Desde la CTA Capital opinamos que las últimas medidas tomadas por el gobierno nacional y el de la C.A.B.A. reafirman claramente un rumbo para nuestro país donde sólo triunfan los ricos, mientras los sectores populares ya no saben qué más hacer para ajustarse los pantalones.
Por si no era suficiente con la creciente inflación, los techos a los aumentos salariales, los despidos constantes –tanto en el sector público como en el privado- y el retorno del FMI con su manual de recetas inútiles que tanto daño nos han hecho, el gobierno nacional lanza una nueva ronda de tarifazos. Agosto arranca con un incremento del 67% en el pasaje del subte y un nuevo aumento de hasta un 28% en el servicio de electricidad.
Cabe señalar que el aumento en el pasaje del subte impactará directamente en el bolsillo de los 1.300.000 trabajadores que utilizan todos los días este servicio. Y que debe sumarse a los aumentos del 60% en promedio que se registraron entre febrero y junio para los colectivos y trenes. Sin embargo, tampoco serán los últimos ya que el Ministro de Transporte anticipó una tarifa mínima de colectivo en $13 para octubre. Mientras el transporte público se vuelve cada vez más inaccesible, Metrovías reparte ganancias entre sus accionistas.
Mientras los salarios aumentaron un 15% en promedio, a pesar que el mismo presidente Macri reconoció una inflación de mas de 30 %, la luz aumentó más del 100% en el último año. Facturas impagables, que obligan cada vez a más trabajadores a elegir entre pagar los servicios, el alquiler o garantizar el plato de comida. Facturas impagables que terminan engordando las gigantescas ganancias de empresas como Edenor ($490 millones) o Central Puerto ($3.728 millones), propiedad del ministro Nicolás Caputo.
La riqueza se acumula día a día en las mismas -y pocas- manos de siempre. Mientras tanto, el ajuste está despedazando al Estado, vaciándolo en sus funciones y generando la pérdida de derechos para nuestro pueblo. El sostenido desfinanciamiento a la educación pública, reflejado cotidianamente en las decadentes condiciones edilicias, las pésimas condiciones laborales y los magros salarios, hoy se hace visible en la muerte evitable de dos trabajadorxs de la educación: la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar de escuela Rubén Rodríguez. Literalmente, la desidia del gobierno nacional de Mauricio Macri y del provincial de Eugenia Vidal estalló en la cara de lxs compañerxs.
En medio de una creciente conflictividad social, es imprescindible ganar las calles en unidad de acción para frenar el ajuste que sufre nuestro pueblo. La CTA Capital seguirá presente en cada lucha en defensa de los derechos conquistados.
Por: Jose «Pepe» Peralta, secretario General de CTAA Capital, y Pablo Spataro, secretario General Adjunto de CTAA Capital.