¿Es utópico luchar contra el capitalismo?

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por Julio Gambina, Director Académico del Centro de Estudios de la Federación Judicial Argentina (CEFJA) y Presidente de la Fundación de Investigaciones Sociales y Políticas (FISyP).

La crisis capitalista es un dato de la realidad, aunque algunos la nieguen. Es parte de un diagnóstico generalizado, a izquierda y derecha, sin embargo algunos se resisten a esa calificación.

Hace pocos días, el economista Pablo Rojo me discutía la existencia de una crisis mundial y calificaba de utópica mi propuesta en pos del socialismo. Era en pleno despliegue de la mega devaluación de fin de enero.

Lo curioso, es que también me calificaba de utópico un periodista de izquierda ante mis comentarios de nacionalización del comercio exterior y la banca realizados en una entrevista radial telefónica antes de la mega devaluación.

No son los únicos, ya que algunos (muchos) amigos que evalúan mis presentaciones públicas me endilgan la imposibilidad de materializar mis propósitos anti capitalistas y que se requieren soluciones para el “mientras tanto”, lógicamente dentro del capitalismo.

Utópicos son los que esperan soluciones para la mayoría dentro del capitalismo

La realidad es que mientras me califican de utópico, el capitalismo realmente existente continúa su desarrollo, con mayor desigualdad a escala mundial y local.

La organización OXFAM presentó en Davos, en el Foro Económico Mundial un informe que entre otras cuestiones relata como 85 fortunas tienen el equivalente de la riqueza de la mitad de la población mundial, unos 3.500 millones de habitantes.

A su vez, la CEPAL, en su último Panorama Social de América Latina ha difundido a comienzos de este 2014 un trabajo que da cuenta del estancamiento en la tendencia a la mejora de los indicadores sociales verificados en buena parte de la década 2002/2012, con deterioro de las causas que explicaron el gran crecimiento de la región y su impacto positivo en la disminución de la pobreza.

El asunto es que la crisis, con epicentro en el capitalismo desarrollado, situación normal para calificar de mundial a una crisis, empieza ahora a sentirse entre los países emergentes, una forma de llamar a aquellos territorios receptores de inversiones externas en plena crisis de los desarrollados, y lógicamente con ellos, el impacto de la crisis se extiende a todo el resto de países, amplificando el fenómeno de la miseria, la pobreza y la mayor explotación de los trabajadores, de los pueblos y de la naturaleza.

Lo utópico es pensar en un “mientras tanto” (difuso) en el marco del horizonte capitalista.

Juan Carlos Pugliese, el ministro de Economía en el ocaso del gobierno de Raúl Alfonsín, confesaría a la sociedad que les habló con el corazón y los empresarios le contestaron con el bolsillo. Se puede pensar que se olvidó del orden social capitalista presidido por la lógica de la ganancia y la valorización del capital.

Ocurre lo mismo cuando las autoridades actuales se sorprenden ante la actitud especulativa de la sociedad ante la posibilidad otorgada por la política económica para ahorrar en divisas, o cuando solicitan a los productores vender sus tenencias acumuladas en silo-bolsas para bien de la situación económica nacional.

Ambas acciones, las compras de dólares o las retenciones de producciones, son parte de una cultura propia del orden capitalista incentivado por la posibilidad ofrecida desde la política gubernamental.

Ahora, desde el agrupamiento Carta Abierta se acusa al poder económico de haber obligado al gobierno a devaluar, siendo que el deliberado accionar político podría haber enfrentado, no de palabras, sino con acciones la aspiración por la depreciación de la moneda nacional.

La propia Presidenta aludió a la ausencia de una burguesía nacional, sujeto imprescindible para el sueño utópico del capitalismo nacional a que convocó Néstor Kirchner el 25/5/2003.

¡El capitalismo nacional es una utopía!

No existe ese sujeto burgués para un capitalismo nacional en tiempos de transnacionalización de la economía, verificado en la dominación transnacional de la producción y los servicios en el país, aun en una década de críticas discursivas contra el neoliberalismo, los organismos internacionales y el poder económico concentrado.

Históricamente, el peronismo pretendió suplir la ausencia de burguesía nacional con el papel del Estado como sujeto colectivo para definir ese objetivo deseado.

Resulta que el Estado ha sido reformulado en los ’80 y ’90, siendo la institucionalidad neoliberal, reforma constitucional incluida, con sus tratados internacionales e institutos de libre comercio y defensa de las inversiones extranjeras (TBI, CIADI, etc.), con la legislación favorable a los transgénicos, la reforma al Código minero, la protección a la producción de las terminales extranjeras de la industria automotriz, la promoción de la industria de armaduría, o la ley de entidades financieras supérstite; junto al cáncer de la especulación financiera y el endeudamiento, lo que explica el carácter estructural de la subordinación y dependencia del capitalismo argentino al orden contemporáneo del capital, más allá de buenas intencionalidades discursivas.

Un mérito del kirchnerismo fue captar a importantes sectores de la sociedad y el movimiento popular para su proyecto político de hacer normal el desarrollo capitalista en la Argentina, es decir, crecimiento económico con consenso social y relativa capacidad compensatoria de satisfacer necesidades insatisfechas y deterioro absoluto y relativo de condiciones de vida entre 1975 y 2001.

La convergencia de demanda social hacia el 2001-03 con el discurso oficial kirchnerista favoreció la extensión del consenso que empieza a encontrar límites ante las restricciones para continuar la convivencia del desarrollo capitalista “normal” con paliativos social de inclusión.

Estamos en pleno despliegue del ajuste

El ajuste responde a plena lógica del régimen del capital. No es impuesto por lógica externa, sino por la propia dinámica de la búsqueda de la ganancia, la acumulación y la valorización.

La devaluación desde el 1 a 1 a 1 =1,40 y su proyección 1=3 y su evolución hasta el 1=8 constituyen una política de transferencia de ingresos desde la mayoría de la población con ingresos fijos a la minoría en condiciones de fijar precios en el conjunto de la economía. La política de gobierno, sea fiscal o monetaria, de ingresos y precios, más allá de ciertas iniciativas en el intento de frenar aumentos o administrar el precio de la divisa ha sido funcional al modelo de acumulación de ganancias, de riqueza y de poder.

No todos los países sufren el problema de la inflación, no del modo en que se soportan para la mayoría de la población en la Argentina. El asunto es que la inflación, lo dijimos muchas veces, es la forma específica que tiene el poder económico actuante en el país para redistribuir regresivamente el producto social del trabajo en el país.

La responsabilidad gubernamental es esencial, por acción u omisión. Desde el fortísimo impacto social de la situación económica del 2001-2002, se crearon condiciones para desplegar paliativos que nunca retrotrajeron la situación social a otros tiempos del capitalismo local, previos a 1975, el máximo de redistribución progresiva en el marco capitalista.

El tiempo de las reformas encontraron un límite hacia el 2007 y por eso la respuesta del capital hegemónico fue la inflación, que contagia incluso a sectores no hegemónicos, que aumentan precios mientras exista mercado que demande sus bienes o servicios. Por esto es que la inflación no solo tiene sus causas en los grandes fijadores de precios, sino que estos tienen capacidad de extender la cultura remarcadora asociada a la demanda de un patrón de consumo que favorece a los monopolios.

El gobierno se jacta de no querer generalizar el ajuste. Sin embargo, la inflación es ajuste. Es algo que sufre la mayoría de trabajadores, regulares o irregulares, precarios o no, tercerizados o no, activos o pasivos, incluso benefactores de subsidios congelados o actualizadas en una desigual carrera contra los precios de bienes y servicios que consume la mayoría de la población.

La realidad es el ajuste mundial que induce el capitalismo en tiempos de crisis, con especificidades nacionales. En Argentina se pretende disciplinar a los trabajadores que se aprestan a discutir convenciones colectivas, intentando que demanden por debajo de la inflación pasada y en perspectiva, que dicho sea de paso, nadie puede verificar a ciencia cierta ante las incertidumbres de las mediciones del INDEC. Una gran incógnita es el nuevo indicador federal de la evolución de los precios, algo a develar en los próximos días y meses.

No es en las conspiraciones en que se debe indagar sobre los responsables de los problemas económicos de la Argentina, es en el propio capitalismo y su lógica de explotación de fuerza de trabajo (agro y monocultivo, industria de armaduría dependiente de insumos externos) y naturaleza (tierra, agua, minería, hidrocarburos), como en la dependencia del ingreso de inversiones externas (Chevron, por ej.) o préstamos (acuerdo con el BM, búsqueda de acuerdo con el club de París para cancelar deuda ilegítima asumida en tiempos de la dictadura genocida).

Llamemos a las cosas por su nombre: el problema es el capitalismo Resulta imprescindible cambiar la lógica de razonamiento sobre la solución de los problemas que afectan a nuestro pueblo. No existe salida dentro del capitalismo. Eso es lo utópico. Hace falta enfrentar el orden capitalista y así como el capitalismo tiene sujeto social que lo hace posible, en la vanguardia las transnacionales, los principales estados capitalistas y los organismos internacionales, los que generan el sentido común mayoritario para un patrón productivo y de consumo privilegiando el sálvese quien pueda y el individualismo, el anticapitalismo y el socialismo también requiere de la construcción del sujeto social para el cambio.

Esa construcción de sujeto es el “mientras tanto” entre la denuncia actual al orden capitalista y su gobierno, y la perspectiva para pensar en construir una sociedad alternativa con otro modelo productivo y de desarrollo, bajo el programa de la soberanía alimentaria, energética, financiera en un marco de integración regional no subordinada.

La soberanía alimentaria supone discutir el modelo sojero “transgénico” monoproductor, bajo el comando de las transnacionales de la alimentación y la biotecnología, de Monsanto, Syngenta, Dreyfus, Bunge y otros similares. Se trata de avanzar desde la agricultura familiar y de las comunidades en articulación con comunidades barriales de abastecimiento popular, extendiendo ferias contra grandes cadenas comerciales monopólicas, en beneficio de calidad de vida y empleo extendido con participación popular en la definición del patrón de producción y consumo.

