La salud mental como parte fundamental de la salud en el marco del Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO), es un eje central a la hora de diseñar políticas públicas tanto en la situación actual como en el futuro postpandemia. La aparición y agravamiento de cuadros -tanto por la situación sanitaria como económica- son un denominador común entre la población. Sin embargo, la atención presencial en consultorio no está habilitada dado que los psicólogos aún no fueron declarados esenciales. Cómo atraviesan esta etapa los trabajadores de la salud mental y qué propuestas realizan en tanto profesionales, son aspectos que no se pueden dejar de tener en cuenta. Por estas razones los y las integrantes del Sindicato de Psicólogos y Psicólogas de la República Argentina (SiPPsiRA-CTAA) hablan sobre el tema.
¿Cómo eran las condiciones laborales y salariales antes de la pandemia y cómo son actualmente?
Las condiciones laborales han ido desmejorando desde hace años. La mayoría de los y las colegas somos monotributistas y como tales no tenemos derechos, sino que pagamos para poder trabajar. A su vez, trabajar para obras sociales o prepagas -con poquísimos profesionales en cartilla- hace que cobremos, como mínimo,con tres meses de retraso.
Además, el recorte de incumbencias ha generado una proliferación de personas que “atienden” fuera de toda normativa legal dentro del ámbito de la salud. En la situación actual todo esto se ha agravado, viendo que incluso se recomienda mirar un video en YouTube de terapias, degradando nuestra profesión a la mera reproducción de diez minutos de un video.
En cuanto a la atención desde el sistema público de salud, siempre ha sido escasa, teniendo el paciente que esperar meses mientras no hay nombramientos en clínicas ni hospitales, muchos de los cuales siguen contratando como monotributistas. En el marco de la pandemia surgieron solicitudes de psicólogos pero para trabajar de manera voluntaria, esto es, gratuitamente.
Es importante recordar que desde hace décadas nuestra profesión en la mayoría de las provincias está habilitada por el colegio de psicólogos de cada una, a quien se debe aportar y automáticamente a la caja de seguridad social. Todo profesional deberá asegurarse estos ingresos para trabajar, teniendo en cuenta que cualquier mora, reclamo, etcétera, podría ser sancionada con el quite de la matrícula.
Además del trabajo realmente autónomo, ¿Qué otro tipo de relaciones laborales atraviesan los psicólogos?
En el contexto que te describimos recién, la mayoría de los y las colegas deben encontrar una alternativa laboral en la docencia, como acompañantes terapéuticos y otros tantos en labores que nada tienen que ver con su profesión.
Exceptuando el rol de docente -para el que se debe capacitar-, el resto de las labores relacionadas con la psicología se manejan en una relación de dependencia encubierta, donde se solicitan seguros varios, matrícula, monotributo al día, pero el trabajo es a costa y riesgo del profesional y con demora en los pagos. En casos de trabajar para el Estado en relación de dependencia, muchos colegas han denunciado que su labor nada tiene que ver con su profesión.
¿Cuál es el rol del Sindicato en este contexto?
El “psindicato» ha surgido para unir estas situaciones de desmejora y desvalorización de la profesión en todo el país, recogiendo las situaciones que viven los y las colegas y que, en su mayoría, son las mismas enunciadas anteriormente. Ante la ausencia de otras instituciones, nos hemos organizado en defensa de nuestros derechos como trabajadores pero también en defensa de un derecho como es la salud mental.
¿Por qué consideran esencial a su labor?
Podemos responder recurriendo a las preocupaciones y los dichos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).Hace unas semanas atrás la OMS alertaba sobre las consecuencias para la salud mental que está teniendo el Covid-19 a nivel global y sobre un posible aumento de los suicidios y de trastornos causados por el miedo, la soledad, el aislamiento y la crisis económica.
Lo más importante de sus dichos fue el llamado a los gobiernos a que atiendan la salud mental de los pueblos, porque las consecuencias a largo plazo podrían ser aún peores. Creemos que está claro que una buena salud mental es vital para atravesar la cuarentena y también para pensar la Argentina post-pandemia.
En definitiva, la salud mental también es salud, por eso los psicólogos y psicólogas somos esenciales.
¿Qué perspectivas ven para su actividad en los próximos meses de 2020?
La situación actual es preocupante. Al no poder trabajar de manera presencial, no todos los y las pacientes han podido continuar con sus tratamientos por no disponer de espacios, recursos, conexiones óptimas, por ejemplo. Por su parte, algunas obras sociales y prepagas han demorado la autorización para darles cobertura y en algunos casos han solicitado requisitos excesivos o invasivos en su privacidad, como por ejemplo, fotografiar al paciente durante su terapia por redes.
