Relato en primera persona de la caótica situación de la escuela pública en la Ciudad de Buenos Aires.
Consultada sobre la situación de la Educación en la Ciudad y las particularidades que se dan a raíz de un contexto marcado por la pandemia de Covid 19, el crecimiento exponencial de casos en la región AMBA y la decisión del Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodriguez Larreta, de desobedecer lo que ordena el DNU presidencial 241/2021, Margarita Contarelli, directora de un colegio primario en el barrio de Once, educadora popular en Bachillerato Popular “Salvador Herrera” en el barrio Piedra Buena de Lugano y Vocal de la CTAA Capital, fue elocuente: “los protocolos sanitarios no se pueden cumplir en los colegios”.
La razón de ello, asegura, “son las condiciones de los diferentes edificios que no en todos los casos han tenido las obras ni el mantenimiento necesario; a lo que se suma que durante el 2020 no se ha hecho remodelación alguna que permita contar con la totalidad de las aulas y los espacios para garantizar la ventilación cruzada y demás requisitos. En cambio tenemos espacios muy lejanos de ser acogedores, habitables o sanos, con aulas conteiner, paredes de durlok o ventanas que dan a pasillos, mientras desde el Gobierno porteño han llegado a decir que construyeron escuelas”.
Para Contarelli, son los maestros y maestras, profesores, profesoras y auxiliares a quienes su vocación y amorosidad puja por estar permanentemente en contacto con chicos y chicas, con los jóvenes y adultos de los bachilleratos populares que después de una jornada de trabajo van a estudiar. “Pero hoy –reflexiona ella- urge pensar cuáles son además estás condiciones pedagógicas y sanitarias para realmente poder aprender, apremiados por la falta de recursos en general y la falta de computadoras y conectividad en particular, que expone a los grupos de mayor vulnerabilidad”.
Y en ese sentido afirmó que “en todas las escuelas más o menos hemos tenido que suspender la asistencia por los casos de contagio y por la gran cantidad de familias que empezaron a llamar y a enviar notas porque ya no quieren mandar a sus hijos e hijas porque sienten que hay un verdadero riesgo. Por eso hacemos un llamado a nuestra Ministra de Educación, Soledad Acuña, al Jefe de Gobierno Porteño, Horario Rodríguez Larreta, y les preguntamos: ¿Podrán entender por una vez y conjugar el verbo cuidarnos? Nosotros entrañablemente queremos ver a los chicos y chicas en las escuelas, pero es tremendo ver a la muerte matando cerca y no ver en quienes debieran ser nuestro sostén, mover un músculo ante tanto dolor. Yo cuido, vos cuidas pero ella y él ¿Nos cuidan?”En tanto, desde el Gobierno que hoy niega los contagios y el peligro, se han enviado encuestas a las familias consultando sobre los protocolos y su cumplimiento, al tiempo que se elaboran todo tipo de planes sin tener en cuenta las particularidades de cada escuela. “Sin pensar siquiera o hasta inclusive ocultando – agrega Contarelli- que para llegar los chicos a las aulas están involucradas alrededor de un millón de personas que usan el transporte público, ya que muchos de nuestros docentes y alumnos vienen de provincia por distintas razones, y ni hablar de los profesores y profesoras que tienen que ir de una escuela a la otra”.
En cuanto al presupuesto y los recursos con que cuenta el sistema educativo, Margarita es tajante: “Dice el Jefe de Gobierno que le importa la educación pero el 40% del presupuesto se ha recortado en el ítem de inversión en arreglos y forma parte de la baja generalizada en la inversión en Educación. La estigmatización y las condiciones paupérrimas de trabajo han derivado en la falta de docentes. Sigue sin haber servicio técnico para las computadoras que están rotas y no se entregaron nuevas, ni se garantizó la conectividad. Se siguen intentando utilizar plataformas que fueron carísimas para las cuales no tuvimos capacitación. Y por si fuera poco el subsidio a las escuelas privadas se lleva una parte cada vez más importante de ese presupuesto y las escuelas públicas padecemos esta falta”.