Al remitir a la soberanía energética se supone asumir el proyecto “petroamérica” oportunamente sustentado por Hugo Chávez para articular una política energética común en Nuestramérica, lo que significa aunar criterios de impulso al desarrollo tecnológico y científico autónomo, con aporte de las universidades públicas de la región, con asignación de presupuestos suficientes y una convocatoria a definir el modelo productivo y de desarrollo no solo para el país, sino integradamente con la región.

Apuntamos a sustentar la propuesta de “nueva arquitectura financiera” para la región, con fondo constituido por las reservas internacionales, las que deben dejar de alimentar las finanzas del capitalismo desarrollado para organizar financiamiento propio con Banco del Sur o del ALBA, con aliento a monedas locales, sea el SUCRE (aceptado en el ALBA y que Venezuela podría proponer al Mercosur), o los acuerdos escasamente desarrollados de intercambio con monedas locales como el suscripto entre Brasil y Argentina.

Todo ello es posible si se denuncian los acuerdos bilaterales, se retira a la Argentina del CIADI, se generaliza una campaña contra el libre comercio redivivo en la Alianza Pacífico o en los acuerdos del Mercosur con la Unión Europea, si se audita la deuda pública, especialmente ahora la que demanda el Club de París, que en su mayoría es deuda ilegitima, espuria y odiosa, por haber sido asumida por gobiernos no constitucionales.

Cualquier medida que asumamos en este sentido, sea la nacionalización del comercio exterior y la banca, como venimos proponiendo, supone golpear fuerte al desarrollo capitalista e iniciar la construcción de un nuevo orden que me empecino en llamar socialista. No es una utopía la lucha contra el capitalismo y por el socialismo, es una demanda de nuestro tiempo, es el camino por la emancipación social y la defensa de la naturaleza.

La UTPBA en su laberinto

Inhallable en las redacciones, alejada de los trabajadores, indiferente a los despidos, la conducción de la UTPBA da batalla por el derecho al voto de blogueros y muertos.

El gremio de prensa de Buenos Aires rechazó en bloque las 2532 impugnaciones de la Lista Multicolor, que además de fabricantes de zapatos, policías, vendedores y agentes de seguridad incluye a medio millar de supuestos blogueros y a 27 muertos.

Mientras el Ministerio de Trabajo analiza los documentos que desnudan el padrón del fraude, el CTP ofrece un informe sobre sitios web fantasmas y radios con cientos de afiliados a quienes Juan Carlos Camaño, Lidia Fagale, Raúl Dellatorre y Daniel Míguez pretenden volver a manipular para compensar su desaparición de las redacciones.

Informe del Colectivo de Trabajadores de Prensa

«A media cuadra de la localidad de San Martín donde funciona una FM hay 131 afiliados a la UTPBA, más de los que tiene Clarín con 2200 trabajadores. El número de blogueros afiliados es mayor que el de los asalariados que pagan su cuota sindical desde los doce diarios que se editan en la ciudad y el Gran Buenos Aires. Si a quienes cargan textos en la web en sus ratos libres se suman los afiliados de las FM, que viven de los más variados oficios y profesiones, el número supera al que suman los afiliados de doce diarios, siete agencias de noticias, siete canales de TV, nueve radios AM y las mayores editoriales de revistas del área metropolitana. colectivo_1

Los datos fríos explican la resistencia de la UTPBA a mostrar el padrón, que salió de la clandestinidad cuando el Ministerio de Trabajo amenazó con nombrar un delegado electoral, luego de que la Justicia y el propio Ministerio suspendieran dos llamados a elecciones. Explican también el nivel de delirio de las acusaciones a la oposición que la conducción del gremio echa a correr desde panfletos sin firma y cuentas fantasmas en redes sociales, mientras los dirigentes se mueven en las sombras sin dar señales de vida y viejos amigos de la casa toman distancia silbando bajo.

El 25 de septiembre el CTP difundió su informe sobre los parientes y amigos que Camaño, Fagale & Daniel Das Neves designaron en la junta electoral para asegurarse que nadie viera el padrón. Al día siguiente gastaron decenas de miles de pesos en taxis para trasladar hasta una mesa de votación a personas que ignoraban que la elección había sido suspendida por orden judicial, a quienes usaron como actores de reparto de una parodia que puso al sindicato al margen de la ley. Luego difundieron un comunicado en el que se cuidaron de no usar la palabra “elección” para no agravar su situación legal y aludieron de forma ambigua a “las recientes jornadas” y “la contundente demostración” de algo que prefirieron no nombrar.

Mientras Fagale y el periodista Daniel Míguez gestionaban fotos con el titular del AFSCA Martín Sabbatella y con el ministro Carlos Tomada, desde el CTP y las agrupaciones que asumieron el compromiso de transformar a la UTPBA en un sindicato insistimos en el reclamo de acceder al padrón como condición básica para participar del comicio. El simulacro costeado con nuestros aportes se tradujo mientras tanto en un apoyo masivo a la Lista Multicolor, que sumó más de 1.300 adhesiones de trabajadores de prensa, y en una declaración firmada por un centenar de miembros del Plenario Autoconvocado de Delegados de Prensa Escrita, Radial y Televisiva para dejar en claro que no se le reconocía ninguna legitimidad a la parodia electoral y que el plenario asumía “la responsabilidad de intervenir en todos los conflictos gremiales”.

A principios de diciembre la UTPBA anunció que “se vota(ba) el 30 y 31 de enero”, en plenas vacaciones, y que en un “extraordinario acto de transparencia y democracia” (sic) mostraría los padrones, que además serían “subidos a Internet” y entregados “a embajadores y delegaciones diplomáticas”. Pronto quedó claro que era otra falacia. El Ministerio de Trabajo ordenó una nueva suspensión de la elección e intimó a la junta electoral de las cuñadas de Camaño a presentar el padrón bajo amenaza de designar un delegado electoral. Fue recién entonces, a seis meses del llamado a la asamblea de El Palomar en la que se eligió a los garantes del fraude, que la conducción de la UTPBA se resignó a entregar en la Dirección de Asuntos Sindicales su secreto mejor guardado. ¿Por qué el misterio?. colectivo_2

Dos semanas de trabajo nos confirmaron que el ocultamiento no era una picardía sino la condición de posibilidad de supervivencia de una dirigencia que perdió hace al menos tres lustros toda representatividad en las bases.

Sobre un total de 4.928 afiliados, poco más de la cuarta parte son trabajadores de prensa, desde los 149 de Canal 7 y los 127 de AGEA-Clarín hasta los tres de El Cronista Comercial o los dos de Radio Mitre (ver cuadro 1).

El grueso de los afiliados está registrado en infinitos blogs y radios FM y trabaja en relación de dependencia en oficinas estatales o empresas privadas sin ningún vínculo con el oficio de la comunicación. Entre los empleados públicos sobresalen los de la Dirección de Cultura y Educación de la provincia de Buenos Aires (129 afiliados, leyó bien: ciento veintinueve), los de municipios como Morón, Avellaneda o Moreno, y los empleados de universidades, escuelas e institutos terciarios. La lista del ámbito privado la supera en diversidad: obreros de la construcción, agentes inmobiliarios, empleados de seguridad privada (32), policías, fabricantes de zapatos, trabajadores de curtiembres y de la industria textil, vendedores de toda clase de mercancías, empleados del zoológico y aeronavegantes, entre otros.

Del mundo de los blogs surge una de las maniobras más denigrantes de Camaño, Fagale & Cía. para fabricar afiliados (ver cuadro 2). Algunos de los sitios que figuran en el padrón no existen, muchos están ligados directamente a dirigentes de la UTPBA o bien son meras fachadas que cualquier persona que domine el copy/paste arma en una mañana. El récord de afiliados lo ostenta Dominó Cultural con 44, que durante nueve de los últimos doce meses se olvidaron de cargar notas pero que recomiendan leer la web de la UTPBA. La Oreja que Piensa, que en 2010 aportó 24 votos a la “Celeste y Blanca”, ofrece ahora 34 votantes. Llama la atención la sensibilidad de los blogs de la UTPBA hacia los despidos de periodistas en países vecinos y su indiferencia cuando ocurren en la Argentina. En la misma dirección de La Oreja pensante (Renacimiento 2779, Villa de Mayo, Malvinas Argentinas) funciona Ideas en radio, con 19 afiliados, y a dos cuadras FM Universal con 22. Malvinas Argentinas, usina de comunicadores, suma 111 afiliados.

Noscomunicamos, sitio del candidato a secretario gremial Héctor Sosa en el que es imposible encontrar un párrafo de producción propia, se dispone a aportar 32 votos. La Agencia 144, que en septiembre tenía 31 afiliados y llevaba siete meses sin cargar una nota, bajó a 18 tras el informe del CTP aunque desapareció de la web. También son inhallables www.la-busqueda.com (25 afiliados), La Fauna (29) o www.cronistasweb.com.ar (20). Motor de Ideas, de la hermana de Sosa, aporta 25 afiliados y ofrece incunables como una entrevista a Juan Carlos Chaneton, abogado de la UTPBA, quien aconseja abocarse a la construcción de “un movimiento sindical de base independiente de las patronales, del Estado y de las conducciones sindicales burocratizadas” (sic). colectivo_3

El reparto de caramelos y carnets en las FM no fue menos promiscuo (ver cuadro 3). En Eva Perón al 2500 de San Martín, donde funciona la FM Nueva Generación y donde funcionó alguna vez la “Agencia El Bollo”, hay 131 afiliados, más que en Clarín y el resto de las publicaciones de AGEA. En la FM Center de Hurlingham, que en 2010 no tenía afiliados, ahora hay 68, incluidos dos agentes de la Policía Federal y cuatro empleados de firmas de seguridad privada. El bonito Centro Cultural Click de Temperley tiene una FM que según su sitio web “hacen” seis personas, 19 menos de las que figuran como afiliadas, que incluyen tres miembros de la junta electoral y varios candidatos de la C&B. El mail de Click se denomina igual que el blog El Ojo que Arde, con varios dirigentes de la UTPBA en sus filas, que dice tener un staff de 16 comunicadores pero aporta 39 afiliados.

