Por Laura García Tuñon, ex legisladora porteña por Buenos Aires para Todos en UP, militante por la defensa de la educación pública.
Nuevamente a pocos días del inicio de las clases, aún no se resolvieron las paritarias docentes. Los sindicatos nacionales como CTERA, UDA, etc. reclamaron la apertura de la discusión paritaria desde diciembre. Con un enero atravesado por la devaluación, el inicio de las mismas se retrasaron.
Hoy el piso salarial de un docente que recién se inicia es de $3416. Esa cifra en muchas provincias, también lo cobran los docentes hasta los 10 años de antigüedad, por debajo del salario Mínimo Vital y Móvil fijado para el resto de los trabajadores privados.
La primer convocatoria del gobierno fue el viernes 21 de febrero, con una propuesta de 22% en 3 veces: 12% + 5% +5%, es decir $4.167 en noviembre, más un presentismo de $2000. Previo a la reunión, Capitanich, ya advertía que de no llegar a un acuerdo, nuevamente lo harían por decreto. Esta propuesta es una verdadera afrenta a la educación y a sus trabajadores.
La propuesta de presentismo no es algo nuevo. Cuando Néstor Kirchner era gobernador de Santa Cruz, los docentes santacruceños tenían un sueldo básico muy bajo y una fuerte suma de presentismo, que obligaba a muchos a no faltar aún enfermos. Largas luchas y denuncias se dieron en ese entonces desde la CTERA y el sindicato de base para exigir su eliminación, ya que el presentismo, no es salario y era extorsivo.
Este lunes, tanto la CTERA como la UDA anunciaron que de no modificarse esta propuesta y elevar el piso salarial (no el básico) a $4866, se haría paro de 2 días y las clases no comenzarían.
Sorpresivamente, el martes, luego de 6 horas de discusión, los representantes sindicales salieron a suspender el paro teniendo como única propuesta del gobierno no avanzar en el aumento por decreto y una nueva convocatoria para el lunes 3 de marzo.
Lo que fija la nación es el piso mínimo y cada provincia debe fijar los aumentos al básico y la composición del salario real de los docentes u obligar a hacer futurología sobre cómo cerrará nación para calcular lo que dará cada provincia.
Esta suspensión y retraso en las definiciones tiene por el lado del gobierno tirarle la pelota y el costo de cualquier fracaso a las provincias. Deja en aprietos las negociaciones por el retraso de las definiciones.
Por otro lado y más lamentable, es la suspensión del paro y el aceptar la dilación de la definición para el lunes sin ninguna oferta. Vale recordar que el sábado 1 de marzo se abren las sesiones ordinarias del Congreso Nacional con la presencia y el discurso de la Sra. Presidenta. Esto hace suponer que los sindicatos no querían exponerse a un nuevo reto de la Jefa de Estado por la amenaza del paro y poder movilizarse a la Plaza del Congreso a aplaudir al gobierno como si acá no pasara nada. Al parecer algunos le exigen a las provincias y a la Ciudad, con acierto, lo que no se animan a reclamar al gobierno nacional, celeridad en las decisiones y aumentos dignos para los trabajadores y trabajadoras
Nuevamente los chicos, los trabajadores de la educación y la educación en general, quedan presos de la falta de respuestas y de los manejos escandalosos de aquellos que privilegian los acuerdos partidarios antes que la defensa de los trabajadores a quienes dicen representar. Todos sabemos que si el Estado tiene trabajadores y trabajadoras de la educación con salarios y condiciones precarizados, las políticas públicas en educación, son necesariamente precarias y débiles.