El jueves 29 de septiembre, La Secretaría de Cultura y el Instituto de Estudios y Formación invitaron a una charla debate sobre el derecho a la ciudad en la sede nacional de la Central.
* por
La charla fue inspirada por la carta sobre el Derecho a la Ciudad, impulsada por el Observatorio del Derecho a la Ciudad, cuyo director Jonathan Baldiviezo participó del panel, además integrado por Gabriela Massuh, escritora reconocida que estudia el extractivismo urbano y Carla Rodríguez, referente política del Movimiento de Ocupantes e Inquilinos (MOI-CTA).
Dio inicio a la actividad Jorge Cardelli, Secretario de Cultura de la CTA Autónoma, destacando la importancia y actualidad del tema en una coyuntura en la cual la privatización de espacio público está siendo profundizado y los/as vecinos/as se ven cada vez más rodeados por centros de shopping y edificos altos, que por arboles y espacios verdes.
En la primera intervención de la tarde, Jonathan Baldiviezo dibujó un panorama preocupante de la gestión actual del gobierno de la ciudad bajo el mando de Horacio Rodríguez Larreta del PRO.
Mientras que durante la intendencia de Mauricio Macri se intentó impedir la urbanización de las villas, el actual gobierno cambió el discurso y avanzó en la urbanización de algunos barrios específicos, cuyo desarrollo está siempre atado a proyectos inmobiliarios y a la venta de tierras públicas.
Baldiviezo dio a conocer que en solo 8 años de la intendencia de Macri, se privatizaron más de 200 has. del territorio capitalino, y solo este año 2016 se sumaron otras 60has., pero por si eso no fuera suficiente, se planifica la venta de otras 400 has. más. Al mismo tiempo, desaparecieron 100 has. de parques y espacios públicos.
Baldiviezo informó que la intendencia de Larreta está avanzando en un nuevo Código de Planeamiento y edificación que establecería normas de construcción para el 60% de la ciudad, que el gobierno considera consolidado, mientras que para el restante 40%, la ciudad «no consolidada“, o sea villas, parques, la costanera, etc., no habría regulación ninguna. El nuevo código busca además legitimar los edificios ya construidos, de los cuales el 80% no respeta las normas establecidas por el código de planeamiento actual, según indican las propias empresas inmobiliarias.
El director del OCD advirtió de un gigantesco proyecto de infraestructura que planifica la intendencia del PRO en la capital y el conurbano, ligando las lineas ferroviarias del norte y sur, entre otras cosas. Este proyecto implica una suma de dinero gigantesca y endeudaría la capital aún más. Además, debido a la magnitud del proyecto y la falta de organización y planeamiento, existen dudas si realmente se llegaría a concluir, o más bien terminaría siendo un pozo sin fondo.
Finalizando su exposición, Baldiviezo puso énfasis en que uno de los problemas más grandes es la falta de información generalizada en la sociedad y la avalancha de anuncios y publicidades que el gobierno de la ciudad publica todos los días, generando una distracción masiva. Llamó a tomar las riendas de la planificación de la ciudad, exigiendo el derecho a la ciudad y en este contexto, destacó la importancia de la carta del derecho a la ciudad como espacio de discusión alternativo al proyecto del actual indentende de la capital federal de legalizar las «ilegalidades» del capital inmobiliario.
La segunda en intervenir fue Gabriela Massuh, que felicitó el esfuerzo de Jonathan Baldiviezo por hacer visible la polìtica afín al capital inmobiliario de Horario Rodríguez Larreta y por la Carta del Derecho a la Ciudad. Llamó la atención sobre el hecho de que cuestiones de la ciudad siempre están consideradas algo doméstico, de menor importancia, mientras que Mauricio Macri, y ahora Horacio Rodríguez Larreta están destruyendo la capital y con ello el patrimonio arquitectónico e histórico de los/as argentinos/as desde hace años.
El extractivismo urbano, o sea la privatización de espacios públicos y con ello la privación de los habitantes de una vivienda accesible, parques y una mejor calidad de vida, no está sobre la agenda mediática, mientras que la carísima y omnipresente publicidad del Gobierno de la Ciudad crea la ilusión de progreso y bienestar. Massuh expresó una profunda preocupación por el hecho de que la intendencia del PRO está creando una ciudad con valor de cambio, no de uso; una ciudad con más del 25% de viviendas vacías, mientras que las villas siguen creciendo.
En su intervención, Carla Rodríguez hizo referencia al padre del derecho a la ciudad Henry Lefebvre, quien elaboró esa visión para contraponerla con la concepción de la urbanización capitalista, que, entre otros aspectos, se basa en una segregación espacial, o sea en una separación de los que pueden pagar alquileres y casa caros y aquellos que no les alcanza el bolsillo para vivir en el centro.
Rodríguez coincidió con Massuh en que la ciudad está siendo vaciada del sentido de valor de uso y planificada burocráticamente según las necesidades del capital. La referente política del MOI propuso contraponer esa lógica con la universalización del derecho al pleno acceso a la vida urbana para todos y todas, el desarrollo de un socialismo autogestionario para promover el involucramiento en los espacios barriales y la transición a una perspectiva de revolución urbana, implicando una democratización de todos los niveles de planificación y organización urbana.
Exigió además que se siga profunizando la formación y el debate acerca del derecho a la ciudad, y llamó a unir las luchas hacia la construcción de una ciudad incluyente.
En el debate que siguió al panel, se sostuvo que hay una búsqueda de un espectro amplio de vecinos/as en todos los barrios por otro camino y otra forma de organizar la vida en la capital, aunque con diferencias significativas en cuanto a la participación en cada comuna. Las cada vez más numerosas luchas barriales que tienen como objetivo frenar los cuantiosos proyectos de privatización del espacio público dan fe de ello. Ahora bien, sigue vigente acercar a los debates y asambleas barriales el tema de fondo que genera todos estos conflictos: el sistema capitalista.