Frente a ello, desde el Observatorio del Derecho Social (ODS) de la CTA venimos relevando prensa escrita con el objetivo de presentar un panorama más claro de la situación actual. De ninguna manera este trabajo suple la falta de estadísticas oficiales, pero alcanza para brindar un panorama y reflexionar sobre las líneas de acción futuras.
Si bien nos encontramos en un proceso de estancamiento de larga data (en el período 2012 – 2014 el crecimiento económico será de aproximadamente un 1% anual, con una inflación cercana al 25% anual), la devaluación de la moneda en enero de 2014 se evidenció para vastos sectores como un claro indicador de la crisis. La devaluación significa, efectivamente, un cambio de época, una modificación de la tendencia tanto en materia de empleo como en materia de salario.
En primer lugar nos enfrentamos a un nuevo proceso de pérdida del poder adquisitivo del salario. En segundo lugar comienza un proceso de ajuste en los puestos de trabajo, tanto en la industria como en los servicios, producto de la caída en la demanda. Esta dinámica, genera para los trabajadores un doble disciplinamiento: el que surge de ganar menos en términos reales y el que surge del temor a perder el empleo.
Este articulo entonces, busca exponer algunos lineamientos del contexto actual; de la dinámica de la conflictividad ligada a despidos, procedimientos de crisis, suspensiones y deudas salariales; de las características de los despidos y suspensiones provincia por provincia; y finalmente exponer algunas preocupaciones en torno al impacto de los despidos masivos en la clase obrera.
Paritarias: negociar a perdida
Al estancamiento económico que vivimos desde finales de 2007, se le suma, en la actualidad, una profundización de la crisis que comienza a evidenciarse en 2012 y cuyo indicador más visible es la pérdida del salario real de los trabajadores registrados durante todo 2013.
Si bien la ronda paritaria 2014 aún no terminó, todo indica que los trabajadores nuevamente perderán poder adquisitivo de sus salarios. Esta pérdida, no obstante, se realiza en un contexto fuertemente conflictivo. Es decir, los trabajadores desplegaron diferentes mecanismos de presión para avanzar en una paritaria difícil y perder lo menos posible.
La caída del salario real se suma entonces a la recesión impactando sobre el consumo interno. Base del precario desarrollo industrial argentino. Así, bajar salarios, lejos de ajustar la economía y permitir mayor competitividad, en la estructura productiva local, genera una contracción de la demanda y complica aún más las cosas.
La situación de despidos masivos se complica al generarse en un contexto de estancamiento en la generación de empleo. Efectivamente, desde 2007 la creación de empleo en el sector privado se encuentra prácticamente detenida.
Los sectores más afectados refieren a la industria automotriz y a la administración pública. Se trata de la punta del iceberg, de dos sectores altamente sensibles a las oscilaciones económicas. En el primer caso estamos frente a un proceso que debe analizarse en el contexto regional. Efectivamente, la industria automotriz local se encuentra estrechamente ligada al desarrollo de esa industria en Brasil. La parálisis de la demanda afecta directamente al sector que por condiciones de producción no genera grandes volúmenes de stock. Con lo cual cualquier variación genera la necesidad de instrumentar suspensiones masivas de personal.
Por otro lado, se encuentra la administración pública, principalmente municipal o provincial que es incapaz de hacer frente al déficit generado y se deshace de la parte más precaria de su planta. Así, los temporales, o contratados, no logran renovar su vínculo laboral. Las cooperativas de trabajo, los falsos monotributistas, los trabajadores con contratos basura son los primeros en padecer el achicamiento público. Estos casos no se consideran como despidos porque se opera mediante la no renovación contractual, pero efectivamente se trata de cientos de trabajadores que pierden sus fuentes de trabajo.
Los problemas para acceder a información detallada vuelven, en este tema, a ser un obstáculo. Así a la falta de estadísticas oficiales sobre diferentes indicadores de la economía, se le suma la inexistencia de datos actualizados sobre despidos y suspensiones.
Es por ello que para reconstruir la situación actual apelamos a dos fuentes: por un lado el relevamiento de diarios provinciales para observar las formas que fue tomando la crisis en los lugares de trabajo, por otro lado, al análisis de las bases de conflicto del Observatorio del Derecho Social para describir las principales demandas de los trabajadores y cómo ellas se relacionan con la crisis.
