En el marco de la campaña de desprestigio contra el Instituto Espacio para la Memoria el grupo de trabajadores de la memoria encargados del trabajo sucio de mentir y agraviar a los que lo defendemos (llegaron a insultar a Adolfo Perez Esquivel en el IEM, tirar golpes de puño contra Nora Cortiña en el pasillo de la Legislatura, y publicaron toda clase de mentiras) el Secretario de Derechos Humanos de la Nación, el Dr. Martín Fresneda “responde” generosamente a preguntas add hoc del tipo “Creo que como respuesta al convenio que se firmó el Ente está paralizado. ¿Cómo se paraliza el Ente? Con un solo integrante del órgano ejecutivo que no ponga la firma no se cobran horas extras, no se pueden hacer actividades etc. Beinusz Schmucler (representante del IEM en el ejecutivo) no generó el consenso necesario haciendo uso de su firma. ¿No crees que la conformación de un órgano tripartito (ciudad, organismos y nación) que solo puede ejecutar por unanimidad atenta contra la práctica que la gestión demanda?” a lo que Freneda le da la razón en una respuesta a medida en la que dice “Soy muy conciente que existen posiciones que afectan los derechos de los trabajadores. Creo que una nueva etapa de debate se tiene que saldar estas cuestiones que quizás se diseñaron para poder preservar pero no para impedir “La “nueva etapa” de Fresneda se llamaba disolución del IEM y como sobre eso hemos escrito bastante, a esos textos me remito.
Por José Ernesto Schulman, secretario nacional de la Liga Argentina por los Derechos del Hombre.
Pero en el mismo “reportaje” habla directamente de la reconciliación con los represores, va textual “Entonces, el puente de la resolución de los conflictos del pasado, esa vieja Argentina con impunidad, resuelto con la decisión de incorporar memoria, verdad y justicia, es un puente que en el marco de la democracia nos va a llevar un tiempo atravesarlo. Y nos va a llevar un tiempo volver a mirarnos la cara. En alguna oportunidad existía quien decía que debíamos reconciliarnos los argentinos, en base al perdón, no en base a la justicia, nosotros siempre dijimos que no hay reconciliación ni perdón, más si debía haber justicia, memoria y verdad. Y eso iba a provocar el reencuentro de los argentinos. Está faltando el reencuentro entre algunos argentinos. Nosotros también somos responsables, la sociedad en general, de hacernos cargo de que esta es nuestra policía, que esta es nuestra Argentina, que el hombre que comete un femicidio es un argentino y la practica viciada que constantemente todos de actuar con el dedito cual si fuera la policía de otro país; no, es nuestra policía, discutamos que policía queremos, invitemos a ellos también a discutir que sociedad quieren ellos”
Aquí hay una naturalización inaceptable de que la Argentina que tenemos es así porque si, sin decir lo que hemos aprendido en estos diez años de juicios, memoria y verdad: que somos el resultado de un proceso de genocidio, que el genocidio fue la reorganización radical de la sociedad argentina de manera integral (económica, socialmente, políticamente, culturalmente, institucionalmente, etc.) y que por ello somos una sociedad post genocidio que debe considerar como objeto del proceso de memoria, verdad y justicia al Genocidio mismo de modo tal que no quede nadie de los perpetradores sin castigo (y no solo los ejecutores de las acciones de violencia directa contra las victimas directas sino todos los actores que prepararon, justificaron, legitimaron, ejecutaron y se beneficiaron del Genocidio en su conjunto) y no quede acción genocida sin reparación. Y eso nos lleva de un modo directo al Poder Económico, la Deuda Externa, la precarización laboral y la pobreza del pueblo que subsisten como dato incontrastable que un Genocidio sin castigo siempre es en tiempo presente, nunca en tiempo pasado como pretende Fresneda y buena parte del oficialismo.
Y luego dice clarito: Menem quería reconciliación sin Justicia; pero ahora que “hay” Justicia (y eso es tan discutible si tomamos solamente el caso Milani, de puro ejemplo nomás) viene el tiempo del reencuentro con los que practican la cultura represora de nuestros días, que no son otra cosa que los continuadores del genocidio por medio del gatillo fácil, la tortura en sede policial y demás acciones por todas conocidas.
Cuando dijimos que la disolución del Instituto Espacio para la Memoria excedía la cuestión de hacer un Museo en el Casino o de borrar de un plumazo a una porción del movimiento de derechos humanos que no se subordina al gobierno (la agrupada en el IEM precisamente), sino que debía inscribirse en una acción de más profundidad que es el fin de las políticas publicas de memoria, algunos pensaron que exagerábamos. Pero el día de la sesión en la Legislatura que disolvió el IEM, Gabriela Alegre, a nombre del Frente Para la Victoria dijo claramente que no había ningún peligro en poner las políticas de memoria en manos del gobierno de turno (y el gobierno va a cambiar en el 2015 inexorablemente) porque no hay nadie en la Argentina que desacuerde con el rumbo de memoria, verdad y justicia. Ese día, ver a los militantes del Kirchnerismo aplaudir a los legisladores del Pro nos pareció un espectáculo asombroso, más doloroso que la propia disolución del IEM o los insultos que recibimos de varios legisladores (a mi me agravió duramente el legislador Campagnoli de Nuevo Encuentro, con un macartismo propio de la derecha más rancia), pero solo era el anticipo de lo que viene.