La contracara del reparto indiscriminado de carnets no pasa sólo por los infinitos obstáculos para los trabajadores genuinos que intentan afiliarse en la sede del sindicato o por medio de sus delegados sino también por la desafiliación forzada de quienes se alejaron de la UTPBA sin ocultar sus críticas, como los miembros de la FM Boedo, que en 2010 militaron a favor de la C&B, a la que aportaron 31 votos, y ahora fueron borrados del padrón pese a que nunca presentaron sus renuncias y en algunos casos hasta integran la comisión directiva fantasma que figura en la web.

“Variaciones naturales”

Hace dos semanas, con la colaboración de delegados independientes y compañeros de La Violeta, La Gremial y el Movimiento Sindical de Prensa, presentamos 2532 impugnaciones, adjuntando en cada caso la prueba sobre los trabajos reales de cada afiliado.

La respuesta de la junta electoral fue un rechazo en bloque, inclusive las de los 27 muertos. “El padrón está compuesto por seres humanos, entonces se podrá esperar variaciones naturales” (sic) y “jamás podrá ser 100% preciso”, minimizó la junta que encabezan Leticia Amato y Chaneton, pasando por alto que algunos muertos llevan lustros bajo tierra.

El escrito rubricado por Andrés Gastón Reyes, abogado que no defiende a trabajadores sino a empresas extranjeras, es un compilado de frases genéricas sobre libertad de expresión, derecho a la información y comunicación social, pero no aporta un solo fundamento que explique por qué un bloguero o una costurera vecina de una FM deben estar afiliados a un sindicato de prensa.

El único dato útil que aporta involuntariamente la junta electoral es el que clarifica qué entiende la UTPBA por colaboradores. El concepto no se refiere a los periodistas que cobran por nota en diarios y revistas, la mano de obra más precarizada del gremio, sino a “agentes de prensa” de municipios u organismos públicos que en ningún caso aportan el 2% de su sueldo a un gremio que no los representa ni negocia sus salarios, y que según las junta electoral harían su aporte “en ventanilla”, afirmación sobre la que no ofrecen ninguna constancia.

La aclaración sobre los afiliados “colaboradores” sería menor si se considera que sólo el 2% de los periodistas precarizados están afiliados pero es significativa si se comprende que en la última elección se registraron bajo esa figura 2985 personas y que en septiembre eran más de 2000, que el Ministerio de Trabajo ordenó desagregar para que el padrón no tuviera agujeros negros.

Las cartas están echadas. Como delegados que representamos a miles de compañeros y compañeras hicimos el mayor esfuerzo para acceder al padrón y para probar que sólo un porcentaje menor de los afiliados a la UTPBA somos trabajadores de prensa. La junta electoral, apéndice de una conducción que sólo representa el pasado y el abandono de la clase trabajadora, no se tomó la molestia de constatar ni siquiera los datos sobre los muertos o de asegurarse que sigan activos blogs con centenares de afiliados. Un tercero imparcial deberá decidir ahora entre legitimar o impedir el fraude. El Ministerio de Trabajo tiene la palabra.

Fuente: www.anred.org

Micheli: «La devaluación del peso ha sido un golpe tremendo»

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A pocos días de que se inicien las discusiones sobre los incrementos salariales para 2014, en un contexto económico negativo marcado por una inflación que ronda el 30% anual y la crisis del peso, que solo en enero se devaluó 23%. Pablo Micheli, secretario General de la Central de Trabajadores de Argentina, asegura que la pérdida del poder adquisitivo y de las fuentes de empleo son los problemas más apremiantes para los trabajadores argentinos.

– La presidenta Cristina Kirchner confrontó recientemente al líder de la CGT (Confederación General del Trabajo) oficialista Antonio Caló quien dijo que «a la gente no le alcanza para comer» en Argentina. ¿Respalda usted esa expresión de Caló?

- Que los trabajadores tienen salarios muy bajos es una realidad. Hay trabajadores que están en situación de precariedad, pero no están pasando hambre.

– ¿Cuál es el principal problema de los trabajadores en Argentina actualmente?

- Los bajos salarios y la preocupación por la pérdida de las fuentes de trabajo. Ambos son producto de la devaluación que ha operado el Gobierno que ha sido un golpe tremendo al bolsillo de los trabajadores y el tema del desempleo que es funcional al plan económico del Gobierno.

– ¿Cómo vislumbra la negociación de las paritarias? El Gobierno ha hablado de un límite de 20% para los aumentos de salarios, pero la inflación en Argentina fue de 28% en 2013 y para 2014 se estima en 30%.

- Estamos planteando paritarias cada tres meses con porcentajes iguales o superiores a la inflación. Este Gobierno reconoce una inflación mucho menor a la verdadera, la verdadera es de 30% en 2013 y probablemente este proyectada en 40% para 2014, por lo tanto, nosotros hablamos de paritarias trimestrales, desde ahora.

– Y si el Gobierno insiste en no dar más del 20% ¿están dispuestos a negociar?

La CGT de (Hugo) Moyano y varias organizaciones vamos a un plan de lucha que se va a discutir durante febrero y marzo y vamos a salir a la calle en movilizaciones masivas de protesta. Pero para mediados de marzo va a haber una medida conjunta de la CGT, la CTA, más las demás organizaciones que sería un paro nacional con movilización a la plaza de Mayo.

– ¿Cuáles son las exigencias de ese plan de lucha?

- Estamos exigiendo una fecha de diálogo social en la que participen las centrales sindicales, los partidos de la oposición, la Iglesia, los empresarios y el Gobierno. Que el Gobierno convoque un espacio para discutir los grandes temas que aquejan al pueblo argentino.

– El jefe de Gabinete Jorge Capitanich dijo que el sector sindical ha crecido en Argentina gracias a las políticas económicas del Gobierno. ¿Es eso cierto?

- El sector sindical sí ha crecido, pero gracias a un momento económico en el que Argentina creció en 8 y 9 por ciento anual que permitió un desarrollo e industrialización del país y la creación de más puestos de trabajo, pero no fue gracias al Gobierno. Usted no va a encontrar propaganda en la televisión oficial que invite a la gente a afiliarse a los sindicatos; al contrario, hay propaganda o discursos de la presidenta permanentemente atacando a los sindicatos. En Argentina aumentó el empleo, pero empleos pobres. Muy pocas veces en Argentina se han dado sueldos tan bajos como ahora.

– ¿Cómo evalúa las medidas de control de precios para frenar la inflación?

- Eso es pura mentira. Solamente es para ponerle límites a la paritarias y a la suba salarial. Pero en realidad, eso no se cumple jamás. Los precios cuidados tienen un valor hoy, un valor mañana y otro mucho mayor pasado mañana.

– ¿Cómo evalúa la conducción económica que realiza el Gobierno en general?

- Lo peor que nos ha podido pasar en los últimos tiempos es tener a (Axel) Kicillof (ministro de Economía), porque como digo yo públicamente es el mejor fabricante que ha tenido la Argentina en los últimos tiempos: en una semana generó 200 mil pobres nuevos con la devaluación que hizo.

– ¿Cuál es el peor error de la presidenta Cristina Kirchner?

- Yo calculo que la soberbia, el autoritarismo y el sectarismo de su Gobierno.

– ¿Qué cambios usted considera tendría que aplicar Kirchner en lo que le queda de Gobierno?

- Debería haber una apertura a los que no piensan igual que ellos y convocar el diálogo.

– Usted se ha manifestado a favor de la democratización de los sindicatos. ¿Qué propone en ese sentido?

- Acaba de salir una nueva declaración de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) exigiéndole al Gobierno argentino que cree la personalidad gremial de la CTA y que debe modificar la Ley de Asociaciones Sindicales y adecuarla a los convenios de la OIT.

Fuente: www.eluniversal.com

Impacto extractivista

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El estudio de una ONG estadounidense muestra que las principales petroleras y mineras de ese país operan en 370 sitios de pueblos originarios en 36 países.

Las más grandes compañías petroleras y mineras de Estados Unidos operan en 370 sitios de pueblos originarios en 36 países y, en la gran mayoría de los casos, extraen riquezas naturales sin respetar los derechos de las comunidades indígenas. Las empresas extractivas operan en 41 lugares de América latina y cinco de Argentina. Una muestra del impacto extractivista en los pueblos originarios: el 39 por ciento de los yacimientos en explotación de hidrocarburos está en territorios indígenas y casi la mitad (46 por ciento) de las reservas comprobadas de petróleo y gas se ubica en comunidades originarias.

La ONG estadounidense Primeros Pueblos en el Mundo (First Peoples Worldwide –FPW–) publicó su estudio “Derechos indígenas: Informe de riesgo para las industrias extractivas”, en base a información de las 52 petroleras y mineras más grandes de Estados Unidos. Aunque dirigido principalmente a empresas (evalúa el “riesgo” corporativo), revela datos útiles para las organizaciones indígenas. Las principales empresas en territorios que afectan a pueblos originarios son las petroleras ConocoPhillips (44 explotaciones), ExxonMobil (35), Chevron (24) y Apache (19). Y las mineras Southern Copper (17), Freeport-McMoRan (16), Newmont Mining (14), Peabody Energy (14).

Y sobresale una información que augura mayor conflictividad: el 39 por ciento del petróleo y el gas que producen las compañías está en territorio indígena o cerca de él. El 46 por ciento del petróleo y el gas se ubica en tierras indígenas.

El ranking de países con empresas mineras y petroleras en territorios indígenas lo encabeza Estados Unidos, con 157 casos. Le siguen Canadá (74), Australia (24) e Indonesia (23). En América latina hay 41 casos de empresas estadounidenses que afectan a comunidades indígenas. México y Perú tienen nueve casos cada uno. Chile seis y Argentina cinco. Colombia y Venezuela, con cuatro cada una. Ecuador dos y Nicaragua y Surinam un caso cada una.

La ONG les recuerda a las empresas que los pueblos indígenas cuentan con legislación internacional, como el Convenio 169 de la OIT (Organización Internacional del Trabajo) y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. Hace hincapié en el derecho indígena al consentimiento libre, previo e informado para cualquier acción que pudiera afectar sus territorios y forma de vida.

