codicia3El pasado miércoles 21 de junio, Pablo Kleiman, abogado y coordinador del Equipo Jurídico de la CTA Capital, participó -a través de su columna de Derecho Laboral- de Estación Central (Radio Sur, FM 88.3), la propuesta radial de la CTA Capital. Kleiman hizo un análisis sobre el nuevo embate del Presidente de la Nación, Mauricio Macri, contra los trabajadores y los juicios laborales.

Audio de la entrevista

– ¿Cómo analisás los nuevos dichos de Mauricio Macri?

– Son nuevos viejos dichos, pero sí es un embate no tanto contra los abogados, que es como lo disfrazan, sino contra los trabajadores y sus posibilidades de reclamar.

– Estos nuevos ataques se dieron sobre todo después de la reunión con la UIA (Unión Industrial Argentina), esto es muy simbólico, no?

– A ver, primero, obviamente él es un empresario o viene del sector empresarial, por lo tanto está parado claramente de un lado del mostrador. Incluso en eso, a mi me parece que es bastante torpe cuando habla, porque dice cosas que no debiera decir como Presidente. Él dice que ‘hay que encontrar jueces que no estén siempre tratando de beneficiar a la parte trabajadora’. Cuando no es ‘beneficiar’, sino que hay una Ley, por lo tanto en todo caso habría que modificar la Ley de Contrato de Trabajo, que dice que cuando hay una duda sobre cómo resolver un Juicio, se resuelve en beneficio del trabajador, lo mismo que cuando hay una duda en caso de condenar a una persona o no, se resuelve en beneficio del imputado.

¿Por qué el derecho laboral se resuelve en beneficio del trabajador? Porque es el que cuenta con menos posibilidad de probar lo que está diciendo. ¿Por qué? Porque el empleador y el empleado no tienen una relación de pares ni de iguales. El empleador es una persona mucho más fuerte y dispone de todos los medios que se manejan en la empresa: libros contables, confección de documentación, etcétera. Entonces, obviamente está en una mejor posición para ocultar, no acompañar pruebas o modificar datos. Entonces, por eso la Ley en caso de duda habla de que hay que estar a favor del trabajador.

Ahora, incluso Macri dice ‘tenemos que buscar jueces que nos representen’, cuando los Jueces no son representantes del Poder Ejecutivo. El Poder Judicial es un poder independiente del Poder Ejecutivo y no tiene que representar a nadie, lo único que tiene que hacer es aplicar e interpretar la ley. No representa ningún interés, ni del Ejecutivo, ni de la oposición, ni de ningún partido; aplican e interpretan la ley.

Ahora Macri habla de ‘industria del Juicio y del curro de los abogados’ y menciona a ‘ciertos estudios de abogados‘, entre los cuales nombra a Recalde como cabeza de todo eso, y de ‘ciertos jueces’, que no dice quiénes son. O sea, es una acusación sin demasiados fundamentos.

Vale aclarar que los juicios políticos que ha iniciado el macrismo contra jueces laborales son porque han resuelto fallos que no les gustaba la resolución, como por ejemplo reincorporar a un trabajador en el AFSCA (Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual); por ejemplo, que se cumpla con un acuerdo paritario firmado entre bancarios y sus empleadores. Y el fundamento del pedido de juicio político es justamente decir que no están de acuerdo con el fallo, lo cual es otra barbaridad, porque uno tiene que pedir juicio político si el juez se aparta de la ley o si no se ajusta a derecho, no porque lo que resuelva no me gusta, porque para eso hay una apelación y para eso hay instancias para que otros jueces revisen lo que se resuelve.

Ahora, para hablar de mafias o de industria del juicio, habría que comprobar efectivamente que haya estudios de abogados que presentan demandas sin razón, en connivencia con jueces que fallan fallos no ajustados a derecho. Porque si no, si el tema es nada más que yo voy a reclamar horas extras, un despido, un accidente o lo que fuera y un juez me da la razón firmando una sentencia, es sencillamente gente reclamando derechos que le son negados en su empresa y que le son reconocidos en la Justicia. Eso es lo mismo que si a vos mañana te pisa un auto y vas a pedir una indemnización yo diga «la mafia de los que están reclamando por los accidentes de tránsito». No, sí existe el derecho y uno lo va a reclamar, porque se lo están negando, es nada más gente reclamando por sus derechos.

Más allá de todo esto, con Luis Campos, Director del Observatorio del Derecho Social de la CTA Nacional, hicimos un escrito cruzando cifras oficiales entre las que denuncia el INDEC de la Población Económicamente Activa; entre las que denuncia el Ministerio de Trabajo del Trabajo Parcialmente Registrado – lo que se llama en negro-; de lo que denuncia la Superintendencia de Riesgos de Trabajo en cuanto a enfermedades y accidentes; y la cantidad de juicios que se inician en la Justicia del Trabajo. De cruzar todos esos datos a nosotros la cuentan nos da que de cada 100 trabajadores que pueden reclamar, hacen reclamo judicial 6,8. O sea, tenemos 93 que no lo hacen.