Para desgracia de Gabriela Alegre pocos días después La Nación publicó un editorial: “La justicia prevaleció sobre la venganza” celebrando la absolución de un Juez que fuera parte del dispositivo del terrorismo de Estado: ” El caso Hooft es, a todas luces, un ejemplo de persecución política en nombre de los derechos humanos que el kirchnerismo enarboló recién en 2003, nunca antes, y que utilizó como un ariete e instrumento de venganza para destruir o intentar hacerlo con todas aquellas personas o instituciones que no se encolumnaron detrás de su maniquea visión. Así, sufrieron los embates la Iglesia Católica, los medios periodísticos independientes, la Justicia, sectores del empresariado y numerosos oficiales de las Fuerzas Armadas, hoy presos políticos por la venganza oficial, que en su condición de jóvenes militares enfrentaron a las organizaciones terroristas en la guerra interna que vivió el país con un saldo de dolor y muerte por ambos sectores enfrentados. Un gobernante que busque el bien común debe tender a sanar heridas del pasado, a fomentar la reconciliación nacional y la concordia entre sus gobernados mirando a las generaciones jóvenes, y no, como lo ha hecho, promoviendo la confrontación y la división social.”
¿Cómo era eso de que no hay enemigos de las políticas publicas de memoria, verdad y justicia, compañera Gabriela Alegre? O es que al revés de lo que intuimos, el acuerdo no es por más memoria, más verdad y más justicia sino como propone el Secretario Fresneda: en “reencontrarnos”. Todo está en debate y no es tiempo de hacer afirmaciones absolutas pero uno tiene derecho a relacionar una cosa con otra porque pasados unos días de las declaraciones de Fresneda, la disolución del IEM y el discurso de Alegre, se informa que se ha formado la Mesa de las Juventudes Políticas.
La Nación lo refleja brevemente: “Todos juntos. En el mismo espacio. Codo a codo. Militantes de La Cámpora, el Pro y la UCR se reunieron hoy en el Cabildo para lanzar la mesa de juventudes políticas. El encuentro contó con la presencia del titular de la Sedronar, Juan Carlos Molina , la ministra de Desarrollo Social porteña, Carolina Stanley, y el titular de Red Solidaria, Juan Carr. En diciembre pasado, representantes de las tres fuerzas políticas Congreso para avanzar en el lanzamiento de una campaña nacional de prevención de adicciones, con el apoyo de la Sedronar y Red Solidaria. Esa idea se concretó este mediodía con el acto realizado en el Cabildo. El líder de La Cámpora, Andrés “El Cuervo” Larroque , Pedro Robledo , de la juventud del Pro, Leandro Santoro, de Los Irrompibles (UCR), entre otros, dieron a conocer “su documento fundacional y un cronograma de trabajo”.
Pagina 12 lo relata bastante parecido: “JOVENES DEL FPV, LA UCR Y EL PRO PRESENTARON LA MESA DE JUVENTUDES POLITICAS.Un espacio para el consenso juvenil. Los integrantes de los diferentes partidos aspiran a generar acuerdos en torno de problemas sociales. Como primer paso, van a trabajar sobre la problemática de las adicciones. El Frente Renovador fue invitado, pero no participó. Dirigentes jóvenes del Frente para la Victoria, la Unión Cívica Radical y el PRO lanzaron la Mesa de Juventudes Políticas, en el Cabildo. Desde allí, los integrantes de los distintos partidos esperan abordar diferentes problemas sociales en los que encuentren consenso. La primera tarea que se dieron es sobre la problemática de las adicciones. Aunque el Frente Renovador de Sergio Massa estaba invitado, no concurrió al encuentro. La mesa de lanzamiento estuvo integrada por el secretario general de La Cámpora, Andrés “Cuervo” Larroque, y el diputado Horacio Pietragalla, por el Frente para la Victoria; Leandro Santoro, por la juventud de la UCR, y Pedro “Piter” Robledo, por los jóvenes del PRO. El panel lo completaron la ministra de Desarrollo Social porteña, Carolina Stanley; el titular de la Sedronar, Juan Carlos Molina, y el director de la Red Solidaria, Juan Carr.”
En los 70 la Coordinadora de Juventudes Políticas, conformada por la Juventud Peronista de las Regionales (Tendencia Revolucionaria), la Federación Juvenil Comunista, la Juventud Radical que levantaba el programa socialista de la declaración de Guadalupe (porque se firmó en las cercanías de la ciudad de Santa Fe) movilizaba contra el golpe de Estado en Chile y con sus últimas fuerzas resistió el golpe de estado del 24 de marzo de 1976. Con sus límites, fue una de las expresiones más altas de la unidad antimperialista y del esfuerzo por crear algo más grande que cada una de las fuerzas que la componían. Aquí si que vale aquello de que lo que alguna vez fue tragedia hoy es comedia.
Pero no menos dolorosa, nunca es grato ver negociada la sangre derramada.