privados y logística y,
como primera medida, adelantó que se harán las presentaciones
correspondientes ante el Ministerio de Trabajo de la Nación.
Esta mañana, compañeras trabajadoras de las distintas centrales obreras se reunieron virtualmente para volver a decir Ni una menos! Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! A cinco años del primer Ni Una Menos y de una de las movilizaciones espontáneas más grandes del movimiento feminista, las trabajadoras, en unidad gritamos que: ¡Adentro y afuera la violencia nos desiguala, nos precariza y mata! Acá el documento completo.
En contexto de cuarentena obligatoria agudizó la situación endémica de violencia machista y de explotación capitalista. Expuso que para muchas el interior de nuestras casas no es un refugio. La violencia y los femicidios son una amenaza continua. La pobreza y desigualdad estructural, el trabajo precario y la desocupación empeoran en situación de pandemia, relegando a las mujeres a asumir todo tipo de tareas de cuidado a tiempo completo sin reconocimiento económico. La falta de agua y elementos fundamentales para la prevención del Covid 19 hacen estragos en los barrios de mayor hacinamiento.
La crisis sanitaria, económica y habitacional que desató el coronavirus muestra que los trabajos no reconocidos, mal pagos y subordinados socialmente están ahora y siempre en la primera línea. Las tareas que históricamente sostenemos por mandato de género y que cuidan la existencia de la vida son, ahora sí, reconocidas por todos como “servicio esencial”. Aún así, las consecuencias de la informalidad, la precarización y la pérdida de ingresos caen especialmente sobre nosotras.
La urgente sanción de un impuesto extraordinario a las grandes fortunas debe ser la base para avanzar hacia una reforma tributaria que garantice la justa distribución de la riqueza y financiar las políticas de Estado y una nueva matriz productiva necesarias para reparar desigualdades y asegurar derechos.
Hace años venimos visibilizando estas demandas y reivindicaciones con la herramienta del paro y la unidad en la movilización callejera. Así como el 3J del 2015 salimos a gritar Ni una menos, también realizamos aquel primer paro de Mujeres el 19 de octubre del año siguiente para decir Basta de femicidios, por la implementación efectiva de la Ley 26.485 y que se garantice un presupuesto para estrategias de prevención y erradicación de todo tipo de violencias hacia las mujeres y diversidades. En particular, creemos urgente y necesaria la promoción de políticas por la independencia económica y habitacional para todas las niñas, adolescentes y adultas mayores de los sectores más desprotegidos.
Nuestra consigna #TrabajadorasSomosTodas es una afirmación que pone de manifiesto la desigualdad estructural que aun cargamos sobre nosotras y nosotres pero también habla de la potencia del encuentro que nos ha permitido superar en unidad el gobierno macrista y reafirmarnos para avanzar por nuestros derechos.
En contexto de cuarentena obligatoria agudizó la situación endémica de violencia machista y de explotación capitalista. Expuso que para muchas el interior de nuestras casas no es un refugio. La violencia y los femicidios son una amenaza continua. La pobreza y desigualdad estructural, el trabajo precario y la desocupación empeoran en situación de pandemia, relegando a las mujeres a asumir todo tipo de tareas de cuidado a tiempo completo sin reconocimiento económico. La falta de agua y elementos fundamentales para la prevención del Covid 19 hacen estragos en los barrios de mayor hacinamiento.
La crisis sanitaria, económica y habitacional que desató el coronavirus muestra que los trabajos no reconocidos, mal pagos y subordinados socialmente están ahora y siempre en la primera línea. Las tareas que históricamente sostenemos por mandato de género y que cuidan la existencia de la vida son, ahora sí, reconocidas por todos como “servicio esencial”. Aún así, las consecuencias de la informalidad, la precarización y la pérdida de ingresos caen especialmente sobre nosotras.
La urgente sanción de un impuesto extraordinario a las grandes fortunas debe ser la base para avanzar hacia una reforma tributaria que garantice la justa distribución de la riqueza y financiar las políticas de Estado y una nueva matriz productiva necesarias para reparar desigualdades y asegurar derechos.
Hace años venimos visibilizando estas demandas y reivindicaciones con la herramienta del paro y la unidad en la movilización callejera. Así como el 3J del 2015 salimos a gritar Ni una menos, también realizamos aquel primer paro de Mujeres el 19 de octubre del año siguiente para decir Basta de femicidios, por la implementación efectiva de la Ley 26.485 y que se garantice un presupuesto para estrategias de prevención y erradicación de todo tipo de violencias hacia las mujeres y diversidades. En particular, creemos urgente y necesaria la promoción de políticas por la independencia económica y habitacional para todas las niñas, adolescentes y adultas mayores de los sectores más desprotegidos.
Nuestra consigna #TrabajadorasSomosTodas es una afirmación que pone de manifiesto la desigualdad estructural que aun cargamos sobre nosotras y nosotres pero también habla de la potencia del encuentro que nos ha permitido superar en unidad el gobierno macrista y reafirmarnos para avanzar por nuestros derechos.
Hoy volvemos a decir que #NiUnaMenos es una exigencia de:
Impuesto a las grandes fortunas. Suspensión de los pagos e investigación de la deuda externa. La crisis sanitaria, económica y social se vuelve violencia cuando hay responsables concretos del saqueo y el endeudamiento de los últimos años. No la podemos pagar nosotras y nosotres: rechazo a las rebajas salariales.
Declaración nacional de la emergencia en violencia de género. Acceso efectivo a una justicia con perspectiva de género.
Cumplimiento efectivo de la Ley Micaela, la ESI y la Identidad de Género en todo el país.
Políticas de cuidado: vivienda, servicios básicos, alimentos accesibles, salario por el trabajo no reconocido.
Ratificación del Convenio 190 de la OIT, porque es una deuda pendiente, desarrollo de políticas para erradicar la violencia y acoso en el mundo del trabajo. Para ponerle freno a los abusos patronales.
Respeto al decreto que prohíbe despidos en cuarentena y rechazo a las rebajas salariales.
