Reclamo de la Secretaría de Discapacidad de CTAA Capital ante la pandemia de Covid-19

La desigualdad que se impone en nuestro país lleva décadas, vulnerando el conjuntos de los derechos de nuestro pueblo y empuja a distintos grupos a la exclusión del sistema y los margina en la pobreza.
* Por Mabel Mamani, Secretaria de Discapacidad CTAA Capital

A lo largo de la historia, se han propuesto diversos modelos conceptuales para explicar y entender la discapacidad, la Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que la discapacidad es el resultado de la interacción de las personas con su entorno físico y social.

Los efectos negativos que está produciendo la pandemia de Coronavirus COVID, requiere que el Estado impulse medidas para ayudar a contener esta profundización de la pobreza a la que nos arrastro esta pandemia, especialmente a los sectores más vulnerables como son las personas con discapacidad.

Los programas que dan cobertura a esta población han sido sistemáticamente destruidos.

El Gobierno anterior recortó las pensiones por discapacidad, desfinanció el Programo Federal Incluir Salud, en la entrega de medicación y demás prestaciones, sabiendo que quienes perciben pensiones por discapacidad pertenecen a la franja social de mayor vulnerabilidad económica e incluso, buena parte de ellos son menores de edad.

La discapacidad y la pobreza caminan de la mano y se retroalimentan, la falta de recursos económicos no hace más que profundizar las dificultades para el desarrollo de las familias que diariamente se encuentran en la grave situación de tener que paliar con las necesidades de un familiar con discapacidad.

Las personas con discapacidad no constituyen un grupo aparte con intereses sectoriales diferenciados. Son miembros de la comunidad que afrontan problemáticas especiales que requieren políticas activas y acción afirmativa de derechos.

La Secretaría de Discapacidad de la CTA Autónoma Capital solicita el acceso al Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) y la Tarjeta Alimentaria para todas las personas con discapacidad. Los Estados deben asegurar que la respuesta a la pandemia de COVID-19 sea plenamente inclusiva, considerando siempre a las personas con discapacidad, desde un enfoque de derechos humanos, con perspectiva de género, infancia, adolescencia y envejecimiento.

Spataro: “Es una cuestión de rápida resolución una vez que se tome la decisión política de reconocer el trabajo comunitario”

Otro jueves de frío y lluvia donde las hornallas se prendieron y las ollas vuelvieron a salir a la calle. Bajo los lemas “Somos esenciales. Por el reconocimiento de nuestras tareas. Larreta hacete cargo”, la FeNAT-CTAA Capital -junto a Somos Barrios de Pie, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y la Federación de Organizaciones de Base (FOB)- participó por sexto jueves consecutivo de la Jornada de Ollas en Villas y Barrios Populares de la Ciudad de Buenos Aires.

* Por Valeria Garay

Desde el 18 de junio, cada jueves -de manera ininterrumpida- las y los compañeros de las organizaciones sociales cocinan para el barrio, en el marco de la Jornada de Ollas, para visivilizar que su trabajo es esencial y que como tal, debe ser remunerado.

Luego de 5 semanas de Jornadas, los medios de comunicación y algunos dirigentes del oficialismo porteño comenzaron a hablar del reconocimiento del trabajo comunitario y del reclamo de las organizaciones sociales. Consultada este lunes -por el diario Tiempo Argentino- sobre la negativa a reconocer el trabajo comunitario, María Migliore, ministra de Desarrollo Social y Hábitat de la Ciudad de Buenos Aires, expresó: “La crisis sanitaria visibilizó una desigualdad estructural. Es un tema que hay que analizar. Ellas han cumplido un rol fundamental en esta pandemia, en los roles de cuidado, de manera silenciosa. Es un tema que hay que pensar y ver cómo seguimos. En su gran mayoría son trabajos ejercidos por mujeres que hay que cuidar. No hemos dicho que no.”

En la Ciudad de Buenos Aires, la ciudad más rica del país, durante años de gestión macrista las desigualdades sociales se profundizaron y presupuestos millonarios que debían destinarse a la urbanización de los barrios populares se despilfarraron en negociados como en el caso de la Villa 31-31 bis de Retiro. Para colmo, se enfrenta esta pandemia con una reducción del presupuesto para los barrios populares por parte del Gobierno del PRO.


“Ante el agravamiento de la enfermedad y el avance de la crisis social por la pobreza y la falta de trabajo, son los espacios comunitarios los que dan una multiplicidad de respuestas que hoy son fundamentales para atravesar este tiempo. Estamos hablando de compañeros y compañeras que sostienen las ollas populares, que reparten alimentos; que hacen acompañamiento de situaciones de Violencia de Género: Promotoras de Salud, que van casa por casa para relevar vecinos con Covid-19 y los llevan a los dispositivos sanitarios, que acompañan a quienes deben aislarse y les llevan comida, medicamentos y todo lo que necesitan; estamos hablando de compañeras que sostienen la cursada para el universo de jóvenes y adultos que intentan terminar sus estudios, de educadoras que siguen entregando materiales didácticos y juguetes a los niños, niñas y niñes que asisten a las juegotecas populares; un sin fin de tareas que se desarrollan en lo cotidiano pero están invisibilizadas”, enumeró Pablo Spataro, secretario General de la CTAA Capital, con respecto a las tareas de los espacios comunitarios.

El compañero además agregó: “Es fundamental que estas tareas esenciales sean reconocidas salarialmente por el Estado que, además, tiene todas las posibilidades de hacerlo. Si hoy se tomara la decisión de pagarle un salario a cada una de estas personas de 16 mil 875 pesos -que es el salario mínimo vital y movil- tan solo representaría el 3,1 por ciento del presupuesto del Ministerio de Desarrollo Social de la Ciudad de Buenos Aires. Por lo tanto, creemos que es una cuestión de rápida resolución una vez que se tome la decisión política; no hay un impedimento financiero para que se lleve adelante este acto de justicia, que es dignificar salarialmente al laburo y el compromiso que despliegan todos los días nuestros compañeros y compañeras.”

Hoy, por sexto jueves consecutivo, las organizaciones sociales llevaron adelante su Jornada de Lucha y Ollas en más de 20 villas y barrios populares para visibilizar todas las tareas que garantizan y exigir el reconocimiento de las mismas, porque allí donde la emergencia sanitaria y la circulación del virus crece, están las Promotoras de Salud; están los comedores y merenderos sostenidos principalmente por las compañeras mujeres; están las Promotoras de Género; están los espacios de niñes, jardines y bachilleratos populares y están las cuadrillas de recolección de residuos de las cooperativas.

En esta sexta Jornada de Ollas Populares se volvió a exigir un Fondo de Emergencia urgente, con fondos públicos aportados por los sectores más ricos de la Ciudad, para reconocer el trabajo no pago de miles de compañeras y compañeros, para realizar las obras que les permitan acceder al agua potable y para re-urbanizar las Villas.