Los cinco casos de Argentina citados en el estudio están en la cuenca neuquina. La petrolera EOG Resources opera en el norte de la provincia, en la formación Vaca Muerta. También está presente la petrolera WPX Energy, con participación mayoritaria en Apco Oil (en Argentina opera la petrolera Entre Lomas), con extracción en Neuquén y Río Negro.

En el informe, de 34 carillas, sobresale la petrolera Apache, que mantiene conflictos con las comunidades mapuches Gelay Ko y Winkul Newen, en las afueras de Zapala, y donde la empresa no cuenta con consentimiento de las comunidades. También está presente la poderosa ExxonMobil, que opera en la formación Vaca Muerta junto a YPF, Petrobras, Pan American Energy y la provincial GyP (Gas y Petróleo de Neuquén). Cuenta con concesiones en Rincón de la Sauces y Añelo.

La ONG estadounidense remarca que una de las situaciones de mayor peligro empresario es el caso de Chevron en Vaca Muerta. Recuerda que en 2011 las Naciones Unidas (mediante el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales) advirtió sobre la violación de derechos de los pueblos indígenas de Argentina. “Durante muchos años los mapuches han realizado protestas pacíficas y participaron de campañas para defender sus derechos humanos, protegidos por la Constitución nacional”, señala el informe y cita al vocero de la Confederación Mapuche de Neuquén, Jorge Nahuel: “No hay duda de que todos los anuncios acerca de estos megacampos petroleros son una amenaza directa y clara a la vida y a la cultura de las comunidades mapuche”.

Referido a las cinco petroleras en territorio mapuche, la ONG precisa: “Existen protestas mapuches por la contaminación de sus aguas y la falta de consentimiento indígena para el funcionamiento de empresas en su territorio”. También menciona a los “grupos ambientales” movilizados por los peligros del fracking y recuerda que el pueblo mapuche está presente en Río Negro, Chubut y La Pampa. La Confederación Mapuche de Neuquén contabilizó al menos 29 comunidades que viven sobre la formación Vaca Muerta.

 

Fuente: Darío Aranda para Página/12

Una movilidad jubilatoria insuficiente

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El Centro Nacional de Jubilados y Pensionados de la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE-CTA) expresó su indignación ante la insuficiente actualización del haber jubilatorio que llevará en marzo la mínima a $ 2.757, resultante de un aumento del 11,31 por ciento.

“Estamos cada vez más pobres, más desprotegidos y sin una cobertura social que nos ampare”, denuncian.

«Cristina Kirchner encabezó el 4 de febrero un acto en la Casa de Gobierno para anunciar un aumento en las jubilaciones (11,31% desde marzo, lo que llevará el haber mínimo a la magra suma de $2,757). El ajuste significará un incremento de $280 pesos para la categoría más baja e implicará una recomposición 3,1 por ciento inferior a la entregada en septiembre de 2013. Si bien la medida alcanza a 7.360.957 adultos mayores, más de 4 millones de estos perciben la mínima».

«La fórmula de movilidad jubilatoria –contemplada en la ley 26.417- está vinculada al nivel de recaudación tributaria de la AFIP, la inflación calculada por el hoy polémico INDEC y al crecimiento económico del país», dice la nota.

“El Gobierno declara a los cuatro vientos que esta es «La Década Ganada», pero los jubilados nos preguntamos: ¿Ganada para quién?”, lanza el comunicado de prensa del Centro Nacional de Jubilados y Pensionados de ATE (CNJP), y agrega: “Lo que no dice la Presidente es que ganamos $1000 menos que el salario mínimo, vital y móvil, y menos de la canasta básica para un adulto mayor”. Se refieren a los $4.885 que, según los cálculos de la Defensoría del Pueblo de la Tercera Edad, por mes debería recibir un jubilado para llegar a fin de mes y vivir de manera digna.

Para finalizar, el comunicado del CNJP denuncia: “Los jubilados estamos cada vez más pobres, más desprotegidos y sin una cobertura social que nos ampare. Señora Presidente nuestra indignación no tiene límites, su soberbia tampoco”.

Marcha por la reinstalación de Cristian Fontana

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El lunes 10 de febrero, a las 11 horas se hará una marcha por la reinstalación  de Cristian Fontana y de Luis Yedro. La cita es a partir de las 11 hs. frente al Ministerio de Economía (Hipólito Yrigoyen y Defensa, CABA). Luis Yedro, despedido de Atucha II y Cristian Fontana, despedido de Aerolíneas. Ambos con fallos de reinstalación que se niegan a cumplir los funcionarios gubernamentales, que persiguen a los luchadores. 

La política persecutoria de las empresas hacia el activismo obrero ha sido derrotada en muchas oportunidades debido a las importantes muestras de apoyo y solidaridad cosechadas por los luchadores que fueron víctimas de sanciones o, directamente despedidos.  Así sucedió en distintos casos, en los cuales grandes campañas y movilizaciones unitarias consiguieron el desprocesamiento o la absolución de cientos de compañeros y compañeras, como en Kraft, el SITRAIC o el Garraham, solo por citar algunos de los ejemplos más emblemáticos.

Esto mismo acaba de suceder con Maxi Cisneros de Firestone y Sebastián Del Marco de Fate, quienes -después de sufrir injustos y prolongados despidos- volvieron a trabajar. ¡La lucha y la unidad alcanzada les impusieron a las patronales el cumplimiento de los fallos judiciales que obligaban a reincorporarlos!. Sin embargo, a pesar de esta tendencia favorable, todavía hay dos importantes luchadores que, a pesar de contar con este tipo de fallos judiciales, aun no fueron reinstalados en sus respectivas empresas. Ellos son Cristian Fontana de Aerolíneas Argentinas y Luis Yedro de Vialco, una de las compañías de Atucha II.

Fontana fue electo dos veces delegado de su sector y encabezó la lista opositora de su gremio -APA/Aeronáuticos- en 2012, contra la conducción kirchnerista; mientras que Yedro -obrero de la construcción- formó parte de la lista Naranja, que enfrentó a la burocracia sindical de Gerardo Martínez en la seccional Zárate, Campana. Ambos, a pesar de trabajar en rubros muy diferentes y no tener la misma filiación gremial, tienen como patrones a representantes del Gobierno Nacional. Ya sea de forma directa, como ocurre con Mariano Recalde -de la Cámpora y gerente de Aerolíneas-, o de manera indirecta, como Julio De Vido, que es uno de los “dueños” de las obras públicas de todo el país.

Estos personajes, utilizando todo el poder político y burocrático que les ha otorgado el gobierno de Cristina, están impidiendo la aplicación de los veredictos que definieron la reincorporación de Yedro y Fontana. ¡Es que saben que si los compañeros vuelven a sus lugares de trabajo se pondrán al frente de los reclamos más sentidos de las bases, lo cual aterroriza a Cristina y los empresarios amigos del poder!. El lunes 10 de febrero marchamos junto a distintas organizaciones y personalidades hacia el Ministerio de Planeamiento -de De Vido- y la sede de Aerolíneas Argentinas –Recalde- para exigirles a estos funcionarios que cumplan ya con los dictámenes de la justicia, reincorporando a sus puestos habituales de trabajo a los compañeros.

Fuente: wwwprotagonistascomar.blogspot.com

Devaluación y ajuste

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por Claudio Lozano, Diputado Nacional de la CTA. Presidente del Bloque de Diputados Nacionales de Unidad Popular (UP).

Luego de una década cargada de un discurso transformador que sólo contadas veces hizo pie en efectivas prácticas de transformación, el gobierno mantiene su relato mientras ingresa paulatinamente en la lógica del dispositivo conservador.

Hoy, la suerte de la estrategia abierta el 21 de enero con la “Axeldevaluación”, depende de una suba significativa en la tasa de interés que, si bien puede redundar en una estabilización del tipo de cambio, impactará de lleno en la actividad económica del 2014 que pasará del estancamiento a la recesión.

Las defectuosas prácticas gubernamentales de regulación estatal, nos devuelven progresivamente al camino de la ortodoxia. Frente a la crisis cambiaria, la opción no es la que pretende “el mercado” (es decir los actores de mayor poder económico). Opción que busca eliminar los controles y cuyo efecto es una mayor devaluación y, por tanto, más ajuste.

Sobre las condiciones de vida de la población, la tarea es mejorar y transparentar los controles mientras se avanza en remover las causas estructurales que sistemáticamente llevan a nuestro país a las crisis cambiarias.

Mejorar los controles implica asumir que la administración del mercado de cambios resulta frágil y difícil de sostener en contextos de “escasez de divisas”, si se renuncia (como lo ha hecho desde siempre este gobierno) a “controlar la oferta de divisas”. Este objetivo obliga a promover iniciativas que permitan ejercer un “control público sobre el comercio de granos”, así como también a fortalecer el papel del Estado como expresión de “lo público” en el sector petrolero y minero. Objetivo que también lleva a pensar en nuevas formas de “control público” y desarrollo de la infraestructura de ferrocarriles, puertos, industria naval, almacenamiento de granos, etc. Todas estas, iniciativas que nunca formaron parte de la agenda gubernamental de esta última década.

1. La estrategia devaluatoria del Gobierno Nacional

El Gobierno Nacional inicia el 2014 ensayando una fortísima devaluación de la moneda. En efecto, en apenas 3 días (del martes 21 al jueves 23 de enero) “permitió” o bien puede decirse, decidió que el dólar oficial pasara de $6,88 a $8; lo que significó una devaluación del 16,3% en 72 horas; que se agrega al proceso de devaluación gradual presente desde la asunción del nuevo equipo económico a finales de noviembre del 2013, y que puesto en perspectiva del 2014, desde que se inicia el año, esto es en términos cambiarios, desde el 2 de enero se acumula una devaluación del tipo de cambio oficial del 23% en un mes. Dicho de otro modo, el tipo de cambio oficial aumentó en enero lo que se espera que aumente la inflación durante todo el año. Se trata de una dinámica que profundiza al extremo el cambio en la política cambiaria del Gobierno Nacional desde la instauración del mal denominado “cepo cambiario”.