Paritarias libres y plena vigencia de convenciones colectivas de trabajo con perspectiva de género. Licencias por violencia de género y políticas activas para la igualdad en el mundo del trabajo.
Cupo laboral Travesti/Trans.
Educación sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar, Aborto legal para no morir.
#NiUnaMenos #TrabajadorasSomosTodas
Claudia Baigorria: “La unidad de las trabajadoras es la que nos va a permitir resistir a los embates de las patronales”
En representación de la CTA Autónoma, habló Claudia Baigorria, primera oradora de la conferencia, quien agradeció el esfuerzo compartido en la construcción de la agenda de las mujeres trabajadoras con perspectiva de clase “aún en esta etapa de crisis sanitaria mundial”.
“Las desigualdades y la violencia machista eran anteriores a la emergencia sanitaria, a la asunción de este gobierno, pero esta crisis sanitaria sin dudas pone en evidencia que las desigualdades se han profundizado, y se profundizan en detrimento de nuestros derechos”, dijo la dirigente. En este contexto, también resaltó y saludó el trabajo “que cotidianamente hacen nuestras compañeras y compañeres en el área de salud, que en defensa de la vida muchas veces terminan arriesgando la propia. Ha sido la organización sindical la que ha permitido que el coronavirus sea entendido como una enfermedad profesional”.
Reconoció además “a nuestras compañeras de los territorios y organizaciones sociales que están sosteniendo el flajelo del hambre, la pobreza, la falta de acceso a servicios básicos como el agua y la vivienda. Para nosotras es un orgullo que sean nuestras compañeras las que están sosteniendo este vinculo de amor y de deseo por una patria más justa, más libre”.
Asimismo se refirió a la injusta distribución de la riqueza, que es la que sostiene todas las desigualdades: “la crisis la seguimos soportando las trabajadoras, porque los ricos son quienes no quieren hacerse caro y están poniendo trabas al impuesto a las grandes fortunas. También es totalmente inadmisible que sigamos pensando en pagar esta deuda que es ilegítima, que se contrajo hace muchos años pero el gobierno de Macri la usó para fugarse más del 80% de la deuda”.
En este sentido, Baigorria reclamó que ese dinero debe ser asignado a la salud y la educación “donde las compañeras docentes de todos lo niveles estamos sosteniendo el contacto pedagógico con les estudiantes y también hacernos cargos de los insumos tecnológicos que el Estado no está proveyendo. Esto termina castigando doblemente a las compañeras que también se están haciendo cargo de las tareas de cuidado”.
Carla Gaudensi, Lorena Vergniaud, Gabriela Figueroa, Miguelina Gómez, Yackelina Flores, Claudia Lazzaro y Yamile Socolovsky también fueron oradoras de este acto que finalizó con la mística de siempre: “unidad de las trabajadoras, y al que no le guste que se joda, que se joda”.
La Red de Mujeres y Disidencias Organizadas y el Comité de Emergencia de la Villa 21-24 y Zavaleta de CABA denunciaron en una conferencia de prensa una vez más la crisis sanitaria y alimentaria fuertemente agravada por el Covid 19 y exigieron a Rodríguez Larreta respuestas reales y urgentes.
La acción de los vecinos y vecinas de los barrios populares del sur de la Ciudad de Buenos Aires intenta visibilizar la situación dramática que viven y denunciar a la vez el silencio del Gobierno encabezado por Horacio Rodríguez Larreta ante los reclamos por la falta de agua potable y recursos básicos, en el contexto de la Cuarentena y el recrudecimiento de los contagios en los sectores más vulnerados.
Un dato estremecedor fue que, al inicio de la conferencia de prensa, las organizaciones convocantes informaron que minutos antes había fallecido una vecina del barrio víctima del Covid y de la falta atención por parte de las autoridades.
La referente de la organización territorial Salvador Herrera de la CTAA Capital, Dagna Aiva afirmó: “otra vez tuvimos que salir a la calle y exponernos porque los funcionarios no dan respuestas a esta situación gravísima. Hace meses que venimos trabajando tratando de afrontar las situaciones más difíciles que se dan en nuestros barrios, pero todo es inútil sin agua.”
En la conferencia de prensa brindada en la esquina de Osvaldo Cruz y Luna, en medio de calles inundadas, con aguas servidas, los vecinos denunciaron que hace más de 60 días que, curiosamente, la inicio de la cuarentena, se restringió drásticamente el ya escaso servicio de agua corriente que tenían. Además afirmaron que está prácticamente paralizada una obra del año 2018 que debería aportar buena parte de la solución al barrio. Lo más grave, denunciaron, es que según los análisis que especialistas han realizado en el lugar, el agua que se consume tiene al menos 3 bacterias provenientes de materia fecal. “Por todo esto, exigimos una reunión inmediata con la Ministra de Desarrollo Humano y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires María Migliore para que dé urgente respuesta a todas nuestras necesidades”.
Entre los reclamos más urgentes de los vecinos y vecinas de la villa 21-24 y Zavaleta, además de la provisión de agua potable, está el pedido de declarar la emergencia alimentaria, habitacional y sanitaria en la Ciudad. Denuncian también la doble precariedad de la vida que implica afrontar la cuarentena en un barrio sin los servicios básicos. También reclaman recursos para los trabajadores y trabajadoras comunitarios y que sean provistos de los insumos necesarios para realizar su tarea junto con una remuneración acorde al servicio esencial que prestan.
Desde la Central Autónoma desde un principio se prestó apoyo y acompaña todas las medidas que llevan adelante los vecinos y vecinas en reclamo de sus derechos, a la vez que se llama la atención de las autoridades para que respondan de manera inmediata las demandas de los vecinos y vecinas. El Secretario General de CTAA Capital Pablo Spataro expresó: “Insistimos y sostenemos el reclamo urgente de instrumentar políticas que garanticen el acceso al agua. El gobierno de Larreta tiene que construir soluciones a problemas que vienen desde hace mucho tiempo y que si no se hace ahora, costará vidas”.
