WhatsApp Image 2017-09-25 at 15.07.40El miércoles 4 de octubre desde las 11 horas tendrá lugar el Congreso de Pibas y Pibes en Plaza de Mayo. Chicos y chicas de distintas edades y de diversos lugares del país se encontrarán como parte de un proceso de participación y protagonismo de construcción de las organizaciones que vienen recorriendo territorios y debates sobre la Niñez. Los pibes y las pibas tomarán decisiones genuinas y directas sobre las realidades de sus barrios a través del diálogo, la asamblea y el encuentro con otros y otras. A las 14 horas partiremos con el abrazo de organizaciones sociales y sindicales para culminar frente a las puertas del Congreso Nacional entregando y expresando en el espacio público las conclusiones de este Primer Congreso.

En este contexto tan hostil de ajustes, recortes y represión reafirmamos que nuestros pibes y pibas están en peligro. La criminalización no puede ser una respuesta para la niñez y adolescencia que demanda, ni para la que es vulnerada en sus derechos. Es urgente poner en agenda cuál es la situación de la Niñez en la Argentina porque tenemos la responsabilidad de asumir, demandar y construir la protección de las chicas y chicos. Nos urge desarmar la representación que muestra como una amenaza social a los pibes de barriadas postergadas, a los que no pueden terminar la escuela, a los que no encuentran empleo y a los que son víctimas de la violencia policial y delincuencial.

Debemos hacer visible que las pibas también son mano de obra barata y cuerpos disponibles en esos territorios liberados. Hacerlos culpables es una estrategia para evadir responsabilidades. No podemos aceptar que se discuta el castigo pero no se propongan políticas públicas de seguridad y protección para nuestros pibes y pibas y que se avance en el debilitamiento y vaciamiento de políticas sociales en áreas de niñez, educación y salud. En tiempos de campañas electorales no aparecen propuestas de políticas públicas que promocionen derechos. Los pibes y pibas lejos de ser las y los protagonistas de las propuestas de políticas públicas que aporten a la dignidad de su cotidiano son perseguidos y estigmatizados. Con el objetivo de disputar estos sentidos y dar cuenta de las construcciones colectivas y cotidiana de vida digna ¡las organizaciones seguimos en las calles! Vamos con los pibes y pibas al frente reflexionando sobre sus problemáticas y soñando nuevos futuros posibles.

LOS DATOS DE LA NIÑEZ

Según datos del INDEC sobre el segundo semestre del 2016 la mitad de los chicos y las chicas del país son pobres, porque viven en hogares cuyos ingresos son insuficientes para adquirir la canasta básica de alimentos y servicios. De todos ellos, 1,3 millones, el 10,8% de la población de menores de edad, crecen en la pobreza extrema, en sus casas no llegan a garantizarles ni la canasta básica de alimentos. Unicef asegura que el 47,7% de los chicos y chicas de hasta 17 años, es decir, unos 5,6 millones, viven en la pobreza en la Argentina.

LOS QUE MÁS SUFREN LA POBREZA SON LOS PIBES Y LAS PIBAS

En el grupo de adolescentes que tienen entre 13 y 17 años, el índice de pobreza sube hasta el 51%, mientras que en los hogares en los que los padres están desocupados, se dispara hasta el 84,8%.

LA DESIGUALDAD QUE SE PROFUNDIZA

La pobreza infantil aumenta al 55,3% cuando es la madre la que aporta el ingreso, y alcanza el 72,5% si los padres recibieron menos de seis años de educación. La contracara de esto señala que cuando el jefe de hogar tiene un trabajo formal o más de doce años de educación, la pobreza es cuatro veces menor.

LA POBREZA COMO DESTINO

Los hogares jóvenes, con dificultades para la inserción laboral y un nivel educativo bajo, son los más vulnerables.

De acuerdo con el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA (2010-2016) en la Argentina, casi seis de cada diez chicos menores de 18 años son pobres. Hablamos de 7,6 millones de niños/as, prácticamente el 59%, no cubre las necesidades básicas como alimentación adecuada, vivienda, educación y asistencia médica.

Los números más preocupantes corresponden a los indicadores que miden el acceso a la vivienda y a la salud, donde las privaciones llegan al 25,2% y 22,7%, respectivamente. Luego aparecen las carencias en acceso a la información, un 18,8% y en saneamiento, que marcan un 17,8%.