Crecen los despidos
Los datos que construimos desde el ODS son contundentes para afirmar que las medidas de crisis son percibidas por los trabajadores como una situación alarmante. Durante el último trimestre de 2013 aumentó significativamente la conflictividad referida a la crisis. Asimismo, estas causas estuvieron presentes en la mayoría de los conflictos del primer trimestre de 2014. El 32% del total relevado (318 conflictos) manifestó al menos una situación vinculada a este motivo. Eso es, los trabajadores han desarrollado en estos últimos meses medidas de lucha defensivas de sus puestos de trabajo.
Este tipo de disputas se desarrolló principalmente en el sector privado y a nivel de las empresas, que registraron casi el 90% de los conflictos por situaciones de crisis.
Las deudas salariales seguidas por despidos masivos lideraron las demandas por situaciones de crisis. Este escenario se extendió en ocho provincias de todas las regiones. Las actividades donde que registraron las demandas por deudas fueron principalmente: radiofonía, telecomunicaciones, madera, cerámica, automotriz, carne, salud privada, rural, juegos de azar, recolección de residuos y seguridad privada.
Evolución de motivos de crisis en conflictos laborales
El gráfico n°1, muestra no sólo el crecimiento del conflicto por medidas de crisis en general sino también cómo se distribuyen internamente. Los 31 conflictos relacionados con despidos masivos se desarrollaron en diferentes localidades del país y en sectores variados de actividad como: transporte de mercancías, autopartes televisión, alimentación, prensa, electrodomésticos, construcción y laboratorios.
El crecimiento de los conflictos por deudas salariales y descuentos se presenta principalmente en el plano de la empresa. Se trata principalmente de atrasos por parte de las patronales para aplicar aumentos pactados o descuentos y disminuciones salariales decididas unilateralmente.
En todos los casos los conflictos fueron desarrollados por los representantes de los trabajadores en el lugar de trabajo y acompañados por sindicatos de base y seccionales.
Los despidos provincia por provincia
El gráfico presentado anteriormente nos brinda elementos sobre la evolución del conflicto por medidas de crisis y su morfología interna, sin embargo poco nos brinda acerca de la especificidad que toma esta problemática actual. A continuación se detalla la dinámica que asumió el proceso en cada una de las provincias.
Tierra del Fuego
En el polo industrial de Río Grande diversas empresas de terminales electrónicas aplicaron suspensiones y quite de horas extra. Fuentes gremiales informaron la finalización de contratos temporales a 4.000 trabajadores y los despidos de 1.000 tercerizados. Dentro de estos se encuentra el caso de las desvinculaciones de BGH que suman a más de 500 trabajadores.
Por su parte, los trabajadores petroleros del sector privado realizaron cortes y paro de actividades en el yacimiento “Chorrillos”, explotado por la empresa estadounidense Apache, para reclamar por la reincorporación de despedidos de la subcontratista Sodhexo y detener los despidos anunciados en Almar.
Santa Cruz
En la provincia de Santa Cruz, se registró el despido de aproximadamente 130 trabajadores (administrativos, manual de servicios y auxiliares de enfermería) del hospital Francés.
Córdoba
En la provincia se registraron despidos y suspensiones masivas en 6 empresas de la industria automotriz y en una frigorífica. La empresa Renault suspendió a 900 operarios, argumentando “falta de insumos de las áreas de soldadura, montaje y pintura”. En Fiat la suspensión afectó a 2.000 obreros y en IVECO suspendieron a 700 trabajadores por dos o tres días por semana.
Los despidos masivos del sector se registraron en Valeo, Rieter Automotive Argentina y Liggett donde los trabajadores realizaron una toma de establecimiento en repudio a la medida patronal. Por último, en el frigorífico Estancias del Sur los trabajadores realizaron un corte de ruta luego de que la patronal aplicara una suspensión de todo el personal por 60 días.
Santa fe
La crisis operó en empresas de electrodomésticos, frigoríficas, textiles, ceramistas y automotrices de la provincia. En efecto, la empresa Liliana despidió a 12 trabajadores, hecho que motivó a una huelga extendida en reclamo de su reinstalación y en denuncia por tratarse de delegados y activistas sindicales.
