La administración Kirchner, en las postrimerías de su gestión, está produciendo hoy una serie de cambios importantes que replantean gran parte de los lineamientos seguidos durante su triple mandato.
Por Héctor Giuliano, Licenciado en Administración y Finanzas y experto en Deuda Pública y Externa.
Tales modificaciones en curso, que van a quedar como pesada herencia para el próximo gobierno, están vinculadas -directa o indirectamente- al problema del sobre-endeudamiento del Estado.
Lo que sigue es un intento de explicar cuáles son los principales hechos al respecto y entender cuáles sus connotaciones financieras y políticas.
La deuda K
El último stock de la Deuda Pública informado por el Ministerio de Economía (MECON) es de 211.000 MD (1) al 30 de junio de 2014.
Se trata de una cifra discutible, a la que ya nos hemos referido en numerosas oportunidades pero -a los fines indicativos y sin entrar en juicios de valor- es el dato oficial.
Según ese último informe trimestral de Deuda, que comprende solamente Deuda en cabeza del Estado Central y no el total de la Deuda Pública Nacional – con Provincias/Municipios, Empresas del Estado, Organismos Nacionales, Fondos Fiduciarios, Banco Central (BCRA) y juicios contra el Estado con sentencia en firme- durante el corriente año hay vencimientos de 26.100 MD por Capital y de 8.900 MD por Intereses; en total, servicios financieros de la Deuda por 35.000 MD.
Los Intereses se pagan en efectivo -salvo una parte muy menor, que se capitaliza por anatocismo- pero los vencimientos de Capital se refinancian en su totalidad; y además se toma deuda nueva.
Según la Ley de Presupuesto 27.008 -correspondiente al ejercicio 2015 – cuyos datos también los provee el MECON, los vencimientos aprobados por el Congreso son, en cambio, mucho mayores: 53.600 MD de Capital y 10.200 MD de Intereses a pagar.
Es un hecho tradicional -aunque nunca explicado- que los datos del Informe de Deuda Pública sean siempre mucho menores que los montos aprobados por las leyes de Presupuesto del Congreso pese a que, en ambos casos, la información de base es la misma, los datos los provee la misma oficina del MECON y se confeccionan en la misma época del año.
Aproximadamente un 70 % de la Deuda Pública está en moneda extranjera pero como gran parte de la misma corresponde a obligaciones intra-Estado (fundamentalmente préstamos del BCRA y otros entes oficiales) según el criterio de residencia del acreedor la Deuda Externa Pública es la mitad: algo más de una tercera parte del total (35.4 %).
El Presupuesto 2015 autoriza niveles de endeudamiento altísimos para el gobierno Kirchner durante su último año de gestión:
1. Operaciones de Crédito Público por 46.100 MD (Artículo 37).
2. Operaciones adicionales de Endeudamiento para Obras Públicas e Infraestructura por 50.300 MD (Artículo 41).
3. Operaciones de crédito para el trienio 2016-2018 por 37.200 MD (Artículo 43).
Esto es, que la Ley de Presupuesto 2015 aprueba un total de nuevas operaciones de deuda por 133.600 MD.
Además, el Artículo 47 autoriza al Poder Ejecutivo “a otorgar avales, fianzas o garantías de cualquier naturaleza” por hasta 47.600 MD.
Todo esto significa que la administración K -en el último año de su gestión- se encuentra facultada para asumir estos altísimos montos máximos de endeudamiento del Estado, que dejará como herencia al futuro gobierno.
El BCRA
Frente a este cúmulo de obligaciones existentes y nuevos compromisos financieros autorizados a contraer por el Estado no existe capacidad demostrada alguna de repago.
Dentro del Sistema de Deuda Perpetua que rige nuestro país, el gobierno K no tiene ni Solvencia Fiscal -capacidad genuina de pago- ni Liquidez para poder aguantar la situación -dada la falta de divisas- de modo que su política es seguir refinanciando íntegramente los vencimientos de capital a medida que van cayendo (cancelando deudas con nuevas deudas) y tomando deuda adicional (aprobadas por Presupuesto).
