Desde la Secretaría de Comunicación de la CTA Autónoma Capital queremos llevar nuestra solidaridad al fotógrafo Juan Pablo Barrientos, a la Revista Cítrica y a todos y todas las colegas que a diario se la juegan trabajando y comunicando la realidad: algo que desde hace rato, tanto para las autoridades políticas del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires como para los efectivos de su Policía, comporta un delito y se reporta como resistencia a la autoridad.
Juan Pablo estaba trabajando, cubriendo la intervención artística “Matar de una patada”, con que artistas independientes visibilizaron la violencia institucional cotidiana, en parte naturalizada y fervorosamente ejercida por la Policía de la Ciudad de Buenos Aires y otras fuerzas auto proclamadas “de seguridad”.
El lugar elegido para el acto fue el domo, ese engendro panóptico, que la fuerza tiene instalado en Diagonal Norte y 9 de Julio. El momento fue el cumplimiento del primer mes, transcurrido sin novedades, desde que un efectivo policial asesinara de una patada brutal a Jorge Martín Gómez, en plena calle, a la vista de los testigos presenciales y los que luego vimos el hecho atroz repetido en los canales de televisión.
En ese contexto, el de denuncia performática, policías de la ciudad abordaron al foto reportero, exigieron su DNI y, revisando sus antecedentes in situ, mencionaron una causa armada por la misma fuerza y en idéntico contexto como amenaza contra su libertad.
Desde la Secretaría de Comunicación de la CTA Autónoma Capital repudiamos este ataque contra la libertad de expresión, contra las libertades individuales y el derecho de cada ciudadano (no solo de los comunicadores) a registrar y publicar todo lo que acontezca en la vía pública, sobre todo si los protagonistas son agentes o funcionarios públicos como los efectivos policiales lo son.