fuentealbaEl 4 de abril se cumplen 7 años del asesinato del docente neuquino Carlos Fuentealba. En un comunicado, Suteba Quilmes rinde su homenaje.

En el 2007 la lucha docente de Neuquén conmovía el país, con el no inicio de clases.

Por esos días, Carlos Fuentealba había discutido que no era conveniente ir a Arroyito a cortar la ruta, por ser un paraje solitario sin pobladores, porque si había represión era más conveniente refugiarse en un pueblo, amparados por la comunidad que estaba apoyando la lucha. Sin embargo, esa posición, perdió la votación. Fiel a lo que siempre hizo, en una verdadera muestra de democracia sindical, acató la decisión de la asamblea y fue al corte.

Los gases y las balas llegaron a la concentración. Muchos fueron heridos. Los compañeros empezaron a subirse a los autos y a irse como podían… La orden había sido clara: la lucha debía ser aniquilada… El auto en el que iba Carlos fue identificado. Los compañeros que iban allí dicen haber quedado casi sordos por el estruendo del disparo, pese a lo cual inmediatamente lo sacaron del auto, para intentar asistirlo. Así, uno de ellos vio la cara del asesino, lo que facilitó la identificación de Poblete. Él fue juzgado… aún queda pendiente el juicio a Sobisch, y demás responsables políticos e ideológicos.

Lograron golpear la lucha, ¡y de qué manera! Pero no detenerla… Tras el fusilamiento de Fuentealba por parte de las fuerzas de seguridad que responden al poder, la lucha por justicia y contra la impunidad, no cesó. Como tampoco cesa la lucha por condiciones de vida digna y salario igual a la canasta familiar. Apenas conocida la noticia su muerte, Rafael Amor escribió el poema que compartimos hoy, como lo hicimos entonces…

Este viernes, cuatro de abril, te invitamos a proponer en tu escuela que, a modo de homenaje, el saludo de la mañana se haga con esta canción…

Fuentalba, fuenteovejuna

Fuentealba, Fuenteovejuna, ante la impunidad todos a una.

Con la muerte en la nuca cayó el maestro, armado hasta los dientes… de abecedario, de razones de pobre siempre olvidado, armado de esperanzas para ir luchando.

Fuentealba, Fuenteovejuna…

Con su filo de escarcha y por la espalda, un puñal traicionero de sombra helada, paralizó el latido de Fuentealba. Con nombre y apellidos la muerte mata.

Fuentealba, Fuenteovejuna…

vuelve más anchas, corre a mares la sangre de los que marchan, pero crecen las voces duras y airadas y avanzan a pie firme por el mañana con Teresa Rodriguez y Fuentealba. Fuentealba, Fuenteovejuna…

Rafael Amor

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