Documento de las organizaciones
Hoy, como siempre y ante cada crisis, somos las compañeras, compañeros y compañeres quienes ponemos el cuerpo en la primera línea, somos quienes paramos la olla, atendemos a les adultes mayores y relevamos a las familias que necesitan asistencia. Al mismo tiempo, nos encargamos a diario de las tareas domésticas y de cuidado sin ningún tipo de contención ni salario.
En esta villa históricamente nos organizamos para luchar por nuestros derechos, por esta razón, la pandemia no nos encontró aislades ni desorganizades. Nos prepararnos a inicios del mes de marzo, multiplicando y entrelazando redes entre vecines y organizaciones. Venimos desde siempre cumpliendo el rol que el Estado y sus funcionaries no cumplen. Somos trabajadores y trabajadoras esenciales y así debemos ser reconocides.
Esta pandemia profundiza las desigualdades históricas que nos atraviesan a quienes vivimos en las villas: el hacinamiento en nuestras viviendas, los trabajos informales, cableado eléctrico inseguro, la falta de urbanización y acceso al agua potable, la contaminación y el poco o malo acceso a servicios de salud. La falta de conectividad libre y gratuita para poder continuar con el ciclo lectivo y la ausencia de dispositivos tecnológicos (notebooks, celulares) hoy vulnera con mayor intensidad nuestro derecho a la educación. En esta misma línea, “las canastas nutritivas” que son entregadas en las escuelas son insuficientes y con escasa calidad nutritiva además de que con cada reparto disminuyen los artículos que llegan a nuestras familias.
A su vez, las situaciones de violencia sobre mujeres, travestis y trans empeoran en este contexto. Muches de nosotres nos encontramos encerrades con nuestros agresores, una vez más, sin respuestas estatales.
Ante esta situación, con 22 casos confirmados de Covid 19 en la villa 21-24; y Zavaleta, con gran parte de su población sin acceso agua potable y segura, exigimos una respuesta urgente del gobierno de Horacio Rodríguez Larreta. Respuesta que se construya con nosotres, no a través de un barrio cercado, ni militarizado. No queremos una atención precaria de la emergencia.
Exigimos:
Declaración de la emergencia alimentaria, habitacional y sanitaria ¡ya! Implementación urgente del impuesto a las grandes fortunas. Atención de salud de primera calidad. Que se implementen protocolos de atención y que en los traslados y lugares de espera de diagnóstico o estadía se respete el aislamiento y se garantice plenamente nuestros derechos. Responsabilidad en la entrega de los resultados. Que se tengan en cuenta espacios de juegos y cuidado para les niñes en espera o tratamiento. Queremos que garanticen en la villa lo mismo que imaginan para sus familias. Esas garantías que otorgan si vivís en Barrio Norte y te trasladan en ambulancia y no como ganado en un colectivo. Que la infraestructura de la ciudad esté a disposición de la emergencia para garantizar atención y lugares de aislamiento digno y seguro. Atención inmediata a todas las trabajadoras de los comedores y merenderos, provisión de insumos básicos y preventivos sanitarios (lavandina, alcohol en gel, barbijos) de manera tal que podamos poner a resguardo y protección nuestras vidas en la asistencia alimentaria diaria. Programas que garanticen el derecho a una alimentación digna y sana, que podamos elegir qué ponemos en nuestras mesas, a quién le compramos. Que se garantice el acceso a la conectividad y las notebooks para cada estudiante. Respuestas ante los casos de dengue que no cesaron y con la falta de agua también se multiplican ya que les vecines juntan agua en baldes para asegurarse de tener si ésta se corta. Fumigación de todo el territorio. Cuidados especiales para la tercera edad, estudios, tratamientos y remedios al alcance para todes. Políticas públicas que den una respuesta concreta a las situaciones de violencia de género. Respuestas integrales para nuestres vecines travestis y trans ante situaciones habitacionales, laborales o de violencia. Vivienda y comida para las personas en situación de calle. Soluciones específicas para vecines con discapacidad. Subsidios habitacionales que nos permitan pagar el alquiler. Que se contemple la emergencia laboral de Muches vecines, quienes vieron interrumpido su trabajo y su paga. Estamos al lado de la cuenca de agua más grande del país y no tenemos agua potable. La que tenemos a mano está contaminada. ¡Exigimos agua potable y corriente en todas las viviendas y espacios de la villa! Que se reconozca con salario y acceso a las leyes laborales las tareas que llevan adelante las compañeras en el territorio. Exigimos a Horacio Rodríguez Larreta que abra una instancia de diálogo y acción con la junta vecinal y las organizaciones sociales para poder arribar a la solución de todas las problemáticas que estamos denunciando, que el trabajo que venimos sosteniendo sea reconocido y respaldado por el Gob. de la Ciudad. No podemos seguir sustituyendo el trabajo estatal y de les funcionaries que eligió el resto de la ciudad, necesitamos un estado presente.
¡Justicia por Ramona! Presente, ahora y siempre
Larreta se lava las manos. Nosotres, sin agua, no podemos.
La CTAA Capital expresa dolor y bronca por la muerte de Víctor Avila, trabajador del programa Juegotecas Barriales del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y vecino del Barrio Padre Mugica, ex Villa 31, quien falleció el pasado viernes 29 de mayo infectado por Coronavirus.
A continuación se
difunde un comunicado elaborado por compañeros y compañeras de la
CTAA Autónoma Capital:
¡Compañero Víctor presente! Se
multiplican los contagios por Covid 19 y la precariedad nos cuesta la
vida en la Ciudad de las desigualdades
Expresamos nuestro dolor y bronca por
la muerte de Víctor, trabajador de niñez del Gobierno de la Ciudad
de Buenos Aires. La emergencia sanitaria dejó al desnudo la
precariedad en las barriadas y de las políticas públicas.
Desde la CTA Autónoma de Capital
presentamos el 27 de marzo, a una semana del aislamiento social
preventivo y obligatorio, una nota al Jefe de Gobierno Horacio
Rodríguez Larreta porque sabíamos que no podíamos quedarnos en
casa quienes éramos trabajadoras y trabajadores esenciales.
