El Bachillerato Popular Alberto Chejolán, perteneciente al Frente de Bachilleratos de la CTAA Capital y ubicado en la Villa 31 de Retiro, comenzó una campaña de difusión para denunciar las condiciones edilicias de la escuela, que van desde problemas estructurales hasta cortes de luz constantes y la falta de respuestas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

* Por Valeria Garay

“Tenemos problemas edilicios desde hace mucho tiempo, ahora estamos con problemas de cloacas y cortes reiterados de luz. El Gobierno de la Ciudad no se hace cargo de nada, hace un montón que nos vienen pateando las reuniones y nunca nos dan una respuesta concreta”, explicó Janet Mendieta, estudiante de Tercer Año del Bachillerato Popular Alberto Chejolán, sobre la situación que atraviesa el edificio donde estudia.

“Nuestro Bachillerato está ubicado en el Barrio Güemes, que es una de las entradas principales donde transitan la mayoría de los vecinos. La falta de cloacas y luz es un gran problema, porque nosotros estudiamos de 18 a 22 horas y al no haber luz no puede haber clases, por lo cual a esta altura del año ya tenemos muchas clases perdidas. Funcionamos de martes a viernes y perder clases nos perjudica. Y el que no haya cloacas es un problema serio, porque tenemos cumpas que van con sus nenes, hay cumpas que están embarazadas y se necesita, tenemos un solo baño para los tres cursos”, agregó la compañera.

Por su parte, Ariel Rapp, docente de Segundo Año del Bachi, relató: “Nosotros básicamente estamos con dos problemas, uno que tiene que ver con problemas de infraestructura general, que viene de la mano del no otorgamiento de presupuesto por parte del Ministerio de Educación y también la dificultad de poder articular con la Subsecretaría de Integración Urbana, que es la encargada de la urbanización. A este panorama se suma que están por inaugurar la Sede del Ministerio de Educación justo enfrente nuestro, se trata de un gasto de miles de millones de dólares y a nosotros no nos solucionan los problemas de luz, cloacas, todo lo que tiene que ver con la estructura del edificio -que se está cayendo a pedazos, con roturas de las paredes- y los docentes que no cobramos salario, como en el resto de los Bachilleratos Populares.

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