En 2015, el 25,8% de la población no había realizado una visita al médico en los últimos 12 meses (10,9% en el grupo de edad de 0-4 años, 26,1% en el grupo de 5-12 años, y 39% en el de 13-17 años).

Si pensamos en el impacto ambiental del modelo de desarrollo de la Argentina, avance sojero y extractivismos, también encontramos a los chicos y chicas vulnerados en sus derechos. Vale de ejemplo la realidad que cientos de niños/as viven en los pueblos fumigados. Según datos de la Red de Médicos de Pueblos Fumigados, el cáncer es la primera causa de muerte en las zonas agrícolas de la Argentina. Y allí mismo los nacimientos de niños/as con malformaciones crece exponencialmente. Por ejemplo, la media nacional es 1,6 por ciento cada mil niños/as nacidos; en Río Cuarto, Córdoba, es de 4 por ciento.

BRECHAS DE DESIGUALDAD

El 22,1% de los niños/as y adolescentes en la Argentina urbana comparte cama o colchón para dormir. Al 42,5% de los chicos y chicas menor de 13 años en 2016 nadie le leyó o contó jamás un cuento, lo que afecta fuertemente las trayectorias escolares y profundiza las brechas de desigualdad social regresivas para los niños/as más pobres. La proporción de niños/as menores de 13 años que no tienen libros adecuados para su edad se ha mantenido en torno a un 38%.

En 2016 aún 59,5% de la infancia no realiza actividades físicas o deportivas extra-escolares.

En el caso de la participación en actividades extraescolares artísticas o culturales el déficit alcanza al 87,5% de la infancia y adolescencia urbana. La proporción de niños/as entre 5 y 12 años que no asisten a colonias de vacaciones de verano se mantiene en torno al 87,6%.

ADOLESCENTES

El informe sobre educación, salud y derechos humanos de los adolescentes entre 10 y 18 años realizado por Unicef a partir de datos oficiales resalta que la mitad de los adolescentes en la Argentina es pobre.

Un 50% de chicos y chicas no logran terminar la escuela secundaria. Son 500.000 chicos y chicas que están fuera de la escuela secundaria.

DESEMPLEO

A nivel nacional, los jóvenes con problemas de inserción laboral alcanzan el 53,9 suman 2.848.000 personas. El desempleo juvenil es casi tres veces superior a la tasa general. Seis de cada 10 jóvenes ocupados se desempeñan en un empleo precarizado. Generalmente sin ningún tipo de aportes ni obra social. Son 860 mil jóvenes en el país de 18 a 24 años que no estudian, no trabajan ni se sienten alentados a buscar trabajo.

VIOLENCIA

El suicidio es un tema preocupante: en 2015 murieron 3500 chicos y, de suicidio, 438. Es un crecimiento exponencial respecto del ’90. Detrás de los suicidios hay intentos que no se han logrado, depresiones y malestar.

Según detalla el informe del Observatorio Social Legislativo de la provincia de Buenos Aires alrededor del 60% de las muertes de varones adolescentes, son muertes por causas externas (accidentes o situaciones de violencia incluyendo la violencia estatal).

De los 290 femicidios registrados en 2016, el 48,2% fueron niñas y adolescentes. Los padres figuran como agresores en los primeros años, y las parejas después de los 16. Los datos surgen del Observatorio de Femicidios Adriana Zambrano y del Consejo Nacional de la Mujer.

Se estima, dada la ausencia de cifras oficiales, que una de cada 5 chicas y uno de cada 13 chicos sufre abuso sexual.

VIOLENCIA POLICIAL

Durante el 2016 la violencia policial arrojó una saldo mínimo de 109 muertos. El 20 por ciento eran niños/as o adolescentes según los datos de la Comisión Provincial por la Memoria.

MATERNIDADES ADOLESCENTES NO PLANIFICADAS

En la Argentina, cada tres horas una nena de entre 10 y 14 años se convierte en madre. Nacen anualmente entre 2800 y 3200 niños de madres menores de 15 años.