La crisis económica también está repercutiendo directamente en nuestra profesión y las perspectivas son pobres ya que muchas de las personas que requieren concurrir a consulta, hoy se encuentran con salarios recortados, suspensiones o directamente sin trabajo. Aunque la demanda se incrementará, la posibilidad de concurrir a consulta paga será difícil.
Por ello solicitamos al Ministerio de Salud de la Nación que nos consideren a los y las psicólogas como esenciales y que se desarrollen políticas públicas de abordaje de la salud mental de la población.
Desde su sector, ¿Han pensado propuestas para mejorar sus condiciones en el marco de la cuarentena?
Como te decíamos anteriormente, consideramos fundamental ser declarados esenciales para poder desarrollar nuestra labor profesional en casos en que requieren tratamientos presenciales.
Además se debe reforzar la atención gratuita desde el Estado, contratando mayor cantidad de personal para poder resolver la demanda -tanto de la sociedad como de las y los trabajadores que están en la primera línea-, que ya tenía grandes demoras. Deben generarse dispositivos múltiples e interactuar desde distintos ministerios y nosotros podemos colaborar a implementar estrategias y proyectos a tal fin.
Y por último, un tema que nos preocupa es la intrusión profesional. Aspecto sobre el que deberemos avanzar en futuras conversaciones. No sólo por nuestro trabajo, si no también y fundamentalmente por la salud mental de los y las pacientes.
Todo esto se lo hemos planteado al Director Nacional de Salud Mental en la reunión que tuvimos con CTAA Capital y la Federación Sindical de Profesionales de la Salud de la República Argentina (FeSProSa) y se continuará abordando en futuras reuniones.
También consideramos que deberíamos ser convocados a formar parte del grupo técnico de asesoramiento, dada nuestra injerencia profesional en la salud.
Sabiendo que en su mayoría se desempeñan como trabajadores autónomos, ¿Cómo evalúan las políticas implementadas por el Gobierno Nacional para este sector?
Lamentablemente, creemos que no son suficientes ni resuelven de raíz la problemática. Los préstamos e incentivos tales como el IFE fueron muchas veces denegados a los psicólogos y psicólogas por aportar a la caja de los colegios o tener un magro trabajo en relación de dependencia.
¿Qué posición han asumido los colegios de psicólogos?
Los colegios no tomaron posiciones frente a la situación, se llamaron a silencio, sin atender las situaciones que presentaban a los y las colegas y mucho menos intervenir frente a la decisión de la Caja en prorrogar los pagos que debemos hacerle. En muchas ocasiones, han entrado en contradicción con los Municipios que habilitaban la atención personal.
Se ha iniciado una fuerte articulación entre SIPPSIRA-CTAA, CTACapital y FeSProSa-CTAA. ¿Cuál es su evaluación al respecto?
Es positiva y necesaria la unión de los trabajadores de la salud que estamos atravesando problemáticas similares y el diseño de acciones conjuntas. La unidad generará espacios de gestión activa en búsqueda de resultados próximos y duraderos.
En tanto profesionales de la salud mental, ¿Qué evaluaciones realizan de la situación en el marco de la pandemia y la cuarentena? ¿Qué aporte pueden realizar para el diseño de políticas públicas al respecto?
La situación es altamente crítica. La pandemia y la cuarentena han disparado distintos cuadros, trastornos y patologías y han agudizado los preexistentes. El encierro, el temor a la enfermedad y la muerte, y la desesperación económica por despidos, suspensiones, reducciones salariales -y varias otras cuestiones sociales-, cumplen un rol patogénico y dinamitan el equilibrio emocional.
A la desastrosa situación de la Salud Mental, queremos agregar la agobiante realidad de miles de colegas que han visto reducidos drásticamente sus ingresos, algunos a cero. Por eso, proponemos la incorporación masiva de psicólogos a Dispositivos Comunitarios de Atención en Salud Mental.
Reforzar los existentes y crear nuevos,
que permitan intervenir eficazmente en una crisis sanitaria como la
actual. Aumentar la cantidad de Residentes en los Hospitales
Públicos, establecer convenios entre Instituciones y el Estado, en
el que éste subsidie los honorarios. La crisis es enorme y requiere
soluciones inmediatas y audaces.
* Las respuestas las construyeron conjuntamente: Andrea del Soldado, Julieta Couso, Laura morandi, Patricio Leone y Graciela Campodónico, del Sindicato de Psicólogos y Psicólogas de la República Argentina.