Nuestra provincia nuevamente vuelve a ser noticia nacional, no es porque bajan los índices de pobreza, ni porque se acabó la impunidad, es porque dicen los diarios que la policía disparo a un niño de 11 años y lo mató, en la nuca fue el tiro, bien certero.
* Por Julia Leonor Cruz, Secretaria de Género CTA A Tucumán para Encuentro Niñez y Territorio
FACUNDO 11 AÑOS, 11 AÑOS, un niño, una criatura, lo asesinaron, lo fusilaron, como si fuera nada apretaron el gatillo, como si Facundo fuera una mierda, una vida que no vale nada. Lo asesinaron, lo mataron y después mostraron su cuerpito tirado, ensangrentado, 11 años era un niño, era changuito, lo asesinaron, en la nuca quedó alojada la bala 9 milímetros, no lo pueden disfrazar.
Hoy una parte de la sociedad acá que se pregunta: qué hace un niño de 11 años a esa hora en la calle. Buscan justificar que por algo será que no han parado. Hay quienes pretenden instalar, como si fuera una excusa posible, que seguro no era ningún nene de pecho. Quiénes son las personas capaces de decir “uno menos, y faltan más”, que les ha pasado que no se estremecen ante un niño asesinado. Lo medios hegemónicos, por supuesto, hacen su trabajo. Seguir estigmatizando, seguir culpando, seguir señalando. A Facundo lo fusilaron, lo mataron. A él y a su amigo les disparan por ser negros, por portación de rostro, por actitud sospechosa, por pobre.
Para que el circo esté completo, no puede faltar la foto, tirado, sangrando, el morbo se debe alimentar, mirando esa foto no sólo las lágrimas te saltan, también te brota la indignación, la impotencia, el dolor, la bronca.
Facundo iba en moto, tenía gorra, no paro al grito de la policía, tenían actitud sospechosa, parece que eso es motivo suficiente para dispararle en la nuca.
Lo que nos pasa es que para sostener este sistema, donde la vida de unos pocos vale mucho y la de muchos vale nada, se debe crear enemigos, y el enemigo público número uno son nuestros hijos, son los peligrosos, los delincuentes, los asesinos, los que hay que eliminar, los que viven en ciertos barrios, lo que visten de cierta forma, los tienen cierto color de piel. Los nuestros.
A Facundo LO MATÓ LA POLICÍA y los medios, los que dicen bravo Chocobar, se encargaron de que Facundo no sea un niño. Cada vez que muestran a un pibe como un potencial delincuente, un futuro pibe chorro, una escoria social son cómplices de los verdugos. Así esa vida queda devaluada entonces cuando es arrebatada no pasa nada y nos toca escuchar “es otro negro de mierda”. La muerte acecha a nuestros barrios hace décadas, y ahí vamos tratando de sobrevivir entre tanta miseria, tanta pobreza, tanta droga, tanta mafia, tanta policía corrupta, tanta impunidad, tanta humanidad deshumanizada que grita la vida de ese no vale nada, no importa si lo matas.
Es urgente salir a disputar sentidos sociales, recuperar lo colectivo de la lucha para marchar por la vida de nuestros pibes y volver a gritar en la calle NI UN PIBE MENOS!
¡NI TU GORRA, NI TU CHAPA, NI TU ARMA TE DAN DERECHO A MATARNOS!