Esta mañana, compañeras trabajadoras de las distintas centrales obreras se reunieron virtualmente para volver a decir Ni una menos! Vivas, libres y desendeudadas nos queremos! A cinco años del primer Ni Una Menos y de una de las movilizaciones espontáneas más grandes del movimiento feminista, las trabajadoras, en unidad gritamos que: ¡Adentro y afuera la violencia nos desiguala, nos precariza y mata! Acá el documento completo.
En contexto de cuarentena obligatoria agudizó la situación endémica de violencia machista y de explotación capitalista. Expuso que para muchas el interior de nuestras casas no es un refugio. La violencia y los femicidios son una amenaza continua. La pobreza y desigualdad estructural, el trabajo precario y la desocupación empeoran en situación de pandemia, relegando a las mujeres a asumir todo tipo de tareas de cuidado a tiempo completo sin reconocimiento económico. La falta de agua y elementos fundamentales para la prevención del Covid 19 hacen estragos en los barrios de mayor hacinamiento.
La crisis sanitaria, económica y habitacional que desató el coronavirus muestra que los trabajos no reconocidos, mal pagos y subordinados socialmente están ahora y siempre en la primera línea. Las tareas que históricamente sostenemos por mandato de género y que cuidan la existencia de la vida son, ahora sí, reconocidas por todos como “servicio esencial”. Aún así, las consecuencias de la informalidad, la precarización y la pérdida de ingresos caen especialmente sobre nosotras.
La urgente sanción de un impuesto extraordinario a las grandes fortunas debe ser la base para avanzar hacia una reforma tributaria que garantice la justa distribución de la riqueza y financiar las políticas de Estado y una nueva matriz productiva necesarias para reparar desigualdades y asegurar derechos.
Hace años venimos visibilizando estas demandas y reivindicaciones con la herramienta del paro y la unidad en la movilización callejera. Así como el 3J del 2015 salimos a gritar Ni una menos, también realizamos aquel primer paro de Mujeres el 19 de octubre del año siguiente para decir Basta de femicidios, por la implementación efectiva de la Ley 26.485 y que se garantice un presupuesto para estrategias de prevención y erradicación de todo tipo de violencias hacia las mujeres y diversidades. En particular, creemos urgente y necesaria la promoción de políticas por la independencia económica y habitacional para todas las niñas, adolescentes y adultas mayores de los sectores más desprotegidos.
Nuestra consigna #TrabajadorasSomosTodas es una afirmación que pone de manifiesto la desigualdad estructural que aun cargamos sobre nosotras y nosotres pero también habla de la potencia del encuentro que nos ha permitido superar en unidad el gobierno macrista y reafirmarnos para avanzar por nuestros derechos.
En contexto de cuarentena obligatoria agudizó la situación endémica de violencia machista y de explotación capitalista. Expuso que para muchas el interior de nuestras casas no es un refugio. La violencia y los femicidios son una amenaza continua. La pobreza y desigualdad estructural, el trabajo precario y la desocupación empeoran en situación de pandemia, relegando a las mujeres a asumir todo tipo de tareas de cuidado a tiempo completo sin reconocimiento económico. La falta de agua y elementos fundamentales para la prevención del Covid 19 hacen estragos en los barrios de mayor hacinamiento.
La crisis sanitaria, económica y habitacional que desató el coronavirus muestra que los trabajos no reconocidos, mal pagos y subordinados socialmente están ahora y siempre en la primera línea. Las tareas que históricamente sostenemos por mandato de género y que cuidan la existencia de la vida son, ahora sí, reconocidas por todos como “servicio esencial”. Aún así, las consecuencias de la informalidad, la precarización y la pérdida de ingresos caen especialmente sobre nosotras.
La urgente sanción de un impuesto extraordinario a las grandes fortunas debe ser la base para avanzar hacia una reforma tributaria que garantice la justa distribución de la riqueza y financiar las políticas de Estado y una nueva matriz productiva necesarias para reparar desigualdades y asegurar derechos.
Hace años venimos visibilizando estas demandas y reivindicaciones con la herramienta del paro y la unidad en la movilización callejera. Así como el 3J del 2015 salimos a gritar Ni una menos, también realizamos aquel primer paro de Mujeres el 19 de octubre del año siguiente para decir Basta de femicidios, por la implementación efectiva de la Ley 26.485 y que se garantice un presupuesto para estrategias de prevención y erradicación de todo tipo de violencias hacia las mujeres y diversidades. En particular, creemos urgente y necesaria la promoción de políticas por la independencia económica y habitacional para todas las niñas, adolescentes y adultas mayores de los sectores más desprotegidos.
