Con el objetivo de crear un espacio donde las voces, las ideas y los debates elaborados en relación con la discriminación y la violencia de género tengan un lugar donde encontrarse, tres amigas, feministas populares, juntaron sus ahorros y abrieron el 4 de octubre de 2003 La Casa del Encuentro. Hoy, a 12 años de esa inauguración, Fabiana Tuñez, una de sus directoras, cuenta cuáles son las principales tareas y objetivos de esta Asociación Civil en la coyuntura actual.
Actualmente ubicada en Avenida Rivadavia al 3900, bajo la dirección de Fabiana Tuñez y Ada Rico, la Asociación Civil La Casa del Encuentro es un espacio que trabaja contra toda forma de violencia, de abuso y discriminación hacia las mujeres, niñas y niños.
Es así que esta Casa desarrolló dos líneas de trabajo muy fuertes, una que tiene que ver con la asistencia integral a víctimas de violencia de género y trata de personas y por el otro lado, como parte de su objetivo de incidencia en políticas públicas, el observatorio de Femicidios “Adriana Marisel Zambrano”, que bajo la dirección de Ada Rico produce el Informe de Femicidios en Argentina, que elabora estadísticas confiables a nivel nacional y que es utilizado hasta por el Estado.
-¿Fabiana, contanos cómo trabaja el equipo del Observatorio de Femicidios?
El equipo de investigación de La Casa del Encuentro se basa en 120 medios de comunicación de todo el país y diariamente chequea las noticias y además, hace el seguimiento de cada caso. A través de este informe nosotras no queríamos hablar solamente de las cantidades. Lo que contamos es la historia de esa mujer, el nombre del asesino y en qué circunstancias la mató. Porque para nosotras este informe es mucho más que estadístico. Es un informe político, que pretende denunciar una realidad que está silenciada. El informe es mostrar el extremo, pero también es mostrar qué pasó que no se pudo evitar ese femicidio.
-¿Qué tipo de asistencia le dan a las víctimas de violencia de género que se acercan a La Casa del Encuentro?
La asistencia es interdisciplinaria, compuesta de trabajadoras sociales, psicólogas y abogadas que orientan en la emergencia y que luego derivan a las personas a patrocinios jurídicos gratuitos. En La Casa del Encuentro trabajan de manera voluntaria más de 30 profesionales, quienes tienen formación con perspectiva de género y aquellas que no la posean pueden capacitarse ahí mismo para formar parte del equipo cuando ya tienen incorporada la mirada de Género.
Si bien esta organización civil solo tiene sede en la Ciudad de Buenos Aires, el informe sobre femicidio elaborado por su observatorio hace un relevamiento de medios a nivel nacional. Al mismo tiempo, se otorga asistencia a mujeres de todo el país ya sea por teléfono o por correo electrónico.
-¿La Casa del Encuentro nace para encargarse de cuestiones que debería atender el Estado?
La Casa del Encuentro en realidad nace como una ONG que lo que pretende hacer es un pequeño aporte desde nuestro lugar de Sociedad Civil. Sí es cierto que en general las ONG tienden a ocuparse de temas en los que en realidad deberían trabajar los diferentes Estados. Pero nosotras siempre lo hacemos desde un espíritu de articulación, desde un espíritu que tiene que ver con que para nosotras lo más importante son las víctimas, son las mujeres. Así que no nos quedamos solamente en el reclamo, o en la denuncia, sino que lo que priorizamos es esa mujer.
-¿Por qué decidieron bautizar “Adriana Marisel Zambrano” al Observatorio de Femicidios?
Cuando hicimos el primer informe de femicidios, en el año 2008, contamos 207 casos difundidos en los medios. Fue en el único informe en el que hicimos “trampa”: justo cuando lo presentamos apareció la familia de Adriana Marisel Zambrano a decirnos que ella no figuraba en las noticias y si la podíamos agregar. Adriana Marisel Zambrano fue asesinada a golpes con un nivel de albañilería, era una mujer originaria, pobre y el Juez entendió que el asesino, José Manuel Zerda, la mató sin intención. Con golpes en la cabeza, sin intención. Entonces lo condenó por homicidio preterinencional a tan solo 5 años de prisión. Cuando llegó el caso de Adriana a nosotras, llegó tarde, porque ya estaba la sentencia y la Corte había ratificado que la condena era justa. Entonces en el Informe pusimos 208 femicidios y al año siguiente, como sabíamos que teníamos que seguir peleando por esta causa, el observatorio de femicidio de La Casa del Encuentro pasó a llamarse Adriana Marisel Zambrano. ¿Y sabés por qué? Porque Adriana Zambrano cuando fue asesinada tenía una hijita de 9 meses. Y el padre va a salir, de hecho ya empezó a tener salidas transitorias y lo primero que hizo al salir fue reclamar la tenencia de esa hija, que estaba bajo la tutela de la familia Zambrano. Yo me pregunto ¿Puede darle amor a esa criatura, el asesino de una mujer?
-¿Para qué sirve la elaboración del Informe anual de femicidios?
Además de arrojar estadísticas que son utilizadas por los medios de comunicación e incluso por el Estado para generar Políticas, como la creación de una nueva línea telefónica gratuita en todo el país para hacer denuncias, lo que quisimos mostrar con el informe, es el impacto que tiene la violencia de género en toda la sociedad y por eso dentro del mismo incluimos una definición política que hicimos desde el observatorio, que es el “femicidio vinculado”, que es el asesinato de una persona por intentar impedir un femicidio, o bien para castigar y destruir psíquicamente a esa mujer. Y entonces en el informe aparecen varones, niños, pero también le fuimos agregando datos como el lugar. Y resulta que el lugar más inseguro para una mujer es su propia casa.
