Las nueve lunas del festival de Cosquín, como «duendes» brillantes y fulgurantes de la noche coscoína, suelen ser fuente de inspiración, según el decir, medio en broma y medio en serio, de lugareños y habitues. ¿Esta vez habrá sido inspiración de la buena o de la otra?Además el festival cumplió en este año sus 54 años de existencia.
Llegamos a Cosquín en representación del Movimiento por la Segunda y Definitiva Independencia con un gran entusiasmo y esfuerzo militante para dar a conocer nuestras propuestas culturales, trabajos, obras e iniciativas. En esta oportunidad presentamos los últimos números de La Marea, revista de cultura, arte e ideas, que este año cumple 20 años.
También dimos a conocer en Cosquín la grabación del Himno Nacional Argentino completo, que al cumplirse su Bicentenario en el 2012 nos avocamos a grabar con la colaboración de destacados artistas, actrices, actores y cantantes con un elevado nivel profesional, ad-honorem y con un objetivo de dar a conocer en las escuelas, los barrios, los sindicatos, etc., la verdadera historia del nacimiento y desarrollo de nuestro Himno. Con su presentación en Cosquín el 2 de febrero en la Escuela de Arte «Emilio Caraffa» hemos podidos debatir con los asistentes en forma democrática, abierta y con profundidad varios aspectos culturales, ideológicos y políticos que surgieron a partir del evento.
El desembarco
«¡Tarde o temprano esto iba a pasar!», dijo un señor mayor. «¡La Cámpora desembarcó para coparnos!». Sin el aval y acuerdo, al menos, de un sector mayoritario de la Municipalidad y la Comisión del Festival con el kirchnerísmo, el copamiento no hubiese podido realizarse.
Pero arranquemos desde que llegamos a la terminal. Al descender del micro con todos los «bártulos» al hombro, casi dormidos, apenas a 50 metros y levantando la vista hacia La Plaza de los Artesanos: primer vistazo a un espectáculo «monstruoso», por lo lujoso y gigantesco, con una estructura de «una era futura», aunque a la vez grotesca, desproporcionada, desmedida. En medio de las casas bajas de Cosquín resaltaban aún más esas tremendas moles, de lo llamados «motorhome», (¡cuántos directores de cine y TV morirían por trabajar con esos vehículos en lo que se trasladan por todo el país haciendo campaña los muchachos de la Cámpora, de la Secretaría de Cultura y de la Presidencia de La Nación). Al menos 8 o 10 motorhome requirió «El Desembarco» para hacer «roncha» en Cosquín.
Nada más alejado de aquella tradición de las humildes escenificación trashumante que los Podestá hacían con Pepino el 88, aquel gigantesco circo criollo. Por el contrario, monstruos de 10 metros de largo por 5 de alto, equipados con la mejor tecnología, sin duda, costosísimos, que aunque al menos exhibieron en forma gratuita recitales, teatro, cine, talleres, juegos para niños y fueron fuente de innumerables actos políticos: un intensa campaña de propaganda política k que invadió todo el pueblo. Gorras, carteles, remeras. Ostentación de poder con la que rodearon toda la plaza de los Artesanos, indiferentes a la crisis, a los miserables sueldos de los jubilados, a la inflación, a los 15 millones de pobres, a la devaluación que se devora los ingresos de los asalariados… Se decía en esos días de festival que había mucho malestar entre los coscoínos. Hubo forcejeos, trompadas, decían algunos «el festival es nuestro y estos pendejos nos quieren pasar por encima».
Otros opinan «nos taladraron el cerebro con consignas: ‘Cultura en acción’, ‘Secretaria de Cultura’, ‘Presidencia de la Nación’ desde el escenario mayor hasta el baño». Alguien susurró que hubo luchas y contradicciones en el seno del gobierno que se resolvieron por ahora en favor del «Cuervo» Larroque, cuya posición fue: «¡tomar, YA el festival de Cosquin!».
Hubo noches que sobraron las butacas en la «Próspero Molina», grandes espacios vacíos que las cámaras se encargaron de no mostrar. En cambio los paseantes, muchas familias enteras, caminaron por la peatonal o escuchaban desde afuera, porque no se animaron a entrar o no pudieron reunir el costo elevado de las entradas.
Presentación de la Marea
En Cosquín La Marea fue encontrando amigos de todo el país, seguidores y simpatizantes: músicos, poetas, cantores, docentes que al saber de nuestra presencia en Cosquín nos buscan, se acercan al stand y quieren interiorizarse de lo editado, saber de las nuevas notas y números. Para los artistas, intelectuales, docentes, profesionales, periodístas, la revista, como para aquellos que la atesoran por su calidad, es una herramienta de consulta permanente, cuyas notas se pueden leer y reeler porque nunca pierden su vigencia, muchos nos dicen guardala en su biblioteca.
Este año agradecemos y enviamos un saludo fraterno a los compañeros/as del Movimiento de Córdoba, que jugaron un brillante papel para resolver la infraestructura del stand, traslados y acompañamiento en las tareas diarias de exhibición, difusión y venta de la revista.
El evento de presentación que realizamos en la Escuela de Arte «Emilio Caraffa» contó con la presencia del poeta, compositor y cantor, Rafael Amor, que días antes con su actuación en el escenario mayor produjo un efervorizado aplauso del público. Como en años anteriores su canto y su poesía elevaron el evento de la presentación y sus opiniones enriquecieron el debate. También nos acompañaron Ailen y Facundo que con sus voces y reclamos de luchadores contra los agrotóxicos acampantes frente a la planta de Monsanto en Malvinas, Pcia de Córdoba.
Contamos con la cordialidad de amigos coscoínos que nos reciben en épocas del festival, a queridos compañeros del campo de la cultura como Mirta Presas en la Coordinación del Congreso del Hombre Argentino, o los encargados de la Escuela de Artes «Emilio Caraffa» de Cosquín.
Allí nuevamente fue un lugar en el que pudimos dar a conocer nuestro trabajo cultura y afirmar nuestro compromiso de lucha por la unidad con todos los sectores del campo nacional y popular de la cultura para la crisis en curso no se descargue sobre las espaldas de los trabajadores y el pueblo y porque la paguen los sectores que se enriquecieron en todos estos años. Los que la juntaron con pala…
Fue una buena oportunidad para encontrarnos, juntarnos, intercambiar experiencias con cientos y miles de artistas, músicos, jóvenes y veteranos, con trabajadores de la cultura de todo el país, un inmenso océano, que año a año se llega a Cosquín. Seguramente, muchos buscan y desean encontrar caminos de unidad, objetivos comunes, servir al Pueblo y a la Patria. Para alcanzar la costa es necesario que aprendamos a bracear en ese océano.