Expresamos entonces que era «fundamental generar condiciones de
trabajo que puedan cuidar la integridad de las/los trabajadores,
reconocer sus tareas y la criticidad que afrontan ante esta
emergencia, establecer protocolos para evitar que se agreguen
situaciones de riesgo a las que ya se están asumiendo, entendiendo
que de esta manera cuidamos también a las familias de cada uno de
las/los agentes del Estado en funciones.”. En esa nota pedíamos
que se conforme un comité de crisis dejando sentado que teníamos
“la voluntad y el compromiso las y los trabajadores del Estado de
la Ciudad de Buenos Aires de sumar nuestro esfuerzo para transitar
esta emergencia” con el resto de las organizaciones sociales que
nos encontramos en cada territorio. Pero no obtuvimos respuesta
integral.
El 7 de abril presentamos junto a otras
organizaciones una acción judicial porque en la Villa 31 había
dificultades con el agua. En medio de la pandemia que tiene cómo
únicas defesas lavarse las manos y mantener aislamiento social no
garantizaron el agua siendo uno de los barrios con mayor hacinamiento
de la Ciudad donde la tan anunciada y sobre todo presupuestada
urbanización no llegó tampoco a tiempo. La Justicia porteña nos
dio la razón y resolvió que es el Gobierno de la Ciudad quien debe
garantizar el acceso al agua a todos los habitantes de la CABA en
igualdad de condiciones. Esto se replicó en otros barrios de la
ciudad con falta de agua. En la villa 31 fueron más de 12 días sin
este servicio después del primer caso positivo.
El 6 de mayo, cuando la velocidad de
multiplicación de contagios daba señales claras de lo que se venía,
exigimos en una conferencia de prensa, con organizaciones sociales un
protocolo integral para la ex Villa 31 – refuerzo alimentario y
artículos de higiene para comedores comunitarios y merenderos. Pero
no pasó. Llegaron tarde los testeos y cuando se decidió hacerlos se
expuso a las personas a traslados masivos que las exponían a
contagios con sus niñes. Con poca información, en algunos casos
aislando y en otros retornando al barrio sin condiciones mínimas.
No llegaron a tiempos los elementos de
desinfección y cuidado personal tampoco a los lugares de trabajo.
Mientras las organizaciones sociales y sindicales lo denunciamos y
exigimos protocolos de cuidado, nos pusimos a generar instancias de
capacitación propias dotando a nuestras compañeras y compañeros de
lo necesario para cuidarse en una Ciudad que tiene recursos pero no
aparecen.
El 15 de mayo estuvimos en las puertas
del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano con vecinas y vecinos
de villas y barrios de la Ciudad junto a organizaciones territoriales
para denunciar el incumplimiento del Gobierno de la Ciudad al Fallo
Judicial que ordena proveer 150 litros de agua potable por persona a
habitantes de las barriadas populares.
El 26 de mayo la villa 31 estaba en
todos los medios. Había muerto Ramona y Agustín referentes de
organizaciones sociales que venían denunciando y poniendo el cuerpo
a la emergencia. Recién entonces nos recibieron, cuando ya no se
podía frenar lo que anticipamos. Entonces le exigimos al Jefe de
Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez
Larreta, la renuncia de Diego Fernández-Secretario de Integración
Social y Urbana – por considerarlo responsable de la emergencia
humanitaria en la villa 31.
El 30 de mayo murió Víctor, siguen
multiplicándose los contagios con sectores de salud que se saturan
porque la llegada de vecinos y vecinas es incesante, también en
programas de cuidado y promoción social, en espacios comunitarios.
Víctor tenía 32 años era trabajador de niñez en el Programa
Juegotecas Barriales y vivía en la Villa 31 con su compañera y 4
hijes. Comprometido con su tarea y querido por sus compañeras y
compañeros. A él también lo mataron por desidia.
Este gobierno ha tenido gestos de mucho
desprecio por la falta de cuidado hacia sus trabajadoras y
trabajadores y con los barrios populares y fundamentalmente ha
demostrado su ineficiencia para cuidar la vida porque solo sabe de
negocios a costa de esta precariedad que nos cuesta la vida.
Junio 2020. Compañeras y compañeros de la CTA Autónoma de Capital
Los focos de contagio de COVID-19 se registran en los sectores más vulnerables de la Ciudad. En medio de una emergencia sanitaria y habitacional, “cualquier medida que implique gastar más dinero en los sectores populares tiene un NO como respuesta del gobierno de Larreta”, señala Jonatan Baldiviezo.
Actualmente, los focos y expansión masiva de contagios de COVID-19 se registran en sectores de la Ciudad con viviendas más precarias o que sufren déficit habitacional. Las desigualdades espaciales y urbanas, más que aflorar, se amplificaron en este contexto de la pandemia.
La crisis habitacional de la Ciudad de Buenos Aires ya no puede ocultarse y es necesario resolverla para poder mitigar la emergencia sanitaria en la que muchos de los barrios populares se encuentran. “Lamentablemente, no lo vemos como una oportunidad –como sí lo hacen los gobiernos- por las consecuencias negativas de no haber abordado a tiempo la planificación territorial y la gestión de vivienda en estas últimas décadas”, analiza Jonatan Baldiviezo, abogado y presidente del Observatorio del Derecho a la Ciudad.
En este sentido, agregó: “Si el GCBA hubiese destinado todos los millones de pesos que puso en los barrios a garantizar la infraestructura sanitaria, al día de hoy, la gran mayoría de los barrios porteños tendrían acceso al agua potable, segura y formalizada. Pero decidieron avanzar con la construcción de viviendas nuevas, en muchos casos cuestionables, que en el caso de los vecinos del barrio Padre Mugica las denominan como casas de cartón”.
La mayoría de estas decisiones, según el abogado, estaban más orientadas a lograr que a futuro la gente sea expulsada por el mercado inmobiliario que a consolidar al barrio. Finalmente, la integración no sucedió y la urbanización tampoco.
Entre estas disposiciones estaba no garantizar la infraestructura sanitaria en las villas de la Ciudad. Después de 15 días sin agua, de cruces entre autoridades y funcionarios por la situación en la Villa 31 y de la reunión entre el Gobierno de la Ciudad y Aysa, el 6 de mayo la Justicia porteña ordenó al Gobierno de la Ciudad que en 5 días el servicio de agua potable y saneamiento cloacal debe estar garantizado en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires.