Los trabajadores y el Coronavirus – Quinta parte

Sobre el regreso de los juzgados laborales: ¿Qué normalidad necesitamos?

* Por Equipo Jurídico de la CTAA Capital

Motivada por la pandemia de COVID 19 y con justificadas razones de salud, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dispuso a partir del 20 de marzo de este año una Feria Judicial Extraordinaria. Con fecha 20 de julio de 2020, la Corte dispuso el levantamiento de la Feria para la propia Corte y para las Cámaras de Segunda Instancia y a su vez anunció que con fecha 26 de julio comenzarían a laborar los juzgados de Primera Instancia.

En el presente trabajo se pretende analizar algunos aspectos del funcionamiento deficiente de los juzgados laborales. Dicha situación se encuentra agravada por la pandemia sanitaria pero no tiene su origen en ella ni se resolverá cuando se levante el aislamiento. Entonces cuando se habla de volver al trabajo judicial o de volver a la normalidad ¿De qué hablamos exactamente?

La Justicia Nacional del Trabajo antes del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO)

Desde hace muchísimos años el fuero del trabajo funciona con pésimas condiciones de infraestructura. Hemos naturalizado que los tribunales funcionen en espacios físicos reducidos y precarios; que los ascensores no funcionen, que se corte la luz o se inunden los edificios; que haya muy poco personal; que un tercio de los juzgados no tenga juez titular, dando lugar al negocio de las subrogaciones con la consecuente ralentización del trabajo; que el sistema lex 100 funcione peor y más lento que cuando se hacían las cosas sin sistema y un sinfín de etcéteras que puede observar a simple vista cualquier persona que pase por un edificio de tribunales.

Un juicio laboral en promedio tarda aproximadamente 5 años en tener sentencia definitiva. Por tanto, es claro que se precisa un servicio de justicia más ágil y eficiente.

Es claramente premeditado el hecho de que transitar un juicio sea un proceso kafkiano: la intención de desalentar los reclamos.

Hace unos años, en el 2016, escribimos con Luis Campos demostrando que de todos los trabajadores que pudieran iniciar un reclamo laboral en sede judicial, sólo lo iniciaban un juicio el 6,8%.

Hoy la situación es sin dudas peor. No sólo ha crecido la precarización laboral en todas sus formas -lo que da lugar a mayores potenciales reclamos- sino que ha descendido drásticamente la cantidad de expedientes judiciales que se inician en el fuero.

En aquella ocasión también denunciábamos que “del conjunto de trabajadores que reclama en sede judicial, la inmensa mayoría concilia antes de la sentencia debido a que no pueden esperar los tiempos judiciales (que están intencionalmente demorados) por lo que tampoco está garantizada la reparación integral”.

Decíamos que existía -y existe- intención de que los juicios fueran extensos, ya que ello beneficia al sector empleador y perjudica a los trabajadores.

La teoría jurídica nos dice que la reparación integral es la que cubre (repara) todos los daños -materiales y morales- que el daño ha causado. Así, por ejemplo, la indemnización por despido cubriría todos los daños (económicos, sociales, culturales, psicológicos, etc.) que tal hecho genera.

En la práctica ello no es así por dos motivos: Por la insuficiencia del monto que se estima para cubrir tales daños y por la lentitud de un sistema judicial hecho a medida del sector empresarial.

Pongamos ahora un ejemplo para el fuero laboral: Un empleador despide en 2015 y debe pagar como indemnización 150mil pesos. A fines de 2015 el dólar informal costaba aproximadamente unos 15 pesos. Si el empleador decide comprar dólares en lugar de pagar la indemnización, podrá adquirir unos 10mil. Si el juicio lo paga hoy, el trabajador cobraría unos 500.000 pesos, es decir unos 4.000 dólares. Es decir que el trabajador perdió 6 mil dólares y el empleador hizo una buena inversión, ganando dinero incluso, con la plata que siempre fue del trabajador (de otra forma no hubiera obtenido sentencia favorable).

Y estamos hablando de los trabajadores que logran cobrar la sentencia, porque en muchos casos la parte empleadora deviene insolvente (voluntaria o involuntariamente) con el transcurso de los años que demora un juicio laboral.

Para poner un ejemplo ilustrativo de lo que esto significa, podemos decir -sin grandes márgenes de error- que de cada 1000 trabajadores que pueden reclamar judicialmente, solo 60 de ellos lo harán y de esos 60, solo unos 20 o 25 llegarán hasta el final del proceso y obtendrán una sentencia -tardía y desvalorizada- que entre 4 y 5 de ellos no podrán cobrarla jamás por la insolvencia de su empleador.

La Justicia Nacional del Trabajo durante el ASPO

Durante la feria extraordinaria que comenzó en la segunda quincena de marzo, la actividad de los Juzgados laborales -salvo algunas pocas excepciones- ha sido casi nula. Por su parte, la actividad del SECLO (instancia de conciliación pre judicial obligatoria del Ministerio de Trabajo) durante el ASPO ha sido más extorsiva que nunca. Si bien el SECLO, desde su creación, se ha instaurado para beneficio de los sectores patronales -lo que será retomado en otro trabajo- lo que está ocurriendo en este contexto es escandaloso. Desde que se dictó el aislamiento, el SECLO solo funciona para acuerdos “espontáneos” entre partes. Es decir que, si como trabajador quiero discutir algo con mi jefe, el servicio está cerrado. Pero si acuerdo con mi jefe, entonces tengo una audiencia virtual y se aprueba el acuerdo automáticamente. ¿Existe algo más extorsivo que esto? En medio de una crisis económica sin precedentes, la única forma de hacerme con algo de dinero producto de mi trabajo es si llego a “acuerdos” con mi empleador.

La justicia nacional del trabajo post aspo

Es presumible que cuando finalice la feria extraordinaria, los juicios se extenderán aún más en el tiempo, producto del reacomodamiento del funcionamiento de los juzgados. El juicio que antes demoraba 5 años en tener sentencia definitiva, ahora tardará 6 o 7, con el consecuente perjuicio para los reclamantes y beneficio para los reclamados.

En este marco, que estamos describiendo, no cabe esperar otra cosa. Por eso necesitamos que se piensen soluciones de infraestructura y mayor dotación para agilizar las causas. No podemos sencillamente resignarnos a que las cosas disfuncionen así.

Concluyendo:

Creemos necesario instalar la discusión sobre los graves e irreparables perjuicios para los trabajadores -y los grandes beneficios para las empresas- de cada día que no funciona (o funciona mal) la Justicia del trabajo.