La cuenta es muy difícil de explicar en poco tiempo, pero si buscan en internet ‘El curro de los abogados laboralistas, Luis Campos, Pablo Kleiman’ los va a llevar al artículo donde se fundamenta todo esto.

¿Por qué si nada más 7 de cada 100 trabajadores hacen juicio, se hace todo este embate contra los abogados y contra los trabajadores que hacen juicio principalmente? Porque no están de acuerdo con ninguna transferencia de recursos del sector empresarial al sector trabajador.

Vos pensá que si nada más hacen juicio 7 de 100, es sencillamente por varias razones. Primero por la fama que tienen los abogados, pero más allá de eso, porque muchos desconocen sus derechos y porque los juicios laborales demoran cuatro años. Entonces, la gente o no lo quiere hacer; o directamente arreglan en la instancia de reconciliación previa, que se arregla por decirlo mal y pronto por dos pesos, porque viene el empleador y te dice ‘bueno, mirá, a vos te corresponden 100, yo te ofrezco 15 en tres cuotas de 5. Te gusta bien; no te gusta, me hacés juicio, tarda 4 años, esperamos a ver si yo tengo algo dentro de 4 años, a ver si lo podés cobrar o colgás la sentencia en un cuadrito y no me ves nunca más’. Ante lo cual los trabajadores, entre el estado de necesidad que tienen porque acaban de perder su trabajo o porque acaban de sufrir un accidente, y los trabajadores no es que tienen ahorros en el banco como para seguir viviendo, y la amenaza de que van a desaparecer como empresarios, que esto no es tan real pero que sí asusta a un trabajador. Lo que sí es real es que los juicios demoran 4 años, si demoraran uno, muchísima más gente reclamaría y muchísima menos gente arreglaría por un porcentaje marginal de lo que realmente le corresponde. Pero eso significaría una transferencia de millones de pesos del sector empresarial a los trabajadores y eso es lo que ellos no se pueden permitir.

– Por todo esto se puede decir que lo que ellos dicen de la proliferación de juicios es una mentira.

tiempos-modernos– La cuenta surge de la Población Económicamente Activa, restándole los desocupados y de hacer una estimación de, por ejemplo, si yo tengo 12 millones de trabajadores y un 35% de trabajo en negro, ya tengo 4 millones de potenciales juicios -de gente que podría reclamar porque tiene su relación en negro-. Si le sumo el millón de infortunios que hay entre accidentes y enfermedades laborales al año, ya tengo 5 millones. Si le sumo cerca de un millón más por diferentes otros tipos de reclamos, que pueden ser incumplimientos de convenio, falta de pago de horas extras, sanciones mal dispuestas a los empleados, no otorgamiento de licencias; mil cuestiones que puede haber y que son muy difíciles de estimar, tenés 6 millones. En la Justicia Nacional del Trabajo, se inician 100 mil causas al año; en la Provincia de Buenos Aires, se inician por juzgados laborales 70 mil más. En la Capital Federal y en la Provincia de Buenos Aires vive el 46 por ciento de la población. La cuenta bien hecha está en el artículo que te comentaba.

Y más allá, si reclamaran los 3 millones que tienen derecho, y lo demuestran en el juicio y lo ganan, es gente que está reclamando sus derechos, que están en leyes y que se lo están otorgando porque en sus trabajos se los están negando injustificadamente. Así reclamen 6 millones, no sería industria del juicio, sería cada trabajador individual reclamando lo que por derecho le corresponde y se lo niegan.

Vos, para decir industria del juicio, mafia, curro, lo que quieras, me tenés que demostrar que yo estoy inventando que a este trabajador lo despidieron, cuando no lo despidieron; o que se accidentó, cuando no se accidentó; que no lo probé; y que el Juez sin prueba suficiente está condenando a la empresa porque tiene un acuerdo conmigo. Eso es industria del juicio, lo otro es sistema legal, que bastante mal funciona.

– Y de ninguna manera esto evitaría contratar gente, como quieren decir los empresarios.

– En los ’90, cuando fueron todas las leyes de flexibilización laboral, también era el mismo discurso, que los empleadores no contrataban porque supuestamente era muy cara la mano de obra -siempre cuando las cuentas no dan, la variable para ajustar es el trabajador-. Y salieron muchas leyes flexibilizadoras que establecían diferentes tipos de contratos, por los cuales se podía despedir dentro del año, dos años, tres años, sin pagar indemnización y dentro de los cuales las cargas sociales las pagaba el 50% y a veces el 100, el Estado. Entonces, eso supuestamente iba a traer más trabajo, pero lo que sucedió en realidad es que las empresas que tenían trabajadores despedían a los trabajadores que tenían, y contrataban gente con estas nuevas modalidades. Entonces, no había más trabajo, había una rotación, entre los cuales se iban trabajadores con más derechos y contrataban trabajadores con menos derechos.

Fue en ese momento, en el 94, cuando se crea la Ley de Conciliación Laboral Obligatoria, que básicamente es un ámbito administrativo que le permite a las empresas despedir barato. Casualmente surge en ese momento en que había que despedir un montón de trabajadores con derechos para tomar trabajadores sin derechos, aparece una instancia anterior a ir a Tribunales, que hace que el despido se abarate en cifras siderales.

 

 

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *