«En el marco de un proyecto político pedagógico, en constante diálogo con los saberes de las distintas culturas, credos y realidades que circulan en nuestra comunidad, comenzamos a sembrar las semillas de la soberanía alimentaria».
* por
«Este proyecto nace de algunas preguntas que nos hacemos en nuestra práctica cotidiana: ¿De dónde viene la comida que ponemos en nuestra mesa?, ¿quién la produce?, ¿cómo se cosecha? A simple vista, podemos observar cómo las recetas caseras y aquellas tradiciones en torno a la comida son empaquetadas y vendidas en las góndolas de los supermercados. Si reflexionamos sobre ’el detrás de escena’ muchas frutas, verduras y hasta la yerba mate están expuestas a productos químicos, los agrotóxicos. De hecho, en la mayoría de la superficie cultivable de Argentina se siembran cultivos transgénicos (organismos genéticamente modificados), como la soja y el maíz.
«La inédita sobreproducción alimentaria actual tiene su contracara en nuestros comedores a los que asisten cada vez más personas por su plato de comida. En los campos hay cada vez menos diversidad, menos vida, menos agricultores, menos familias. ¿Qué nos dice esto de la construcción del mundo que hacemos?
«Pensamos que es tiempo de sembrar conciencia y de preguntarnos en quién delegamos algo tan importante como nuestra alimentación y, en definitiva, nuestra salud. La soberanía alimentaria es una caja colectiva de herramientas: con trabajo en red, recuperación de saberes, observación, cuidado y respeto del territorio y a la naturaleza, puede romper con la agricultura que tenemos, una agricultura capitalista, responsable del hambre, el desarraigo y el cambio climático.
«Creemos que la soberanía alimentaria se construye desde abajo, desde el barrio y la comunidad, a partir de un encuentro que nos hermana en la lucha con otras organizaciones. Por eso, queremos agradecer a la cooperativa UST (Unión Solidaria de Trabajadores), que nos permitió concretar la construcción de la huerta orgánica en nuestro Bachillerato Popular. El proyecto comienza a crecer entonces con nuestras ganas de seguir trabajando juntos y formando lazos de solidaridad entre las organizaciones que día a día siembran semillas de valores importantes en nuestros barrios como el respeto a la vida, la amorosidad, el esfuerzo y el cuidado».