Entrevista a Gabriel Martínez, secretario de Organización de la FeTERA-CTA sobre los anuncios recientemente realizados por el gobierno Nacional de quita de subsidios en el gas y el agua. Además, Gabriel Martínez analiza la unidad de acción en el próximo paro que la CTA y la CGT realizaran en conjunto y, también, las expectativas previas al Congreso Nacional de la CTA.
-¿Qué opinión te merece los anuncios de quita de subsidios anunciados por el Gobierno Nacional?
Lo que dijo el ministro de Economía, Axel Kicillof, pareció que fue una modificación en la política de precios finales en los servicios de agua y gas, pero en realidad lo que está sucediendo es que se traslada la responsabilidad del pago del valor del servicio público al usuario, cuando antes parte de ese pago lo realizaba el Estado. La pregunta que siempre intentamos hacernos y que también intentamos que el conjunto de la sociedad se haga, tiene que ver con cuál es el costo real del servicio publico, por qué hay una políticas de subsidios y por qué cuando se eliminan o modifican las políticas de subsidios aparecen tarifas elevadas. Nosotros consideramos que los servicios públicos tienen como problema inicial garantizar una tasa de ganancias para las empresas privatizadas que es excesivamente elevada.
En materia de gas, en estos momentos se está importando gas desde Bolivia y se está pagando el precio internacional por esa importación de gas, que después se distribuye desde las plantas gasificadoras de Bahía Blanca o Campana. La Argentina llegó a esta situación de tener que importar gas, después de haber exportado durante años, a partir de las privatizaciones y las concesiones realizadas principalmente a Repsol. Lo que tuvo Argentina en realidad fue una pésima política de exportación de gas, que terminó perjudicando seriamente las reservas. Repsol no respetó ningún contrato porque no invirtió en la recuperación de reservas, entre otros incumplimientos de la empresa española. Repsol comenzó su concesión con 17 años de reservas y tuvo que haber entregado al finalizar su gestión con 17 años de reservas. Así se maneja este tema en la industria de los hidrocarburos. Pero no pasó eso. Lo que hubo fue un vaciamiento tremendo. Esto obligo a la importación de gas pagado a precio internacional y ese precio no puede ser sostenido por el Estado nacional porque no tiene recursos para sostenerlo y todo ese valor se traslada a usuario.
-¿Pero le vamos a pagar a Repsol una recompensación por la expropiación del 51% de las acciones?
Claro, en estos días se esta aprobando en el Congreso una recompensación por 5.000 millones de dólares a favor de Repsol por la expropiación del 51% de YPF que, evidentemente, no toma en cuenta el vaciamiento que produjo Repsol sobre YPF. Además, hay que decir que se perjudicó doblemente a los argentinos; primero, porque nos quedamos sin gas por el vaciamiento y, segundo, porque le tenemos que pagar 5.000 millones de dólares más fuertes intereses. Además, hoy tenemos que pagar el gas a precio internacional que ya no puede cubrir el Estado y que se lo traslada al usuario. Por lo tanto, el tema de la reducción de subsidios en gas y agua es, en realidad, un blanqueo de una mala política que no puede ser sostenida por el Estado y que vamos a pagarlo sobre todo los trabajadores.
-También está en la agenda el tema de las tarifas y subsidios en la electricidad.
El tema de la electricidad es un tema que se desprende de todo esto y seguramente sea anunciado en poco tiempo. Hay que tener en cuenta que el 60% de la producción eléctrica del país se hace mediante el sistema térmico, que consume gas y diesel para generar energía eléctrica. Después tenemos los equipos de turbo gas, que son más pequeños, junto con los equipos de la “energía delibery”, que todos consumen energía derivada de hidrocarburos para poder generar electricidad. Todos estos sistemas de producción de energía eléctrica evidentemente van a aumentar sus costos. La discusión que nosotros planteamos, cuando analizamos todo el proceso de valor del servicio publico, es que la Argentina esta en condiciones de trabajar con costo propio. La presencia de los grupos multinacionales, de empresas extranjeras, del actor privado es la que obliga a garantizar una tasa de ganancia al intermediario que tiene la concesión y que esta extrayendo el hidrocarburo del subsuelo. Cuando YPF era estatal el hidrocarburo no se vendía en el mercado interno a precio internacional. En realidad, lo que se hacia era elaborar los costos locales de extracción y en función de eso se vendían desde combustibles hasta la electricidad, pasando por las diversas aplicaciones que tenían los hidrocarburos en la producción del país.