La maternidad a edades tan tempranas impacta en la educación de las mujeres: el 95% de las chicas de 14 años que no son madres asiste a un establecimiento educativo, en tanto sólo el 66% de las que sí lo son permanece en la escuela. A los 19 años, el nivel de asistencia varía del 21 al 59% entre las no madres y madres respectivamente. Vale aclarar que una parte considerable de las madres menores de 15 años ya estaba fuera de la escuela al momento de quedar embarazadas.

LA DEUDA: UNA NIÑEZ DIGNA

Existen una serie de garantías indispensables para tener una vida digna. Esas garantías después de demandas y luchas fueron adoptadas por el marco jurídico nacional o internacional y eso las convierten en obligaciones para los Estados que deben generar los mecanismos que permitan el acceso de los ciudadanos al pleno ejercicio de los derechos sociales pero en nuestro país más de la mitad de los niños/as son pobres.

Privaciones económicas, sociales, políticas, psicosociales y culturales que recortan y frustran la posibilidad de una vida digna para nuestros pibes y pibas.

Las políticas de ajuste, apertura externa y recesión del mercado interno agravan las condiciones de empleo, trabajo e ingresos. Los sectores informales, cooperativas y micro emprendimientos de la economía popular son los más golpeados volviéndose los nuevos pobres.

En los congresos regionales pudimos poner en palabras cotidianas y compartidas entre educadores/as y pibes/as esos datos de niñez que en los territorios que habitamos se hacen carne, alma y lágrimas muchas veces.

En nuestro país más de la mitad de los niños/as son pobres

Por eso hablamos de seguridad alimentaria que es el acceso por parte del hogar a una alimentación suficiente y rica en nutrientes que evite el hambre y la malnutrición. Pensamos en el Estado ausente en la infraestructura de los barrios pobres y de la falta de acceso a servicios básicos porque miles de chicos y chicas de nuestro país viven sin agua potable, con cloacas precarias, en zonas donde no hay recolección de basura regular. Con instalaciones de luz peligrosas, en barriadas con calles sinuosas que se inundan y que dificultan el acceso.

Hablamos de la escuela que queremos, la que tenemos y de los barrios en los que ni siquiera hay escuela. Y muchas pibas dijeron que les toca cuidar a los más chicos porque no hay jardines y que eso genera desigualdad también en la escuela. Mapeamos si hay o no servicios de salud cercanos que pueda atender emergencias y promocionar la salud y la prevención de riesgos.

Debatimos sobre la necesidad de tener un lugar donde vivir y sobre la idea de una vivienda digna, segura en condiciones y espacios adecuados para el refugio, el descanso y la convivencia. Y nos quedó claro que sin trabajo para las familias no hay casa digna, ni comida suficiente.

Los pibes y las pibas mencionaron muchas veces que necesitan que los cuiden, que se generen oportunidades de empleo, de proyectos que los contengan para no sentirse tan solos. También mapearon la violencia adentro de casa y en el barrio la violencia transa y la policial. Y hablaron de todo lo que no quieren y no les gusta del barrio y de lo que no hay y están exigiendo. Hablaron de consumo y narco como parte de la vida cotidiana del barrio que los persigue y que muchos pibes y pibas quedan atrapados en esa.

Un Estado ausente en derechos y presente en políticas de control social, por eso muchas veces aunque no hay escuela hay fuerzas de seguridad que manejan los territorios en los que la percepción general es de incremento de las violencias. En los barrios esta trama compleja entre bandas y fuerzas regula la vida y captura a los pibes y las pibas más vulnerables como mano de obra.

Y en asamblea donde circula la palabra y el mate va de mano en mano también pudimos reconocer y celebrar lo que fuimos creando desde las organizaciones, espacios bellos en contextos difíciles. Valoramos cómo crecimos, cuántas veces pudimos estar en la calle haciendo que nos vean.

Acordamos que este proceso no se hace desde la soledad sino que son experiencias colectivas de construcción para ocupar los territorios con alegre rebeldía y esperanza organizada.

Las organizaciones de niñez estamos exigiendo una vida digna para los pibes y las pibas de nuestro país. No somos peligrosos estamos en peligro y por eso nos organizamos, decididos a que el futuro no será sin nosotrxs. Y no estamos solxs!

CON TERNURA VENCEREMOS!!

Septiembre 2017 – Niñez y Territorio

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