Nunca será suficiente repetir que la jubilación no es sólo un asunto de los jubilados, sino uno de los importantes problemas, que quienes están empleados deben tener como prioritario a encarar. Tampoco que la jubilación no debe ser entendida simplemente como un ahorro de los trabajadores formales para asegurar su porvenir, sino como la protección solidaria del conjunto de la sociedad -en particular a través de impuestos y aportes de los que más tienen- para todos sus adultos mayores. De aquí que, no viene mal reiterar nuestro rechazo a toda iniciativa que pudiera haber, de sustituir o complementar el reparto solidario por cualquier sistema basado en el ahorro individual.
* Por Secretaría de Previsión Social CTAA Capital
El sueldo de los jubilados se vio deteriorado en los cuatro años de gobierno neoliberal en más de un 20% en pesos y casi un 65% en dólares. En diciembre de 2019, exhibiendo una evidente confusión entre la intención de bloquear los mecanismo de indexación de la economía y lo que es el derecho constitucional a la movilidad del salario, el gobierno actual derogó la última fórmula de movilidad, ese mal sistema que nos legó el macrismo pero que, justo iba a compensar en el primer cuatrimestre de 2020, en parte la pérdida de estos años.
Ahora, el rumbo parecería empezar a corregirse y desde el 20 de mayo ha comenzado a funcionar una Comisión Bicameral Mixta de Movilidad Previsional presidida por el Diputado Marcelo Casaretto, con el objetivo de proponer antes de fin de año una nueva fórmula de movilidad. Esta Comisión ha convocado regularmente a miembros de la sociedad civil para que expongan su opinión.
Como jubilados de CTAA Capital, reclamamos nuestro derecho de participar y aportar en estas discusiones, es decir que queremos decidir sobre nuestro propio futuro.
Sabemos que no basta discutir sobre la movilidad de sueldos de miseria ni hablar de «sustentabilidad», cuando de lo que se trata son de derechos y de voluntad política. Hemos escuchado voces que hablan de la «quiebra» del sistema, al mejor estilo neoliberal, como si se pudiera hablar de la «quiebra» de la salud pública o de la educación pública por ejemplo. Aquí de lo que se trata es de si se sostiene la seguridad social en la Argentina, o no.
Además de la movilidad, es imprescindible recomponer el Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS), urge sanear la pirámide de ingresos y esto es posible como lo hemos expresado en documentos anteriores. Hemos mostrado con todos los números, como
– Restituyendo los aportes patronales (del 16% al 33%, que fueran rebajados por Menem), para las empresas con más de 40 empleados
– Aumentando la alícuota de Bienes Personales en un 0,75% a las fortunas de más de un millón de dólares
– Poniendo «en blanco» a un 70% de los trabajadores hoy precarizados
se podía poner el sueldo de todos y cada uno de los jubilados, por encima de la canasta básica, manteniendo la movilidad de las jubilaciones altas, lo que supone un fortísimo efecto reactivador de la economía que tendría esta inyección de dinero fenomenal, teniendo en cuenta que casi siete millones de personas – consumidores natos, como somos los jubilados – pasaríamos a insertarnos en el circuito económico del país.
Por último y mientras tanto, desde este colectivo de la CTA-A queremos expresar nuestra preocupación por la situación de nosotros, de los adultos mayores de la Ciudad de Buenos Aires en este contexto de creciente infección por Covid19. En particular, es en los geriátricos donde los riesgos son mayores. La CABA es el distrito más envejecido del país con el 16% de su población con más de 65 años, grosso modo, unas 500.000 personas. De estos, casi 30.000, que son un 20% varones y 80% mujeres, están alojados en más de 600 geriátricos en la Ciudad (casi todos privados).
No menor es el hecho que de todos los internados por cualquier causa en los hospitales de la Ciudad, un 60% a un 70% son adultos mayores. Los jubilados sin duda, representan y son el ícono, de cual es la expectativa de una sociedad para los más débiles y para su propio futuro. Los jubilados de CTA-A Capital queremos decidir sobre nuestro futuro, pero sabiendo que en esto se juegan decisiones mucho más amplias y que nos afectan a todos.