“Las imágenes desoladoras de la ciudad de Luján bajo el agua no resultan inéditas. Hace pocos meses contemplábamos postales parecidas”, describen desde la Cátedra Libre de Ingeniería Comunitaria, desde donde señalan cómo la cuenca alta del río Luján, de características rurales, ha experimentado en la última década profundos cambios que hoy producen este desenlace. Sobre esto, la OllaTV habló con la ingeniera María Eva Koutsovitis, pro-secretaria del Departamento de Hidráulica de la UBA.
En principio se refirió a las diferentes causas y habló de las características propias de las cuencas. “En el caso de la cuenca del río Luján la parte alta de la cuenca tenía características rurales. Pero en estos diez años, el proceso de sojización que ha avanzado en la cuenca alta determinó que los grandes productores, para poder mantener la rentabilidad, construyeran canales clandestinos hacia el curso principal”.
“Lo que antes funcionaba como un reservorio o un reten en la parte alta del río hoy se encuentra canalizada y trasportando el excedente del agua de lluvia de manera muchísimo más rápida hacia la cuenca media y baja que es donde están los centros urbanos. Así, estos reciben rápidamente el agua de la cuenca alta”.
Por otro lado explicó que en la cuenca media y baja hay un estrangulamiento de estos cursos, producto de la presión y el negocio inmobiliario que ha llevado a construir barrios privados en los humedales y en las llanuras de inundación. “Entonces por un lado el agua llega mucho más rápida y por otro lado encuentra una sección reducida para pasar, producto de estos desarrollos inmobiliarios”.
“Lo cierto es que estas fotos de la cuenca bajo el agua tampoco es novedosa porque hace pocos meses Lujan asistió a una inundación también muy importante y en estos meses poco y nada se ha hecho. Seguimos sin una alerta temprana, sin planes de contingencia para la población, para articular rápidamente con los actores claves. En el caso de la cuenca del Luján esta es un poco la explicación de lo que está pasado”, señaló.
“Ocupar los humedales y las llanuras de inundación que es el lugar natural que tiene el río con desarrollos inmobiliarios suntuosos no tiene ninguna razonabilidad. Estos desarrollos están destinados a un sector elite de la población, son grandes desarrolladores que consiguen autorización y permisos para construir donde no debe construirse. Rellenando los humedales, y eso lo que hace es impactar en el resto de la cuenca”.
“Esto se da con la connivencia de poder y los grandes grupos económicos. Grandes responsables de lo que estamos observando”. Finalmente se refirió a la falta de un plan de contingencia, por lo que no hubo posibilidad de adelantarse y tomar determinadas medidas para poder mitigar el efecto de una inundación de estas características.
“Las inundaciones de la provincia de Buenos Aires tiene como principal responsable a la máxima autoridad de la provincia, el Gobernador Scioli”, dijo y señaló que la situación de gravedad no solo la atraviesa la cuenca del Luján, sino otras áreas como la cuenca de Lomas de Zamora.
“Están no sólo inundados por agua de lluvia, sino con liquido cloacal porque no se realizaron las obra de cloaca, inundados de metales pesados porque no se controla el vuelco clandestino de las industrias. Tenemos una población que no sólo está inundada sino afectada y contaminada con chicos que presentan plomo en sangre”.
Asimismo, indicó que esta situación que uno ve en la cuenca del Luján también la puede ver en la Ciudad de Buenos Aires, que “tampoco tiene un sistema de alerta, tampoco ejecutó obras. Van a ser tres años de la tragedia de Semana Santa, donde perdimos muchas vidas, hacer un sistema de alerta, un plan de contingencia, no requiere de grandes fondos, sino de decisión política. Acá el Estado Nacional, Provincial y Municipal son los responsables de lo que está sucediendo”.
Propuestas
Como describen desde la Cátedra “es la multiplicidad de factores lo que determina que un evento extraordinario derive en una tragedia”, y enumeran: “La falta de un sistema de alerta que permita anticipar acciones, la ausencia de un Plan de Contingencia que nos indique que debemos hacer frente a un evento extraordinario, la falta de regulación en el uso del suelo y por supuesto la falta de las obras de infraestructura”, todos “elementos decisivos que combinados determinan que el evento extraordinario provoque una tragedia”.