Nuestra consigna #TrabajadorasSomosTodas es una afirmación que pone de manifiesto la desigualdad estructural que aun cargamos sobre nosotras y nosotres pero también habla de la potencia del encuentro que nos ha permitido superar en unidad el gobierno macrista y reafirmarnos para avanzar por nuestros derechos.
Hoy volvemos a decir que #NiUnaMenos es una exigencia de:
Impuesto a las grandes fortunas. Suspensión de los pagos e investigación de la deuda externa. La crisis sanitaria, económica y social se vuelve violencia cuando hay responsables concretos del saqueo y el endeudamiento de los últimos años. No la podemos pagar nosotras y nosotres: rechazo a las rebajas salariales.
Declaración nacional de la emergencia en violencia de género. Acceso efectivo a una justicia con perspectiva de género.
Cumplimiento efectivo de la Ley Micaela, la ESI y la Identidad de Género en todo el país.
Políticas de cuidado: vivienda, servicios básicos, alimentos accesibles, salario por el trabajo no reconocido.
Ratificación del Convenio 190 de la OIT, porque es una deuda pendiente, desarrollo de políticas para erradicar la violencia y acoso en el mundo del trabajo. Para ponerle freno a los abusos patronales.
Respeto al decreto que prohíbe despidos en cuarentena y rechazo a las rebajas salariales.
Paritarias libres y plena vigencia de convenciones colectivas de trabajo con perspectiva de género. Licencias por violencia de género y políticas activas para la igualdad en el mundo del trabajo.
Cupo laboral Travesti/Trans.
Educación sexual para decidir, Anticonceptivos para no abortar, Aborto legal para no morir.
#NiUnaMenos #TrabajadorasSomosTodas
Claudia Baigorria: “La unidad de las trabajadoras es la que nos va a permitir resistir a los embates de las patronales”
En representación de la CTA Autónoma, habló Claudia Baigorria, primera oradora de la conferencia, quien agradeció el esfuerzo compartido en la construcción de la agenda de las mujeres trabajadoras con perspectiva de clase “aún en esta etapa de crisis sanitaria mundial”.
“Las desigualdades y la violencia machista eran anteriores a la emergencia sanitaria, a la asunción de este gobierno, pero esta crisis sanitaria sin dudas pone en evidencia que las desigualdades se han profundizado, y se profundizan en detrimento de nuestros derechos”, dijo la dirigente. En este contexto, también resaltó y saludó el trabajo “que cotidianamente hacen nuestras compañeras y compañeres en el área de salud, que en defensa de la vida muchas veces terminan arriesgando la propia. Ha sido la organización sindical la que ha permitido que el coronavirus sea entendido como una enfermedad profesional”.
Reconoció además “a nuestras compañeras de los territorios y organizaciones sociales que están sosteniendo el flajelo del hambre, la pobreza, la falta de acceso a servicios básicos como el agua y la vivienda. Para nosotras es un orgullo que sean nuestras compañeras las que están sosteniendo este vinculo de amor y de deseo por una patria más justa, más libre”.
Asimismo se refirió a la injusta distribución de la riqueza, que es la que sostiene todas las desigualdades: “la crisis la seguimos soportando las trabajadoras, porque los ricos son quienes no quieren hacerse caro y están poniendo trabas al impuesto a las grandes fortunas. También es totalmente inadmisible que sigamos pensando en pagar esta deuda que es ilegítima, que se contrajo hace muchos años pero el gobierno de Macri la usó para fugarse más del 80% de la deuda”.
En este sentido, Baigorria reclamó que ese dinero debe ser asignado a la salud y la educación “donde las compañeras docentes de todos lo niveles estamos sosteniendo el contacto pedagógico con les estudiantes y también hacernos cargos de los insumos tecnológicos que el Estado no está proveyendo. Esto termina castigando doblemente a las compañeras que también se están haciendo cargo de las tareas de cuidado”.
Carla Gaudensi, Lorena Vergniaud, Gabriela Figueroa, Miguelina Gómez, Yackelina Flores, Claudia Lazzaro y Yamile Socolovsky también fueron oradoras de este acto que finalizó con la mística de siempre: “unidad de las trabajadoras, y al que no le guste que se joda, que se joda”.
Fuente: ACTA | www.agenciacta.org