Miguel Restelli fue despedido el 3 de febrero de este año por la empresa tercerizadora de limpieza La Mantovana, que funciona dentro del edificio de Relaciones Internacionales. El compañero trabaja allí desde hace 6 años, en los que fue durante cuatro delegado de la CTA y en la actualidad secretario general adjunto del Sindicato de Trabajadores de Maestranza y Mantenimiento (SITMMA-CTA), fundado en el 2010.
Luego de varias movilizaciones, radios abiertas y con el asesoramiento del Equipo Jurídico de la CTA Capital, este lunes 26 de septiembre el compañero pudo retomar sus tareas en el mismo sector de trabajo.
En febrero de este año la empresa La Mantovana, que ofrece servicios de limpieza en la sede de la Cancillería, usó como excusa una discusión entre dos trabajadores para despedir a uno de ellos. Miguel Restelli, de 25 años y padre de tres hijos, entiende este hecho como un caso de persecución gremial.
“Yo creo que esto pasó porque fui durante cuatro años delegado de la CTA y el año pasado inauguramos el SITMMA-CTA (Sindicato de Trabajadores de Maestranza y Mantenimiento), sindicato del que soy secretario segundo. Capaz que a ellos les molesta la política que hacemos.”, reflexionó el compañero, que lleva trabajando 6 años en el Ministerio de Relaciones Internacionales de manera tercerizada.
“Tanto la empresa como la Cancillería, al enterarse de la discusión levantaron un informe para la gente de seguridad. Este llegó a las oficinas de infraestructura -que se encargan de controlar las empresas- y automáticamente en vez de empaparse de lo sucedido, llamaron a los delegados de SITMMA-CTA para decirles que iban a pedir algún tipo de sanción y la empresa a la semana me despide.”, relató el trabajador.
La cámara laboral ordenó a La Mantovana de Servicios Generales S.A., a que reinstale a Miguel Angel Restelli en su puesto de trabajo y en las mismas condiciones en las que se encontraba con anterioridad al despido. La relevancia jurídica de este caso, como antecedente, es que se trata del secretario general adjunto de un Sindicato en tramite de inscripción.
“Todos estos meses fueron durísimos. Tenía plata ahorrada porque quería construirme una casita y con eso me abastecí durante un mes o mes y medio. Después empecé a hacer changuitas con un amigo del barrio que trabaja de plomero y me llevaba para ser su ayudante. Aprovecho esta oportunidad para agradecer a los compañeros que hicieron colectas y al SITMMA-CTA que destinó una recaudación del sindicato para mi.”, contó el compañero, sobre cómo fueron estos meses para él.
“Al momento del despido recurrimos a la CTA y a Hernán Luengo, abogado del Espacio Jurídico de la Central porteña. Junto con la CTA y los compañeros de la Junta Interna de la Asociación Trabajadores del Estado de Cancillería hicimos radios abiertas, volanteadas, escraches y llamamos a los medios. Una vez que la empresa tomó la decisión, Cancillería nunca actuó solidariamente como tiene que ser, siempre actuó en contra mía. Los funcionarios públicos de turno me conocen todos, hace 6 años que trabajo en ese lugar, venimos haciéndole quilombo desde la época que ellos pusieron una cooperativa y nos negreaban. De ahí viene la lucha.”, contextualizó Restelli.
Por último y a modo de mensaje, el compañero expresó: “la lucha tiene que ser constante, no hay que bajar los brazos por nada. Lo importante es luchar y creer en la política que estamos haciendo hoy los jóvenes y ser libres de expresarnos como somos. Nuestra edad o el ser nuevos en una empresa no nos quita nuestros derechos como trabajadores. Hoy en día está todo democratizado y hay algunas empresas que no quieren aceptar eso, porque quieren seguir siendo las empresas tercerizadoras de los 90, que pagaban monedas y te hacían laburar todo el día”.
Fuente: www.ctacapital.org.ar