Estas medidas demuestran el fracaso de las restricciones implementadas desde el 28 de octubre de 2011 a la fecha, para contener la fuga del ahorro nacional y la consiguiente pérdida de reservas del Banco Central. A medio camino entre la desesperación y la «heroica», el gobierno parece intentar ahora, como el luchador de judo, «aprovechar a su favor el impulso del adversario»: deja subir el dólar sin intervenir en el mercado, para luego intentar estabilizarlo en un nivel que implica un salto sin precedentes en los 10 años de gobiernos «K», y tras cartón restaura la posibilidad de adquirir dólares para atesoramiento en el país, procurando así descomprimir la demanda en el mercado paralelo.

En efecto, previo a noviembre del 2011; el tipo de cambio oficial apenas se movía al 4 / 5% anual en un contexto donde la inflación superaba como mínimo el 20% anual. En el 2012, “cepo mediante”, el Gobierno cambia esta política permitiendo que el tipo de cambio aumente (18%) aunque por debajo de la inflación (25%); en el 2013 se profundiza esta tendencia y el tipo de cambio aumenta a un ritmo similar a la inflación (en torno del 25 / 27% anual). Lo que vemos iniciado 2014, es que el Gobierno decide que en un mes el tipo de cambio recupere buena parte del atraso acumulado en años.

Fue absolutamente sintomático que, en el día en que se produjo el mayor salto devaluatorio, la Presidenta anunciara el Programa Progresar, cuyo impacto recién se verá en el primer mes del inicio escolar (es decir en marzo). El programa supone la extensión del Plan Jóvenes con Más y Mejor Empleo, pero asignando $600 por persona joven (de 18 a 24 años) siempre y cuando cumpla una serie de requisitos muy restrictivos (al respecto en breve nuestro Instituto presentará un análisis del citado programa). Si bien el impacto real de esta medida está por verse, se trata claramente de desviar la atención pública del contenido de la política devaluatoria en curso por parte del Gobierno, al tiempo que, sin decirlo, constituye el una compensación preventiva e insuficiente de los efectos que una devaluación suele producir: mayor conflicto social. Va en el mismo sentido de lo que en su momento fue el Plan Jefas y Jefes en relación con la devaluación del 2002 como mecanismo de contención social frente a la crisis, pero sin el alcance y la centralidad que tuvo éste en su momento. Aún hay mucho que andar y decisiones que observar por parte del Gobierno para ver si la devaluación iniciada configura mayores conflictos, pero sin dudas fue un síntoma de lo que se espera de no mediar mecanismos de contención de los sectores más postergados.

La devaluación es el mecanismo por medio del cual los exportadores aumentan el poder de compra de sus productos en la economía doméstica, y esta mayor capacidad de compra de los exportadores no es neutral. En primer lugar, frente a una oferta productiva estancada (consecuencia del límite tocado por el patrón de acumulación actual), lo lógico a esperar es que esta mayor masa de recursos de los exportadores no se traduzca en aumento de la inversión reproductiva, sino en mayor demanda de bienes de consumo suntuario y en mayor especulación financiera, lo que se traduce en mayores niveles de importación, de precios, de aumento del dólar “paralelo” y de fuga de capitales.

Las tendencias al aumento de precios se refuerzan puesto que, en una economía con una elevada concentración económica y fuerte dependencia de insumos importados, el encarecimiento del dólar se vuelca al precio final de los productos. Ese recorrido luego se expresa en el conflicto social al operarse la reducción de poder de compra de los salarios y demás perceptores de ingresos (planes, jubilaciones, etc). De este modo, la devaluación se erige en un mecanismo de transferencia de ingresos hacia los sectores exportadores por parte principalmente de los trabajadores, jubilados y perceptores de planes y también de las empresas de menor tamaño que asocian su actividad al mercado interno.

Lo anterior es lo que resulta lógico esperar de una devaluación. No necesariamente ello debe ser así pero a condición de que se adopten importantes y significativas medidas que lo eviten. Al respecto, el Gobierno adoptó dos medidas adicionales que acompañan la devaluación, cada una de las cuales conlleva importantes impactos, a saber:

a) La posibilidad de comprar dólares para ahorro de parte de un segmento de la población; y

b) El aumento de la tasa de interés.

Estas dos medidas tienen por objeto achicar la brecha entre el nuevo valor del dólar oficial (de $8) y el del dólar “paralelo / marginal” (que oscila entre $12 y $13 al momento en que esto se escribe) quitando demanda al dólar paralelo (punto a) y tornando más atractivo el ahorro en pesos (punto b).

Creemos que es correcto atacar el problema de la “brecha” entre ambas cotizaciones, aunque ello no nos hace perder de vista que ella se originó por no haber previsto las consecuencias de las restricciones implementadas desde octubre de 2011. Mientras esa brecha subsista, la cotización oficial siempre será vista como «barata» frente a la otra, lo cual incentiva la demanda de dólares en el mercado oficial (que es la que erosiona las reservas del Banco Central). Esto, además, se potencia con la posibilidad de especular con ambas cotizaciones comprando barato el dólar en el oficial y vendiendo a precio mayor en el paralelo. Esta estrategia no tiene grados de éxito: o se elimina “lisa y llanamente” la brecha, o habrá fracasado. En la medida en que persistan diferencias de cotizaciones, persistirán asimismo los comportamientos especulativos que no hacen sino agregar presiones a la cotización del dólar oficial.

Para eliminar dicha brecha no hay sino dos opciones: la que pretende “el mercado” (es decir los actores de mayor poder de mercado) que no es sino volver atrás con los controles de cambio, eliminando el “cepo”, lo que llevaría a una convergencia entre las cotizaciones a costa de una mayor devaluación y de una caída de reservas, o bien, mejorando los controles y atacando las causas estructurales que sistemáticamente llevan a nuestro país pais a crisis cambiarias.

Mejorar los controles implica asumir que es imposible administrar el mercado de cambios renunciando a controlar la oferta de divisas, cuestión ésta que obliga a promover iniciativas que permitan ejercer un control público sobre el comercio de granos, así como también a fortalecer el papel del estado en los sectores de hidrocarburos y minero. Asimismo, la regulación y los controles cambiarios pueden funcionar en la medida en que simultáneamente se implementen políticas de fondo que eviten los cuellos de botella externos de nuestra economía.

Es el funcionamiento de la economía real lo que genera (o no) un saldo en el balance de pagos, y es ese funcionamiento lo que determina qué parte de ese saldo se transforma en moneda local, incrementando las reservas del Banco Central, para realimentar el proceso productivo, para demandar bienes y servicios, o para ahorrar. Cuando no se genera un saldo positivo en el balance de pagos, o éste disminuye, o éste, cualquiera sea su dimensión, no se transforma en nuevas inversiones, en demanda de bienes y servicios, o en demanda de moneda local para ahorro interno, tarde o temprano impactará negativamente en las reservas del Banco Central.

Desde este punto de vista, entendemos que en el debate público hay una visión «fetichista» del dólar como «objeto del deseo» del gobierno, de los ahorristas, de los especuladores, de los monopolios, etc., según la óptica del observador. Proponemos, en cambio, mirar «detrás de la máscara» y abordar la más difícil cuestión de la inescindible relación, en el caso de la Argentina, entre el saldo del balance de pagos y la dinámica de sectores productivos con altas rentas extraordinarias derivadas de los recursos naturales, altamente concentrados y altamente trasnacionalizados.

Si se asume que la «bendición-maldición» que tiene nuestro país bien puede ser la palanca para un desarrollo integral y armónico, o bien el elemento que impide la diversificación del aparato productivo, podremos llegar fácilmente a la conclusión de que las rentas extraordinarias de los recursos naturales (antes que la masa de dólares en la que se convierten, una vez realizadas) que por ser extraordinarias, no provienen ni del trabajo ni del capital, deberían ser consideradas como un bien público, y por su condición de «palanca» o de «rémora» para el desarrollo, deberían ser consideradas como un bien estratégico.

Ninguna de las dos opciones fue adoptada por el gobierno, sino una intermedia: relajar un poco el control de cambio permitiendo el ahorro en dólares para una parte de la población de ingresos medios – altos y altos, con la esperanza de que el aumento de la tasa de interés sea un atractivo suficiente para eliminar las actividades especulativas. Toda una demostración de optimismo por parte del elenco gubernamental.

En este sentido la decisión del gobierno es cuando menos irresponsable y riesgosa. Irresponsable, porque no elimina la brecha entre cotizaciones, incluso agravando el problema porque permite que sectores que estaban excluidos de este comportamiento participen en el mismo, y riesgosa puesto que esta medida no produce sino caída de reservas (se estima que se perdieron U$S 2.000 millones en lo que va de enero), y empuja a una nueva devaluación ó a salir a pedir financiamiento externo para proveer de dólares a la especulación.

Es esta última opción la que el Gobierno parece inclinado a recorrer a juzgar por las negociaciones con el Club de París, el visto bueno a las tratativas que los Fondos de Inversión que entraron al Canje pretende realizar con los que aún están afuera, el financiamiento – puente con las cerealeras, el acuerdo con Repsol y los viajes a China y Rusia por parte del Ministro de Economía. De tener éxito la vuelta al endeudamiento no sería sin paradojas para un gobierno que ha hecho del desendeudamiento una bandera y tampoco sin costo para las futuras generaciones y gestiones de gobierno que tendrán que afrontar mayores carga de deuda asumidas para permitir la transferencia de ingresos significativa de las sociedad toda a una fracción minoritaria de ella.

En este marco, vale la pena reflexionar sobre si, a este tipo de cambio,

• ¿Podrá el gobierno frenar la caída de las reservas del BCRA? O bien,

• ¿Se seguirá profundizando la devaluación de la moneda?

Todos sabemos que la palabra de los funcionarios públicos es prácticamente lo único que está más devaluado que la moneda nacional, pero si tenemos en cuenta lo que dijo el Jefe de Gabinete al anunciar las medidas, el Gobierno cree que se ha llegado a «un tipo de cambio de convergencia». Si eso fuera cierto, cabe suponer que, a ese tipo de cambio, el BCRA está en condiciones de ofrecer las cantidades que el mercado le demande. Aún está por verse qué volumen de reservas demandarán los ahorristas, siendo que la única limitación legal es el 20% de su ingreso habitual mensual. Por el otro lado de la ecuación, habría que ver hasta qué punto pueden seguir cayendo las reservas del BCRA para atender esa demanda sin comprometer el normal funcionamiento del comercio exterior y las relaciones financieras del país con el resto del mundo, deuda pública y privada incluidas. Algunos analistas estiman en 8.000 millones de dólares la pérdida de reservas adicional necesaria para atender esa demanda, lo que dejaría al BCRA con 22.000 millones de usd en sus arcas.

