Vamos por la aprobación e implementación de la ley del Teleoperador.
Hoy los callcenter son en su gran mayoría monopolios extranjeros tercerizadores que se encargan de precarizar a miles de trabajadores incumpliendo todo tipo de leyes en la Argentina: no acatan convenios colectivos, se encargan de tirar por tierra la 92 ter de la LCT, mantienen pésimas condiciones de higiene y salubridad.
Todos estos años en donde los trabajadores salimos a pelearla, nos encontramos con un estado presente para estos monopolios: otorgándole subsidios, postergando inspecciones del Ministerio de Trabajo en los lugares o incluso judicializando a los trabajadores que salimos a reclamar estabilidad laboral. En esos años fueron pasando proyectos por el congreso que quedaron juntando polvo, inclinando la balanza para un puñado de empresas antes que a los miles de trabajadores del sector.
Hoy, el proyecto presentado contempla un máximo de 6 horas diarias trabajadas y 5 días a la semana, los descansos diarios y semanales, el impedimento de bajar los bonos variables de productividad (que llegan a hacer muchas veces la mitad del sueldo recibido), exámenes médicos anuales e implementa que el sueldo básico de los trabajadores de callcenter tendrá que ser igual a la escala salarial de 48hs. Aunque no contempla a los teleoperadores estatales, ni tampoco dicta la insalubridad de la tarea (delega esa responsabilidad en la superintendencia de Riesgos de Trabajo), de aprobarse sería un paso adelante para los trabajadores de callcenter, que buscaríamos implementarla de la única forma en que se cumplen las leyes en la Argentina: Organizados en cada lugar de trabajo.
Es por eso que pugnamos por poner en pie un movimiento de trabajadores que, de aprobarse, vaya por la implementación de la ley del teleoperador, no como una salida a nuestros problemas sino como una herramienta más para poder organizarnos. En ese camino es que necesitamos construir nuestras propias herramientas gremiales: imponiendo desde abajo la recuperación de los cuerpos de delegados donde sea posible o con la elección de delegados directamente organizado por los propios trabajadores para romper el cerco que nos imponen las cúpulas sindicales traidoras. Sólo así nos acercaremos a torcer el destino que nos quieren imponer.