Un plan de subsidios que no resuelve de fondo el regreso al estudio de los jóvenes.
Sobre el Plan Progresar
La última semana de enero, luego de más de un mes sin apariciones públicas y con una escalonada inflacionaria, la presidenta Cristina Kirchner anunció el Plan Progresar: Un programa de becas de 600 pesos para jóvenes que, o bien no estudian ni trabajan o bien lo hacen bajo un régimen de informalidad o trabajo en negro ganando menos del salario mínimo vital y móvil (hoy en $3600). A su vez, deberán acreditar su inscripción a alguna institución educativa avalada por el Ministerio de Trabajo y que sus padres (entre ambos) tampoco perciban ingresos mayores a $3600.
En estos anuncios es donde se entrevé una realidad social que dista mucho de poder afirmar que hay década ganada para los jóvenes en Argentina: el 30% de la población entre 18 y 24 años (1.555.817 jóvenes) a los que alcanzaría este plan se encuentra en una situación de superexplotación laboral o marginado totalmente de un futuro digno para poder crecer.
Si bien es positivo que salga un proyecto por el cual desde hace años desde las organizaciones sociales lo venimos peleando para nuestros jóvenes, desde la Juventud CTA Capital estamos convencidos que no alcanza para poder construir el futuro que necesitamos. Nos encontramos con un plan presupuestariamente insuficiente: ya que no supera ni el 3% de lo destinado al pago de la deuda externa y sus intereses.
La pulseada está en no pagar la deuda externa y destinar esos fondos para resolver la problemática de millones. Un nuevo plan de subsidios puede funcionar a corto plazo, pero los jóvenes necesitamos trabajo digno, estable y con un sueldo que nos permita vivir y becas que no sean migajas devoradas por la inflación.
Febrero, 2014.
Espacio de Juventud CTA Capital.