Durante los días 25 y 26 de octubre se realizó una Caravana por los pibes y las pibas que partió desde la Ciudad de La Plata, provincia de Buenos Aires, hasta la Plaza de Mayo, con reclamos de más políticas públicas para la niñez y para denunciar que los chicos no son peligrosos, sino que están en peligro. A días de esta experiencia movilizadora, compañeros y compañeras comparten sus primeras reflexiones.
La Caravana arrancó el martes 25 de octubre por la mañana desde el Centro de la Ciudad de la Plata. Estaba compuesta en ese primer momento por alrededor de 250 pibes y pibas, más educadores y educadoras y compañeros y compañeras de distintas organizaciones de Capital y Provincia, que se ocupaban de todas las cuestiones operativas. Luego, en las distintas paradas se fueron sumando más compañeros y compañeras, para llegar todos juntos a la Plaza de Mayo.
“Viví la Caravana con mucha emoción, con mucha alegría, tratando de poder disfrutarla más de allá de estar siempre atento a las cuestiones organizativas, como la seguridad de los pibes”, relata Nicolás Rodriguez Saa, compañero de la organización ‘Todo empieza por tus manos’, quien colaboró junto a otro compañero de la misma organización, en todas las cuestiones operativas, como garantizar la seguridad de los pibes y pibas, la comida y los lugares dónde dormir.
Nicolás llegó a La Plata el lunes a la noche, para estar presente desde el comienzo junto a otros compañeros y compañeras que también participaban de la organización. “La Caravana fue ver el resultado de todo el trabajo del año, de las distintas actividades que fuimos haciendo con los pibes y pibas, como los campamentos de jóvenes y demás. Yo pienso que el trabajo que se viene haciendo desde hace tantos años va generando la posibilidad de cumplir el objetivo que nos habíamos planteado, de salir a discutir de manera pública la realidad de los pibes”, explica el compañero.
En la primera jornada, luego de caminar por las calles de La Plata, la Caravana hizo una parada en Quilmes, provincia de Buenos Aires y terminó el recorrido en la sede de la Cooperativa de la UST (Unión Solidaria de Trabajadores), donde los pibes y pibas comieron y pasaron la noche, al resguardo de la lluvia.
A la mañana siguiente, el miércoles 26, los pibes y pibas se despidieron de los compañeros de la UST, luego de compartir el desayuno. La Caravana arrancó hacia Capital Federal y ya en la Ciudad de Buenos Aires fueron recibidos por chicos y chicas de la Escuela 10, del Distrito Escolar 5, ubicada en el borde de la Zabaleta, donde empieza la Villa 21.
‘Somos pibes, tenemos derechos’
Clarisa Gambera, del Espacio de Niñez y Territorio, cuenta cómo fue su experiencia: “Me tocó estar en algunos puntos de la Caravana. Cuando llegué a la Escuela 10 el Director me dejó entrar y vi que estaban los alumnos de todos los grados con el delantal blanco, las seños les estaban repartiendo los carteles que ellos mismos habían armado con leyendas como ‘somos pibes tenemos derechos’, ‘somos pibes queremos más escuelas’, y las compañeras maestras estaban pintándoles en la cara corazones y mariposas, y se me caían las lágrimas de emoción”.
“Los chicos de la Escuela recibieron la Caravana con aplausos, porque los maestros les habían contado como estos otros chicos venían organizándose desde experiencias de vida muy difíciles. Y ellos aplaudían desde la propia experiencia de vivir en la Villa 21-24 y de saber que hace dos semanas la Gendarmería había torturado a pibes”, relata Clarisa, quien además de formar parte de Niñez y Territorio, es trabajadora de la Dirección de Niñez.
“Los alumnos y alumnas de la escuela hablaron sobre las cosas que no se cumplen vinculadas a los derechos de los pibes, las situaciones que ellos viven en los barrios y lo escribieron en un avión, pero como todos no iban a poder estar en la Plaza de Mayo, se les ocurrió pasarles avioncitos de papel a estos compañeritos, a estos otros pibes que sí estaban asumiendo la posta de ir en Caravana a la Plaza de Mayo a levantar ahí sus reclamos y sus verdades. Entonces hubo un momento, justo antes de la lluvia, en el que los niños y niñas tiraron los aviones hacia la Casa Rosada, siempre tan cerrada y sorda, para que tal vez por alguna ventanita se metiera alguno de estos reclamos”, destacó Clarisa, entre las cientos de anécdotas y momentos vividos en esas dos jornadas.