Existen millones y millones de pesos de transferencias del sector trabajador al sector empresarial. Son millones de pesos que se transfieren cada vez que los trabajadores deciden no reclamar. Son millones de pesos los que se transfieren cada vez que los trabajadores deben aceptar los acuerdos extorsivos ante el SECLO. Son millones de pesos los que se transfieren cada vez que los trabajadores logran una sentencia ridículamente tardía y absurdamente actualizada. Son millones de pesos los que se transfieren cada vez que los trabajadores no pueden lograr el cobro de sus créditos laborales por los empleadores que se vuelven insolventes. Son millones de pesos los que se transfieren cada vez que los trabajadores no reciben su indemnización porque su empleador la invierte en un negocio lucrativo propio, logrando pagar el juicio y obtener ganancias extras con ese dinero del trabajador. Y estamos hablando solamente de un pequeño aspecto de las relaciones de trabajo. Si sumamos a este aspecto todo el resto (comenzando por los bajos salarios) estamos hablando de cifras astronómicas.

Necesitamos que se creen nuevos juzgados y/o que se mejore la infraestructura y se aumente el personal de los ya existentes. Necesitamos que deje de haber un tercio de juzgados sin juez titular y por tanto la mitad de los jueces tiene a cargo dos juzgados, con la consecuente ralentización del trabajo. Necesitamos que los jueces respeten al trabajador y su situación de hiposuficiencia. Necesitamos que deje de haber negocios con los sistemas informáticos millonarios -que no funcionan e incluso hacen el trabajo más lento que cuando no había sistema- y que se disponga de una batería de medidas para que un juicio dure el menor tiempo posible y sobre todo necesitamos que cuando se obtenga una sentencia judicial, el trabajador no vea licuado su reclamo cobrando una ínfima parte de lo que le correspondía de haber sido reparado en tiempo y forma.

No podemos resignarnos a la situación actual. Los trabajadores no podían esperar ya desde la situación anterior a la pandemia. Hoy menos aún lo pueden hacer. Cada día que pasa la situación es más gravosa. La invisibilidad de esta situación produce que ninguno de los responsables -comenzando por los tres poderes del Estado y el sector empresarial- se haga cargo del daño que produce. No pagan ningún costo por tamaño desfalco.

Nota relacionada: El curro de los abogados laboralistas

López: «Los delegados de la OSTV son la principal herramienta del laburante de la seguridad privada para hacer valer sus derechos»

Las y los trabajadores vigiladores fueron declarados esenciales desde el inicio del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO) ya que cumplen una función clave en el control de la pandemia. Sin embargo, la precarización laboral y la polifuncionalidad típicas del sector -producto de la tercerización- se agravan por los niveles de exposición al contagio que implica su tarea, el abandono histórico del gremio oficial y el incumplimiento de protocolos de las empresas. En esta entrevista, el secretario General de la Organización Sindical de Trabajadores Vigiladores (OSTV-CTAA), Carlos López, cuenta cuáles son las estrategias de resistencia en este contexto y las principales reivindicaciones del sector.

– En materia salarial y de condiciones de trabajo ¿Cómo venía siendo la situación laboral de los vigiladores en los últimos años? ¿Cuál es el rol del gremio oficial?

Nosotros decimos siempre que las y los trabajadores de la Seguridad Privada somos uno de los sectores más precarizados del mercado laboral. Los abusos patronales son moneda corriente y la complicidad del sindicato oficial -UPSRA- es fundamental para que esto se mantenga así, por eso nuestra tarea como OSTV-CTAA es muy importante pero también compleja.

Como en todo empleo precario, tenemos salarios por debajo de la línea de pobreza. Estamos a mitad de año y todavía no hemos tenido una recomposición salarial porque el sindicato oficial prefirió sentarse con las Cámaras empresarias para firmar un acuerdo con el cual las patronales retienen los aportes patronales y ellos se aseguran la cuota sindical, generándose un brillante negocio a costa de los trabajadores y trabajadoras de la Seguridad Privada.

Las condiciones laborales se caracterizan por ser muy flexibles, con rotaciones, suspensiones y despidos arbitrarios. Al mismo tiempo, nos vemos obligados a cumplir con tareas que no nos corresponden, como por ejemplo tomar la temperatura de clientes o usuarios que circulen por nuestros espacios de trabajo en medio de esta pandemia.

Desde el Gobierno Nacional se definió la creación de protocolos especiales de higiene y seguridad para aquellas personas que siguen trabajando durante el APSO ¿Las empresas de seguridad cumplen con estos protocolos?

Uno de los objetivos principales que nos impusimos en medio de esta cuarentena es proteger la salud de nuestros compañeros y compañeras y para eso el cumplimiento de los protocolos de higiene y seguridad es algo básico. En este marco, la información que nos llega desde nuestros delegados y delegadas que están recorriendo los distintos lugares de trabajo es que las empresas no reparten los materiales de seguridad (mascarillas, barbijos, alcohol en gel y guantes) necesarios, es decir que no cumplen con los protocolos.

En muchos casos, los trabajadores tienen que llevarse elementos de higiene desde sus casas y esto implica que las patronales están ahorrándose estos costos y trasladándolos a nuestros compañeros. En otros casos, se utilizan los materiales que tengan las y los trabajadores de los espacios de trabajo en donde se desempeñen, como por ejemplo, usar el alcohol en gel de la Mesa de Entrada de organismos o bancos. Por supuesto que esto lo venimos denunciando, tanto ante las empresas como también ante el Estado.

¿Cómo repercutió la pandemia de Covid-19 en las condiciones laborales?¿Y en lo salarial?

Los efectos de la pandemia se perciben principalmente en dos aspectos: la salud y el bolsillo. Dentro de nuestra actividad hay muchos vigiladores y vigiladoras que son consideradas personas de riesgo (por edad y por salud), lo cual no es tenido en cuenta por las patronales y son obligados a continuar tomando servicios bajo amenaza de perder sus empleos. Un ejemplo es la empresa Murata, la cual aprieta a sus trabajadores de esta manera. Como consecuencia, hay que decir que varios compañeros han fallecido luego de contagiarse de Covid-19 en sus espacios de trabajo. Esto también genera mucho estrés psicológico, por el nivel de exposición que tenemos y la falta de protección con la cual trabajamos.

Desde el bolsillo, ya señalamos que nuestros salarios están por debajo de la línea de pobreza. En este contexto, quienes continuamos trabajando estamos cobrando nuestros salarios de convenio, pero quienes son personas de riesgo y deben cumplir con el ASPO sufren descuentos, no perciben viáticos ni presentismo y muchos deciden volver a trabajar porque sino pierden la mitad de sus sueldos, que ya eran pésimos antes de la cuarentena. Para colmo, la mayoría de nosotros tampoco cobra el bono para los trabajadores esenciales.

– ¿Por qué considera la OSTV-CTAA que sus trabajos son esenciales en estos tiempos?

