En el marco de la llegada del 28 de mayo -considerado el Día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer- Jorgelina Sosa, secretaria de Género en la CTAA Capital, cuenta en una entrevista las múltiples causas de enfermedad y muerte que afectan a las mujeres, actualmente en nuestra Ciudad.
– ¿Qué significa hablar de salud desde una perspectiva de género?
– Implica analizarla desde una mirada más amplia, que tiene que tener en cuenta la igualdad y las diferencias. Hablar de géneros implica hablar de ampliación de derechos. El sistema de salud argentino, debería ser inclusivo. En este sistema capitalista y patriarcal, está muy marcada la discriminación a las mujeres, a los colectivos de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales y otros, y en la salud esto no es una excepción. Estamos hablando de la salud de los colectivos más vulnerables.
– ¿Cuál es hoy la situación del sistema de salud según la perspectiva de género?
– La salud pública, en términos generales, no funciona como debería hacerlo. Y en términos específicos, funciona pero con muchos obstáculos para el acceso a la salud integral pues no hay atención especializada, los médicos te atienden en 15 minutos y en condiciones precarizadas.
A las mujeres se nos recuerda que tenemos varias otras tareas en nuestras vidas, atender a los hijos, ir a “laburar” (en múltiples trabajos), cuidar a los adultos, mientras que a nuestra salud la dejamos en último lugar. No hay tiempo para pensar en cuestiones de salud reproductiva y anticonceptivos, tan necesarios para pensar una política de salud integral. La falta de educación, de vivienda y de trabajo dificultan saber muchas veces que hay conocimientos con los que no contamos, y allí es donde tiene que actuar el Estado. Este último, histórica y actualmente, está ausente en las problemáticas que tenemos todas las mujeres. Hoy todas las conquistas ganadas son consecuencia de las luchas del movimiento de mujeres, únicamente. A pesar de todas las dificultades, podemos destacar que las mujeres estamos cada vez más empoderadas; en los encuentros de mujeres cada vez participan mas chicas jóvenes.
Las drogas y adicciones en los barrios pobres, ya hace tiempo, son problemáticas que complejizan aún más el tema de la salud, sobre todo en las y los niños y adolescentes. En el caso de las mujeres, existe una intervención más tardía, tanto intrafamiliar como hospitalaria, por cuestiones con el modelo patriarcal y las diferencias que impone entre los géneros.
En los barrios marginados de la Ciudad, la violencia intrafamiliar, la violencia laboral, las situaciones de calle, parecieran que no son temas de preocupación para el Estado.
– ¿Dónde ven las mayores falencias? ¿Qué relación se puede hacer con la interrupción de embarazos?
– La mayor falencia en la atención a las mujeres que recurren al sistema de salud público, es el sistema en si. Esto lo demuestran las estadísticas y la realidad en los barrios: aumentan los embarazos de adolescentes, abortos clandestinos, enfermedades de transmisión sexual (ITS–VIH), los cánceres en el sistema reproductivo femenino y en las mamas. Hoy volvió a crecer la tasa de casos de sífilis y gonorrea, puertas abiertas al VIH. Esto es resultado de la falta de políticas públicas en educación y prevención sexual.
Por otro lado, no todas las mujeres pueden cuidarse en el momento del encuentro sexual, pues es difícil poder decidir cuando sufrís hechos de violencia psíquica, física y sexual. El sistema de salud – que incluye al Estado, hospitales, algunos profesionales de la salud – no consideran como un derecho de las mujeres poder interrumpir un embarazo. No tienen en claro que cuando una mujer requiere la intervención para la interrupción del embarazo se está poniendo en juego el derecho a la salud y a la vida de ella misma.
Fue un gran éxito -consecuencia de la lucha del movimiento de mujeres- que la Corte Suprema de Justicia de la Nación interviniera en un caso de embarazo no deseado, ordenando realizar la interrupción del mismo, y afirmar así el derecho para la salud de las mujeres en condiciones dignas y cuidadas. Sin embargo, los diferentes gobiernos locales crearon protocolos de atención restrictivos, y es por eso que hoy se discute nuevamente la necesidad de legalizar y despenalizar el aborto en todos los casos y a nivel nacional. Se debe respetar la voluntad de las mujeres en la planificación de sus vidas.
Desde las organizaciones que integramos la CTAA Capital, realizamos talleres de formación, trabajamos en conjunto, charlamos, armamos redes para que todas podamos empoderarnos y poder decidir.
– ¿Cuáles son las necesidades más urgentes?
– El tema de la anticoncepción es una problemática importante porque no todos los hospitales y/o salitas sanitarias, cuentan con los métodos clásicos, como el preservativo, a disposición. Esto sucede porque hay un recorte en la salud pública, y son las más pobres, fundamentalmente, las que no tienen acceso a una obra social o prepaga y no pueden resolver sus problemas de salud. La realidad es que también, cuando vas al hospital público tenés que estar temprano, a las 4 de la mañana porque hay mucha gente, y hacer filas interminables. Esto es en todas las áreas de los hospitales, el sistema de salud está colapsado.
Así también, las enfermedades de transmisión sexual, el mal de chagas, la tuberculosis, el dengue, el paludismo y muchos otras complicaciones de salud, son enfermedades relacionadas directamente con las condiciones precarias de vida que persisten en la Ciudad y en Argentina.
– ¿Cuáles son las políticas públicas que responden ante las necesidades de las mujeres en cuestiones de salud?
– Esta lucha que llevamos hoy al Congreso tiene que estar acompañada por educación sexual para decidir y una mayor prevención en salud integral. No alcanza con realizar propaganda de los diversos temas que nos afectan, solo cerca de las fechas representativas, por ejemplo, el primero de diciembre – Día Mundial de la lucha contra el HIV- o el 19 de octubre – Día Mundial de la lucha contra el cáncer de mama – entre otras. No es una vez al año, es necesario hacer un plan continuado. El Estado tiene que hacerse cargo de lo que pasa, que haya más promotores de salud en los barrios, mejorar el acceso a la salud en los hospitales, mejorar las condiciones de trabajo y de vivienda. Esto implica poner dinero, las mujeres podemos tener ganas de hacer prevención pero hay un sistema de salud que no se sustenta con voluntarios pues donde se pone el dinero se hace la política. Y nosotras nos preguntamos ¿Dónde está el financiamiento para las problemáticas de salud, vivienda y trabajo de las mujeres?.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el acceso a la atención a través de la cobertura en salud es una parte clave de la protección y empoderamiento de las mujeres, porque se garantiza su derecho a la salud, para que así puedan contribuir al desarrollo de sus países. Así mismo, actualmente existen investigaciones que señalan que las mujeres con más educación suelen tener mejor salud y familias más saludables, y que esto contribuye directamente al bienestar de su comunidad.