No conforme con esto, el Gobierno de la Ciudad respondió a la cautelar argumentando que la responsabilidad de garantizar agua en los barrios no es ni siquiera es de AYSA, sino que es del Estado Nacional, como si el jefe de Gobierno o la Ciudad de Buenos Aires no tuvieran nada que ver con ello.
“También dicen que la sentencia avasalla el derecho de propiedad de la administración como si los recursos del Estado estuvieran para ser manejados discrecionalmente por el jefe de Gobierno, y no para garantizar derechos que establece la Constitución de la Ciudad. Con esos argumentos, que están próximos a la perversidad, es como el GCBA sigue cuestionando las sentencias judiciales, por más que la sentencia sigue vigente, ya que la apelación no inhibe la vigencia de la medida cautelar, no ha cumplido y no ha dado atisbo de cumplimiento de esta sentencia”, señaló Baldiviezo.
Otro de los tantos problemas sin soluciones en la Ciudad de Buenos Aires es la falta de ámbitos de discusión donde se pueda evaluar objetivamente la implementación de las políticas de este gobierno como en un Comité de Crisis.
“Debería ser un comité con la capacidad para escuchar y tomar decisiones conjuntas con las organizaciones sociales, con la ciudadanía, y donde también haya una interacción entre los ministerios y organismos del Estado. También nos alarma que con la excusa de que bajó la recaudación, cualquier medida que implique gastar más dinero para los sectores populares siempre tiene como respuesta del Estado un no”, finalizó el presidente del Observatorio.
A más de dos meses de aislamiento social obligatorio y suspensión de clases presenciales, lxs trabajadorxs Auxiliares de la Educación de la Ciudad de Buenos Aires continúan desempeñando sus tareas sin la protección adecuada y sin reconocimiento salarial.
Buenos Aires, 29 de Mayo
de 2020.- Durante la mañana de hoy, la CTA-A Capital acompañó a
lxs trabajadorxs Auxiliares de la Educación nucleados en ATE,
dependientes del Ministerio de Educación de la C.A.B.A., en la
conferencia de prensa que realizaron para denunciar la falta de
protocolos de trabajo y planes de contingencia, la falta de insumos
de limpieza y protección personal, los despidos y la falta de
reconocimiento económico por el desarrollo de tareas esenciales.
Luisa Leguizamón,
trabajadora de la escuela Mariano Acosta, donde se desarrolló la
conferencia, advirtió que “no contamos con los insumos necesarios
y suficientes para garantizar nuestra propia seguridad. Ni siquiera
cuando somos convocadxs para la entrega de bolsones de mercadería
para lxs alumnxs de las escuelas”.
Por su parte Pablo
Spataro, Secretario General de la CTA-A Capital, dijo: «Reiteramos
y exigimos al gobierno porteño, desde esta escuela que es un emblema
para toda la Ciudad, que es necesario y urgente implementar un
reconocimiento salarial a todos los trabajadores y trabajadoras que
desarrollan tareas esenciales, donde están incluidos lxs Auxiliares
de la Educación. Son muchxs lxs compañerxs con salarios magros, por
debajo de la línea de la pobreza, y que en muchas ocasiones
arriesgan su vida y la de sus familias, trabajando sin los elementos
de protección personal correspondientes.»
A pesar de que lxs
Auxiliares de la Educación se encuentran contemplados entre los
trabajadores de áreas y tareas esenciales, y concurren todos los
días a las escuelas de la ciudad para mantener las instalaciones
higienizadas y desinfectadas, el gobierno de Horacio Rodríguez
Larreta no solo retacea los insumos necesarios para garantizar la
limpieza, sino también los elementos de seguridad. Razón por la
cual -aseguran lxs trabajadrorxs – uno de sus compañeros que
participo de la entrega de bolsones de alimentos, ahora se encuentra
aislado en un hotel tras dar positivo su test de Covid 19.
Claudia Juarez, auxiliar
de portería del Distrito Escolar 19, aseguró además que algunos de
sus compañerxs están recibiendo intimaciones de despidos, que son
muchos lxs que no cobran sus haberes o lo hacen de manera irregular,
y que la situación de des protección que viven a diario se torna
cada vez más peligrosa para ellos y sus familias.
Además de los reclamos
mencionados, lxs trabajadorxs le exigen al Gobierno de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires que disponga a los técnicos del área de
Mitigación de Riesgo para la elaboración de planes que resguarden
su salud y minimicen el riesgo de contagio para ellxs y la comunidad
educativa.
De la jornada también
participaron Clarisa Gambera, Sec. De Género de la CTA-A Capital;
Rodolfo Arrechea, Coordinador
Nacional de Salud del Consejo Directivo de ATE, y Veronica
Baez en representación de lxs trabajadorxs de Tránsito de la
Ciudad.
Hoy se cumplen 15 años de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. La CTAA Capital, como organización integrante de la Campaña, se sumará en este día a las distintas acciones en el marco de su aniversario. En el Día Mundial de la Salud de las Mujeres, la Central demandará además políticas sanitarias universales, con perspectiva de géneros y protagonismo de la clase trabajadora.
A continuación se difunde el documento elaborado por las compañeras de la Secretaría de Géneros de la Central porteña:
Sin nosotras no hay vida
Es 28 de mayo, solemos pintarnos de
verde este día, cada año, para que nadie se olvide que seguimos
muriendo en abortos clandestinos, que no hay salud integral sin
aborto legal, seguro y gratuito.
Es un día de acción para poner en
agenda la salud desde una mirada de soberanía sobre nuestros
cuerpos, de promoción de derechos y acceso a políticas públicas
pero en este contexto de emergencia sanitaria, social y económica
que se ha desatado por la pandemia de Covid 19 nos cuesta encontrar
las palabras porque la bronca, la impotencia y la tristeza arman un
nudo en la garganta.