Nosotros decimos que somos esenciales no sólo porque garantizamos la seguridad necesaria para el normal funcionamiento de los espacios de trabajo de empresas y servicios, sino también porque -en medio de esta cuarentena- estamos cumpliendo con tareas de prevención sanitaria que no nos corresponden pero que sirven para combatir el Coronavirus. Así como los compañeros y compañeras de limpieza son vitales para la desinfección, nosotros ayudamos a controlar a las personas y detectar síntomas.

Por otro lado, muchas empresas están mandando a los compañeros a sus casas cuando tienen síntomas, exponiendo a las familias al contagio. Nosotros luchamos para que se cumplan los protocolos y que no haya mayor cantidad de contagios. Así, no sólo ayudamos a los compañeros, sino que contribuimos a combatir la propagación del virus en la sociedad.

¿Y cómo afrontan estas situaciones desde la OSTV-CTAA?

Desde la OSTV-CTAA estamos garantizando respaldo legal a nuestros afiliados y afiliadas, pero principalmente ofrecemos nuestro respaldo como organización. Nuestras tareas hoy van desde reclamar condiciones seguras de trabajo, hasta hacer valer que las ART se hagan cargo en los casos donde vigiladores se contagian de Covid-19. Ante la ausencia del sindicato oficial, redoblamos nuestros esfuerzos para estar presentes ante las necesidades de los compañeros.

¿Cuáles son las principales reivindicaciones y exigencias a las patronales?

Más allá de que no renunciamos a nuestros históricos reclamos por salarios dignos, la libre sindicalización y el fin de las prácticas anti-sindicales de las empresas, en medio de esta pandemia exigimos principalmente que se cumplan los protocolos de seguridad, porque la vida de nuestras y nuestros compañeros no tiene precio. Esto lo reclamamos ante las empresas pero también exigimos que el Gobierno Nacional -de la mano del Ministerio de Trabajo- castigue a las empresas que no cumplen con la ley. Nosotros hemos presentado las denuncias correspondientes y esperamos se tomen las medidas necesarias.

¿Qué le proponen, desde la organización sindical, a los trabajadores vigiladores para afrontar el ajuste?

Creemos que la legalidad es importante, por eso ofrecemos asesoramiento para nuestros compañeros y compañeras. Pero estamos convencidos y convencidas que más importante aún es tener fuerza organizada, es decir, fortalecernos como trabajadores en nuestros espacios de trabajo. Por eso siempre hemos impulsado elecciones de delegados y hoy podemos ver los buenos resultados que esto tiene ya que los delegados y delegadas de la OSTV-CTAA son la principal herramienta que tiene el laburante de la seguridad privada para hacer valer sus derechos.

Nosotros les proponemos a los trabajadores que se afilien a nuestro sindicato, que se organicen en la OSTV-CTAA. Somos un sindicato que lucha, que no transa, que pone nuestras necesidades como clase trabajadora por delante. En esta pandemia lo tratamos de demostrar día a día en nuestras acciones y creemos que este es el camino correcto.

PLENARIO DEL SECTOR PRIVADO: CÓMO FORTALECER LA ORGANIZACIÓN GREMIAL DE LA CTA-A CAPITAL DURANTE EL ASPO

El encuentro virtual que se desarrolló el jueves pasado, forma parte de una serie de acciones que el equipo gremial de la Central porteña lleva adelante desde el comienzo de la cuarentena. Allí se evaluó la situación del sector privado y cómo reorganizar la pelea en el marco de la pandemia. Se remarcó la necesidad de coordinar acciones conjuntas entre los distintos sectores para resistir las políticas de ajuste que ya se ha puesto en marcha y de continuar desarrollando estos espacios de debate y discusión política.

En la tarde de este jueves 16 de julio se realizó un plenario virtual de sindicatos y agrupaciones del sector privado que integran la CTA Autónoma Capital, en el que se debatió sobre la coyuntura que atraviesa nuestro país y se volcaron las principales líneas de acción a futuro en un momento donde se pretende flexibilizar la ASPO en favor de los intereses patronales.

Luego de un debate de casi tres horas, en el que los y las referentes sindicales de la industria y servicios expusieron las situaciones de cada sector en el marco del COVID-19, se definió el diseño de una seria de acciones conjuntas de todas las organizaciones, dado que padecemos problemáticas similares: salarios congelados, pago fuera de término, falta de condiciones y de protocolos seguros para volver a nuestros trabajos, el teletrabajo durante el ASPO, acciones antisindicales, etc.

Otro aspecto que quedó evidenciado en las exposiciones, fue el escaso impacto de las políticas del Estado Nacional, sobre todo en su carácter de contralor y garante de derechos laborales.

Además se definieron otras líneas de trabajo:

– La CTA A Capital debe intervenir no sólo desde la resistencia sino con discusión política, con una lectura de la coyuntura permanente y dialéctica respecto de la realidad.

– Continuar con instancias de debate para fortalecer articulaciones con otros sectores sindicales y PyMEs que compartan algunas de las posturas mencionadas.

– Exigir en las empresas el cumplimiento de protocolos de seguridad, la conformación de Comités de Crisis Mixtos. Así mismo exigir al Estado Nacional y a la Ciudad de Buenos Aires, la activación de los organismos de contralor correspondientes.

– Conformar espacios formativos y de discusión política con otros temas, tales como soberanía energética, reducción de la jornada laboral para crear más puestos de trabajo, implementación de un salario universal.

– Abordar la problemática que genera el teletrabajo y las tareas de cuidado en el hogar, mayormente llevadas a cabo por mujeres.

– Realizar una encuesta sobre el teletrabajo entre quienes lo padecen.

– Ampliar el ámbito de discusión y retomar la dimensión metropolitana.

Hebe Nelli, Secretaria Gremial de la Central porteña y Secretaria Adjunta del SITOSPLAD, dio la bienvenida a las compañeras y compañeros destacando que “Es importante fortalecer la organización, ya que las empresas están avanzando ferozmente contra la clase trabajadora y, si bien estamos limitados por esta pandemia, de ninguna manera estamos inmóviles”.

Por su parte, Pepe Peralta, Secretario Adjunto de la CTA Capital, ponderó los resultados que está dando la campaña “Esenciales somos lxs trabajadorxs. Producimos la riqueza, discutamos su distribución”, ya que reivindica el rol esencial que jugamos los trabajadores en la economía, algo que el empresariado suele ocultar o minimizar, pero la pandemia puso blanco sobre negro.

Así mismo remarcó la importancia de articular las acciones gremiales entre los sectores de la clase trabajadora: «debemos organizarnos mejor para generar una salida en común de este sistema que nos explota cada vez más. Necesitamos desarrollarlo desde lo regional hacia lo nacional, para hacer frente a unas patronales siempre ambiciosas y que operan de manera constante contra los derechos de las y los trabajadores”, dijo el Secretario General de SITEBA.

A lo largo del encuentro, fueron varias las voces que identificaron una reforma laboral en los hechos, justificada discursivamente en una supuesta causa de fuerza mayor por la pandemia para licuar la responsabilidad política de sus costos, pero que en realidad responde al lobby empresarial.

