Argentina y su sistema eléctrico actúan de manual. Hace años que se repite una y otra vez la misma historia. Aumenta el calor (o el frío en invierno) durante algunos días y comienzan los trastornos en toda la red porque aumenta el consumo de electricidad.
Por José Rigane, secretario adjunto de la CTA Autónoma, Secretario General de la Federación de Trabajadores de la Energía de la República Argentina (FeTERA-CTA).
Esto es producto de la lógica de “tapar baches” y no solucionar el tema en profundidad, ni tener una política que realmente piensa en los usuarios. La lógica de la tasa de ganancia empresarial va de la mano de la política de subsidios empresariales permanentes en todo el circuito del sistema eléctrico nacional.
Los cortes rotativos en los grandes centros urbanos son inocultables. Pero mientras sean -justamente- rotativos por distintos barrios y zonas densamente pobladas y se eviten los cortes sostenidos a muchos ciudadanos durante mucho tiempo, y así evitar las protestas masivas que podrían causar, el gobierno seguirá negando la crisis energética como niega los índices de la inflación real que sufrimos los trabajadores y el pueblo.
En los últimos días se produjeron cortes de luz en ciudades como Buenos Aires, el conurbano bonaerense, Rosario, entre otras. El gobierno insiste en que la red puede abastecer hasta 26.000 MW, pero lo cierto es que luego de 3 o 4 días de calor sostenido el sistema colapsa. Hay dos realidades: la del gobierno, que dice que el país está preparado para sostener temperaturas de verano y, por otro lado, la realidad de los usuarios que sufren constantemente cortes de luz. En diciembre, enero, febrero y, ahora, marzo.
Por otra parte, las empresas de distribución de electricidad, como Edesur y Edenor, pero también Edelap en La Plata o EPE (Empresa Provincial de la Energía) de Rosario, aunque podríamos mencionar a cualquier otra empresa de cualquier otra parte del país, siguen especulando con una altísima tasa de ganancia, las casi nulas exigencias de inversión por parte del Estado y la política de subsidios empresariales del gobierno. Mal no les fue en estos últimos 12 años.
A modo de comentario, el último corte de luz que sufrió la ciudad de Rosario y ciudades vecinas fue impresionante. Quedó la ciudad literalmente a oscuras. Las excusas son de manual. En este caso, la distribuidora EPE es la que repiten, pero lo mismo sucede con Edesur y Edenor o la larga lista de empresas eléctricas: “fallas”, “situación excepcional”, “sobrecarga”, “corte inesperado”, “un problema momentáneo”. Los cortes siguen porque el sistema sigue fallando. Eso se llama “crisis energética”.
Una de las razones: Yacyretá
Yacyretá está trabajando en malas condiciones. Si bien no es la única razón por la cual el sistema eléctrico (generación, transporte y distribución) está en crisis, la actual situación de la represa hidroeléctrica binacional es una importante razón. Yacyretá tiene 20 turbinas, pero está operando con 16 ya que 4 no están en funcionamiento y está previsto que vuelvan a ser operativas recién entre junio y octubre. Las otras 16 turbinas están funcionando en un 80% para «reducir esfuerzos mecánicos», dicen desde la represa. Según informan medios paraguayos, una quinta turbina también tendría que parar. Esta situación de Yacyretá profundiza la crisis eléctrica y energética del país. La represa aporta hasta un 12% de la energía que se consume en Argentina y con un funcionamiento débil y deteriorado como está teniendo, la crisis parece profundizarse.
El manual que aplica el gobierno nacional ante esta grave situación que afecta a millones de ciudadanos indica que hay que echarle la culpa al clima, a las altas temperaturas, a las lluvias, a la caída del caudal de agua en las represas o a lo que sea. También, el manual del gobierno indica que hay que evitar reconocer la crisis y los cortes de calle de los vecinos. Hay que evitar todo.
Pero ese mismo manual, que se viene aplicando hace años y que tanto perjudica a los argentinos, también indica que no se puede hablar de inversión, de multas a empresas, de soluciones de fondo, de estatización de empresas, de recuperación del sistema eléctrico, en definitiva, el manual evita la soberanía energética. Son de manual.