‘Nosotros somos esto’
La compañera opina: “la iniciativa tiene mucha potencia, lo sabíamos, sabíamos que era el momento para poner en la calle la situación de los pibes, porque es grave -venía siendo grave y con el ajuste y la caída del empleo empeoró- y porque además hay una avanzada represiva evidente en todos los barrios, hay cada vez más fuerzas de seguridad. De hecho, en el Presupuesto hay destinada más plata para las fuerzas de seguridad que para las Políticas Públicas de Niñez. Entonces, sabíamos que teníamos que estar en la calle, pero lo que no sé es si habíamos tomado conciencia de que era la necesidad de un montón de compañeros, compañeras, organizaciones, barrios, de experiencias grandes y de experiencias chiquitas, porque se no fueron sumando pequeños centros culturales, murgas, espacios de apoyo escolar, comedores, y un montón de colectivos de personas que laburan los barrios con los pibes y las pibas. Y esto hay que seguir, porque pensábamos que era el punto de llegada después de cuatro años de trabajo y no, este es el inicio, el punto de largada para algo que late que va a ser un movimiento, y es una necesidad y es un sentir.”
Por último, Clarisa reflexiona: “Cuando llegamos a la Avenida de Mayo estaban esperándonos un montón de compañeros trabajadores de ATE, que fueron parte de la experiencia de los Chicos del Pueblo, estaban ahí emocionados porque está un poco en nuestro ADN esa experiencia de luchar por una infancia digna. Queda esta sensación de que hay una semilla que vuelve a germinar, la gente se acercaba a abrazar a Omar, de Ruca Hueney, y a Estela de Chicos del Sur, quien estaba emocionada y decía ‘es la Clase Trabajadora que nos vuelve a abrazar a las Organizaciones de Niñez’. Todo el tiempo había una sensación como de ‘esto estaba pendiente, esto lo teníamos que hacer, es parte de nuestra historia, nosotros somos esto’.»
‘Nuestros pibes no son peligrosos sino que están en peligro’
Amalia Aima, del Movimiento de Barrios y Villas Germán Abdala, cuenta que junto a otros compañeros y compañeras de su organización, fue a recibir la Caravana al punto de Avenida de Mayo y 9 de Julio. “Nosotros, desde el Movimiento Germán Abdala acompañamos a los pibes y pibas hasta la Plaza de Mayo, porque se trata de pelear por políticas públicas para la niñez. Eso es algo que nosotros vamos a bancar siempre, sobre todo porque vivimos en barrios vulnerables que necesitan presupuesto, más que nada ahora, para que los chicos no pasen hambre y tengan educación, salud y vivienda», expresa Amalia, quien además opina: “Estuvo muy bueno el trabajo que se hizo desde el Espacio de Niñez para poder salir a la calle y hacer visible la problemática.”
Por su parte, Franco Armando, del Frente de Organizaciones Salvador Herrera, analizó: “Creo que los objetivos de la Caravana fueron cumplidos, porque se trató de visibilizar las problemáticas de niñez en la medida en que nosotros podemos, y además nos fortaleció como organización y nos prepara para construir un desafío más importante.” El compañero además opinó: “Las organizaciones que hoy no construyen una perspectiva de niñez en el territorio quedan envueltas dentro de la burocracia del Estado y en la repartición de recursos. Para nosotros es esperanzador tener una perspectiva de niñez dentro de nuestra organización.”
Por último, Pablo Spataro, secretario General Adjunto de la CTA Capital expresa: “En la CTA desde siempre hemos abrazado el destino de los pibes y pibas porque entendemos que detrás de un niño o niña al desamparo, hay una familia trabajadora sin derechos. Es muy difícil pensar una infancia con destino feliz si hay trabajadoras y trabajadoras sin trabajo, o con trabajo precarizado. Esta caravana viene a multiplicar la conciencia, que nuestros pibes no son peligrosos sino que están en peligro, y nosotros, como clase trabajadora tenemos que hacernos cargo de esta problemática y exigir respuestas concretas.»
Fotos: Fabián Piedras – Walter Piedras – César Garzón