Esta Ciudad tiene un gobierno que ha
manifestado gestos de mucho desprecio hacia sus trabajadoras y
trabajadores y con los barrios populares fundamentalmente ha mostrado
su ineficiencia para cuidar la vida ya que es evidente que sus
intereses están donde anida la riqueza, donde se acumula ganancia a
costa de la precariedad de las mayoria del pueblo.
Andamos sin parar desde que comenzó la
cuarentena. Aisladas, hiperconectadas, sobrecargadas con nuestros
cuerpos, mentes y emociones dinamitados en este tiempo trastocado de
la pandemia que nos multiplica las tareas y nos tiene en la primera
línea.
La amenaza del virus que atormenta a
los sectores más empobrecidos y vulnerados. Allí donde hay cuerpos
castigados por la pobreza porque comer saludable, acceder a servicios
de salud de calidad, vivir con menos contaminación, con servicios
básicos como el agua, tener tiempo para el ejercicio, el descanso,
la recreación se vuelven privilegios. Los derechos son restrigidos
en la Ciudad de las desigualdades.
La necesidad de cuidados que se
multiplica de manera exponencial como los contagios. Cuanto más
precaria es la vida más riesgo y en ese contexto cuidar a otres,
cuidarnos para que esos otres no se queden sin cuidado, cuidarnos de
la violencia machista que se recrudece en el ASPO, cuidarnos del
Estado que nos ofrece en sacrificio, es una tarea dolorosa y
compleja.
Nosotras las trabajadoras esenciales
del Estado, las trabajadoras de la salud en este día de la salud tan
difícil, las trabajadoras comunitarias sin reconocimiento, unas y
otras, somos las que vivimos en permanente tensión de cuidar sin
poder resolver quién cuida a nuestros hijes y quién cuida de
nosotras. Somos las que tenemos miedo de llevar el virus a casa pero
casi no podemos decirlo porque nuestro trabajo es heroico. Las que no
nos pudimos quedarnos en casa. Las que fuimos forzadas al
teletrabajo, sobrecargadas, cuidando mientras trabajamos y otra vez
se esconde que cuidar es trabajo. Las que sentimos estrés,
alteraciones del sueño, dolores de todo y una ansiedad difícil de
describir con palabras. Somos las que nos exponemos al riesgo
concreto de contagio porque no llegan los EPP, porque la precariedad
del servicio hace difícil el cuidado, porque el cansancio de
guardias que se extienden por la falta de personal de salud, somos
las que seguimos sosteniendo la olla porque de nosotras dependen las
vidas, esas que el Estado abandona con su desidia.
Un Estado que nos expone a la
enfermedad porque no les importó llegar a tiempo para mitigar los
contagios, porque nos llevaron amontonadas al hospital, porque nos
tocó esperar ser testeadas en salas por horas con nuestros hijes,
porque los testeos no se hicieron a tiempo, porque no nos
garantizaron al aislamiento, porque nos regatearon elementos de
protección y nos enredaron en definiciones de contacto estrecho para
evitar que nos tomemos días para cuidarnos y cuidar a otres, porque
ante la falta de personal pretenden sacarnos horas de descanso
ganadas, porque no nos dieron el bono a las que somos trabajadoras
esenciales fuera del sistema de salud, porque los protocolos en los
comedores y en muchos sectores de trabajo nos los tuvimos que armar
nosotras. Porque con nuestras organizaciones nos garantizamos
barbijos, máscaras y los insumos de desinfección.
Es imperdonable que comuniquen que el
único remedio es lavarse las manos y nos dejaron sin agua, eludiendo
su responsabilidad. Nos explicaron que la mejor estrategia para
evitar enfermarnos es el ASPO sabiendo que no tenemos donde asilarnos
si habitamos el hacinamiento por la falta de urbanización, de la que
ellos son responsables, en barrios donde andan les niñes sentados en
las escaleras caracol mirando pasar la vida y la muerte porque
adentro es muy difícil aislarse en una pieza alquilada donde viven
un montón con un solo baño.
Sabemos que es sentir miedo, acompañar
el miedo de quienes saben que hay vidas que importan menos, exorcisar
el miedo con organización, seguir a pesar del miedo son todas
experiencias muy costosas, nada más alejado de la salud.
Hoy tenemos que defendernos del virus
pero también de la violencia machista, de la violencia
institucional, de la violencia de medios que desinforman y
estigmatizan, defendernos de la pobreza, de la falta de todo,
defendernos de la indiferencia de sectores que se sienten a salvo,
defendernos en aislamiento que lo hace todo más difícil.
Defendernos del desamparo al ver que nadie cuida a las que cuidan.
Este 28 de mayo estamos cumpliendo 15
años de participación en la Campaña Nacional por el Derecho al
Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Este 28 de mayo nos encuentra
sosteniendo la cuarentena y defendiendo la vida en viejas y nuevas
trincheras, en casa, en el trabajo, en el barrio. La bronca y la
angustia son grandes como los riesgos para nuestra salud y la de
quienes cuidamos pero más grande es el amor, la solidaridad y
nuestra concepción política de que para defender la vida es
indispensable organizarnos contra este sistema capitalista y
patriarcal para el que no valemos nada. Este 28 de mayo tan
particular queremos desde la CTA A Regional Capital saludar y abrazar
especialmente a aquellas compañeras de nuestra central,
trabajadoras comunitarias, trabajadoras del Estado, del sector
privado y no estatal que más que nunca nos están cuidando, que
sostienen la vida y pelean por ella.
El cuidado es trabajo.
El cuidado debe ser política pública
para defender nuestra salud integralmente.
Trabajadores Telefónicos organizados en la CTA Autónoma realizaron un material que fue el resultado de varias reuniones por teleconferencia en las cuales debatieron “El Teletrabajo en la actividad”, debido a que las empresas están apostando fuerte a la implementación de esta modalidad con cada día mayor flexibilización.