En este sentido, Ricardo Peidro, Secretario General de la CTA Autónoma Nacional y Secretario General de AAPM enfatizó que «las patronales creen que pueden llevar adelante la flexibilización laboral de hecho, con la excusa de que las leyes laborales actuales son muy duras y demás excusas ya gastadas pero remozadas por el contexto. Por eso es tan importante darnos una estrategia desde los y las trabajadores, porque ellos ya la tenían previa, durante y post pandemia. Ellos ya tienen decidido cómo van a avanzar”.

La exclusión premeditada de la CTA Autónoma en la mesa de discusión sobre la Ley de Teletrabajo fue percibida en el plenario como una estrategia para dejar fuera de discusión al modelo sindical que representa la Central y su posición contraria a una modalidad cuya organización y controles están hechos a medida de los intereses patronales y cuentan con la bendición de la burocracia sindical enquistada en el poder. Un paquete que el Gobierno Nacional acepta fácilmente, en el marco del Pacto Social que viene impulsando desde diciembre de 2019.

En este sentido, Marcelo Cappiello, Secretario General Adjunto de la CTA Capital y Secretario General del SECEIC, consideró que “si bien el Gobierno Nacional intentó ayudar, las medidas no son suficientes y algunas inclusive han ido a garantizar ganancias y actividades económicas en lugar de sostener los derechos de los y las trabajadores. El ejemplo del teletrabajo es paradigmático y no nos deja de sorprender que el gobierno legisle a futuro y no haga nada ahora, cuando no hay pisos mínimos para la actividad y las condiciones no están dadas en los hogares de la mayoría de los compañeros y las compañeras que deben poner de su bolsillo los costos que esa actividad genera; mientras los patrones descargan costos con los ATP y otros beneficios que los trabajadores no tenemos”.

En plenario concluyó con la clara consigna de continuar construyendo estos espacios de lucha común y solidaria entre organizaciones sindicales de diversos espacios que padecemos situaciones similares, además de pensar en conjunto las alternativas que necesitamos para nuestra clase. Sobre todo en momentos de ajuste e incertidumbre como este, en el que resulta una obligación además de una necesidad.

Spataro: “Las tareas comunitarias son esenciales y como tal deben ser reconocidas salarialmente”

Con el apoyo de periodistas, figuras de la Cultura y de la militancia, la FeNAT-CTAA Capital -junto a Somos Barrios de Pie, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL) y la Federación de Organizaciones de Base (FOB)-, participó por quinto jueves consecutivo de la Jornada de Ollas en Villas y Barrios Populares de la Ciudad bajo los lemas “Somos esenciales. Por el reconocimiento de nuestras tareas. Larreta hacete cargo”.

* Por Valeria Garay

A pesar de la lluvia, el frío invernal y las problemáticas que se van sumando, las compañeras y compañeros de las organizaciones territoriales llevaron adelante este jueves la quinta Jornada de Ollas en los Barrios Populares y las Villas de la Ciudad de Buenos Aires, para poder darle visibilidad a las tareas que realizan cotidianamente.

«Hay una voz que el poder pretende callar e invisibilizar, es la voz de las y los trabajadores más golpeados en esta pandemia y más olvidados y olvidadas por los malos gobiernos. Seguimos de pie, junto a organizaciones hermanas, para que esa voz se escuche fuerte y tenga eco en el conjunto de la sociedad. Las tareas comunitarias que realizan nuestros compañeros y compañeras son esenciales y como tal, deben ser reconocidas salarialmente. Con la fuerza de la justicia de nuestro reclamo, con la potencia de la legitimidad de nuestro planteo y con la fuerza organizada que crece y abraza esta causa, vamos a vencer», expresó Pablo Spataro, secretario General de la CTAA Capital, desde la Villa 21-24 de Barracas, donde las y los compañeros de la FeNaT-CTAA Capital sostienen su olla popular a pesar de la falta de energía eléctrica.



En la Ciudad de Buenos Aires, la ciudad más rica del país, durante años de gestión macrista las desigualdades sociales se profundizaron y presupuestos millonarios que debían destinarse a la urbanización de los barrios populares se despilfarraron en negociados como en el caso de la Villa 31-31 bis de Retiro. Para colmo, se debe enfrentar esta pandemia con una reducción del presupuesto para los barrios populares por parte del Gobierno del PRO: de $5700 millones en 2019, se redujo a un presupuesto de $3280 millones en 2020.

Desde el Barrio Carrillo, de la Villa 31 de Retiro, Julio Dominguez, de la organización Primero de Mayo, explicó: “Los compañeros están desempleados y necesitan un plato de comida, por eso nosotros damos comida al mediodía y a la noche. Este es un trabajo que debería hacer el Estado y lo estamos haciendo nosotros, por eso somos esenciales. Por eso pusimos la posta y estamos fumigando en el barrio, para tratar de cuidarnos. Nuestras compañeras están trabajando todos los días 8 horas en cada comedor del barrio”.

Hoy, por quinto jueves consecutivo, las organizaciones sociales llevaron adelante su Jornada de Lucha y Ollas en más de 20 villas y barrios populares para visibilizar todas las tareas que garantizan y exigir el reconocimiento de las mismas, porque allí donde la emergencia sanitaria y la circulación del virus crece, están las Promotoras de Salud; están los comedores y merenderos sostenidos principalmente por las compañeras mujeres; están las Promotoras de Género; están los espacios de niñes, jardines y bachilleratos populares y están las cuadrillas de recolección de residuos de las cooperativas.



Franco Armando, secretario de Organización de la CTAA Capital, por su parte afirmó: “El trabajo que se lleva adelante en los espacios comunitarios, ese compromiso de nuestras compañeras y compañeros con sus vecinos, con sus pares, con su pueblo, no está reconocido por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y ese reconocimiento debe ser un salario. Por quinto jueves consecutivo las ollas populares vienen a visibilizar eso que se quiere ignorar, vienen a reconocer ese compromiso por los otros y a exigir que Larreta se haga cargo y otorgue ese derecho sobradamente ganado que es tener un sueldo digno por un trabajo más que esencial”.

En esta quinta Jornada de Ollas Populares se volvió a exigir un Fondo de Emergencia urgente, con fondos públicos aportados por los sectores más ricos de la Ciudad, para reconocer el trabajo no pago de miles de compañeras y compañeros, para realizar las obras que les permitan acceder al agua potable y para re-urbanizar las Villas.

Niñeces en aislamiento: La distancia del no abrazo

Bajo la certeza de que el aislamiento tiene que ser físico y no social, Niñez y Territorio propone este recorrido por las experiencias de cuarentena de nuestros pibes y pibas. Buscando echar por tierra las fronteras que tratan de imprimir con nuestros barrios, acercamos estas voces y miradas atrincheradas. Porque a algunos encierros no se los decreta sino que los trazan las desigualdades.