Llegado a este punto, podemos concluir que el gobierno ha dado por concluida la etapa de su política cambiaria implementada desde noviembre de 2011 sin obtener los resultados previstos, e inaugura una nueva etapa en la que se juega el éxito a la elevación de las tasas de interés hasta las nubes, con el impacto recesivo que ello inevitablemente va a tener.

En rigor, el dilema presentado más arriba debería plantearse exactamente al revés, esto es:

• ¿El funcionamiento de la economía argentina, en particular sus transacciones de bienes, servicios y capitales con el exterior, genera un superávit suficiente para que el 20% del ingreso habitual de la población con capacidad de ahorrose canalice a la tenencia de moneda extranjera?

• ¿Porqué no existen otras alternativas para el ahorro nacional en moneda local, aparte de la especulación en inmuebles o bienes de consumo durables?

Las explicaciones de los voceros del gobierno, tanto de sus funcionarios como de los medios afines, jamás apuntan a estas cuestiones. Las desvían atribuyendo las dificultades a conspiraciones de sectores políticos, mediáticos o económicos interesados en el fracaso de las políticas oficiales, o a cuestiones ligadas a la cultura de los sectores sociales que tienen ahorros. En ese marco, dada la fatuidad de las explicaciones emergen, sigilosamente las propuestas “alternativas” del establishment y sus economistas y expresiones partidarias

2. Las Propuestas del Establishment

Los análisis de la mayoría de los voceros de la oposición, de los medios opositores y de sectores económicos ligados al comercio exterior o a los capitales trasnacionales que operan en el país, si bien señalan el problema inflacionario como el origen de las dificultades del sector externo (pérdida de competitividad, atraso cambiario, etc.), apuntan a los aspectos coyunturales como motores del proceso inflacionario: déficit fiscal y emisión monetaria parecen ser los responsables del aumento de precios. Por lo tanto, inducen a pensar que también con medidas coyunturales de ajuste de la demanda agregada (disminución del gasto público y de la emisión, aumento de las tasas de interés) este proceso se puede revertir fácil y rápidamente. Dicho de otra manera, sobre el proceso de ajuste que produce la devaluación estos actores pretenden un ajuste mayor sobre el conjunto de la sociedad para hacer más profunda la transferencia de ingresos hacia los sectores con ingresos dolarizados.

En este punto, tanto el Gobierno como su Oposición afín, interesadamente, omiten en el debate público las verdaderas causas estructurales de la inflación argentina, y su impacto sobre el sector externo, así como la influencia del sector externo en los procesos inflacionarios internos:

• La lógica de acumulación de los sectores más dinámicos del modelo extractivista en curso en nuestro país, con un porcentaje elevado de rentas extraordinarias dentro del excedente total en esos sectores, configura una cúpula empresaria con hábitos rentísticos que no reinvierte en el proceso productivo una parte significativa de sus ganancias.

• La restricción externa de la economía doméstica, su dependencia de capitales, maquinaria y tecnología extranjeros, y los cuellos de botella que históricamente se generan luego de un proceso de crecimiento económico.

• La alta concentración de la oferta en mercados de bienes y servicios que tienen un alto impacto en la canasta básica de la población.

• La persistencia y potenciación de la primarización de las exportaciones argentinas, y la elevada correlación de los precios internacionales de los bienes exportables y la inflación interna.

• La concentración de las exportaciones argentinas en sectores con elevadas rentas extraordinarias, y la apropiación privada de esas rentas.

• La creciente extranjerización de la propiedad del capital de las empresas que dominan los principales mercados de bienes y servicios de consumo interno, así como en los sectores exportadores, y la trasnacionalización de los capitalistas locales presentes en esos sectores. Este elemento implica una tendencia a la dolarización de la tasa de ganancia esperada, circunstancia que también se presenta en el capital trasnacional local.

Factores a los cuales habría que sumar, para completar el panorama, la pérdida del autoabastecimiento hidrocarburífero que impacta de lleno en la balanza comercial y fiscal, deteriorando ambas, y el manejo de la deuda pública que ha hecho el gobierno durante los últimos 10 años.

Sobre este último punto, resulta fundamental advertir que no ha existido, realmente, el tan declamado proceso de «desendeudamiento», sino una postergación de pagos desde 2003 hasta 2008, primera reestructuración mediante. Esa reestructuración, más allá del discurso, no implicó una significativa reducción del capital, si se consideran los pagos atados a la evolución del PBI. Estos pagos matemáticamente compensan la quita a lo largo de la vida útil de los nuevos instrumentos, pero no se aparecen como deuda dentro de las cuentas públicas porque son pagos contingentes. Se produjo una cancelación anticipada de la deuda contraída con el FMI, y se cumplieron religiosamente con los pagos de la deuda reestructurada y de la deuda con el Banco Mundial.

Estos pagos pudieron viabilizarse instrumentando un nuevo endeudamiento, esta vez del Tesoro con el Banco Central, siendo ésta una de las fuentes de la pérdida de reservas sobre la cual ni el gobierno ni la oposición hablan, porque comparten la idea de privilegiar los pagos a los acreedores externos sin revisar la legitimidad de la deuda. Otra operatoria de sustitución de acreedor sin disminución de deuda han sido las letras que compulsivamente se le hacen suscribir a la ANSeS, licuando sus activos y alimentando irresponsablemente su déficit a futuro.

Aún a pesar de los artilugios formales y la contabilidad creativa con la que presentan sus cuentas el Banco Central, la ANSeS y el Tesoro Nacional, el impacto de los servicios de la deuda desde 2008 en adelante consumió el superávit fiscal, al punto que en la actualidad el resultado financiero de las cuentas públicas arroja déficit, y éste a su vez implica una tendencia al aumento del endeudamiento. El impacto de la balanza energética, el incremento de las importaciones de maquinaria, equipos y bienes intermedios, y los servicios de la deuda pública interna y externa (amortización de capital e intereses), llevaron al agotamiento de los superávits gemelos (fiscal y externo) de la primera etapa del gobierno, y en la actualidad se presentan déficits en la balanza de pagos y en el sector público.

En la historia económica argentina, situaciones de déficit público y externo se han enfrentado con fuertes devaluaciones y con disminuciones del gasto público, en lo que se conoce como el «ajuste ortodoxo». Cuando el punto de partida es una fuerte recesión previa, el impacto inflacionario de la devaluación se ve amortiguado por la capacidad ociosa del aparato productivo, y el margen para aumentar el empleo sin grandes inversiones y sin fuertes presiones al alza de los salarios, tal es la experiencia del 2002 que bueno es recordar no fue sin trauma y al costo de llevar al límite la desigualdad, la pobreza, el hambre y la desocupación. En la situación actual, la devaluación tiene un impacto inflacionario inmediato puesto que no hay capacidad productiva ociosa, sino que se transita ya un proceso de fuerte crecimiento de los precios.

Por el lado del déficit público, no existe margen para reducir salarios ni plantas de personal, aunque sí existe un alto grado de precariedad laboral en el sector público. Tampoco existe margen para disminuir transferencias a familias por planes sociales, que ya están siendo licuados por la inflación. Hacerlo supondría incrementar el ajuste que por sí produce la inflación. Los únicos espacios de reducción de gasto público pasan por los subsidios a empresas privadas y por los pagos de los servicios de la deuda pública.

En el caso de las empresas beneficiarias de subsidios, están fuertemente cuestionados por la sociedad ya que en general no se han trasladado a mejoras en los servicios públicos aunque sí en bajas tarifas en el área de Capital Federal y su área metropolitana. Por el lado de la deuda, la investigación de su legitimidad es una asignatura pendiente de todos los gobiernos de la democracia.

Sin embargo, subsidios y negociaciones de la deuda han sido instrumentos privilegiados del gobierno para afianzar su relación con ciertos sectores del empresariado local, y con operadores financieros internacionales, como los «fondos amigos» y en particular las empresas petroleras (que con este esquema pueden fijar un precio 600% superior a su costo de producción). Las múltiples vinculaciones personales, políticas y de negocios entre altos funcionarios del gobierno y estos grupos hacen poco probable que vayan a ser los sectores sobre los que se haga el «ajuste». Ello supondría una modificación en el esquema de alianzas del gobierno que sería por cierto razonable y bienvenido, pero que descreemos que ocurra.

En consecuencia, las medidas coyunturales (aplicables sobre la emisión monetaria y el control del gasto público) ni son suficientes para revertir el proceso inflacionario o la caída de reservas del banco central, ya que no apuntan a las causas de estos fenómenos, ni tampoco ofrecen un panorama aceptable para «ganar tiempo», todo lo contrario, profundizan el ajuste que consigo trae la devaluación.

3. Lineamientos de Nuestra Propuesta

Frente a la gravedad del escenario que la devaluación plantea y las propuestas de mayor ajuste por parte de los sectores vinculados con el establishment, resulta imprescindible formular una salida popular y democrática a la crisis. Esto implica:

• Declarar esencial para la distribución del ingreso, la orientacion del patrón productivo y la promoción del desarrollo la administración pública del valor del tipo de cambio y de la disposición del volúmen de divisas producido por el país.

• Afirmar que el saldo en divisas de la economía argentina es resultado del esfuerzo conjunto de la sociedad en su relación con el mundo y no la sola consecuencia del comportamiento de agentes económicos particulares, y por lo tanto no puede estar sujeto a transacciones con fines especulativos.

• Dada la asociación entre generación de divisas y rentas extraordinarias vinculadas a la explotación de los recursos naturales, afirmamos el carácter estratégico de estas riquezas y de las rentas asociadas.