A
continuación se difunde el documento elaborado por Telefónicos-CTAA
Corriente Nacional:
Sobre el
teletrabajo
La
actual situación de aislamiento social, ha disparado la modalidad de
teletrabajo (o home office, u otros eufemismos o anglicismos que
suelen usarse). Más allá de que esto en principio es un interés
claro de las empresas al permitirles continuar con sus actividades,
algunes compañeres se sienten complacides con esta modalidad. En
efecto, el no tener que viajar al lugar de trabajo, poder usar ropa
cómoda y «manejar» los tiempos de pausa y de refrigerio,
poder atender de inmediato algún imprevisto del hogar o salir un
momento a hacer una pequeña compra, son factores que hacen aparecer
en una primera impresión, al teletrabajo como un beneficio.
Mezclada
en esta subjetividad, aparece sin duda la sensación de que «por
lo menos estoy trabajando; cuantes hay que se quedan en su casa sin
trabajar y se quedan sin empleo o les terminan rebajando el sueldo».
Es decir que se mezcla la sensación de complacencia hacia la
modalidad de trabajo con el «apriete» que, teniendo su
origen en la pandemia, aplican los dirigentes gremiales que aceptan
sin chistar las pautas empresarias y reciben además la homologación
oficial.
La
sensación, a partir de lo que se lee y escucha en la prensa y los
medios, es que la intención de las empresas es sostener esta
modalidad cuando la pandemia termine. La media docena de proyectos de
ley sobre teletrabajo, que han sido presentados en el Congreso
Nacional en los últimos días, tanto por el oficialismo como por la
oposición, indican que esto es más que una sensación.
El interés
de las empresas por el teletrabajo indica claramente que esto
representa desventajas para les trabajadores. No existe la fórmula
ganar – ganar cuando se ponen en la palestra nuestros intereses como
trabajadores con los intereses de las empresas, más allá de que
algune pueda pensar, «bueno, pero esto me beneficia en tal o
cual cosa».
La
principal desventaja es justamente la de que lleguemos a pensar en un
interés particular y/o temporario. Una de las grandes ventajas para
las empresas, es que el teletrabajo es una poderosa arma contra la
organización sindical de les trabajadores. Más allá de algunes
dirigentes, la actividad gremial es un freno poderoso para el
deterioro de nuestras condiciones de trabajo. Lo que tenemos hoy de
protección a la salud, licencias, horarios establecidos, aguinaldos
y premios, etc., no es algo «natural» u obra del progreso y
las leyes. Son conquistas que han sido arrancadas con largas luchas
de les compañeres que nos precedieron. Si costó mucho obtenerlas,
muy rápidamente las podemos perder y las leyes no nos protegerán;
sabemos que las leyes cambian al compás de los tiempos y las
presiones. Solo basta mirar muchos países en el mundo que nos rodea,
para comprobar que el deterioro de las condiciones de trabajo es una
realidad que nos amenaza.
Un peligro
inmediato del teletrabajo es el desdibujamiento de la jornada
laboral. Como «se nos permite» el matecito a cualquier
hora, la pequeña salida, el atender a nuestro hije, en síntesis
cierta flexibilidad horaria, las empresas avanzan sobre que «estemos
disponibles las 24 horas». No hay horario a cumplir; «si
vos saliste esta tarde a llevarle el remedio a tu vieja, como te vas
a negar si te pido algo a las diez de la noche». Y en ese «juego
de horarios» incierto, la que gana, y cada vez más a medida que
el teletrabajo se prolonga, es la empresa.
«Pero
a mi me resuelve el cuidado de mi hije» dicen algunes, sobre
todo las compañeras. Y en este decir, sellan y aceptan que la mujer
está condenada a la doble tarea consistente en un empleo y el
trabajo «doméstico», este último sin remuneración.
Guarderías pagas, licencias prolongadas, licencias equivalentes para
ambos integrantes de una pareja, justificación y protección de la
atención familiar, etc., son conquistas que hoy son parciales y/o
imperfectas. Es difícil ponerse en el lugar de la compañera a la
que el teletrabajo «le resuelve» lo que no se alcanzó a
ganar con la lucha sindical, pero una cosa está clara: Con el avance
del teletrabajo, todas esas conquistas parciales van a ser barridas
de los beneficios convencionales. Va a ser muy difícil volver atrás
y las compañeras que nos sucederán, estarán desprotegidas y
condenadas, a la vez que tienen un empleo, a trabajar como lo hacían
nuestras abuelas.
Se podrían seguir
enumerando desventajas (que son ventajas para las empresas), solo
algunas para concluir: ¿Quien nos asegura que no caigamos en la
multifuncionalidad?, ¿cómo delimitamos claramente la tarea a
cumplir?. Si estamos «medio enfermos», ¿dudás que la
empresa nos va a apretar para que trabajemos igual?. ¿Qué pasa, no
solo con los elementos adecuados, ergonómicos y seguros que
precisamos para trabajar, sino con los costos extras que se nos
generan en nuestros domicilios?; la casa se nos ensucia más, ¿nos
pagarán los gastos de limpieza?, ¿y la luz, no solo de la compu, de
la iluminación y la cafetera, y el aire acondicionado si hace calor,
o el gas si hace frio?. Hay más posibilidades de accidentes y/o
deterioro estando todo el día en casa, ¿nos pagarán un seguro de
vivienda acorde?. Si se nos corta la luz o internet, ¿nos sacarán
objetivos a cumplir o nos dirán «por que no lo compensás el
sábado»?. ¿Si tenemos que «elegir» entre atender
nuestras cuestiones privadas o nuestra familia, o satisfacer a los
pedidos de la empresa, qué haremos, que nuevos conflictos familiares
o laborales se nos generarán?
Son todas cuestiones a
pensar y a reflexionar, con la convicción de que solo la acción
gremial solidaria y permanente, a veces aún a pesar de nuestras
organizaciones sindicales actuales, será lo único que impedirá que
se deteriores nuestro sueldo y nuestras condiciones de trabajo. Para
eso debemos estar presentes y reunidos de cuerpo y no virtualmente a
través de una máquina.
