Ayer, un trabajador tercerizado del gas falleció y otros dos resultaron gravemente heridos por una fuga de gas en el barrio porteño de Barracas. El hecho ocurre en el marco del intento del oficialismo de pofundizar la Ley de ART. Al respecto, ACTA dialogó con Victor De Gennaro, fundador de la CTA, quien como Diputado Nacional presentó un proyecto para modificar esta legislación en favor de los trabajadores.
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-La muerte de un trabajador sin la protección necesaria vuelve a poner en debate los riesgos en el trabajo y la importancia de la prevención ¿A quién favorece la actual Ley de ART que el oficialismo pretende profundizar?
La realidad de este accidente como tantos otros que ocurren en el país, nos muestran que la Ley de Aseguradoras de Riesgo de Trabajo que profundizó lo que fue aprobado por Menem en su momento, y que ahora el gobierno quiere darle una vuelta de tuerca más tratando de minimizar los costos judiciales, no resuelve el problema de la prevención ni reparación de los accidentes laborales. Estamos hablando de más de 20 muertes por día de trabajadores por accidentes y enfermedades laborales por simplemente ir a trabajar. Son más de 5500 siniestros por años, más de un millón de denuncias existentes. Los juicios que se hacen sobre ese millón de accidentados es mínimo, y así y todo hoy intentan hacer que los juicios sean menos y los costos mínimos, haciendo que la vida del trabajador cueste cada vez menos, hasta nada.
-¿Qué contemplaba el proyecto de Ley que presentaste durante tu gestión como Diputado Nacional?
El problema es que la Aseguradora de Riesgo de Trabajo no previene ni repara. Lo que hace es un negocio financiero de 16 empresas, que hoy están facturando más de 30 mil millones de pesos por año, que sólo cubren a la mitad de la clase trabajadora. Estamos hablando de que más de 7 millones y medio de personas no tienen ninguna cobertura de ART. En ese sentido no hay una política destinada a prevención: capacitación, preparación del personal, y sobre todo la elección de delegados de prevención -que en cada sector sean encargados de ir llevando adelante la tarea de prevención de accidentes y enfermedades laborales-. Esto no es teórico: Cuando me tocó fundamentar el proyecto frente al de la presidenta Cristina de Kirchner, puse un ejemplo del Astillero Astarsa, donde en 1973 -gobierno de Cámpora- hubo una toma porque un compañero había muerto quemado en la realización de un buque. En aquella época se decía que cada buque se llevaba muerto a un compañero. Se conformó entonces una comisión especialista y durante tres años -hasta el 24 de marzo del ’76- se hicieron barcos y reparaciones y no murió ningún obrero. Es decir que la prevención y el control salva vidas. Efectivamente la dictadura retrotrajo todas las políticas de seguridad social en el Astillero. En el día de hoy, las ART no permiten que haya una democratización de delegados de prevención como nosotros preveíamos en la Ley, y además todas las políticas de prevención deberían ser satisfechas adecuadamente y no ser una pulseada que lo único que interesa es ver cuánto vale el brazo, la pierna o un ojo.
-Además aquí se juega este otro aspecto que tiene que ver con el negocio que representan las ART.
Estamos hablando de sectores financieros que lucran y evidentemente no tienen nada que ver con una política no solamente de prevención, sino de reparación. Nosotros planteábamos la gestación de un Banco de Seguro Público que permitiera que todos los trabajadores de todos los sectores pudieran estar cubiertos frente a cualquier accidente. Nosotros utilizamos los datos de siniestralidad de los trabajadores en blanco. Y consideramos lo mismo en los trabajadores que no están registrados, que son trabajadores esclavos, precarizados, etcétera. Allí es donde las condiciones de trabajo son peores y deberían ser mayores los cuidados. Con la Ley que nosotros presentamos se preveía que todos los trabajadores tengan acceso a la prevención, y a la reparación. Esto no es un invento, en Uruguay existe un Banco de Seguro Público que permite que todos accedan a este derecho. Esto significaría no aumentarle los costos a la pequeña y mediana empresa porque tendrían una cobertura mucho más clara, genuina y hasta se evitarían estos desastres que hoy existen.
-¿De qué manera el siniestro de hoy (por ayer) se agrava teniendo en cuenta que se trata de un trabajador tercerizado -y no de METROGAS-?
Hoy en día la responsabilidad de la empresa es absoluta. Por más que sea una empresa tercerizada, es solidaria y responsable, no se puede desatender. Lo hacen estas políticas que llegaron en los ’90 y se profundizaron la década pasada, y el gobierno actual continúa profundizando. Hay una continuidad a lo largo de las últimas décadas de precarización del trabajo y evitar que haya autonomía y reconocimiento del salario digno que permita que los trabajadores tengan autonomía de vida. Ocho de cada diez pibes menores de 30 años no conocen lo que es un trabajo estable, con todas las condiciones de Convenio Colectivo, trabajo digno y futuro. Ahí no le están precarizando sólo el trabajo, sino que le están precarizando la planificación de su vida, de sus sueños, de sus viajes, de su casa, de estudios. Le precarizan la vida.
-¿Entonces?
Acá es muy importante entender que esto se podría resolver de manera adecuada y sencillamente, pero esto implica que no exista más el trabajo precario y la clave de la explotación es el trabajo precario, que es una herramienta de disciplinamiento de la fuerza organizada de los trabajadores.