Las posibilidades de apoyo financiero del BCRA al Tesoro dentro de este contexto han llegado hoy a una situación técnica límite:
a) Las Reservas Internacionales (RI) Brutas -al 31 de enero de 2015- son de 31.500 MD pero no constituyen el monto de divisas realmente disponibles: hay que restarle 8.200 MD de Cuentas Corrientes en Otras Monedas (Encajes por Depósitos Bancarios en Dólares) y 6.300 MD de Otros Pasivos (Préstamos de Otros Bancos Centrales, como el Banco de Francia, el BIS de Basilea y el Swap del Banco Popular de China), de modo que las reservas netas quedan reducidas a 17.000 MD, un total insuficiente para atender los compromisos de la Balanza de Pagos en general y de los rubros de las deudas -comercial y financiera- en particular.
b) La Deuda cuasi-fiscal por Lebac/Nobac (utilizada en gran escala para esterilizar la mayor parte del dinero que se emite sin respaldo para comprar reservas) pasa actualmente los 300.000 M$ (son 304.300 M$ al 31 de enero, equivalentes a 35.200 MD) y representa el 68 % de la Base Monetaria (una BM que es de 448.000 M$ ≡ 51.900 MD).
c) El BCRA abona por estas Letras/Notas una tasa promedio del 28-29 % anual, lo que significa el pago de unos 87.000 M$ anuales de Intereses al oligopolio de bancos que operan renovando sistemáticamente sus colocaciones cada semana – los días martes – a la vez que aumentando los importes respectivos.
d) Frente a esta sangría de intereses de la deuda del BCRA – que es deuda paralela del Estado Argentino y no está incluida dentro de la Deuda Pública del Tesoro – las Reservas Internacionales rinden apenas un 0.10 %: según el Balance 2013 – última información disponible – ese año los Intereses Ganados sobre las Reservas fueron de 210 M$ sobre un stock equivalente entonces a 200.000 M$; mientras que los Intereses Perdidos o pagados sobre Lebac/Nobac fueron de 14.800 M$ (cuando en esa época las tasas eran del 13-14 % anual, esto es, la mitad que ahora).
e) El 66 % de los Activos del BCRA (85.300/129.100 MD) está constituido por Títulos Públicos y Adelantos al Tesoro que no tienen capacidad de repago, por lo que la exposición financiera del Banco es prácticamente total por la falta de calidad de sus tenencias.
f) La relación Base Monetaria/Reservas (BM/RI) daría hoy una paridad cambiaria nominal de 14.20 $/US$ (448.000 M$/31.500 MD).
g) Pese a todo esto, el BCRA gira fortísimas sumas de utilidades contables en pesos al Tesoro gracias al concepto de tenencia – aumento del valor registrado por devaluación del peso – y a la falsa calificación en la calidad de sus activos por Títulos del Estado que son impagables.
Esta crítica situación financiera del BCRA, su descapitalización sistemática – derivada principalmente de la política K de pago de Deuda Externa con Reservas y libre salida masiva de capitales durante largos años – y el sobre-endeudamiento cuasi-fiscal (por Lebac/Nobac), han llevado así a un estado técnico de bancarrota y a un mecanismo de vaciamiento que no es reversible y que sólo se sostiene a costa de mayor endeudamiento.
Por esta situación, el BCRA habría llegado al límite de sus posibilidades de ayuda al Tesoro y vuelve a replantearse entonces el tema de la vuelta a tomar Deuda Externa.
China
En este doble marco de insolvencia y sobre-endeudamiento público – tanto de la Tesorería como del BCRA – el gobierno CFK, trabado en su objetivo de volver al Mercado Internacional de Capitales según la Hoja de Ruta Boudou (debido a la crisis de los Holdouts derivada del fallo Griesa) habría acelerado su giro hacia China como última y desesperada carta de salvación para evitar la caída financiera y política de su administración antes de las elecciones de Octubre.
Algunas interpretaciones sobre ese cambio y aceleración de las relaciones con China por parte del gobierno K en los últimos meses de su gestión ya las hemos tocado en otros trabajos pero, en lo básico, son un derivado de la falta de acuerdo con los holdouts en relación a las consecuencias del fallo Griesa, que se encontraría estancado en Nueva York porque si la Argentina se sienta a “negociar” la forma de pago con los Fondos Buitre (FB) a través de la mediación Pollack es inevitable no sólo la realización de pagos – totales o parciales, así como gastos – sino también la conversión y colocación de nueva deuda en bonos para pagar las sentencias, la avalancha del resto de los holdouts y los probables reclamos de holdin.
Una situación de la que el gobierno K trata de zafar con sucesivas acciones de dilación y desgaste, con miras a poder trasladarle el problema – y la bomba de tiempo consiguiente – al futuro gobierno electo.
La administración Kirchner apela así a toda una batería de medidas – económicas, comerciales y financieras – que no siguen necesariamente una línea ordenada pero que, en materia específicamente monetaria y cambiaria, buscan un efecto de contención a corto plazo de la caída de reservas del BCRA, si bien con ello no revierten su desbalance ni sus problemas de fondo:
1. Firma de una veintena de convenios peligrosamente concesivos con China a cambio de fuerte financiamiento para poder afrontar pagos de la Deuda Externa, sostener las transferencias de divisas indispensables de la Balanza de Pagos y reponer el stock de Reservas del BCRA.
