Ante el despidió de más de 80 visitadores médicos y el anuncio del cierre de la filial en Argentina de la Multinacional Menarini, la Asociación de Agentes de Propaganda Médica (AAPM-CTA) realizará movilizaciones, cortes de la vía pública y escraches a las oficinas del laboratorio y sus representantes en Argentina.
Estas medidas se harán extensivas a la totalidad de las empresas de la industria tanto nacional como multinacional que comercialicen los productos de Menarini sin la incorporación de los trabajadores que han perdido su fuente laboral en dicho laboratorio. AAPM de la RA exige que el Ministerio de Trabajo tome una actitud activa y que exija que la empresa cumpla las leyes vigentes.
Hace un mes y medio, la multinacional Meranini despidió 35 visitadores médicos ante lo cual la Asociación de Agentes de Propaganda Médica desarrolló acciones gremiales que derivaron en el dictado de la conciliación obligatoria decretada por el Ministerio de Trabajo. Mientras se estaban desarrollando las negociaciones basadas fundamentalmente en la recuperación de puestos laborales, el mismo día que vencían los plazos de la conciliación, el laboratorio Menarini envió 50 telegramas nuevos de despido aduciendo el “cese” de su actividad comercial en Argentina.
Ricardo Peidro, secretario General de la Asociación de Agentes de Propaganda Médica explicó que “la actitud asumida por esta multinacional del medicamento no es ajena a las políticas de los laboratorios multinacionales en Argentina, su verdadera intención es licenciar los productos para que los venda otro laboratorio reduciendo costos laborales basados en la eliminación de puestos de trabajo y aumentando los precios de los medicamentos que son entregados a otra empresa”.
“La fórmula es clara: mayor rentabilidad, ajuste sobre los trabajadores y aumentos de precios en los medicamentos para la población. Este accionar crea terror y disciplinamiento a través de imponer el miedo a los trabajadores para imponer las condiciones comerciales y los aumentos de precios», aseguró.
Peidro denunció que “la acción pasiva del Ministerio de Trabajo rayana con la complicidad, permite que se avasallen derechos y se pierdan fuentes de trabajo con la impunidad que gozan las multinacionales; pero no tiene tapujos en pedir ’prudencia’ cuando los trabajadores discuten salarios y condiciones de trabajo y pretende poner límites a la protesta a través de una Ley.” “Pese a que el laboratorio provocó 50 nuevos despidos, el Ministerio se limitó a ser un testigo ajeno al drama que significa el desamparo de 85 familias”, aseguró.