• Intervención directa del Estado en el mercado de granos, a través de mecanismos acordes a la estructura actual de esos mercados y a la tecnología disponible, que le permita regular un precio al productor que lo proteja de los abusos de acopiadores y exportadores, y que a la vez le permita al estado capturar una parte de la oferta exportable. El objetivo de esta intervención es la captura de una parte de la renta extraordinaria en divisas, y el control sobre la oferta de divisas en el mercado local. Lo propio debe realizarse con las exportaciones de hidrocarburos y de minerales. Completar el proceso de intervención en el mercado de hidrocarburos, extendiéndolo a otras empresas además de YPF, fijando un precio interno acorde al costo de producción del barril, modificando la regulación de la exploración y producción de hidrocarburos para asegurar las inversiones en el sector y la disponibilidad de la producción

• Investigación de la legitimidad y legalidad de la deuda pública y repudio de la parte que resulte ilegítima, con compensaciones a los actuales tenedores de buena fe a cargo de los acreedores que contrataron con la dictadura militar o que fueron contraparte de ilícitos de gobiernos civiles. Arbitrar mecanismos para que la parte legal pero ilegítima de la deuda (aquella que benefició a los actores más importantes de la economía doméstica, principalmente los bancos y el sistema financiero local) tenga un compromiso de pagos que no ponga en situación de vulnerabilidad las reservas disponibles del Banco Central.

• Eliminación de las prácticas monopólicas u oligopólicas en aquellas fases de los procesos productivos en las cuales se presente un alto grado de concentración de compras o de ventas por parte de pocos operadores, e intervención directa del estado en la compra o venta del bien o servicio respectivo cuando no pueda eliminarse, mediante la conformación de stocks de intervención que estabilicen los precios en las fases respectivas de las cadenas de valor.

• Establecimiento de Mesas de Concertación por cadena de valor, con participación del estado, los productores, los trabajadores y los consumidores, como ámbitos para poner blanco sobre negro los verdaderos conflictos, desplegar la acción reguladora del Estado sobre las posiciones dominantes y las rentas extraordinarias, construir las alianzas de actores sectoriales que correspondan y mejorar los criterios para la asignación del excedente.

• Definición e implementación, junto con los actores empresariales y trabajadores, de una política industrial de largo plazo, que incluya a las empresas públicas, a las grandes empresas nacionales, a la pequeña y mediana empresa, a la empresa familiar y al complejo científico tecnológico público, para generar un verdadero proceso de sustitución de importaciones en el marco de la integración económica con nuestros vecinos.

• Construcción de un Piso de Ingresos, Derechos y Garantías para el conjunto de la población, priorizando la situación de la población infantil, los mayores y los desocupados.

• Reforma Impositiva Progresiva, de manera de aumentar la carga sobre las ganancias de las empresas más concentradas vía restitución de contribuciones patronales, y aumentar los tributos sobre los patrimonios de los sectores más acomodados

• Reforma integral del sistema financiero, que habilite la existencia de opciones de ahorro bien remuneradas para colocaciones en moneda local, para lo cual debe reducirse drásticamente la “brecha bancaria”, es decir la diferencia entre las tasas activas y pasivas a las que hoy toma y presta dinero la banca local, privilegiando el crédito para la inversión productiva nacional, para canalizar el ahorro a la financiación del proceso de sustitución de importaciones, al acceso a la vivienda popular, a los jóvenes emprendedores, a las mujeres y a los proyectos comunitarios.

Encarar las cuestiones estructurales atacando sus causas reales no es un problema técnico, sino fundamentalmente político, ya que requiere de la capacidad de convocar y organizar a la propia sociedad para que decida instituir mayores grados de justicia e igualdad en su conformación, abriendo escenarios de conflicto, no con los sectores populares, como se ha definido a partir de la devaluación, sino con los sectores dominantes a los que necesariamente hay que disciplinar para evitar una nueva crisis como la que por estos días se cierne sobre la Argentina.

«En vez de Ajuste, Monopolio Estatal del Comercio Exterior».

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Declaración de los Economistas de Izquierda (EDI)

La crisis cambiaria que se venía gestando desde hace meses finalmente estalló y el
gobierno aplicó la maxi-devaluación que tanto criticaba. No solo eso. Ya comenzó a
transitar el camino ortodoxo que prometió eludir. Con la devaluación se inició el
primer capítulo de un ajuste tradicional, que seguirá con aumento de tasas de interés,
contracción monetaria y apriete fiscal, para incrementar los ingresos de los poderosos
a costa del salario
.
1
La política gradualista del gobierno para enfrentar estos desequilibrios (mini-devaluaciones
diarias, reducción de subsidios, acuerdos con cadenas de supermercados y distribuidores)
terminó como era previsible. No soportó la presión de los devaluadores y la falta de ingreso
de dólares. Resultado: devaluación del 18% en dos días, que completa un 60% en el año y
estampida de precios. Como toda devaluación esta lleva implícita una fuerte transferencia
de ingresos de los sectores populares (asalariados, jubilados, beneficiarios de planes
sociales) a los sectores del capital concentrado.
2
Un gran ajuste. Sin embargo los mercados no se tranquilizaron. El levantamiento parcial
del control para permitir atesoramiento no hizo más que abrir una nueva ventanilla de salida
mientras que el encarecimiento del turismo al exterior no logró frenar esa sangría mientras
que quienes ingresan al país siguen liquidando sus dólares en el mercado negro. A esto hay
que agregarle que las reservas son utilizadas para mantener pagos de una deuda externa que
nunca fue investigada junto con pagos genuinos de deuda pública y privada. No es serio
afirmar como hace el gobierno que “esta devaluación será distinta”. Los efectos ya están a
la vista en los primeros días: inflación que se acelera, incumplimiento de los acuerdos,
desabastecimiento de productos.
El gobierno improvisa cotidianamente medidas poco coherentes. Un día anuncia medidas
de control y al otro, medidas “amigables” para los mercados. Afirma que hay conspiración,
pero hace la devaluación que exigen esos conspiradores. La oposición de derecha
aprovecha, pero no quiere tumbar al gobierno. Su objetivo es empujarlo a que siga haciendo
el trabajo sucio.
3
Los Economistas de Izquierda hemos señalado en diversas oportunidades: el esquema
económico gestado por el kirchnerismo es fuertemente dependiente del ingreso de divisas
2
generadas por el agro y de la captura de recursos fiscales vía retenciones. Tanto la Mesa de
Enlace como las exportadoras conocen bien estas debilidades del “modelo” y operan sobre
ellas, demorando la venta de la cosecha y la liquidación de divisas, promoviendo la
devaluación que mejorará sus ingresos e incrementara sus ya abultadas ganancias a costa
del bienestar de la mayor parte de la población.
Pero esta innegable capacidad de presión de productores y exportadores para agudizar la
restricción externa y de desfinanciar al Estado no puede ocultar la responsabilidad del
gobierno nacional, que interviniendo el INDEC y negando una y otra vez la inflación, dejó
crecer los precios internos que abultaron la rentabilidad capitalista. Esta política condujo en
definitiva a la presión sobre el tipo de cambio.
4
El gobierno resiste las presiones porque sabe deteriorará aún más los salarios y luego
concede. Los trabajadores legítimamente saldrán a exigir recomposición del poder
adquisitivo, si no se frena la remarcación de precios
que hacen los grandes capitalistas el ciclo se realimentará una y otra vez. Como en otras
devaluaciones ya están en marcha todos los complementos tradicionales de la ortodoxia:
suba de las tasas de interés, reducción de gastos y de la emisión monetaria. El gobierno
niega estas medidas y luego las aplica.
El equipo económico busca ganar tiempo esperando el ingreso de dólares de la cosecha
gruesa en los próximos meses y que de resultado positivo alguna de las tantas gestiones
para conseguir financiamiento externo. Pero al ritmo actual de caída de reservas en ese
tiempo de espera, puede producirse un desfasaje entre ingresos y salidas con consecuencias
más que dramáticas.
Todos los opositores derechistas son devaluadores. Cuestionan las medidas por pura
demagogia cuando en realidad piensan profundizar el ajuste. Ninguna propuesta intenta
resolver la crisis con medidas que no se descarguen sobre los trabajadores y los sectores
populares. Por el contrario son estos los únicos que objetivamente se oponen a las
devaluaciones y son favorables a los controles de precios efectivos.
Actuar con urgencia y decisión política
5
Frente a la evidencia que por el camino actual se marcha a una agudización de la crisis y a
mayores ajustes, desde distintos sectores se está reclamando la inmediata reconstitución del
manejo estatal del comercio exterior. Los Economistas de Izquierda entendemos que se
debe discutir como concretar esa medida. No hay otra forma de solucionar las tensiones
sino se busca una solución de fondo. Y esta solución no es otra que una versión actualizada
de la Nacionalización del Comercio Exterior, de la implantación de Organismos
Reguladores (Juntas o Agencias), eficientes que defiendan la producción nacional y fijen
los precios de los alimentos, poniendo término así a la especulación que hacen los grandes
productores, acopiadores, comercializadoras y fondos de inversión con el tipo de cambio y
los precios internacionales y saque el negocio de las manos de los monopolios
exportadores. Ese sistema instaurado por el menemismo y hasta ahora preservado por el
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gobierno, que no ha hecho más que observar como controlan el mercado de granos y se
apropian de buena parte de la renta.
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Es importante subrayar que es una propuesta que hay que aplicarla bien para que el remedio
no sea peor que la enfermedad. Es una propuesta prioritaria que hay que aplicar de
inmediato antes que el BCRA se quede sin reservas y no tenga margen de maniobras (por
eso se debe exigir de inmediato la liquidación de los 3.500 millones de dólares retenidos,
bajo amenazas de actuar con la máxima penalidad). No es una propuesta que funcionará en
paralelo al actual sistema de comercialización, por el contrario es una propuesta que
reemplaza integralmente a lo que ahora esta en manos privadas (acopios, puertos,
negociación con clientes, etc.). Una propuesta de esta naturaleza no puede repetir lo que se
hizo con YPF. Un día expropiar y varios meses después aceptar pagar más de 5000
millones de dólares a los responsables del saqueo. Medidas así, carentes de mínima
consecuencia, terminan agravando el problema. Irritan a los poderosos y no despiertan
confianza popular. La estatización del comercio exterior debe instrumentarse sin
concesiones a los grupos privados que hoy manejan la actividad.
Los puertos privatizados son la salida al exterior, al estar en manos privadas el Estado no
puede ejercer un efectivo contralor. Para EDI Nacionalizar los Puertos permitirá controlar
efectivamente que el volumen de las exportaciones coincida con lo declarado por los
exportadores y cerrará así otra fuente de escape de divisas.
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Pero esta no puede ser una medida aislada. La captación estatal de los dólares retenidos
servirá si al mismo tiempo se actúa sobre los precios y los ingresos populares. Sobre los
primeros es necesario un Control Efectivo de los Precios, los acuerdos en el mejor de los
casos duran unos meses, hay que fiscalizar los costos de producción y comercialización de
las formadoras de precios. Hay que convocar a los trabajadores para que sean ellos quienes
ejerzan el contralor de los costos en fábricas y distribuidoras, y especialmente a los
empleados de comercio para el control de los precios acordados en supermercados y
negocios minoristas. El Estado debe garantizarles la inmunidad en el trabajo a todos ellos.
Asimismo, hay que impulsar la construcción de mercados populares mayoristas con control
social articulados con comercios
locales y movimientos populares para crear canales alternativos (como
los MERCAL venezolanos) para enfrentar el poder de mercado de los
oligopolios productores y distribuidores de mercancías.
La Ley de Abastecimiento está en vigencia y el gobierno debe estar decidido a ponerla en
práctica a la menor transgresión de las normas establecidas.
Por el lado de los ingresos hay que compensar ya mismo la pérdida de poder adquisitivo
de los salarios, jubilaciones y planes sociales, con un Aumento de Emergencia como paso
previo al llamado a paritarias sin techo. Al mismo tiempo que se prohiben los despidos
mientras persista la crisis.
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No hay formas de frenar la salida de capitales del proceso productivo sin un estricto
control de los movimientos financieros asentado en la Nacionalización del sistema
Bancario. En las condiciones actuales ninguna medida para incrementar la provisión de
divisas tendrá resultado duradero. Es el Estado quien debe manejar todo el movimiento de
divisas en el país. Ninguna entidad privada debiera estar autorizada a realizar operaciones
de ese tipo, lo que a su vez requiere un Control de Cambios serio y transparente, que
controle la veracidad de las operaciones e impida la corrupción, que priorice el uso de las
divisas en función de las necesidades del país. Lo que hay ahora es un control caprichoso e
irracional de las divisas.
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Las concesiones al CIADI, las ofertas a los fondos buitres, a Repsol y al Club de París, los
peregrinajes del ministro Kicillof buscando fondos frescos, no han dado resultado alguno,
salvo abrir el canal de nuevos endeudamientos. El país tiene bloqueado el acceso al crédito
y las inversiones si llegan lo harán en cuenta gotas y exigiendo mayores prebendas.
Desde EDI sostenemos que Argentina debe denunciar los Tratados Bilaterales de Inversión,
salir del CIADI. Es urgente una Reforma Tributaria Progresiva y Recuperar las
Contribuciones Patronales cedidas en los años ’90 para fortalecer el ahorro y la inversión
interna.
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Para los Economistas de Izquierda este es el momento. La Nacionalización el Comercio
Exterior, con las medidas complementarias señaladas, tendrá profundas consecuencias
estratégicas para la economía argentina, evitará que la crisis la paguen los trabajadores,
abriendo el rumbo para implementar una política económica que favorezca a las mayorías
populares.
Somos conscientes que este tipo de medidas serán rechazadas por el bloque socioeconómico
en el poder y las clases dominantes, por lo que requieren de la construcción de
un fuerte consenso popular que asuma el proyecto político, que aun en el marco del
capitalismo, esté dispuesto a transitar un rumbo de transformaciones profundas de la
economía, el Estado y la sociedad y que potencie las relaciones económicas, sociales,
culturales y políticas con los países de la región latinoamericana para una integración
soberana.
Buenos Aires, febrero de 2014
Primeras firmas:
Claudio Katz / Eduardo Lucita / Jorge Marchini / Guillermo Gigliani / Alberto
Teszkiewicz / Julio Gambina / Mariano Féliz / Ariel Slipak / Martín Kalos
(Dado la urgencia de la situación este documento sale con primeras firmas a la espera de
nuevas adhesiones)

