Esta carta está dirigida a vos Horacio, desde el arrojo de sabernos dueños y dueñas de las tierras que habitamos, trabajamos y vivimos. Es una discusión vieja ya, pero por si hace falta recordarlo, Horacio, no se puede hacer política dejando afuera a la gente. Desde hace un tiempo te lo venimos diciendo y parece que a tu gobierno no le gusta escuchar. Este asunto de que la tierra sea moneda de cambio según el interés de unos pocos, no cierra por ningún lado. No cierra y no nos deja dormir.
Hace rato que tenemos noticias de que tu gobierno busca vender predios de la Ciudad “para financiar obras y amortiguar deuda”. Sabemos que tu iniciativa legislativa busca autorización para la «enajenación» de tierras, de las cuales la mitad forman parte del polígono denominado Barrio «Padre Carlos Mujica».
Y esto que recorre los pasillos de la Legislatura, y también los de nuestro barrio, nos preocupa. Porque esto de la enajenación, propone una palabra difícil para ocultar lo que en el barrio es muy fácil de entender: es poner en venta el presente y el futuro sin priorizar a la gente; y eso no cierra por ningún lado Horacio, lo sabes vos y lo sabemos nosotrxs.
Nos preocupa porque estamos hablando de “la 31”, si, pero si hablamos de una villa, hablamos de todas.
Porque pareciera que querés borrarnos del mapa porteño con una urbanización cosmética. Porque en el fondo sabemos, Horacio, que representás a muchxs que creen que “lxs villerxs” no tenemos derecho a vivir acá.
Sabemos que cambiaron las topadoras por negocios inmobiliarios. Que pretenden una ciudad cada vez más exclusiva para pocos y excluyente para muchos. No somos tan giles. Lo que pasa es como decía Gardel, «Uno aviva a los giles incautos y después los giles lo quieren pasar a uno por encima”.
La “erradicación” de la cual hablaron al principio Mauricio y sus secuaces, les quedó políticamente incorrecta y se puso “modosito”. Llegaste vos como candidato y prometiste urbanizar el barrio.
Esa “urbanización” que ya va por más del 70%, nos trajo más problemas que antes: cloacas tapadas o falta de agua, por enumerar algunas. Y ¿sabes quienes salimos a solucionarlo? Nosotrxs, lxs que vivimos ahí, lxs que nos bancamos todas, pero que también soñamos otra cosa.
Pero ya que estamos acá, decinos, por favor, ¿a vos te parece que nos quieras sacar lo único que nos queda? Ese pequeño pedazo de tierra donde duerme y crece nuestro piberío. Porque después de tantos años de miserias, te aseguramos Horacio, que este pedazo de tierra es todo lo que somos.
Y con todo eso, a vos se te ocurre seguir haciendo negocios con nuestro barrio. El que construyeron nuestras madres y nuestros padres, y hoy es el objeto de tu inescrupulosa codicia. ¡Qué falta de respeto, que atropello a la razón es que nos vengan a decir que son quienes más hicieron por nuestro barrio!
Y
decimos “nuestro” porque “la 31” es parte de la historia de
esta Ciudad. Esa villa que vos pretendes enajenar, es tan porteña
como el obelisco o un tango escrito por Discépolo.
No nos
subestimes, Horacio que así como el Cambalache nació para denunciar
con ironía las injusticias de su época, nosotrxs también lo
haremos, porque luchamos y soñamos que podemos vivir mejor en esta
ciudad, donde la traza de nuestra memoria vive y late en cada pasillo
de la 31.
Y sabés algo más Horacio, no todo se puede comprar.
La tierra es para el que la habita.
Con la fuerza de lxs que no se resignan, arriba lxs que luchan.
Frente Territorial Salvador Herrera