-¿Y entonces cómo entender este proceso?
Nosotros creemos que lo que se está haciendo no es una modificación de la política, sino que es un traslado de responsabilidades económicas desde el Estado hacia los usuarios pero sin modificar la política que, en el fondo, es la de garantizar la tasa de ganancia de los grupos petroleros.
– Saliendo del tema de los subsidios y la política hidrocarburíferas ¿la CTA y la CGT acaban de anunciar un paro; que opinión te merece?
Este paro es parte de la evolución de las distintas medidas de fuerza que se han tomado anteriormente y que fueron llevando adelante esta unidad de acción. Ahora se suman nuevos actores por diversos motivos. Los trabajadores no hemos visto resuelto los problemas fundamentales de nuestras organizaciones sindicales, en el marco de la CTA, que nos obligaron a salir a la calle y que son: la eliminación del impuesto a los salarios, el reclamo por el 82% móvil en las jubilaciones, que el salario mínimo, vital y móvil esté relacionado con una canasta básica de alimentos y la aplicación del salario mínimo a las escalas salariales iniciales en este país. Porque tenemos un salario mínimo, pero resulta que hay jubilaciones que están por debajo del mínimo. Tenemos también trabajadores que cobran por debajo de ese salario mínimo. Además, no hay relación entre el salario mínimo con el derecho a alimentarse, el derecho a la salud, a vestirse, el derecho a tener una vida digna. Entonces, las condiciones objetivas para ir a un paro están.
-El marco de todo es la “unidad de acción”.
El tema de la unidad de acción implica que diversos actores de distintos orígenes sindicales se van sumando a lo largo del tiempo para convertir esto en una acción muy importante. El gobierno va a salir a decir que todo esto es político y esta relacionado con las elecciones de 2015 o con los movimientos de los espacios políticos en las próximas elecciones. La verdad es que debe haber intereses cruzados con respecto a esto, pero los trabajadores tenemos necesidades que no han sido satisfechas por el gobierno y necesitamos llamar la atención y juntar fuerzas para revertir la relación de fuerzas.
-En pocos días se va a realizar el Congreso de la CTA, ¿qué expectativas hay en la FeTERA?
FeTERA va a estar presente, por supuesto, en el Congreso de la CTA con la participación de las distintas regionales que tenemos en todo el país. La expectativa que tenemos desde la FeTERA es de total alegría porque este Congreso marca no solamente la continuidad política y el deseo de crecimiento de la CTA, sino que además va a encontrar este congreso con un padrón de afiliados que supera en estos momentos al que teníamos al momento de la división de la central. Es decir, la CTA ha crecido a pesar de los intentos por tratar de menguar su crecimiento, tratar de dividir el padrón, etc.
Nosotros vamos al próximo congreso no sólo con la discusión política sobre la crisis de la realidad, sino que vamos con la voluntad concreta de convocar a elecciones, elegir autoridades y renovar las conducciones en todo el país y, también, continuar con las construcciones. El Ministerio de Trabajo intenta frenar estas construcciones interviniendo sobre la central. Nosotros, más allá de los deseos del Estado, como hicimos una vez con el FRENAPO ahora lo vamos a hacer con nuestra propia CTA: nos vamos a autoconvocar en elecciones y vamos a llevar adelante el proceso electoral de todos los afiliados sin la tutela de un Ministerio que elige autoridades por encima de nuestra voluntad.