También hicimos un pequeño registro, porque los medios de comunicación no publican todo, como la cantidad de hijos e hijas que quedaron sin madre. Entonces, con todo este informe empezamos a golpear las puertas de todos los despachos diciendo que era necesaria – en virtud de las sentencias ridículas que había y el desconocimiento absoluto de lo que implica un femicidio- la incorporación de la figura de femicidio al Código Penal. Lo logramos a medias, es un híbrido, pero después vamos a pedir la reforma, por ahora nos conformamos con como salió, porque se amplió, antes la pena máxima era para el “homicidio agravado por el vínculo” y ahora se extendió a “vínculos que no están probados legalmente”. El sistema ha diseñado al Código Penal desde una concepción machista y patriarcal. Nosotras queremos derribar ese Código que no nos contiene como mujeres.
-Con respecto a los medios de comunicación ¿Crees que están hablando un poco más del tema?, ¿Cómo evaluás el tratamiento que le dan los medios a la violencia de género?
La realidad es que se está hablando cada día más en los medios de comunicación y en algunos se va dando un abordaje mucho más específico a la temática de la violencia. Lamentablemente, hay como un doble discurso. Por un lado se habla más, pero por el otro lado, en paralelo, se mandan mensajes de cosificación permanente y una descalificación constante hacia la mujer.
-¿Crees que se da suficiente información sobre qué es la violencia de género, sobre los lugares a dónde pueden asistir las mujeres y los teléfonos para hacer denuncias?
Ahí creo que habría que hablar de una cadena de responsabilidades. Por un lado los medios no difunden suficiente los lugares a donde recurrir y por el otro lado los Estados tampoco difunden bien cuáles son los dispositivos, las líneas y los teléfonos que hay para que una mujer acuda a pedir ayuda.
-¿Por qué crees que existe la violencia de género?
Esto tiene que ver con una cultura machista que nos atraviesa a mujeres y a varones por igual, donde la educación que hemos recibido tiene que ver con estas desigualdades estructurales que todavía persisten y donde la violencia es el factor para seguir sosteniendo esta desigualdad. La realidad es que la violencia de género afecta directamente a las mujeres, niñas y niños, pero también termina afectando a todo el tejido social, porque detrás de cada víctima de violencia, detrás de cada denuncia, hay víctimas colaterales. Por eso decimos que es tan importante que este tema forme parte de la agenda urgente y que además se les asigne presupuestos acordes a todas las áreas y programas que trabajen esta temática.
-¿Crees que cambió algo a partir de la Ley de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra las Mujeres?
Sí, cambió fundamentalmente que se reconoce que existen diferentes formas de violencia. Antes solamente se visibilizaba la violencia de género dentro del hogar, pero a partir de la Ley, se reconoce que hay violencia en los diferentes ámbitos donde se desarrolla la vida de una mujer. Creemos que es un paso muy importante, porque ahora, por ejemplo, una mujer puede hacer una denuncia por violencia psicológica, por violencia obstétrica o por violencia mediática, se amplió la posibilidad de derechos para las mujeres en los diferentes aspectos.
-¿Se está cumpliendo con esta Ley?
La Ley se cumple a medias, en realidad todavía hay artículos que no han sido reglamentados, con lo cual tenemos que decir que la ley se cumple, pero que todavía faltan artículos importantes, como el que habla sobre El Plan Nacional de la Lucha para la Erradicación de la Violencia. Que ese no está reglamentado y que creemos que es indispensable.
-Si una mujer necesita hacer una denuncia por violencia psicológica ¿Esa denuncia es tomada?
Bueno, esa es la gran pelea que todavía hay, la realidad es que la mujer tiene derecho a hacerla, el problema es que no todos los efectores están capacitados para entender que ellos tiene la obligación de tomar la denuncia, después será el Juez el que determine si esa denuncia corresponde o no. Este es el trabajo que hay por delante y que tiene que ver con la capacitación en todas aquellas áreas que intervienen en el momento en que una mujer va y hace una denuncia.
Violencia de Género en Argentina
En marzo de 2009 fue sancionada en el país la Ley 26.485 de Protección Integral para prevenir, sancionar y erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrolle sus relaciones interpersonales. Esta ley es un avance, porque contempla la violencia simbólica e incluso a la mediática.
La Ley define a la violencia de género como «toda conducta, acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad, integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su seguridad personal.
Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes. Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción u omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja con respecto al varón». Además, la ley contempla la creación del Observatorio de la Violencia contra las Mujeres.
La ley considera a la Violencia Mediática como una modalidad. Esta fue tenida en cuenta posteriormente al sancionarse la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que permite a partir de finales del año 2010 que se regulen los contenidos sexistas en radio y televisión.
A pesar de la sanción de la Ley, según las estadísticas del Observatorio de La Casa del Encuentro, una mujer es víctima de femicidio cada 35 horas en el país. Teniendo en cuenta estos datos, en septiembre de 2013, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner oficializó la puesta en marcha de la línea telefónica gratuita 144 que, durante las 24 horas de los 365 días del año brinda contención, información y asesoramiento a víctimas de la violencia de género de todo el territorio argentino.
Además, en julio de 2010, un año después de sancionarse la Ley de Género, la Asamblea General de la Naciones Unidas creó en Argentina ONU Mujeres, se trata de la fusión de distintos programas que tenía Naciones Unidas y la transformación en una agencia específica para la mujer. Esta agencia puede sentarse en la mesa de toma de decisiones de la Naciones Unidas. ONU mujeres articula acciones con el Ministerio de Economía, el Ministerio de Seguridad, el Consejo Nacional de las Mujeres y la Corte Suprema de Justicia, orientada a resolver problemáticas de género, sobre todo las relacionadas a la violencia.