Estamos a días de las elecciones y, como todas, ésta también tiene un carácter singular. Esta singularidad y las diferentes perspectivas políticas que debaten en el Movimiento Popular hacen que la caracterización del momento electoral sea polémica y como tal implican diferentes comportamientos frente a las elecciones del próximo domingo.
Por Jorge Cardelli, Secretario de Cultura de la CTA
Intentando mirar las cosas desde una perspectiva popular, democrática y en busca de un sentido de unidad, creo que es posible que el próximo domingo 25 de octubre tengamos una dirección política unitaria no votando a los candidatos presidenciales del ajuste.
Esto se puede hacer de muchas formas y de ninguna manera significa no ser protagónicos en el proceso electoral. Es serlo de una manera concreta, poniendo en cuestión las propuestas con posibilidades reales de llegar a la Presidencia de la Nación, señalando su compromiso con un ajuste poselectoral.
No debemos olvidar que las elecciones son un momento político de la lucha entre las fuerzas populares y las fuerzas comprometidas con la dependencia y el imperialismo. Hoy la organización popular está en una situación difícil, en un momento de crisis derivada de la derrota sufrida por los doce años de políticas kirchneristas. Es claro que también el proyecto del kirchnerismo está en crisis, lo que no significa que no continúe después de un necesario ajuste.
Esta crisis está en el marco de la crisis del capitalismo en su etapa imperialista y de sus crecientes confrontaciones internas. Las propuestas alternativas del Macrismo y del Massismo plantean continuar con la dependencia, aunque también haciendo un ajuste y encaminándose hacia otras alternativas de integración en el mercado mundial.
La perspectiva poselectoral que nos espera, en tanto nos pensemos como parte del Movimiento Popular, es la de confrontar con una política de ajuste cuyo objetivo es continuar y profundizar el desarrollo dependiente. En este sentido me parece importante que la tendencia del voto electoral exprese con la mayor fuerza posible una oposición al ajuste por venir.
Desde esta mirada política, y a mi entender, tanto las opciones del voto “gorila de Macri y Massa” como las del “mal menor de Scioli” están en el marco de la continuidad del ajuste.
Finalmente me parece importante señalar que el acto de votar no es una actitud individual aislada, sino una acción colectiva y como tal debería estar abierta a las posibilidades del más amplio debate. Es claro que no es ésta la intención de las clases dominantes. Para ellas es un procedimiento en el que se elije la dirección del Poder Estado y ante esto, su resultado final debe ser una garantía de continuidad de la dependencia y de fidelidad al imperialismo como expresión del capitalismo mundial.
Por ello toda la estructura del proceso electoral está hecha para que nunca una fuerza popular, democrática y por la liberación nacional y social llegue al Poder del Estado. Esto solo se revierte cuando los procesos electorales están acompañados de una inmensa movilización popular.
El secreto del voto es solo un arma de defensa contra la coerción de los diferentes aparatos políticos, sociales e ideológicos de las clases dominantes, que históricamente han practicado y practican. Por ello es una conquista popular.
Creo que los que tenemos posibilidades, por diferentes y múltiples razones, de votar con cierta libertad, debemos promover el debate de las orientaciones del voto, haciendo visible todos sus significados.
El domingo es para todos, seamos o no parte de una fuerza política que protagoniza las elecciones, un día de lucha.