El Equipo Gremial de la CTAA Capital lanza hoy la campaña «Esenciales somos lxs trabajadores. Producimos la riqueza, discutamos su distribución». La misma busca desarrollar y fortalecer la organización sindical en los lugares de trabajo, para poder disputar -aún en el marco de la pandemia- la distribución de las riquezas que generan las trabajadoras y trabajadores. En esta ocasión se dialogó con la secretaria Gremial de la Central porteña, Hebe Nelli, quien puso en contexto esta acción de comunicación.
– ¿Cuál es el objetivo de la campaña?
– El objetivo de la campaña es poner en discusión la distribución de la riqueza. Buscamos cuestionar la apropiación que hace el patrón sobre las riquezas que producimos las trabajadoras y trabajadores, que en definitiva somos los únicos esenciales, como dejó en evidencia la pandemia.
Para eso planteamos la necesidad de organizarnos colectivamente en cada lugar de trabajo, no sólo para resistir las políticas de flexibilización laboral y ajuste que se profundizarán en esta etapa, sino también para avanzar en la disputa por la riqueza.
– ¿Por qué ahora?
– Esta campaña para discutir la apropiación de la riqueza como causa de la pobreza, de la falta de acceso a derechos fundamentales como el agua potable o la tierra, la veníamos pensando antes de la llegada del coronavirus.
El problema de la distribución de la riqueza no es nuevo, pero consideramos que este es un momento propicio para plantear estas consignas porque la pandemia y la cuarentena dejaron en evidencia que los únicos esenciales para la reproducción de la vida humana somos los trabajadores y trabajadoras (en el hogar y en las empresas; en el campo o en la ciudad) y que sin nuestro trabajo las economías del mundo se desploman.
– ¿Es por eso que los grandes empresarios presionan tanto para que se levante la cuarentena?
– La presión no es sólo a nivel mediático y dirigida hacia el Gobierno. Las empresas también hostigan a los trabajadores y trabajadoras para que corten sus licencias aún siendo personas de riesgo y a la inversa, si son sindicalistas muchas veces los suspenden para que no reclamen.
– ¿Y cómo abordaron estas situaciones desde el Equipo Gremial?
– Desde el inicio de la pandemia dijimos que estamos limitadas y limitados pero no inmóviles y adaptamos la herramienta gremial al nuevo contexto, porque nos empezaban a llegar muchísimos casos de abusos patronales por distintos lados. Tanto en sectores donde tenemos representación sindical como en aquellos donde no hay organización.
Por eso, además de acompañar a las organizaciones nucleadas en la CTAA, el Equipo Gremial habilitó una casilla de mail y lanzó una primera campaña para llegar a aquellos sectores que quedaron vulnerables ante las patronales y no cuentan con representación sindical o la representación que hay es más patronal que los patrones.
Así, por ejemplo, hemos podido evitar descuentos salariales, logramos que se abone el total del sueldo en tiempo y forma o que se provean elementos de protección al personal según corresponda. También peleamos contra las fuertes acciones antisindicales de las patronales allí donde tenemos delegados y delegadas.
Ahora, el desafío en los lugares donde no había organización genuina y representativa, es construirla. Así es más difícil que las patronales ganen terreno y hay más condiciones para que podamos pelear por mejorar nuestros salarios, condiciones de trabajo, etcétera.
También hemos estado en contacto con comisiones internas de gremios que no están dentro de la CTAA. Las y los compañeros nos han llegado a plantear que les dábamos más respuestas que las secretarías gremiales de sus propios gremios.
– ¿Se evidencia la necesidad de otra manera de hacer sindicalismo?
– Si, siempre es necesaria, pero en este momento en que la lucha entre trabajadores y patrones por la distribución de la riqueza recrudece, queda en evidencia que el sindicalismo y la organización genuina en los lugares de trabajo también son esenciales.
Los trabajadores y trabajadoras hemos sido traicionados sistemáticamente por los sectores del sindicalismo empresario y no es una excepción si no pieza fundamental de un modelo de concentración de la riqueza.
En este sentido, el pacto UIA-CGT no puede ser más claro. Habilita la reducción salarial del 25 % en la rama industrial, sector que encabezó el ranking de fugadores de dólares del país durante el gobierno de Macri.
– ¿Y cuál es el rol del Estado en esta discusión sobre la distribución de la riqueza?
– Bueno, otra pieza fundamental de este modelo es el Estado. Si bien el gobierno decretó algunas políticas protectorias de la clase trabajadora, el Ministerio de Trabajo sostiene el unicato y deja pasar los incumplimientos patronales, transformando los decretos en letra muerta. A su vez, valida el acuerdo UIA-CGT -entre otros- y aprueba los ATP para pagar hasta sueldos de gerentes de TECHINT.
Y así llegamos, por ejemplo, a que Paolo Rocca -el hombre más rico del país, con un patrimonio que en 2018 ascendía a 8 mil millones de dólares- sólo abona el 25 % del salario de sus empleados y empleadas, despide a 1450 trabajadores durante la pandemia y no paga el item «premio producción» en la empresa Tenaris-Siat Valentin Alsina.
Mientras tanto, el tan anunciado impuesto a las riquezas aún no llegó. A esto también nos referimos cuando decimos que hay que discutir la riqueza que produce la clase trabajadora y que para ello tenemos que organizarnos.
– Hay sectores que hablan de la necesidad de evaluar la postpandemia. ¿Cuál es tu opinión al respecto?
– Como dije anteriormente, la pandemia dejó en evidencia que los únicos esenciales somos los trabajadores y trabajadoras y que ante esta nueva crisis económica se profundizará la lucha de clases por la distribución de la riqueza. Los dueños del país ya están intentando realizar un nuevo ajuste criminal en medio de la emergencia sanitara, con la complicidad y el silencio de funcionarios y sindicalistas empresarios que se benefician de ello.
Entonces, lejos de hablar de «postpandemia», la CTAA Capital plantea la necesidad de crear y profundizar ahora la organización y la lucha de las y los trabajadores para resistir esos embates, poniendo en discusión la distribución de la riqueza. Por eso lanzamos esta campaña, para decir que “esenciales” somos los trabajadores y trabajadoras porque producimos la riqueza y queremos discutir su distribución.