Polémica ampliación de la avenida Paseo Colón

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Hace pocos días, vecinos y comerciantes radicados en la zona del Paseo Colón, fueron intimados a desocupar sus inmuebles en un “plazo perentorio e impostergable de 15 días”. Resulta que el Gobierno porteño desempolvó una ordenanza municipal de 1978, rubricada por Osvaldo Cacciatore, que proyecta la demolición de buena parte de los frentes del lado este de esta avenida para su ampliación. El fin último sería la construcción de un nuevo metrobús, que a criterio de los vecinos del barrio de San Telmo, “transformará la Avenida Paseo Colón en una inmensa franja que terminará haciendo añicos la estética barrial”.

Entre los afectados, no sólo se encuentran las familias y comercios que viven sobre la avenida Paseo Colón, entre Carlos Calvo y el Parque Lezama. También hay instituciones emblemáticas que han dejado huella en la ciudad, como el Centro de Atención Integral a la Niñez y Adolescencia (CAINA), la Escuela del Casco Histórico, la Escuela de Psicología Social, la sala de Teatro Severino Di Giovanni, que funciona en el local de la Asamblea de San Telmo y el sitio histórico que recuerda el Campo de Detención El Atlético, ubicado en Paseo Colón y la Autopista, donde 1.200 argentinos, muchos de ellos vecinos del barrio, fueron asesinados por la Policía Federal de la Dictadura.
A criterio de los vecinos de San Telmo, la actual gestión de gobierno en la Ciudad, se ha caracterizado por destruir el barrio: “veredas rotas e intransitables, basura en las calles, abandono de plazas y espacios públicos, pésima iluminación, inseguridad, calles con adoquines mal colocados y enormes pozos, cuadras intransitables por obras eternas, edificios de torres que colapsan el barrio autorizados sin ningún estudio previo, son algunos de los logros que la gestión de Macri nos ha brindado”, señalan en un comunicado de prensa donde añaden que “no contentos con esto, ahora avanza con un nuevo ataque contra el barrio y sus habitantes. En lugar de resolver problemas, crean más”.
Fogueados en la resistencia, el martes 4 de febrero, los vecinos conformaron la Comisión por la Defensa de la Avenida Paseo Colón, que no sólo se encarga de volantear, pegar afiches y llevar a cabo radios abierta en las principales esquinas del barrio. Con el aval de algunos ediles porteños, elevará un pedido de informes sobre el proyecto en cuestión y convocó a los vecinos a manifestarse frente a Bienes Fiscales, en Belgrano y Balcarce, el próximo lunes a las 13 horas.
También puso a disposición de los afectados el asesoramiento legar de la doctora María del Carmén Verdú (Correpi) y Eduardo Soares de la Gremial de Abogados.
Rubén Saboulard, integrante de la Asamblea de San Telmo, vecino del barrio y afectado por la medida, señala que “el Pro se aprovecha de una ordenanza de la dictadura que expropiaba estos terrenos para hacer otra bajada de la autopista, pero nunca se hizo esa obra”, aclaró también que “los vecinos afectados no usurparon esos terrenos, viven ahí desde hace más de 40 años”.
“No se entiende que, en momentos en los que 11.000 chicos porteños se quedan sin vacantes por la falta de inversión en escuelas y docentes, se avance en una virtual demolición de parte del barrio, dilapidando fondos públicos, destruyendo patrimonios, erradicando vecinos y, encima, liquidando dos emprendimientos educativos”, termina diciendo Saboulard.

La OIT reiteró el reclamo por la falta de libertad sindical

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Otro revés para Cristina Kirchner: En su nuevo informe anual, la Comisión de Expertos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) profundizó sus reclamos al Gobierno por la demora en otorgarle la personería a la CTA y en adaptar la legislación vigente a los convenios sobre libertad sindical.

Esta fuerte insistencia del organismo pone en aprietos a la Presidenta: en junio tiene previsto participar de la asamblea anual de la OIT porque contaría con la presencia del papa Francisco y eso le permitiría, según la óptica oficial, destacar los “logros” de su gobierno en materia sindical y laboral.

Justamente, para entonces la Presidenta quiere tener firmado el decreto “en defensa del modelo sindical” acordado con la CGT oficialista, que, además de responder a los últimos fallos laborales de la Corte, buscará adaptar la ley a los convenios sobre libertad sindical.

El Comité de Expertos es un órgano independiente, constituido por juristas, cuya misión es examinar la aplicación de los convenios y recomendaciones del organismo internacional por parte de los Estados que la integran.

Esta es la observación número 18 de esa comisión, lo que quiere decir que durante ese lapso se observó el caso argentino y concurrieron misiones de la OIT, pero nunca se modificó la ley sindical. Respecto de la personería para la CTA, el informe destaca que fue solicitada al gobierno argentino en 2004 y que todavía no tiene resolución.

En un lenguaje duro si se considera la prudencia de los organismos internacionales, el nuevo informe del Comité de Expertos de la OIT sostiene lo siguiente:

* Personería de la CTA: “La Comisión lamenta profundamente el tiempo transcurrido sin que la autoridad administrativa se haya pronunciado -casi diez años- e insta firmemente al Gobierno a que tome una decisión en un futuro próximo. La Comisión pide al Gobierno que informe al respecto”.

* Libertad sindical: “Al tiempo que constata que las sentencias dictadas por la Corte y otras instancias judiciales nacionales y provinciales van en el sentido de superar en parte los problemas de conformidad con el convenio, la Comisión insta firmemente al Gobierno a que, sin demora y tras un examen tripartito de las cuestiones pendientes con el conjunto de los interlocutores sociales, tome las medidas necesarias para poner la ley sindical y su decreto reglamentario en plena conformidad con el Convenio. Se invita al Gobierno a que responda de manera detallada a estos comentarios en 2014”.

Fuente: Ricardo Cárpena, diario Clarín