Suscriben: CALDERON, David (Agrup. Celeste y Blanca – Cepetel), CASALE, Carlos (Telefónico de CTA A de Ushuaia), CERABONA, Horacio (Agrup. Telefónicos de pie / Foetra Bs As), DEFAYS, Guillermo (Sec. Prev. Social CTA Capital – Cepetel), DEVOTO, Tomás (Comisión Administrativa – Foetra Bs As), HERRERA, Martín (Agrup. Telefónicos de pie), LAINO, Gustavo (Congresal FATTEL – Foetra Bs As), LEGUIZAMÖN, Gustavo (Delegado – SITRATEL), MEDINA, Carolina (Rev. De Cuentas CTA Sta. Fe – Sitratel), MEDINA, Héctor (Sec. Organización CTA Sta. Fe), MOLINA, Graciela (Delegada – Sitratel ), MENA, Rodolfo (Sec. Gral. ATIC – CTA Jujuy), OCHAGAVIA, Angel (Vocal CTA Rosario – Sitratel), PEREYRA, Néstor (Rev. De Cuentas CTA Sta. Fe – Sitratel), RIOS, Juan Carlos (Congresal Prov. CTA Capital – Afil. Cepetel), ZAS José (Vocal CTA Nacional – Agrup. Celeste y Blanca – Cepetel).-
La Central porteña a través de su Secretario General, Pablo Spataro, le exigió al Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, la renuncia de Diego Fernández-Secretario de Integración Social y Urbana – por considerarlo responsable de la emergencia humanitaria en la villa 31. También le advirtió que quienes lo sostengan en el cargo serán cómplices de dicha situación y también deberán renunciar.
Ante la multiplicación de casos positivos de Covid-19 en los barrios populares de la Ciudad de Buenos Aires y la gravedad de la situación sanitaria, el Jefe de Gobierno Porteño, Horacio Rodríguez Larreta, recibió a los referentes de la UTEP (Unión de Trabajadores de la Economía Popular), al FOL (Frente de Organizaciones en Lucha) y a la CTA Autónoma de la Capital, quienes expresaron la disconformidad con el accionar del Ejecutivo Porteño y dejaron una serie de planteos urgentes.
Pablo Spataro, Secretario General de la CTA-A Capital, expresó: «Le exigimos a Larreta la renuncia inmediata del señor Fernández, responsable máximo de la Integración Urbana del Barrio Padre Mugica, por ser el autor del desastre social que se vive en el barrio. También dejamos en claro que si no le piden la renuncia ahora, quienes lo sostienen en su cargo serán cómplices y deberían renunciar también».
En el mismo sentido, Spataro aseguró: «le dejamos planteado a Larreta y su equipo que es prioritaria la conformación de un Comité de Crisis con las máximas autoridades del Estado, las áreas estratégicas que hoy están interviniendo y las organizaciones que a diario sostenemos con el cuerpo tareas esenciales, para poder construir diagnósticos comunes y políticas efectivas para frenar el avance del virus».
Cabe destacar que el Gobierno de la Ciudad aún debe cumplir con el fallo de la Justicia que le ordena la provisión de agua en todos los barrios de la Ciudad donde no la hubiera. Así como dotar a todos los trabajadores y trabajadoras de áreas esenciales, tanto en dispositivos del Estado como en espacios comunitarios, de los elementos de protección personal necesarios y protocolos de intervención específica, para resguardar efectivamente la salud.
Por último, el referente de la CTAA Capital agregó: “planteamos la necesidad del reconocimiento salarial a todos los trabajadores y trabajadoras de áreas esenciales y que la bonificación que llegó a las y los trabajadores de Salud sea extensiva a todas esas actividades”.
Por último, la comitiva le planteó al Jefe de Gobierno que es imperioso desarrollar una línea de trabajo desde el Estado, capaz de generar empleo con una perspectiva desde la economía popular, para mitigar los efectos actuales del aislamiento social y crear una alternativa económica en el mediano y largo plazo para cientos de familias que necesitan trabajo digno.
La semana pasada la secretaria de Géneros de la CTAA Capital, Clarisa Gambera, junto a compañeras de otras organizaciones sociales, se reunieron con la Directora del Area de la Mujer, Agustina Ciarletta, dependiente del Ministerio de Hábitat y Desarrollo Humano de la Ciudad de Buenos Aires, para expresar la necesidad de que en las mesas de gestión de la crisis que desató la pandemia Covid 19 se incluya de manera urgente la violencia de género como un aspecto más de esta emergencia.
Las organizaciones sociales presentaron
un petitorio con reclamos puntuales, entre otros la necesidad de
reconocer el trabajo de las promotoras contra la violencia, que son
las que recorren el barrio acompañando incluso en este contexto sin
salario y muy solas, porque muchos servicios están cerrados o con
guardias que dificultan más el acceso.
En el encuentro se
plantearon aspectos concretos de falta de recursos y de la necesidad
de generar una coordinación concreta con los Centros Integrales de
la Mujer y la urgencia de que en los barrios se pueda territorializar
el acceso a la información, el acompañamiento para hacer denuncias
y el apoyo psicológico que siempre faltan pero ahora se cortaron con
el ASPO.
«La situación en los barrios es urgente, deben
incluirse también áreas de niñez porque las mujeres tienen miedo
por ellas y por sus hijes. Nos está pasando que a medida que la
emergencia explota en los barrios más pobres porque la precariedad
de la vida sin servicios básicos, sin recursos, con la demora en las
medidas necesarias para mitigar los contagios y el maltrato -tal como
lo expresaron las compañeras contando cómo es subirse a un micro
que te tengan horas para hacer un testeo expuesta al contagio con una
botella de agua y un sándwich todo el día con niñes a upa
llorando-, con miedo, en muchos casos sin agua casi sin ingresos, con
la sobrecarga de trabajo y demanda en los comedores. Todo eso esconde
las situaciones de violencia de género, pero la violencia no para,
por el contrario ya sabemos que en aislamiento se recrudece y las
mujeres están en peligro”, subrayó Gambera.
La secretaria
de Géneros de la CTAA Capital además agregó: “Las organizaciones
acordamos hacer el planteo conjunto porque estamos viviendo la misma
emergencia y sobre todo la impotencia de la poca presencia del Estado
y el riesgo en el que están nuestras compañeras.”