A estos despidos, se sumó la suspensión por 60 días en el frigorífico Hughes, la reducción de horas extras y suspensión de 2.700 empleados en General Motors, el cierre de la textil Plenit y el pedido de Repro (Programa de Recuperación Productiva) en las Cerámica Alberdi, Trail Track, Cerámica Fighieras, Cerámica Correa, Cerámica del Sur y Cerámica Arroyo Seco que iniciaron suspensiones y despidos en sus plantas.
Neuquén
En la ciudad de Neuquén, se registraron despidos y deudas salariales en una empresa constructora que cerró sus actividades dejando sin empleo a todo el personal y en distintas concesionarias que aplicaron 30 despidos. Además se produjeron caídas de contratos en el sector público en muchas municipalidades.
Misiones
En la capital y localidades cercanas, se dio a conocer el despido de trabajadores en el sector comercio de pequeños y medianos establecimiento. Ejemplo de ello es el supermercado de Apóstoles que amenazó con despedir a los trabajadores que luchan contra el cambio de razón social de la empresa.
Jujuy
En el ingenio La Esperanza, la empresa intentó aplicar 400 despidos encubiertos bajo la figura de “retiros voluntarios”.
Tucumán
La automotriz Scania continuó con la suspensión y despido de personal iniciada a fines de 2013. En consecuencia, los trabajadores realizaron paros y cortes de ruta.
Mendoza
Las empresas de transporte Tramat, Andesmar y El Rápido despidieron a trabajadores que fueron reinstalados producto de un paro de actividades del gremio.
Ciudad de Buenos Aires
La textil Boló cerró sus puertas dejando a 85 trabajadores sin empleo y adeudando salarios de 2013. En el Diario Perfil se registraron despidos anti-sindicales que afectaron a 13 y en los Laboratorios Menarini se despidió a la totalidad del personal por cierre. La empresa de comunicaciones Nextel despidió al 10% de los trabajadores de la compañía en Argentina.
Provincia de Buenos Aires
En el Buenos Aires se registraron despidos y suspensiones de personal en al menos ocho empresas: una en neumáticos, cinco automotrices, una metalurgia y una química.
En Fate se suspendió a más de 500 trabajadores y en Volkswagen se implementaron suspensiones por cuatro días y se inició un programa de jubilaciones anticipadas. Las suspensiones en Peugeot en Caseros afectaron a 300 trabajadores, en Jeppener a otros 50 y en Kronoberg 54 trabajadores fueron despidos. Por su parte, Peugeot-Citroën suprimió uno de los turnos de producción en una de sus plantas y suspendió a 1000 trabajadores.
También se registraron despidos encubiertos en Siderar luego de finalizar su contrato con una empresa tercerizadora de camioneros que dejó sin empleo a 18 trabajadores. Por último, la química ICONA aplicó despidos masivos y retiros voluntarios en un intento de vaciar la organización sindical de los trabajadores
Disciplinamiento y resistencias
Durante esta década, no hay dudas ya de las enormes ganancias que tuvo el capital en tierras locales. Las empresas ensancharon sus arcas incluso más allá de sus propias previsiones. Estas mismas que se enriquecieron durante más de 10 años, son las que ante la menor amenaza de caída de las ganancias ajustan sobre los trabajadores.
Este contexto se presenta adverso para los trabajadores. Las suspensiones constituyen un mecanismo muy potente de debilitamiento sindical. Efectivamente sacar a los trabajadores del establecimiento y “mandarlos a su casa” desarticula al colectivo posibilitando más adelante realizar despidos con menos consecuencias.
Los despidos, por su parte, actúan como presión para todos los trabajadores que se mantienen ocupados. El desempleo generalizado permite a las patronales avanzar sobre las condiciones de trabajo, salariales y no salariales. El mejor y más cercano ejemplo de ello es el proceso de flexibilización laboral orquestado y efectivizado durante los 90 que aún hoy no podemos desmantelar.
Frente a esto habrá que recordar lo aprendido: todos somos trabajadores, estemos dentro o fuera de la empresa. La solidaridad del colectivo es la mejor estrategia que la clase posee para resistir el ajuste. Las luchas de este trimestre así lo demuestran. Se trata de trabajadores luchando por sus condiciones de trabajo pero también por sus compañeros suspendidos o despedidos.
*Observatorio del Derecho Social
Artículo publicado en el Periódico Nº 102 de la CTA, correspondiente al mes de mayo de 2014