2. Ratificación del Swap de Monedas con China – Pesos por Yuanes convertibles en Dólares – transformando así un instrumento prevalentemente comercial (trueque o intercambio en monedas propias) por una forma de préstamo financiero (Deuda Externa). (2)
3. Disponibilidad transitoria como Reservas de los desembolsos graduales de préstamos para Obras Públicas y de Infraestructura que puedan girarse anticipadamente a la Argentina, como es el caso de los créditos para las represas de Santa Cruz o para el Ferrocarril Belgrano Cargas. (3)
Se estima que el paquete de más de 20 acuerdos firmados por la presidenta CFK y su par chino Xi Jinping, en el marco del Convenio de Cooperación Económica y de Inversiones del 2014, conlleva operaciones múltiples por hasta 18-20.000 MD, de los que entre 6.500-6.700 en lo inmediato.
El grueso de tales operaciones está constituido por préstamos: préstamos que constituyen nueva Deuda Externa, que no tienen capacidad de repago por parte de la Argentina y cuya carga financiera va a ser traspasada al futuro gobierno.
La práctica no es nueva: se trata de un remake que es una constante dentro del mecanismo de Deuda Perpetua del Estado Argentino.
La novedad reside en que ahora esta nueva ola de endeudamiento K se toma a fines de su gestión, que – dado el conflicto existente con los FB – el centro de colocación de nuevas deudas se desplaza fuera de la plaza de Nueva York (hacia China y el mercado de Londres) y que esta masa extraordinaria de nuevos compromisos va a tener que ser pagada (eso sí, como siempre) a partir del próximo gobierno.
Notas:
1) Las siglas MD/M$ significan Millones de Dólares/Pesos respectivamente y se expresan siempre con redondeo, razón por la cual los totales de importes pueden no coincidir exactamente con la sumatoria de términos.
2) El Swap o pase de monedas es un tipo de operación prevalentemente comercial, para permitir el intercambio entre dos países sin utilizar dinero de terceros. Pero permite la alternativa de triangular monedas en lugar de utilizarlas en forma directa, vía cambio de yuanes por dólares. En este caso, la finalidad comercial da lugar a la prioridad financiera y el swap pasa de ser una suerte de cuenta corriente bi-monetaria a ser una forma de préstamo financiero para que uno de los países – en este caso, la Argentina – utilice la tercerización con el dólar para refinanciar obligaciones de Deuda Externa contra nueva deuda tomada con el gobierno de China. Actualmente, la relación de cotización internacional es de 6.25 yuanes por dólar y la plaza en que se realizan la mayoría de tales operaciones es la de Londres. En Marzo de 2014 el Banco de Inglaterra y el Banco Popular de China – que es su Banco Central – firmaron una alianza o acuerdo especial por el que se reconoce a la capital británica como centro de operaciones de yuanes en el mundo.
3) En la actualidad, las Reservas del BCRA se están sosteniendo transitoriamente con la entrada de divisas correspondientes a préstamos no sólo de tipo financiero – como el swap de monedas (que es por 11.000 MD, de los que se han utilizado hasta ahora 3.100) – sino también con el ingreso y retención de divisas de otros préstamos que no van directa o inmediatamente a su destino sino que permanecen retenidas y sirven así para aguantar la posición de reservas internacionales mientras se dilate su utilización, como es el caso de los desembolsos por las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic, en Santa Cruz, que conllevan créditos por 4.700 MD; los créditos para las compras del Ferrocarril Belgrano Cargas (por otros 2.100 MD) o la compra a crédito de 11 embarcaciones (423 MD) también a China. Es parte de la modalidad de retener divisas ingresadas por otros conceptos para que el BCRA pueda sostener su posición de reservas, como el caso de computar todavía como reservas los fondos bloqueados por el juez Griesa para el pago a los bonistas del Megacanje Kirchner-Lavagna 2005-2010 (más de 500 MD), los 500 MD de Obligaciones Negociables (ON) colocados días pasados por YPF como Deuda Externa (a una tasa de interés altísima, del 8.875 %, casi 9) y los 500 MD de nueva colocación de Deuda de la CABA (emitidos también días pasados a una tasa elevadísima del mismo tipo (8.95 %). El uso de divisas de la Deuda Externa Pública Indirecta (particularmente Empresas del Estado y/o Deudas Provinciales) para sostener el nivel de las reservas internacionales – y consiguientemente, el tipo de cambio – no se trata de una práctica nueva en la Argentina: fue una de las formas clave en que se aumentó grandemente la Deuda Externa de nuestro país en la época del Proceso Militar (gestión Martínez de Hoz) y también durante la denostada Convertibilidad de la década menemista del ’90: utilizar a las Empresas del Estado y otros organismos públicos para obtener divisas en forma lateral al Tesoro.