* Por Niñez y Territorio

Que la precariedad nos cuesta la vida no es nuevo pero empeora en contexto de pandemia porque las condiciones de vida se deterioran aún más. Y el impacto más fuerte de las crisis- la sanitaria, la económica y social- es sobre los sectores más frágiles. Hay nuevos pobres y los de siempre están más desamparados.

Terminaba el año 2019 con más de la mitad de los chicos y chicas pobres en la Argentina y el 23 % en hogares con condiciones de hacinamiento y sin agua potable ¿Cómo estarán hoy esos pibes y esas pibas hacinados y sin agua?

Ver Documento completo: http://xn--niezyterritorio-zqb.org.ar/2020/07/13/nineces-en-aislamiento/?fbclid=IwAR2VQlZsOhei_wi8LOSMgEGvGGVCA_LZRctLKgfmfWbzwmEcPJZ9VEUryAk

La Central porteña se reunió para debatir sobre el teletrabajo

Tal como fue resuelto en la última reunión de Mesa Ejecutiva de la CTAA Capital – llevada a cabo el pasado sábado 4 de julio- durante la tarde de ayer se relizó un encuentro mediante la plataforma zoom con compañeros y compañeras de la Central porteña para debatir en torno al proyecto de Ley de Teletrabajo, que ya fue aprobado por la Cámara Baja.

* Por Valeria Garay

“Está muy bueno que hagamos esto, es parte del compromiso que asumimos en la última reunión de mesa en la que habíamos quedado en seguir discutiendo sobre el teletrabajo, un debate que se armó y que nos habíamos comprometido a generar un espacio para seguir discutiéndolo”, expresó Pablo Spataro, secretario General de la CTAA Capital, para dar inicio a la reunión.

Por su parte, Marcelo Cappiello, secretario General Adjunto de la Central porteña, opinó: “Pareciera que el carril legislativo va mucho más acelerado que los tiempos que creo que el tema del teletrabajo requiere como debate a tal punto que el jueves el Senado le estaría dando tratamiento al proyecto de media sanción. Lo que me hace desconfiar de la sanción de este proyecto es que no se usó una herramiento como es el Decreto de Necesidad de Urgencia (DNU) para regular el teletrabajo durante la pandemia, herramienta que sí fue utilizada para establecer que la suspención por fuerza mayor no tuviera fecha límite en tanto durara la pandemia. Es decir, ante un mismo cuadro de situación la herramienta que podía beneficiar a los empleadores se usó y esa misma herramienta que para darle un piso a la actividad que pudiera proteger a los trabajdores que están laburando, no se utilizó.”

Como parte de las observaciones realizadas, Cappiello aclaró que si bien la CTA Autónima fue invitada a participar del debate legislativo en Comisión, la posición crítica de la Central no ha sido tenida en cuenta.

A su turno, José “Pepe” Peralta, secretario General Adjunto de la CTAA Capital, en la apertura del encuentro recordó un trabajo elaborado por compañeros de la mesa porteña y que fuera publicado en la página web a principios del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO): “El 26 de marzo se hizo un trabajo desde la CTAA Capital, fue el primer documento que se elaboró sobre el tema -redactado por Marcelo Fiscina, secretario de Salud Laboral y Guillermo Defays, secretario de Previsión Social- y hubo un posicionamiento desde la CTAA que no disentía mucho de lo que hoy planteamos. Después hubo un trabajo, con aportes de distintas organizaciones y entre ellas la CTAA Capital, del Observatorio del Derecho Social donde se hizo algunas observaciones sobre lo que habría que discutir sobre el teletrabajo. La intención es que podamos tener alguna visión que aporte al posicionameinto de la CTAA en general, que no esté en los documentos ya presentados.”

Una vez abierta la participación, las y los compañeros fueron pidiendo la palabra. Guillermo Defays planteó los mitos que existen alrededor del teletrabajo: “Primero no es verdad que no haya legislación atual de teletrabajo. El tema de teletrabajo comenzó en la primera década del siglo con asesoramiento de la OIT, el Ministerio de Trabajo elaboró un manual de buenas prácticas y se hicieron experiencias piloto, y por otro lado, el Gobierno Nacional legisló para esta ocasión de la pandemia. Después hay mitos en cuanto a las ventajas, esto de que concilia la vida laboral con la familiar, que flexibiliza los horarios, cuando en realidad el empleador cada vez tira más de la cuerda. Y el otro tema, es el tiempo de viaje, es una presión fuerte del gobierno que quiere descongestionar el transporte. Hay un montón de cosas que hay que discutir.Tiene que haber una campaña de esclarecimiento de estos mitos. Hay que construir algo más de fondo de las desventajas del teletrabajo y ratificar que nos oponemos a que en este momento se emita una ley.”

Clarisa Gambera, secretaria de Géneros de la CTAA Capital, habló sobre cómo afecta el teletrabajo a las y los trabajadores estatales y en particular a las compañeras mujeres: “Nos dimos la tarea de ir rastreando la cantidad de licencias que tienen las compañeras del Estado, quienes tienen niñes menores de 14 años están dispensadas de realizar tareas y la realidad es que el porcentaje de personas que se tomaron la licencia es muy bajo. La intrusión del teletrabajo es bestial. Las encuestas dicen que a nivel estatal las jornadas se extendieron muchísimo y las mujeres lo estamos sintiendo”.

Además, la compañera puso en común algunos aspectos del debate en el movimiento feminista de trabajadoras y planteó que no sólo no es fácil y viable la conciliación de la vida laboral con la doméstica, sino que pretenden utilizar a las mujeres de pretexto para avanzar con una profunda flexibilización laboral que precarizará aún las vidas de las compañeras a quienes les costó siglos poder salir de casa y ganar autonomía.

En el mismo sentido, Hebe Nelli, secretaria Gremial de la CTAA Capital, remarcó que ese consenso se ganó a la par de la naturalización de la pérdida de derechos y que cuando se trabaja en tan pésimas condiciones, el teletrabajo puede instalarse como una opción válida. “Lo que me preocupa de la legislación es que habla de “la organización sindical”, o sea que a una sola asociación sindical, que es la que tiene personería gremial, va a ser la que va a tener acceso a quienes son las personas que teletrabajan. Eso me parece preocupante porque sabemos lo que implica para los sindicatos que nacimos torcidos el no tener acceso a la información para tener contacto con los compañeros y compañeras que están teletrabajando. Me parece que hay que empezar a generar conciencia en relación a qué es el teletrabajo y qué efectos tiene hacia las y los trabajadores, hacia sus familias y a hacia la organización sindical”.

