Los pasados 11 y 12 de noviembre en la Ciudad de Rosario se llevó a cabo el Segundo Encuentro Nacional de Niñez. Para hablar de este tema desde Estación Central (Radio Sur, FM 88.3) se comunicaron con Clarisa Gambera, secretaria de Acción Social de la CTA Capital e integrante de Niñez y Territorio.
– Contanos un poco cómo fue el Encuentro, ¿Qué temas estuvieron tratando?
– Estuvimos en Rosario con un clima que acompañó, el lugar dónde funcionó el Encuentro era un lugar muy interesante, en el Galpón de la Juventud. Nosotros fuimos como Niñez y Territorio, fuimos con pibes y pibas, y Educadores y Educadoras.
A mi en particular me tocó participar de una mesa contando la experiencia de la Salvador Herrera, que es una organización de la CTA Capital que viene laburando en esta estrategia de construir Niñez y Territorio, pensando en los pibes como protagonistas y sujetos políticos. Y me tocó estar en una mesa de organizaciones sociales que vienen pensando cómo se construye una niñez digna, una infancia distinta. Había muchas organizaciones de distintas provincias representadas ahí, así que fue interesante.
– Había representantes de otros países también, ¿No?
– Sí, hubo representantes también a nivel más regional. La verdad es que cuando compartimos los diagnósticos, la situación de la Niñez regionalmente no es muy diversa, no es muy distinta, estamos hablando de Sistemas de Protección Integral de Derechos que no se cumplen, falta de recursos, políticas represivas, políticas que tienen que ver con territorios de exclusión, donde están los pibes y las pibas con las que laburamos, trabajadores muy precarios atendiendo Políticas Públicas cada vez más devaluadas, esa era como la constante en términos de diagnóstico.
– Algunas de las temáticas que se trataron fueron migraciones, violencia institucional, nutrición, sistema penal juvenil, situación de calle. Vos decís que había muchas situaciones en común, ¿No?
– Sí, porque hablamos de tramas comunitarias hechas bolsas, muy desarticuladas, de familias sin acceso al empleo, con empleos informales todo el tiempo, con el acceso a la salud y a la educación más restringido en los barrios más pobres. Todo eso era una constante.
– Contanos un poco como fue la dinámica del Encuentro
– Lo interesante es que hay una parte de diagnóstico que es realmente pesada, porque es un bajón, pero también estaban todas las propuestas. Todas esas organizaciones de Niñez y trabajadores y trabajadoras de Niñez de todo el país hacen cosas superadoras a la experiencia concreta que se les impone, porque hacen magia en sus lugares, establecen redes donde no las hay, articulan donde no hay articulaciones propuestas desde la política pública.
Y las organizaciones construyen organización en la adversidad, construyen comunicación popular, construyen espacios de cultura, construyen espacios de resistencia en territorios donde se están disputando a los pibes con los narcos y con los transa vinculados a la trata de personas. O sea, en esa adversidad las organizaciones estamos avanzando, también eso estuvo muy presente. Y todos ahí coincidían en que estamos en la trinchera, construimos una resistencia y que ahora nos tenemos que juntar para ser muchos. Eso fue, me parece un poco la conclusión, que es tiempo de construir algo que supere a cada una de nuestras experiencias.
– Además de compartir experiencias, se sale con esta conclusión
– Sí, con la conclusión también de que se siga haciendo este Encuentro Nacional de Niñez, que el próximo sería en el sur. Pero sobre todo consolidar este Encuentro Nacional como una experiencia de juntar a todas las organizaciones, pero también con esto de ‘Bueno, a ver cómo nos ponemos en la calle el próximo año. ¿Con qué acción?”. Porque ya es tiempo de hacer una agenda en común, ya es tiempo de hacer una estrategia más de construcción de poder, a partir de cada una de estas experiencias que logramos.
– Durante el Encuentro se ha recordado a las figuras de Alberto Morlachetti, Fundador del Movimiento Nacional de los Chicos del Pueblo, y del Padre Carlos Cajade
– Sí, sobre todo porque particularmente como CTA para nosotros es parte de nuestro ADN esa posibilidad de entender que los chicos y las chicas son los hijos de los trabajadores y las trabajadoras y que en tanto haya precaridad, falta de empleo, marginalidad en términos de la vida cotidiana, los pibes están en esa situación, pero no como una entelequia aislada. Son los hijos de los laburantes y si nosotros luchamos por los trabajadores y las trabajadoras, luchamos por los pibes. Y eso no es una lucha que pueda disociarse.
Para mi fue muy esclarecedor, yo soy trabajadora de niñez y fui formada en la imagen del paradigma de los derechos del niño, en el tema del Sistema de Protección Integral, y eso es muy frustrante, a menos que yo lo junte con la lucha de clases en términos más estructurales. No hay manera de pensar en una infancia digna si los que estaban ahí contaban como los rociaban con Glifosato a los pibes en los pueblos fumigados.