Por esto se considera fundamental desarrollar un Plan Maestro Integral para la Cuenca del Río Luján que incorpore los diagnósticos, miradas y soluciones de los diferentes actores sociales involucrados.
Algunas de las propuestas que han sido discutidas, analizadas y consensuadas por organizaciones vecinales, ambientalistas y sociales junto a abogados, urbanistas/ambientalistas y a docentes universitarios de la Facultad de Ingeniería de la UBA, son:
Detener los proyectos de urbanizaciones en humedales y planicies de inundación de la cuenca media y baja.
Reforestar con especies nativas las zonas impactadas.
Evaluar y desarrollar reservorios temporales en la Cuenca Alta.
Evitar obras de infraestructura que generen estrangulamientos en las secciones transversales de los cursos.
Eliminar los canales clandestinos.
Proyectar y ejecutar un aliviador para el curso principal en la cuenca media que desvié parte de los caudales de crecida.
Llevar adelante un Plan Sistemático de limpieza de zanjas y eliminación de endicamientos formados por ramas y basura a cargo de cooperativas vecinales.
Desarrollar un Sistema de Alerta temprana para anticipar este tipo de eventos y adoptar las medidas necesarias para mitigar sus efectos.
Informar correctamente a la población (aquí corresponde mencionar la responsabilidad que tienen los medios de comunicación).
Habilitar centros de evacuación, habilitar números telefónicos gratuitos, portales de fácil acceso con información actualizada, etc. Para contar con sistemas de alerta confiables es preciso que los organismos responsables de medir y pronosticar dispongan de presupuesto y equipamiento adecuado.
Desarrollar e implementar de manera consensuada con la sociedad civil un Plan de Contingencia. Los grandes centros urbanos deben desarrollar modelos que simulen el comportamiento del escurrimiento en función de posibles escenarios futuros. Para estos escenarios se debería contar con un plan de contingencia que, al igual que las obras de infraestructura, debería diseñarse desde la responsabilidad primaria del estado e involucrar de manera articulada a la sociedad civil.
La Ley N° 14.710 de la Provincia de Buenos Aires (B.O. 12/06/2015) creó un nuevo Comité de Cuenca del Río Luján (COMILU) otorgándole mayores facultades que el anterior. Este Comité tiene la facultad para planificar, coordinar, ejecutar y controlar un Plan de Gestión Integral y la administración integral de la Cuenca; planificar el ordenamiento territorial ambiental del territorio afectado a la Cuenca; y promover expropiaciones y relocalizaciones que se ajusten a los fines encomendados. También se creó un Consejo Consultivo Honorario a fin de garantizar la participación comunitaria con la función de asesorar al Comité.
Hasta que se apruebe el Plan de Gestión Integral y se realice el ordenamiento territorial ambiental debería suspenderse el otorgamiento de los permisos y revocarse aquellos que autorizan la construcción de urbanizaciones cerradas, en particular las de tipo polderizadas, en la Cuenca.
Cabe destacar que en el ordenamiento jurídico argentino rige el principio de que no existe derecho adquirido a dañar el ambiente. Y tal como se reconoce, en los fundamentos del proyecto de ley que dio origen a la Ley N° 14.710, uno de los principales impactos negativos en el comportamiento del régimen de la cuenca es generado por la transformación de los valles de inundación por parte del urbanismo privado sobre los humedales que construyen polders y terraplenes.
Debe realizarse una Evaluación de Impacto Ambiental estratégica y acumulativa de las urbanizaciones cerradas existentes, en particular las de tipo polderizadas, construidas en la Cuenca en las últimas décadas. Esta evaluación deberá analizar si la actual localización de estas urbanizaciones se adecúa al nuevo Plan de Gestión Integral y al nuevo ordenamiento ambiental del territorio que debe aprobarse. Y resolverá qué urbanizaciones deberán ser relocalizadas o cómo estas se harán responsables económicamente de las externalidades negativas que generan.
Fuente: www.laolla.tv