Por su parte, el compañero Gustavo Moreno, secretario de Cultura de la CTAA Capital y trabajador del Estado, remarcó que esta modalidad de trabajo afecta y obstaculiza directamente el trabajo de organización gremial, “hoy más que nunca necesario para la defensa de nuestros derechos laborales y por esto mismo la importancia de continuar organizando a través de las asambleas virtuales por lugar de trabajo”. La compañera Adela Zaltzman, secretaria de Relaciones Institucionales, agregó que el teletrabajo implica una ruptura de los lazos sociales, de la experiencia del trabajo como ámbito de colectivo humano, afectivo, organizativo y que “si esta modalidad ha venido para quedarse tendremos que dar la lucha”.

Pablo Kleiman, Coordinador del Equipo Jurídico de la CTAA Capital, alertó sobre la tendencia a despedir a trabajadoras y trabajadores mayores de 40 años y a la contratación de jóvenes directamente en la modalidad de teletrabajo bajo condiciones de mayor flexibilización laboral.

Por su parte, el secretario de Conciciones y Medio Ambiente de Trabajo de la CTAA Capital, Gastón Kalniker, agregó: “Coincido con los compañeros, tenemos que salir con una negativa. La jornada laboral no puede ser eterna -no solo el tema del triple trabajo que representa el teletrabajo para la mujer- es necesario aclarar bien los límites de la jornada de trabajo. El manual de las buenas prácticas está bien especificado, me parece que por ahí deberían ser las bases. Por otro lado, es claro que hay un tema de externalizar costos por parte de la empresa -silla ergonómica, el costo de luz, internet- los trabajadores se están haciendo cargo de un montón de gatos”.

A lo largo de dos horas de debate, las y los compañeros han hecho importantes aportes que han contribuido a la construcción de una mirada integral de las consecuencias del teletrabajo en las vidas y condiciones laborales de las y los trabajadores. Durante la reunión han consensuado los aspectos más críticos con respecto a la forma en la que se le está dando tratamiento al proyecto de ley y también con respecto a la modalidad misma del teletrabajo. Durante el encuentro los compañeros y compañeras ratificaron su oposición al proyecto y se comprometieron a continuar debatiendo y organizando las acciones que sean necesarias contra esta terrible avanzada sobre los derechos de trabajadoras y trabajadores.

Gómez: «Nuestro trabajo es luchar contra los monopolios del transporte y estar donde haya un trabajador»

El sector del transporte de pasajeros vive distintas realidades: desde los trabajadores de corta y mediana distancia que deben trabajar exponiéndose por el incumplimiento de protocolos sanitarios por parte de las empresas, hasta quienes desarrollan sus labores en empresas de larga distancia y no están percibiendo sus haberes. En esta ocasión se dialogó con Silverio Gómez, Secretario General de la Unión de Conductores de la República Argentina (UCRA), quien explicó cómo desarrollan su actividad gremial ante empresas monopólicas y en oposición a las prácticas de la UTA (Unión Tranviarios Automotor).

¿Cómo eran las condiciones laborales y salariales antes de la pandemia y cómo son actualmente?

Lamentablemente, nunca fueron las adecuadas para quienes trabajamos en el transporte. Las patronales se caracterizan por ejercer abusos de todo tipo, sobre-explotar precarizando, discriminar y perseguir anti-sindicalmente y siempre actuar con total arbitrariedad. Con esto se desincentiva al trabajador, creándole incertidumbre y la falta de garantía de condiciones socioeconómicas mínimas y suficientes para una supervivencia digna. Ahora, en plena cuarentena por Covid-19, todo esto se agrava por el factor de la desprotección sanitaria y el abandono del trabajador.

Salarialmente, tenemos que tener en cuenta que entramos a la cuarentena en marzo de este año con salarios fuertemente golpeados por cuatro años de un Gobierno neoliberal que transitaba por el camino de la inflación, la pérdida de paritarias y la complicidad entre los Ministerios de Trabajo, Transporte, el gremio Tradicional (UTA) y la parte empresarial. Actualmente, tenemos dos escenarios: el AMBA y las demás provincias del país. Tenemos trabajadores del transporte considerados “esenciales” que siguen manteniendo sus servicios y así perciben su salario, aunque con algunas dificultades.

Pero también tenemos otros considerados “no esenciales”, que no prestan servicios, como los de larga distancia, las combis y el turismo (los más golpeados), quienes dejaron de percibir sus salarios en su totalidad más allá de los acuerdos pactados. A esta parte del transporte la mantiene viva el aporte que dio el Estado Nacional a través de los ATP, aunque no todos los trabajadores pudieron acceder y en muchos de esos casos fue por los excesivos subsidios que recibieron de parte del Gobierno anterior.

¿Cuál es el rol del sindicato en este contexto?¿Por qué consideran esencial a su labor?

La pandemia demostró que los trabajadores somos vitales para producir riqueza. En nuestro caso, creemos que la labor en el transporte público es esencial porque llevamos a los millones de trabajadores que mueven al país diariamente y es por eso que los sectores concentrados quieren hacernos trabajar en cualquier tipo de condiciones. En este marco, el sindicato tiene roles que cumplir que son fundamentales para el trabajador, tanto para garantizar nuestra integridad psicofísica como también para hacer cumplir nuestros derechos laborales. Sin embargo, también el sindicato hoy debe concientizar a los trabajadores para evitar la propagación del virus y colaborar con el comité de crisis para implementar medidas que protejan la salud del trabajador y su familia.

¿Qué perspectivas ven para su actividad en los próximos meses de 2020?¿Han pensado propuestas para mejorar sus condiciones en el marco de la cuarentena?

Si bien el rubro del transporte está considerado esencial y eso asegura el funcionamiento de varias empresas del sector y sus puestos laborales, no deja de haber incertidumbre en el corto plazo. Al mismo tiempo, el sector de larga distancia mantiene una perspectiva a futuro desfavorable, quedando los compañeros y compañeras cada vez más vulnerables y golpeados por la pobreza.

A partir de que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró al Covid-19 como pandemia, además de estar en los lugares de trabajo, desde la UCRA hemos presentado en varias oportunidades propuestas ante el Ministerio de Transporte y la CNRT (Comisión Nacional Reguladora de Transporte) para mejorar las condiciones laborales de los trabajadores y evitar la propagación del virus. A mediados de marzo, desde la Comisión Directiva presentamos un proyecto ante el Ministerio de Transporte, el cual puede encontrarse bajo el expediente 2020-17174148-APN-DGD#MTR.

¿Las empresas cumplen con los protocolos para que los trabajadores trabajen en condiciones seguras?

En el último relevamiento que realizamos -enviado en junio al Ministerio- se detectó que la mayoría de las empresas no están cumpliendo con los protocolos y eso está generando un crecimiento en la cantidad de compañeros y compañeras infectados y fallecidos.

¿Se han registrado acciones anti-sindicales por parte de las patronales?

