La Pulseada nace en abril de 2002, luego de la primera gran marcha del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, de la mano del cura tercermundista Carlos Cajade. “Que la revista ayude al gran debate de si el mundo es para todos o, como dicen muchos, no más que para unos cuantos. Esta es La Pulseada”, sostuvo el padre Carlos Cajade en el editorial del ejemplar número 1.
Trece años después este emprendimiento de comunicación popular “basado en el trabajo colectivo y la producción de contenidos alternativos a los de los medios comerciales, que implican un compromiso con la lucha por una sociedad más justa e igualitaria”, sigue dando la pulseada.
Para que nos cuente sobre este emprednimiento hablamos con Javier Sahade, Director de la revista.
Inicios
“La revista nació con esas marchas que hacían Carlos Cajade y Alberto Morlachetti con el Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo para denunciar que el Hambre es un Crimen, en un país que se caía a pedazos”, comienza relatando Sahade.
Padre-carlos-cajade1 El primer número tuvo lugar en abril 2002 y desde ese entonces es vendida por trabajadores que obtienen así una fuente de ingresos y una forma de inserción social. Si bien también es posible adquirirla en kioscos, caso en el cual parte de lo recaudado es destinado a hogares y comedores.
“La primera tapa de la Revista sale con la imagen de la Negri, una nena que ahora es una joven del hogar de Cajade. Aparece con esa sonrisa y dijimos ‘lo que vamos a pelear desde la comunicación popular es por eso, por la sonrisa de la Negri que es la sonrisa de la infancia a la que le han arrancado los derechos”
La sonrisa de La Negri
“Maria, la Negri, llegó al Hogar de Carlitos cuando era muy pequeña. Su salud no la acompañaba pero peleó por su vida, le ganó a la muerte y se volvió símbolo de aquella niñez que podía, a pesar de las consecuencias de políticas neoliberales, de los corazones vacíos del desamparo”.
Como cuentan en la revista “la sonrisa de la Negri fue la que ilustró aquella otra pulseada, nuestra revista, en su número 1 allá por 2002, y a pedido de Carlitos. Sonreía, vestía una remera celeste y blanca, iluminaba la tapa”. Asimismo cuenta Javier: “La Negri llegó al hogar con problemas y falta de derechos como la mayoría de los pibes que llegaban, era especial porque el cura le había salvado la vida, era muy chiquita y su sonrisa sigue siendo una cosa muy simbólica para todos nosotros”.
“Cajade dijo en el arranque de la revista: ‘quiero que esa sonrisa sea la tapa’. Porque él decía que íbamos a apuntar a ser amigos de los que son amigos de esa sonrisa y enemigos de los que son enemigos de la Negri. Y eso seguimos haciendo. En esa sonrisa nos reflejamos y hacia eso vamos cuando decimos que nuestro periodismo es comunicación popular por un país con infancia”.
La agenda del día a día
“Hay muchos temas todo el tiempo, de forma cotidiana, en donde nosotros creemos que tenemos que intervenir diciendo algo, no porque seamos los únicos que lo digamos, por suerte nos acompañan un montón de medios que hacen comunicación desde el mismo lugar que nosotros”.
“Cuando surgen casos en los cuales hay pibes que son asesinados por la policía, en la mayoría de los medios dominantes aparecen esos casos como algo justificado, entonces a nosotros nos surge la necesidad y la misión y la responsabilidad de contar otra historia en torno a ese caso, contar quién es ese pibe, porque lo mataron, si fue un fusilamiento, como sigue ocurriendo. Cuando hay desalojos, si están los chicos de por medios, cuando estos medios que marcan la agenda justifican esos terribles desalojos, como hemos sufrido muchos en esta región, como en Gorina, donde tiraron abajo las casas y quedaron los chiquitos en la calle. Nosotros marcamos la agenda para contar otras historias. Por otro lado también, a nuestra agenda la marcan los propios chicos, ellos tienen ganas de expresarse, muchas ideas, son muy creativos y nos proponen otras agendas, con sus propuestas de comunicación”.
Así, cuenta Javier como surgen algunos temas: “En diferentes ocasiones surge la idea de hacer entrevistas deportivas, con personajes famosos o grupos de música, pero también están la cosas que realmente a ellos les preocupa o los interpela, como la maternidad adolescente, las adicciones, esos son intereses que están todo el tiempo en los chicos. Así, algunos temas de la revista surgen escuchándolos a ellos y también aceptando las diferencias, no tratar de decirles esto es así, no hay otra forma de verlo, pero también nos gusta aceptar que en algunas cosas no tenemos por que estar de acuerdo”.
A 13 años de la primera “Pulseada”
Finalmente Sahade se refirió a similitudes y diferencias del contexto con el que empezaron y el actual: “Se me ocurren dos cosas: creo que se superó la gravedad que en algún momento había por el tema de la desnutrición, lo vimos en los barrios nuestros del hogar de Cajade y lo vemos en general: el drama que había y que en algún momento nos hizo publicar una serie de notas muy duras, donde hablábamos de pibes y pibas que se morían por desnutrición, ese tipo de cosas se ha superado, hay una realidad diferente. Pero por otro lado la primera revista de La Pulseada tiene como informe de tapa “Marcados para morir”, una nota que hablaba de los escuadrones de la muerte, un grupo de policías y para-policías que asesinaban a pibes acusados de cometer delitos y eso todavía lo seguimos viendo”.
Baruyo
La revista también cuenta con un espacio denominado Baruyo, reservado especialmente para los más chicos. Espacio que empezó siendo una sección y que ahora se ha transformado en un suplemento. El primero habló sobre la importancia de movilizarse, “juntarse para reclamar algo justo”, como ellos mismos dicen. ¿Por qué este cambio? “Porque nos proponemos que los chicos aporten sus ideas, diseñen, dibujen, diagramen, armen, desarmen, jueguen, piensen, abran, cierren, escriban, ’desescriban’, graben, desgraben. Que las páginas tengan otra pinta, otra facha. Que sean hojas adolescentes, que hablen su lenguaje, usen piercings y escuchen música por celular”.
Fuente: www.laolla.tv