Por ser parte de un nuevo modelo sindical, nuestro sindicato siempre ha sido víctima de acciones anti-sindicales. Sin embargo, también hay que decir que nuestro crecimiento institucional ha generado aceptación y reconocimiento a nivel nacional del gremio, entonces ya muchas empresas han dejado de tomar acciones anti-sindicales contra nosotros. Esto nos permite ser interlocutores de los trabajadores ante las empresas en estos tiempos tan complejos de Covid-19.

Se sabe que el sector del transporte de pasajeros se encuentra concentrado en pocas empresas y que se benefician fuertemente por los subsidios estatales ¿Cómo viene siendo el nivel de ganancias de estas empresas? ¿Y cómo son los salarios de los trabajadores?

Los grandes monopolios del transporte han recibido enormes cifras de dinero de parte del Estado Nacional en concepto de Subsidios. En la actualidad, a pesar de la inactividad forzada por el Covid-19, algunas empresas de larga distancia continúan percibiendo subsidios. Por ejemplo, Andesmar recibió $21 millones; Vía Bariloche, $30 millones; Crucero del Norte, $23 millones y Derudder Hnos. $60 millones. Lo asombroso de todo esto es que las empresas mencionadas -entre otras- no pagan sus sueldos desde marzo y otras ni siquiera pagan el ATP.

El salario de los trabajadores de larga distancia, turismo y servicios de oferta libre a nivel nacional están totalmente caídos, directamente no perciben haberes desde marzo. En cambio, los servicios de corta y media distancia en el AMBA están al día, aunque con alguna dificultad en los plazos de pago. Muy distinto es en las provincias, donde se están llevando adelante medidas de fuerza, justamente por el atraso en los pagos, a pesar de estar prestando servicio.

¿Qué acciones llevó y lleva adelante la UCRA?

La Comisión Directiva de UCRA está llevando adelante acciones que tienen como objeto salvaguardar a los trabajadores. Mediante nota presentada al Ministerio de Trabajo se pidió intervención de esta cartera ministerial respecto al control de pago de salarios adeudados en el período comprendido entre los meses de marzo de 2020 a junio de 2020 luego en una reunión celebrada entre el Ministro de Trabajo y parte de la comisión directiva se consiguió que trabajadores de las Empresas Plusmar y Chevallier pudieran acceder al Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción (ATP).
Se están llevando adelante tratados que a futuro tendrán un impacto positivo para los trabajadores del sector. Cada vez más trabajadores se están organizando y recurriendo a nuestro sindicato.

¿Cuál es el rol de un gremio alternativo en estos tiempos?

En este contexto, el rol que cumplimos como gremio alternativo es el mismo que venimos cumpliendo desde siempre por la ausencia del gremio tradicional. Nuestro trabajo es luchar contra los monopolios del transporte y estar donde haya un trabajador y aún más en este contexto donde detrás de cada compañero hay una necesidad que pide a gritos una solución.

Nosotras

Una cocina que se enciende temprano, una olla que alimenta mil historias, las que son y las que pueden ser, si somos capaces de soñar. Combatir en primera línea contra el hambre, no es sólo un hecho biológico, sino profundamente político, y por lo tanto, humano. Porque el hambre también es políticamente selectivo y servil a un sistema que pretende imponer quiénes pueden, o no, soñar.

* Por Ana Romero, Militante de CTA Capital y educadora popular del Frente Salvador Herrera. Integra la Comisión Ejecutiva Nacional.

Una computadora que se enciende temprano y tampoco descansa. En ella se condensa la pedagogía de los intentos, como dice Silvio, el tiempo de los intentos. Una actividad que organiza y se convierte en una charla infinita para saber cómo están miles de otrxs, en estos tiempos tan difíciles.

Así, innumerables tareas, infinitas manos, que abrazan, contienen, acuerpan.

Es cierto que mucho se viene diciendo al respecto, y no está de más volver a repetirlo: el trabajo comunitario en los barrios es esencial. Pero no lo es sólo en momentos extraordinarios como este, de aislamiento obligatorio y explícito. Es esencial, y aún más, cuando el aislamiento implícito y hegemónico segrega a lxs que menos tienen a la marginalidad del sistema, ante la pandemia de la desigualdad. Todos los días, en todos los barrios.

Por todo eso, el reconocimiento de nuestras tareas como esenciales, aún en términos salariales, son insuficientes si no somos parte de la discusión política de cómo queremos vivir en nuestros barrios, en las escuelas, en las organizaciones y en esa parte de la política que aún no nos integra.

La discusión acerca del valor de la fuerza de trabajo no ha alcanzado jamás en la historia los niveles necesarios de justicia, como para que se diriman allí la totalidad de nuestros sueños.

El reconocimiento salarial y el reparto de tareas son un punto fundamental, pero no suficientes. Estamos en la primera línea no sólo para combatir el hambre, la falta de educación y salud, ganar libertades y vidas sin violencia. También estamos para poder decidir cómo queremos vivir, sin que nadie lo decida por nosotras, ni en nuestro nombre.

Ni el reparto ni el reconocimiento monetario es suficiente si no podemos repensar las lógicas de cómo se configura el poder en todos los espacios.

No tenemos miedo de los avances y retrocesos porque estas discusiones vinieron para quedarse con un doble desafío: que la visibilidad que ha conseguido la lucha feminista en estos últimos años no sea encapsulada en políticas focalizadas y exiguas. Y que nosotras seamos capaces de tejer, como en los barrios, esas redes, esas maneras diferentes de constituirnos en un poder colectivo que no solo asiste, sino que transforma vidas. Sobre todo las nuestras.

No tenemos dudas que la humanización de las relaciones políticas tiene nuestros rostros, que son miles, diversos, disidentes, fuera de toda norma. Hemos abierto debates silenciados por siglos. Hemos nombrado lo que se mantenía en silencio. Sangramos. Nos vamos y volvemos, más fuertes, multiplicadas, colectivas.

Traspasar el umbral del bosque, no es una decisión sencilla. Solemos ser arrojadas a sus entrañas por urgencias propias o ajenas. Pero una vez aprendido el lenguaje para derrotar al lobo, el bosque es nuestro. Y ahí nos estamos encontrando, nosotras, entretejiéndonos en largas historias de resistencia, de esas memorias tomamos fuerza y la primera línea es nuestra.

A Josep Verdura, hijo de aquel obrero anarquista que sentenció que al mundo lo hicieron los albañiles, le faltó una parte de la historia, como siempre falta cuando se escribe sin nosotras. Al mundo, también lo hacemos nosotras. Son nuestras tareas las que tejen y sostienen la vida. Sin nuestro tejido, solo hay construcciones inertes.

Nuestra pedagogía de la lucha y la ternurason el verdadero motor de la historia. Estamos construyendo un nuevo mundo y no aceptaremos una nueva normalidad sin nosotras.

Este escrito que es una voz colectiva, va en honor a la memoria de Gladys Argañaraz

#HastaLaTernuraSiempre, compañera.